Ley de Bosques

Publicado en Aire Libre

La Ley de Bosques acaba de ser sancionada por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación debiendo ahora elevarse para su tratamiento a la Cámara de Senadores y sin perjuicio de que esperamos su ratificación, son bienvenidos estos debates respecto de cuestiones de indudable trascendencia para toda la comunidad.

Los bosques son fundamentales para la regulación del clima como también para la conservación de los suelos y el mantenimiento y regímenes de las fuentes y caudales de agua.

Y respecto de esto último resulta indudable la necesidad de asumir su importancia y generar las condiciones necesarias para evitar la contaminación de los ríos y espejos de agua con el consiguiente deterioro del medio ambiente e impacto en el turismo, hoy una de las “industrias” más productivas de la Argentina.

Es necesario debatir y conseguir el dictado de leyes que eviten el vertido de residuos peligrosos a nuestras aguas, como la explotación de minas a cielo abierto con utilización de materias altamente contaminantes, como así también asegurar el control de los residuos cloacales e industriales, y que todo el cuerpo legal resulte de efectiva aplicación pues todo ello en su conjunto resulta un elemento imprescindible para generar el objetivo de conservar las corrientes y espejos de agua.

Tenemos ejemplos a la vista de las nefastas consecuencias que genera la falta de previsión y cuidado, como de la dimensión del daño y la magnitud del costo de recuperación de los ríos, basta pensar para ello en la cuenca del Riachuelo y del Río Matanza, la del Río Reconquista, etc., para tener cabal expresión de las consecuencias perjudiciales que apareja la falta de cuidado y previsión.

En los grandes ríos de la argentina vierten sus deshechos las industrias y las poblaciones con escaso control; en tanto en el sur se registra una aumento poblacional que supera las previsiones municipales (San Martín de los Andes; Junín de los Andes; Neuquén etc.) y desborda sus estructuras afectando los cursos de agua provocando contaminación.

Pensamos que es urgente abocarse a un plan integral que comprenda esta situación y comience a trazar un curso de acción que permita defender no sólo un bien de valor estratégico, sino también una fuente de recursos por el turismo y la pesca, con el fin último de mantener los recursos en forma sustentable.

Harán falta estudios por cuenca que analicen los fluidos que se vierten tratando de evitar primero aquellos de mayor contaminación (deshechos industriales y humanos; agroquímicos; etc.), pero también, concomitantemente, deben implementarse y otorgarse líneas de créditos blandas para que tanto los particulares como los municipios puedan acceder a las imprescindibles plantas de tratamiento de aguas y reconvertir sus deshechos, y a su vez, analizarse incentivos de orden financiero u impositivo que alienten y promuevan esta actuación.

Sólo tales incentivos más la obligatoriedad de la reconversión y el control bajo penas considerables, aunado a un plan amparado por una política nacional de preservación del recurso que debe trascender a los gobiernos, ha de permitir mantener puros nuestros cursos y espejos de agua para nosotros y nuestra posteridad, caso contrario, los pescadores seremos también y a breve plazo, otra especie en peligro.-

Comisión Directiva

Publicado en: Opinión

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