Mi primer dorado con mosca

por Juan Carlos Funes

Ante un sinnúmero de invitaciones de mis amigos rosarinos para una salida de pesca de dorado con mosca embarcados en el delta de Rosario y lógicamente motivado por todo lo que me habían contado con respecto a la combatibilidad de dicho pez, decidimos junto con mi amigo Fernando Uhía aceptar la invitación.
Trescientos kilómetros nos separan de Rosario; por lo tanto el viaje se hace corto: tan solo cuatro horas sin correr demasiado.
Arribamos el viernes a la noche y alrededor de una mesa, cenando en el Wembly, ultimamos los detalles para el día siguiente. La excursión estaría compuesta por dos lanchas; en una saldría Fernando con Don Armando y en la otra Freddy y yo. Cada cual tomaría un rumbo distinto ya que el pique no estaba localizado. De esa manera tendríamos que investigar zonas diferentes ya que, además, lo angosto de los arroyos no permiten ser pescados por más de una lancha. Por la mañana Freddy me pasa a buscar y previa compra de combustible, comestibles y bebidas, nos dirigimos hacia la guardería. Nos embarcamos y cruzamos el Paraná con rumbo este internándonos en el delta a través de arroyos angostos y sinuosos. Muchos de ellos están bloquedos por densos camalotales que, obstruyendo el paso, nos obligaban a retroceder y recomenzar la búsqueda de lo que los conocedores llaman “cañito” que no es nada más que un canal o zanjón.que permite acceder a un nuevo cauce por donde poder continuar.(Se recomienda no internarse en esta zona si no es con algún baqueano ya que es un laberinto).
Luego de aproximadamente una hora de marcha arribamos a una salida de arroyo con marcada corriente y agua “negra”, lugar típico de acecho. Nos amarramos a unas cortaderas desde la proa y con bastante cabo de manera de poder ubicarnos frente a la boca ya tiro de la zona con mayor corriente.
Armé la caña; una Sage para línea 8 de tres tramos y por indicación de Freddy le coloqué un shooting de hundimiento rápido, un leader de acero de 121ibras de aproximadamente 20 cm de largo en el cual enganché un streamer negro de pelo de ciervo con lomo de fibras de pavo real que tenía una cabeza tipo muddler “chica” y ojos de plomo, atada sobre un anzuelo 2/0. Para facilitar el cambio de moscas elleader estaba armado con un “snack” (gancho de acero).
La mejor posición de lance era la popa y hacia allí me dirigí, me sentía muy tenso y nervioso pues para mí todo aquello era nuevo. Comencé a hacer un par de falsos cast jmprimiéndole velocidad a la mosca cuando de pronto me quedé colgado atrás en las cortaderas. Debía levantar más la mosca hacia atrás. En ese momento Freddy me avisa que había actividad en la costa opuesta; estaban cazando los dorados y para llegar hasta ellos debería realizar un cast de aproximadamente 20 metros con ese “plumero”.
Hice el primer tiro y dejé derivar la línea recogiéndola lentamente como lo hago habitualmente en el sur. Al observar Freddy que levanto la línea cuando ya sale de la corriente, me recomienda que siga recogiendo la mosca hasta llegar al borde de la lancha pues esa zona también es efectiva. Así lo hice en mi segundo lance, y de pronto… ¡zas! El pique fué brutal, la caña parecía que iba a partirse; una corrida. otra. pero no saltaba. Se planta en el fondo. Fuerzo la caña para ver hasta donde resiste y obtengo por resultado otra corrida.
Freddy comenta: “puede ser grande porque no salta”. Al cabo de 10 minutos logro arrimarlo a la lancha. Mi compañero lo toma de la cola y del leader levantándolo. Es magnífico. Es mi primer dorado con mosca. calculamos que debía tener alrededor de tres kilos. Por ser de agua transparente la coloración es amarillo intenso con líneas negras bien marcadas, lomo muy oscuro y aletas anal y caudal muy rojas.
Le sacamos la mosca y lo devolvemos al agua. IQué lindol No se imaginan como me puse de ancho. Creo que desbordaba de la lancha. Mi segundo lance y uno de tres kilos… ¿Qué vendría luego? …Bueno les digo que vinieron más dorados y que también me tomó la mosca un sábalo de aproximadamente kilo y medio. Freddy por su lado también pescó varios dorados y como cosa poco común un “cabeza amarga” un pez por pocos conocido pero muy voraz. Como verán con mosca se puede todo si se encuentra el lugar apropiado.
Comentamos que es una lástima que los pescadores con mosca no aprovechemosmásla pesca deldorado. En fin… muy contentos y cansados emprendimos el regreso.

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