Pescando cerca de casa

Por Marcos Córdoba

Ya pasaron más de 20 años desde que lancé mi primera mosca a las aguas del río Limay intentando atrapar una trucha.

En aquellos años yo residía en la ciudad de Neuquén, y mis ganas de aprender contaron con la tremenda ventaja de pescar muchas horas a la semana gracias a la corta distancia que separaban las orillas del río de mi hogar.

Luego regresé a Mar del Plata y poco tiempo después estaba dedicado en forma profesional al deporte de la pesca con mosca.

A pesar de la costumbre a los continuos viajes las distancias se hacían notar. Preparativos, equipamiento para varios días y constante adaptación.

Algunos años después y con algunas metas alcanzadas comencé a mirar el mar, luego las lagunas y finalmente todo charco que pueda albergar a un pez. Todos sitios que no estaban más allá de una hora de mi hogar.
Las experiencias de pesca con mosca en el mar demandaron un esfuerzo distinto, tal vez más duro.

Las prácticas en las lagunas, arroyos y canales cercanos a Mar del Plata siempre estuvieron acompañadas del aliento y lo que es más importante aún, de la información que me brindaban algunos pescadores con mosca tan o más inquietos que yo. Dicha información tenía su origen en las cada vez más asiduas excursiones de pesca con mosca que estos pescadores realizaban en aguas locales.

Es así que al tomar un mejor conocimiento de los ambientes y de los hábitos de los peces adapté métodos de pesca, los equipos y las moscas a las nuevas circunstancias.

Lo que sigue no es más que una rápida descripción de las distintas alternativas de pesca con mosca que existen alrededor de Mar del Plata y que algunos pescadores aprovechamos logrando de este modo satisfacer nuestro gusto por este deporte, y a su vez descubrir los caminos más efectivos para pescar peces a los que normalmente no se les presenta una mosca con el fin de capturarlos.

La pesca con mosca en las aguas de mar que circundan a Mar del Plata es mucho más efectiva si se realiza desde una embarcación. Esto es debido a la merma que se observa desde hace muchos años atrás en la pesca desde la costa.

Escasos minutos de navegación permiten arribar a muy buenos pesqueros de anchoas de banco, palometas, pejerreyes, etc. Otros sitios cercanos posibilitan la captura de meros, chanchetas, besugos, pescadillas, etc.

Es muy importe contar con un “capitán” que conozca estos buenos puntos de pesca. En Mar del Plata los hay, el problema es que desconocen las técnicas de la pesca con mosca y no dominan maniobras que les permitan contrarrestar las derivas que el viento provoca en la embarcación.

No es una exageración cuando digo que dadas unas buenas condiciones para pescar el que conspira contra el éxito es el propio “capitán”.

No uso la calificación de “guía de pesca con mosca en el mar” pues en Mar del Plata no los hay.

Un buen guía no sólo debe saber dónde están los peces, debe dominar las artes de pesca, saber y enseñar al cliente qué hacer para pescarlos. Se “guía” todo el camino que conduce a la captura de un pez, no sólo hasta donde el pez se encuentra.

Un “capitan” dispuesto a oír a sus clientes, que deben tener cierto dominio de la pesca con mosca, es la mejor alternativa.

Peces como las anchoas, palometas, caballas ofrecen gran resistencia a la captura con un equipo de mosca. Además, en muchas ocasiones hace falta lanzar líneas muy pesadas para alcanzar la profundidad a la que se encuentran estos peces. Por ello, cuando conformamos un equipo de pesca es preferible pecar por exceso.

Una caña #8 o superior con una acción que permita manejar diferentes pesos de línea, un reel cargado con 150 yds. de reserva de 30 lbs. de resistencia, líneas del tipo Depth Finder de 200, 300, 400 y 500 graims, línea intermedia o flotante para poppers (si la ocasión lo permite), leaders cortos (yo no uso alambres para prevenir cortes) y algunas moscas es suficiente.

Ud. puede hallar anchoas y otros peces cazando en superficie o no ver esa actividad que suelen delatar las aves. Es provechoso pescar a la deriva sobre peces que están cazando en superficie, mientras que en otras ocasiones es preferible anclar.
No debe descartarse el cebado cuando no hay una actividad evidente. La ceba debe ser parte del equipo.

Mis moscas preferidas para las anchoas y palometas son los Deceivers y Clouser Minnows #4 a #2/0 en color blanco, blanco con amarillo o chartreuse, amarillo y chartreuse, Zonkers blancos con cuerpo de Estaz Chenille perlado, algunas imitaciones de camarones, Bucktails con cabezas epoxi, etc.

Para besugos, chanchetas y meros prefiero los Clouser Minnows en #6 a #4 con pesados ojos y en colores que tengan la presencia del verde: verde con amarillo o chartreuse, verde y blanco, etc.

Una acción tipo “jig” de ascenso y descenso de la mosca a nivel del fondo para peces como el mero, besugo o la altura apropiada dentro de la columna de agua para palometas o anchoas que no cazan en superficie suele ser mortífera. Este tipo de acción no sólo resulta muy atractiva para los peces de mar sino que además permiten mantener la mosca en la zona de pesca durante un mayor trayecto.

La recuperación rápida de un Deceiver con las dos manos es lo mejor cuando lanzamos sobre el área donde se desarrolla un ataque de peces cazadores a nivel de la superficie.
La pesca embarcada en el mar es algo dura por los movimientos de la embarcación y difícil de programar debido a los factores climáticos. Lo mejor es estar con todo el equipo preparado y en contacto con el “capitán” pendientes a encontrar una linda mañana. Si así ocurre, tomar la decisión y salir temprano, pensando en disfrutar unas 3 o 4 horas de pesca. Al medio día los vientos cambian y todo puede ser distinto.

Algo más liviana pero no exenta de enfrentar fuertes vientos es la pesca del lenguado en la albufera de Mar Chiquita. Tanto el sector de la boca, lugar que conviene evitar pescar con mosca cuando son muchos los pescadores que la visitan, como algunos sitios sobre el canal por el que ingresa o egresa el agua de la albufera son buenos para concretar capturas. La pesca se puede hacer vadeando, pero en ocasiones el uso de un bote permite aprovechar mejor el canal. El antes citado Zonker y algunas moscas pequeñas en tonos marrones (cangrejitos) son buenas opciones. Líneas de flote, intermedias o de hundimiento en la albufera e intermedias y de hundimiento rápido en la boca.

Se debe tener presente que la mayoría de estos ambientes no tienen vegetación o estructuras que sirvan de cobertura contra el viento.

Un nutrido grupo de amigos que pescan con mosca casi todas las semanas han capturado en las escolleras pejerreyes escardones, anchoas, palometas y varios pez sable. Ellos usan ST, leaders cortos y moscas “caseras” de mediano o pequeño tamaño con ojos pesados.
¿Se imagina “cortar” al medio día para ir a pescar 2 o 3 horas chanchitas y dentudos con un equipo muy liviano?
La cara bronceada por el sol nos delataba…. ¿dónde estuviste? Amigos y clientes se reían cuando relataba que junto a otros amigos habíamos estado pescando un par de horas atrás.

Al poco tiempo ya era común para mí escuchar la voz en el celular de un pescador que antes de acudir a atender los turnos de la tarde en su consultorio decía…..¡está bueno!…¡puse un engendro #4 y saqué un matungo así de grande! (por dentudo grande) u ¡hoy estaban selectivos!… ¡sólo tomaban “sequitas”!.

Muchos amigos comenzaron a dominar aspectos de la pesca con mosquitos y sus emergentes pescando chanchitas y dentudos. En ocasiones sólo se alimentan de ellos y pescarlos no resulta tan sencillo.

Canales y lagunas me dieron piques de pejerreyes, bagres y por supuesto muchas tarariras.

Para la pesca en general uso una caña #6 semi-rápida, línea de flote, algún sinking tip de 1,2 metros que uno lazo a lazo con la línea flotante. El sink tip resulta práctico, económico y más que suficiente para las profundidades a lograr. En varias ocasiones con tarariras uso una caña #8 super rápida para un más relajado lanzamiento de moscas muy grandes (a veces el tamaño es la clave) o para facilitar las clavadas.
Muchos pescadores disfrutan de la pesca de tarariras, pez de gran valor deportivo, pero seguramente pocos tienen agendado al bagre negro.

Este pez alcanza tamaños importantes, tiene una variada dieta y en muchas ocasiones se muestra muy agresivo cazando peces menores. Es además muy fuerte y un gran luchador.

La selección de moscas para pescar lagunas, arroyos y canales puede ser tan variada como la que exige una completa caja de moscas para trucha. Ninfas, secas, emergentes, streamers, poppers, divers y engendros.

Desde hace unos pocos años atrás mis jornadas de pesca cada vez dedican más tiempo al que considero un pez excepcional para la pesca con mosca, la carpa.

Su “inteligencia animal” es altamente desarrollada, sus hábitos alimentarios exigen una caja donde secas, ninfas, emergentes, crustáceos y otros tipos de mosca no pueden faltar. Su sensibilidad exige cautela, camouflage, refinamiento para tentarla y poder para vencerla pues una vez clavada su defensa es tenaz. Todos estos nuevos problemas son bienvenidos pues yo disfruto de las pescas que exigen un mayor grado de dificultad. ¿Qué aspecto de este pez no representa un problema? Hay muchos de ellos en casi todos los ambientes y cuando las condiciones se ponen duras para otros ellas resisten aún más. En otras palabras, el recurso nos ofrece en abundancia peces de alto valor deportivo.

Uno de los aspectos que contribuyen a que un pescador regrese a estos ambientes es el conocimiento y domino que va adquiriendo. Esto hace que no se pesque por azar sino que capturamos peces porque aprendemos qué es lo que hay que hacer para capturarlos.
Este aprendizaje sobre los secretos de la naturaleza y cómo funciona es lo que hace que un “amante del aire libre” regrese para vivirla. Y a veces, sólo hace falta recorrer una escasa distancia desde el hogar para lograrlo.

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