Sembrando para el futuro desde Viedma

Luego de casi 5 años de golpear puertas en todos los despachos oficiales que hay en la Capital de Río Negro y, merced al apoyo original brindado por el Gobernador de la Provincia y el Director del Departamento Provincial de Aguas, a los que luego se el suma la AIC (Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas) y la Dirección de Pesca de la Provincia de Río Negro (organismo que hace más de dos años no tiene Director de Pesca Continental pero igualmente apoyó y se involucró en este proyecto), el 16 de Noviembre del 2000 hemos logrado sembrar nuestras primeras 50.000 truchas arcoiris en el cauce inferior del Río Negro.

Conforme lo previsto (al menos por nosotros) las truchas se han adaptado a estas aguas de manera más que prometedora, logrando en estos casi 4 meses, triplicar el tamaño de sus hermanas que permanecieron en la piscicultura de Piedra el Aguila. Este establecimiento se puso nuevamente en marcha luego de años de abandono y gracias a este proyecto.

La piscicultura recibió algo más de 2.000.000 de ovas de la trampa del arroyo Ñireco, en San Carlos de Bariloche, las cuales se desarrollaron celosamente custodiadas por técnicos del CEAN (Centro de Ecología Aplicada del Neuquén) y personal de la misma (Laura San Martin y Luciano Pocock). Ellos, habitantes de Viedma, también compenetrados desde el inicio cuando elaboramos nuestras primeras ideas para el desarrollo de esta región de la mano del Río Negro y las truchas, intentando convertirnos (con muchas posibilidades de éxito) en uno de los mejores pesqueros de truchas Steelhead y Sea Brown Run Trout en un futuro no muy lejano.

Como en los casos de otros ríos argentinos con truchas anádromas (Tierra del Fuego, Gallegos, Santa Cruz) muchas son las teorías que se manejan respecto del porque las truchas que encuentran vías al mar, invariablemente salen y entran a sus estuarios de origen. No nos referimos en este caso a los salmónidos que remontan ríos para realizar su desove anual, nos referimos a entradas y salidas periódicas, incluso dentro de un mismo día. La teoría más escuchada y fácil de ensayar es decir que lo hacen en busca de alimento. Nosotros creemos que el motivo no es exactamente la necesidad alimentaria, sino un desconocido patrón genético que hace que este tipo de salmónidos tenga necesidad de componentes salinos que existen en el mar. Según algunas de las muy pocas observaciones hechas en cercanías del Río Grande las truchas no salen a más de 25 o 30 km. de la desembocadura del río. A su vez, esta particularidad de salir al mar y volver al agua dulce (llamada anadromía) dispara en el pez un agregado que no tienen sus hermanas continentales: una voracidad y vitalidad sin par. Esto hace que el violento pique y la intensa lucha, las convierta en el sueño (y desvelo) de más de un pescador, no solo por su gran tamaño, sino también por las dificultades que puede ofrecer durante la pelea, en un río de entre 200 y 400 metros de anchura como el Río Negro.
Creemos que en un futuro no muy lejano, hablarán de nuestras truchas no solo los pescadores, también nuestros técnicos y biólogos podrán nutrirse de respuestas o nuevos campos de investigación. Será la primera vez que, desde sus orígenes, tengamos datos concretos de la evolución de una especie sembrada en ríos de estas características.

Hoy podemos afirmar que el pez de nuestros sueños piscatorios: la trucha, es un recurso nada despreciable y en el cual están depositadas nuestras esperanzadas e ilusionadas posibilidades de una mejor calidad de vida para todos los que a orillas del Río Negro vivimos, lentamente, pero lo vamos entendiendo.

Esperamos que los funcionarios a los cuales les toca la responsabilidad de cuidar del rercurso y preservarlo para el futuro, lo hagan un poco más veloz que hasta ahora, ya que a nuestra mesa le faltan tres importantes patas: LEGISLACIÓN, CONTROL Y EDUCACIÓN, y aún están tan verdes… Hoy las truchas que ya nadan en nuestro río pero sólo pueden defenderse con sus aletas, estando a merced de depredadores naturales, no tan dañinos como su máximo e impune depredador: el hombre.

A pesar que en reglamento de Pesca Deportiva Continental Patagónica nuestro río ya está inserto, no existe un solo guardafaunas o guardapesca en cientos de kilómetros por lo que es campo propicio para cuanta depredación se intente llevar a cabo, como hemos verificado que viene sucediendo con el pejerrey, por ejemplo.
Los días 7, 8 y 9 de marzo venideros, con la presencia de Mel Krieger y Rhea Topping a quienes convocamos esperanzados de que su mensaje en nuestra comunidad sea tomado en cuenta, sembraremos otras 150.000 truchitas (de un total de 1.500.000 que esperamos soltar antes de fin de otoño) con nuestros chicos de escuelas locales. Aprovechamos esta oportunidad que nos da el Boletín Mosquero para agradecer infinitamente a Mel y a Rhea por su desinteresada colaboración, destacando que el costeo de los gastos de traslado de Mel y su comitiva son a su cargo exclusivamente. Otro gran gesto que demuestra el gran cariño de Mel por la Patagonia Argentina.

Esperamos poder seguir dando buenas nuevas a los amantes de la pesca con mosca y la Patagonia y, en no muy largo plazo, poder invitarlos a pescar a Viedma, futura: “Capital Nacional de las Estilges Criollas”.

Yayo San Martín
Presidente
Asociación de Pesca con Mosca de Río Negro.

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