Origen y desarrollo de los salmónidos en la Argentina

El Dr. Francisco P. Moreno, durante sus expediciones a la Patagonia, comprobó la pobreza íctica de esas grandes masas de agua y consideró la posibilidad de introducir en ellas peces de valor comercial, como se hacía en Europa y en los Estados Unidos donde ya existían servicios de piscicultura. Con esos propósitos en el año 1892 invitó al Dr. Fernando Lahille a visitar nuestro país, con el objeto de estudiar las condiciones ambientales de los lagos de la cordillera.

En el año 1900, el Ministro de Agricultura ordenó se hicieran estudios para planear su importación.

Fué en esa oportunidad que el gran naturalista italiano doctor Felipe Silvestre exploró el río Santa Cruz hasta sus nacientes y estudió la posibilidad de introducir el salmón del Atlántico en los ríos de la Patagonia. Por su parte, el doctor Lahille recorrió la confluencia del Limay y el Neuquén con ese propósito y una vez terminadas sus exploraciones informó que consideraba que los conocimientos adquiridos hasta entonces, eran insuficientes, sobre todo en lo concerniente a la fauna acuática, a las variaciones de temperatura anual y demás condiciones biológicas, que permitieran emprender en ese punto con proOObilidades de éxito la introducción de salmónidos.

En 1903 se contrataron los servicios de uno de los hombres más competentes en la materia y que en ese momento se hallaba al frente de la división de Piscicultura del Departamento de Comercio de Estados Unidos. el señor John w. Titcomb, con el propósito de que estudiara la posibilidad de aumentar la capacidad de producción íctica de nuestras aguas y organizara, como se había ya hecho en otros países, una oficina que se encargara del fomento de la piscicultura, ya sea difundiendo especies nativas como exóticas, de peces que pudieran tener importancia económica.

Llegado a Buenos Aires el referido técnico, se propuso visitar rapidamente distintos lugares del país para realizar los estudios que le habían sido encomendados.

Comenzó por visitar la zona de los lagos del sur, y con ese fin el 20 de octubre de 1903 se trasladó a Neuquén, empleando 19 días para llegar al lago Nahuel Huapi.

Al mismo tiempo buscó un lugar apropiado para iniciar los trabajos de piscicultura y después de mucho recorrer eligió un sitio próximo a un ojo de agua llamado manantial de Molina en la estancia El Cóndor, que producía, sin interrupción, durante todo el año 5QO litros por minuto, con una temperatura invariable entre 9° y 10° C en todas las instalaciones. Fué el agua más fría que se encontró en esos meses de verano y se la consideró como muy buena para la incubación de los primeros embriones de salmónidos que llegarían después de un viaje de 50 días, durante los cuales debían permanecer acondicionados entre hielo, en una cámara frigorífica a 4°C.

Se efectuó una pequeña construcción a fin de dejar preparadas las bateas, donde se incubarían los huevos; que llegarían meses deSpués.

En un pequeño bote el técnico norteamericano navegÓ el río Limay, estudiando sus aguas y las de sus afluentes hasta el río Neuquén, regresando a Buenos Aires el 9 de enero de 1904.

Mientras tanto, se contrató a otro t~cnico de renombre para preparar la primera remesa de huevos embrionados de salmónidos.

Esta elección recayó en Mr. E.A. Tulián, quien se encargó del cuidado de los mismos durante el largo viaje.

Posteriormente, dicho técnico fué el primer jefe de servicios de piscicultura en el país, cargo que desempeñó durante 5 años.

Esa fué la primera vez que se efectuó un envío de consideración a tan larga distancia; se adoptaron todas las precauciones necesarias y se trató de formar un lote seleccionado de las especies que la experiencia adquirida por Mr. Titcomb indujo a aconsejar como aptas, para su aclimatación en nuestras aguas de la zona de los lagos del sur.

El 19 de enero de 1904, el señor E. A. Tulián se embarcó en Nueva York con destino a nuestro país, conduciendo 7 cajones que contenían: 1.000.000 de embriones de Whitefish (Coregonus cupleaformis mitch); 102.700 de Brook trout (Salvelinus fontinalis mitch); 53.000 de Lake trout (Cristivomer namaycush walb); 50.000 de Landlocked salmon (Salmo sebago girad).

Este primer lote compuesto por cuatro especies de agua dulce, ascendía a 1.205.700 embriones; llegó a Buenos Aires por vía Southampton (Inglaterra) en razón de que los vapores que hacían el servicio Nueva York-Buenos Aires no poseían cámaras frigoríficas que pudieran contener los cajones que ocupaban un volumen de varios metros cúbicos, no quedando otra solución que transportarlos por la línea inglesa que disponía de vapores frigoríficos que llevaban nuestras carnes a Gran Bretaña y donde las cámaras eran la suficientemente espaciosas como para trabajar con comodidad en el cuidado constante que requieren los embriones durante su transporte. El 4 de marzo fueron llevados al criadero preparado cerca del lago Nahuel Huapi, habiéndose empleado en este recorrido cerca de 50 días, viaje que actualmente podría hacerse desde el punto de origen en mucho menos de 24 horas.
El éxito de esta primera tentativa superó a todo cálculo, pues sólo en un cajón de truchas hubo pérdidas.

Según se informó en la oportunidad, las pérdidas en conjunto del lote fueron alrededor de un 10% descompuesto en esta forma:

White fish …10%
Brook trout …20%
Lake trout …5%
Landlocked salmon …10%

Las 900.000 alevinos que se obtuvieron de la incubación del Whitefish fueron colocados en su totalidad en el lago Nahuel Huapi; como se obtuvo la certeza del éxito, por ese primer resultado, no se volvió a insistir en la introducción de esta especie, que en esa época se la consideró como la más conveniente para ser aclimatada en nuestros lagos patagónicos. Poco tiempo después de realizada esta siembra, algunos pobladores manifestaron haber encontrado unos peces que por la descripción que de ellos hicieron, se supuso fuera el Whitefish; pero lo cierto es que nunca se han capturado ejemplares de esta especie, lo que permite afirmar el fracaso de su introducción.

Los alevinos que se obtuvieron de la incubación de las demás especies introducidas fueron distribuidas en los lagos Nahuel Huapi, Traful, Espejo y Gutiérrez; además se guardaron en aquel vivero buenos planteles, con los cuales, tres años después, en los meses de mayo y junio de 1907, se realizó por primera vez en Sud América el desove de un lote de 270.000 huevos de truchas de arroyo que evolucionaron en perfectas condiciones.

También en 1904, se realizó una segunda importación de otras especies, cuyo desove se producía un poco más tarde. El transporte de estos embriones estuvo a cargo de Mr. Ormsby, que salió de Nueva York en los primeros días del mes de junio de ese año trayendo dos cajones que contenían:

Sleelhead trout (Salmo gairdneri) … 50.000
Rainbow trout (Trutta iridea) … 50.000

Esta partida llegó a Buenos Aires el 9 de julio.
El resultado obtenido con esa remesa fué desastroso, pues al acercarse a la costa del Brasil comenzaron a hacer eclosión gran parte de las ovas.
Al día siguiente de su arribo a Buenos Aires, Mr. Ormsby emprendió viaje
hacía el Nahuel Huapi con los embriones que llegaron en buen estado, pero debido a que la marcha se hacía lentamente a causa de los malos caminos y las grandes nevadas propias de la estación, teniendo en cuenta lo avanzado del desarrollo de estos embriones, resolvió antes de perderlos por completo, sembrarlos en la primera laguna que encontrara en el camino, que resultó la denominada La Grande, distante unas 40 leguas de Bariloche y 60 de General Roca.

Luego Mr. Ormsby continuó viaje hasta Bariloche para hacerse cargo de esa estación, reemplazando a Mr. Tulián, quien debía regresar a Buenos Aires para estudiar y planear las nuevas remesas de embriones que se habían proyectado traer al país, con las cuales se esperaba poblar aguas de otros lugares.

El referido piscicultor visitó la provincia de Córdoba y quedó decidido que parte de la nueva remesa sería destinada a un punto ubicado cerca de la localidad de Alta Gracia.

A principios de enero de 1905, se realizó el tercer envío, que llegó a Buenos Aires el 4 de febrero, al cuidado del piscicultor Mr. A. H. Mahoner, quien traía los siguientes productos:

Brook … 300.500
Lake trout ..224.000
Landlocked salmon .30.000
Quínnat salmon …100.000
Raínbow trout 92.000

A su llegada a Buenos Aires, se verificó que las ovas del Quinnat salmon se habían perdido en su totalidad, atribuyéndose ese hecho a que no habían sido refrescadas con agua con la debida frecuencia, durante el viaje. También hubo que lamentarse de considerables pérdidas en el lote de truchas “arco iris”.

Al día siguiente de su arribo se llevaron al criadero instalado provisoriamente en Alta Gracia, para su incubación, las siguientes especies:

Brook trout …126.500
Lake trout …12.000
Landlocked salmon …10.000
Quinnal salmon …5.000
Rainbow trout … .43.000

Debido a la alta temperatura del manantial que se utilizó para su incubación, que tenía cerca de 18° C, los resultados de este ensayo fueron malos, registrándose pérdidas elevadas. El resto de esa remesa fué enviado a Nahuel Huapi donde se desarrollaron en buenas condiciones, distribuyéndose luego los alevinos en los ríos de la zona.

El éxito obtenido en estos ensayos entusiasmó a las autoridades y se ordenó intensificar los trabajos. Con ese objeto, el señor Tulián se embarcó el 19 de octubre de 1905 con destino a Europa y los Estados Unidos, para preparar el envío de otra remesa de huevos de salmones y truchas.

Llegó a Inglaterra el 4 de noviembre, donde comprometió un lote de salmón del Atlántico (Salmo salar) y trucha europea (Salmo fario); continuó viaje a Nueva York donde arribó el 24 del mismo mes.

Después de visitar las mejores estaciones de piscicultura de diversos estados, a efectos de solicitar y organizar la preparación del cuarto envío de embriones que se haría a la Argentina, se embarcó de regreso en Nueva York, ello de febrero de 1906, llevando a Southampton doce cajones que contenían:

Quinnat salmon …300.000
Sockeye salmon …122.500
Silver salmon …92.500
Trucha de lago. …80.000
Trucha de arroyo. ..60.000
Sahnón de agua dulce ..30.000
Trucha arco iris. …25.000

De Southampton salió el 23 del mismo mes, habiendo cargado allí previamente embriones de las siguientes especies:

Salmón del Atlántico (Salmo salar) 25.000
Trucha europea (Salmo fario) .6.000
Las tres primeras especies del género Oncorhynchus son salmones marinos que remontan los ríos para el desove, y los demás de aguas continentales.

Esta remesa llegó a Buenos Aires el 17 de marzo con todos los huevos en excelente estado de conservación, con excepción de los de la trucha europea.

Debido a que no se pudo obtener vapor para conducir los embriones a Santa Cruz, hubo que demorar su salida hasta el 27 de marzo, fecha en que se efectuó el viaje en la corbeta Uruguay, lo que dió lugar a que algunos huevos de salmón del Atlántico y truchas de arroyo hicieran eclosión en los cajones cuando fueron desembarcados en el criadero de Santa Cruz el día 27 de abril, por el largo trayecto que fué necesario recorrer.

En esa oportunidad se informó que desde que empezó el embalaje de estos huevos en los Estados Unidos o Inglaterra, hasta que los alevinos fueron sembrados después de la reabsorción del saco umbilical, las pérdidas no excedieron del 4 al 8% en los salmones y truchas, exepto el salmón del Atlántico, la trucha europea, la arco iris y la del arroyo, cuyas pérdidas fueron considerablemente mayores.

Con respecto a los salmones de mar, del género Oncorhynchus, que por primera vez se traían al país, Mr. Tulian en un informe elevado a la superioridad manifestaba que no abrigaba duda alguna sobre el éxito que tendría la propagación de estas especies en nuestra costa patagónica, pues se había comprobado en trabajos recientemente realizados en Nueva Zelandia, que dichos salmónidos volvían a los ríos de ese país, y no habría dudas respecto del éxito de esa introducción.

Hasta el presente no se tienen noticias de haberse hallado en los ríos de la Patagonia, representantes de las especies aludidas.

El 18 de enero de 1908 se despachó desde Estados Unidos el quinto envío, para cuya preparación Mr. Tulian se había trasladado nuevamente a ese país, donde contrató al señor F. Brophy, para reemplazar a uno de los piscicultores norteamericanos que por razones de salud tuvo que abandonar el país. En esta nueva remesa se importaban algunas especies no introducidas hasta entonces y se componía, a su salida de Nueva York, vía Southampton, de la siguiente manera:

Codfish o Bacalao ..3.000.000
Salmón Quinnat …300.000
Salmón lomo azul …104.000
Salmón plateado …90.000
Trucha arroyo. …75.000
Trucha lago …75.000
Trucha arco iris …30.000
Salmón encerrado ..15.000

A su llegada a Inglaterra, la pérdida de los embriones de bacalao fué casi completa, motivo por que se desistió continuar el transporte de dicha especie, cuya aclimatación no se volvió a intentar. El 30 de enero se reembarcaron en el vapor Thames con destino a Buenos Aires, agregándose un lote de 20.000 ovas de salmones del Atlántico, quedando desde ese momento la partida a cargo del señor F. Brophy, el que una vez llegado a esta capital se trasladó a Santa Cruz donde llegó el I de marzo. Estos embriones arribaron en buenas condiciones, salvo el pequeño lote de salmón del Atlántico que se perdió en su casi totalidad y un 30% de pérdidas que arrojó el lote de truchas “arco iris”.

Una vez incubados, estos embriones se distribuyeron en las aguas de la Patagonia en la forma siguiente: la trucha de lago, el salmón encerrado y el salmón sockeye fueron sembrados en el lago Argentino y otros manantiales próximos.

Las otras especies de salmones fueron liberadas en el río Santa Cruz y tributarios, como el río Gallegos y sus afluentes. La trucha de arroyo fué sembrada en distintos tributarios de los ríos anteriormente mencionados, como ser el lago Argentino y el San Martín. La trucha “arco iris” se sembró en su totalidad en el río Santa Cruz.

Mientras tanto Mr. Tulián, que se había quedado en Inglaterra, regresó a los Estados Unidos después de recorrer durante tres meses las principales estaciones de piscicultura de Francia, Alemania y Bélgica, donde adquirió algunos elementos de piscicultura y embriones con destino a Buenos Aires y preparó una nueva remesa que constituiría el sexto envío. El referido técnico salió”,el 6 de mayo de Nueva York, con unos 300.000 embriones de truchas “cabeza de acero”, y llegando a Inglaterra agregó allí a la partida 50.000 embriones de trucha “arco iris” que había encargado pocos meses antes en su gira por Alemania.

Llegó a Buenos Aires el 7 de junio y pocos días después se trasladó al criadero instalado en la Cumbre, provincia de Córdoba.

La pérdida de huevos durante el viaje fué muy pequeña, alcanzando sólo a un 10%, siendo ésa la primera vez que se lograba transportar esta especie con tan reducidas mermas. Desgraciadamente éstas se elevaron algo durante la incubación, pero asimismo se consiguió que naciera un porcentaje numeroso de estos peces.

Al año siguiente, 1909, se introdujo la séptima remesa; para su cuidado se comisionó al señor L. Valette y fue la primera vez que estos embriones fueron conducidos sin tener necesidad de contratar personal en Estados Unidos.
El señor Valette salió de Nueva York, vía Southampton, con el siguiente cargamento:

Salmón Quinnat …..200.000 ovas
Salmón plateado ….100.000 ovas
Salmón lomo azul …100.000 ovas
Trucha de arroyo …50.000 ovas
Trucha de lago ….25.000 ovas
Trucha arco iris.. ..50.000 ovas
Salmón encemldo …15.000 ovas

La totalidad de esta partida de ovas fué destinada a la estación de piscicultura de Santa Cruz, donde se desarrollaron en el curso de los ríos Santa Cruz y Chico.

Esto último lote se introdujo bajo la dirección del señor Tulián; poco después dicho técnico renunció al cargo de jefe de la división de Piscicultura, en junio de 1909, y regresó a Estados Unidos.

El nuevo jefe de la División de Piscicultura solicita las autoridades que se contratara un nuevo técnico especializado en estos trabajos y pocos meses después se logra traer al país al piscicultor H. Kelly, a quien se le encargó el cuidado de una nueva remesa.
El señor Kelly salió de Nueva York, vía Southampton, a principios de enero y llegó a Buenos Aires el 17 de febrero de 1910, trayendo:

Salmón Quinnat …200.000
Salmón de lomo azul …100.000
Salmón plateado ….100.000
Salmón de agua dulce ….25.000
Trucha de lago ….50.000

Llegaron en excelentes condiciones y fueron nuevamente destinadas en su totalidad, al criadero de Santa Cruz.

En 1930, el doctor Tomás J. Marini reemplaza al señor Valette, que se jubila en el cargo de jefe de la oficina de Pesca y Piscicultura y en ese mismo año solicitó a sus jefes se gestionara ante el gobierno de Chile la obtención de ovas de algunas especies de salmónidos, que en esa época se constató no eran abundantes en nuestras aguas, pedidos que fueron satisfechos con toda deferencia.

En junio de ese año llegaron de Chile 4 cajas conteniendo 50.000 embriones de salmón encerrado (Salmo sebago) en buenas condiciones, sembrándose en su totalidad en la zona del parque nacional Nahuel Huapi.

Posteriormente se recibió otra remesa de 125.000 huevos de trucha “arco iris” destinada al embalse de río Tercero; pero por causas diversas hubo que lamentar grandes pérdidas, malográndose así una importante iniciativa.

Desde que llegó al país la primera remesa de 125.000 huevos, el Ministerio de Agricultura mantuvo hasta el año 1930 el vivero de Bariloche, en el rilismo lugar que había elegido con gran experiencia Mr. J. T. Titcomb.

La International Fisheries Exhibition que tuvo lugar en Londres desde
mayo a octubre de 1883, atrajo a 2.703.051 visitantes.
La población total de la ciudad en esa época era de 4.000.000, incluyendo mujeres y niños.
En 1896 apareció en los catálogos el “bote neumático Layman”, que luego cayó en desuso. Aparentemente el “belly-boat” de los catálogos no es tan moderno como creíamos. Otro caso de “novedades” que resultan tener casi un siglo…

Una respuesta a “Origen y desarrollo de los salmónidos en la Argentina”

  1. Lucía Galfione dice:

    Hola! Quisiera saber la/las fuentes de donde obtuvieron esta información, muchas gracias!

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