Preparando un viaje de pesca

por Javier Alurralde

En numerosas ocasiones, ya sea por complicaciones de último momento o ante la necesidad de cumplir con obligaciones laborales o familiares, emprendemos un viaje de pesca largamente soñado habiendo dedicado escaso tiempo a su preparación, sea mediante una información preliminar pobre o incompleta respecto del lugar elegido, o olvidando elementos de primera necesidad que puede resultar prácticamente imposible de reponer durante nuestro periplo, con los serios incordios que esto nos puede causar.

Dado que he padecido de todos ellos pues a mi avanzada edad mis olvidos ya resultan habituales, intento imponerme alguna reglas para llegar lo mejor preparado posible para el momento de la partida.
Mi primer preocupación consiste en informarme lo mejor posible, y de tal modo intento conocer el mejor período de pesca para la especie que me interesa, las moscas que aconsejan, el número de la caña aconsejada como el reel y su capacidad; diámetro del backing; etc.
Teniendo presente los consejos de amigos que han viajado más, intento siempre tratar de reservar en el mejor período, es un poco más caro, más luego de tanta inversión intento tener éxito, el que nunca está asegurado por supuesto.

Queda un detalle importante, hay que informarse y tratar de contratar al mejor guía que resulte posible. En lugares desconocidos y en especial en la pesca de mar, tener un guía capaz resulta invaluable, y puede ser la llave del éxito o del fracaso.

Bien, luego de toda esta tarea digna de Sherlock Holmes, y ya resuelto la contratación del viaje, el período, resuelta la hotelería y el guía, etc., viene el segundo elemento fundamental, no olvidarse de lo necesario, o por lo menos de lo imprescindible, pues he tenido algún viaje en que no pude conseguir fácilmente ni un cepillo de dientes, imagínense Uds. que sucedería de olvidar alguna pieza clave del equipo.

Para ésta ocasione diseño una lista, que se adecua según las circunstancias del viaje, más intentando volcar en ella lo imprescindible.
Va de suyo que resulta elemental el pasaporte y la visa, ambos vigentes para el momento del viaje, como las vacunas que puedan llegar a exigir las autoridades sanitarias del lugar.

Mi lista comienza con mis medicamentos recetados por todo el lapso del viaje, a los que agrego aquellos que considero indispensables agregar para cubrir las necesidades elementales, tal como analgésicos de toda índole, digestivos, líquido desinfectante, curitas, etc.
Respecto a los restantes artículos de baño, he decidido no llevar jabón ni shampoo, esto lo provee el hotel, sólo cargo mi cepillo de dientes, una rasuradora, y en cuanto al desodorante, la pasta de dientes y la crema de afeitar, busco y compro lo más pequeños envases que pueda conseguir, evitan peso innecesario y de regreso se puede prescindir de ellos sin ningún esfuerzo. Aquí siempre añado dos corta uñas, y un pequeño kit de costura dentro de un viejo recipiente de fotos 35 mm, que me ha sacado de más de un apuro.

Nunca, pero jamás, hay que olvidarse del mejor bloqueador solar que se pueda conseguir, como un buen repelente de insectos que hay que tener en el bolso de pesca permanentemente a mano, cuando en el mar se acerquen a pescar a los manglares me agradecerán con verdadero frenesí este consejo.

Respecto a la ropa la deberemos adecuar al viaje que hemos de realizar, no es lo mismo tener un viaje de pesca exclusivo que de pesca y turismo; más hablando de pesca exclusivamente y sobre todo en el trópico, mi pequeña experiencia me ha dictado que resulta más conveniente evitar tejidos de algodón puro, pues no sólo se arrugan fácilmente sino que además no secan rápidamente. Mejor me han resultado ropa con bastante sintético que puedo lavar todo los días mientras tomo una ducha y al día siguiente se encuentra en perfecto estado sin necesidad de planchado, lo que ayuda a reducir el equipaje.

De tal modo, para un viaje de 7/10 días, con tres camisas (yo uso de mangas largas, preferentemente con ventilación por detrás) e igual número de pantalones estoy medianamente cubierto, y de usar cinturón uso preferentemente uno de cordura.

El sombrero es un elemento imprescindible, si le gusta la gorra adelante, pero lleve un gran pañuelo para protegerse el cuello y mejor aún estos cuellos elásticos de tela fina que se venden bajo una marca buffer o similares (aquí también se las he visto colocadas a quienes practican ciclismo para protegerse del viento y el frío).
Tampoco escatime en un buen anteojo polarizado, son imprescindibles para evitar el duro reflejo todo el día, y no olvide de comprar líquidos de limpieza y toallitas para los lentes, el agua de mar los ensucia constantemente con su sal.

Respecto al calzado hay que tener en cuenta las variantes del piso del lugar de pesca, un aspecto que forma parte de la investigación inicial, pues si la pesca se desarrolla embarcado o en flats de arena, cualquier bota de neoprene o zapatilla es suficiente, más si hay sectores de piso duro, rocoso o coralino, no olvide llevar calzado de suela dura, lo recomiendo sobre todo en Los Roques, pues lo he padecido.
Nunca olvide embarcarse con una buena chaqueta impermeable, y si es posible, lleve también los pantalones, los chubascos se dan seguido y algunos son verdaderamente fuertes.
Resultan infinitas las recomendaciones, por ejemplo, no lleve bolsos de pesca en la lancha que tengan cremallera metálica, inexorablemente el mar dejara su marca en ellos, al igual que en cinturones, pinzas, reels, todo debe ser inoxidable y luego de la pesca ser lavados para quitarle la sal.

En caso de llevar máquinas fotográficas trate de obtener alguna sumergible, un aspecto que tuve en cuenta al arruinar más de una y quedarme sin las fotos, y le aclaro que incluso tuve algún percance con sumergible de primera marca, no se confié y haga chequear los sellos de presurización por lo menos cada dos años, no olvide las baterías y las memorias, lleve más de una de cada, al igual que el cargador y sus cables.
Y aquí viene un aspecto trascendente, los enchufes no sin iguales en todos los lugares, varían según los lugares y son muy disímiles, por lo tanto cuando viaja, no olvide de llevar un set de enchufes de variadas formas y tamaños de patas (se venden en sets especialmente preparados), le van a resultar de máxima utilidad en el extranjero.

No hay cosa más descorazonadora que encontrarse en una isla prácticamente desierta y ver como no puede cargar las pilas de su máquina de fotos pues los enchufes que ha llevado no se corresponden con los del lugar, y no hay un lugar a 100 millas a la redonda donde comprar aquello que ha olvidado y le pueda solucionar el problema.

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