INFORME DE LA APERTURA

Hemos esperado un largo invierno, pero al fin llegó el momento… ¡Las truchas esperan!

La apertura de esta temporada de pesca 91 /92, tuvo como característica principal, el alto caudal de agua de los ríos. Además de las grandes nevadas del invierno, que acumularon una Considerable cantidad de nieve, se agregan las que aún a mediados de noviembre se seguían produciendo. Si sumamos las lluvias abundantes de antes y después del nueve de noviembre, podemos deducir fácilmente, que tendremos agua alta para rato.

El otro aspecto importante, que siguió esta primera parte del período de pesca, ha sido la temperatura del agua, que fluctuó en la parte baja del río Malleo entre 7 y 13 grados centígrados en las dos primeras semanas.
Estos dos factores obligaron a plantear una estrategia de pesca particular: En ocasiones la rapidez del agua hizo fracasar las líneas de flote, debiendo apelar a ninfas lastradas y línea hundida. Las eclosiones de insectos no fueron muy claras y sólo se pudo tentar una buena trucha Con moscas secas grandes (# 10) y muy cargadas, por ejemplo las Wulff. Estas dificultades no impidieron la captura de marrones de gran porte y arcoiris de increíble vitalidad.

Un párrafo aparte, merece lo que llamamos Malleo Arriba, donde se advierte un notable incremento en el tamaño y la cantidad de pescados. Es sin duda esta mejora atribuible al mantenimiento estricto de la política catch and realease, vigente desde hace varios años.
La pesca con ninfas, al igual que en el curso inferior, se dió hundiendo la mosca y lo que realmente distinguió a este tramo del río fue que en varios lugares las truchas comían emergentes y secas a toda hora.
El Quilquihué, muy torrentoso, lo que unido a sus grandes piedras, lo hacían difícil de vadear. Sin embargo el esfuerzo valió la pena por la abundancia de truchas medianas, muy combativas, que se cobraron principalmente con ninfas y streamers chicos.
En la Boca del Chimehuín (vedada hasta el 12 de diciembre) se obsevaron truchas de gran tamaño comiendo ninfas en el fondo. Se nos hizo “agua la boca”.
En el cauce de este torrentoso río se cobraron piezas de gran tamaño con streamers grandes y ninfas muy lastradas.
El Caleufú, a la altura del monolito, ofreció abundancia de truchas de tamaño respetable.
En la boca del Traful aparecieron y se pescaron muy buenos salmones y en todo su curso arcoiris grandes.
El lago Huechulafquen en su margen sur -arroyo San Pedro -muy buenas arcoiris y también algún “jumbo”. No menos pródigo fue el lago Paimún con quienes se acercaron a el.
El temprano cierre de esta edición nos sorprende sin demasiados datos respecto a otros lugares, pero con los que contamos, podemos afirmar que la pesca, aunque no fácil si es abundante, y que promete una magnífica continuidad.

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