El manejo de los recursos pesqueros I

Conservación

por Lic. José Mestre Arceredillo

El autor es Jefe del Area Técnica de la Dirección de Recursos Ictícolas Acuícolas de la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente. Su curriculum es demasiado amplio como para transcribirlo en este Boletín; basta decir que desde 1976 ha sido responsable de numerosos estudios sobre evaluación de recursos pesqueros y recientemente ha representado ha nuestro país en la Cuarta Reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica. José Mestre es ávido pescador y antiguo miembro de nuestra Institución.

“Ya es hora de que las normas que regulan la pesca deportiva se sustenten sobre la base del estudio de la dinámica de cada ambiente en particular; tarea que compete, desde ya, a especialistas. y no, como lamentablemente suele ocurrir, atendiendo fundamentalmente a los intereses de directivos de instituciones o clubes de pesca, “dueños” de ríos o de hosterías, etcétera.”

Frecuentemente nos alarmamos al enterarnos a través de distintos medios de que en tal o en cual lugar la calidad de la pesca ha decaído notablemente. De que ríos que antes eran extraordinarios pesqueros no rinden en la actualidad las piezas que los hicieron conocidos en todo el mundo. ¿Es que ya no quedan peces?

Obviamente, esto no es así. En realidad, lo que ocurrió en esos lugares es que gradualmente la presión de pesca fue en aumento y se produjeron variaciones en sus estructuras poblacionales.

Para comprender estos cambios es necesario referirnos a algunos conceptos elementales de biología pesquera. Si le preguntáramos a cualquier persona qué cree que es la biología pesquera, casi seguro nos respondería que es una actividad científica que se ocupa del estudio de la pesca comercial, asociándola inmediatamente con barcos, redes y merluzas.
No obstante, aunque nos cueste creerlo, nuestra actividad deportiva, con otras artes de captura, es ni más ni menos que otra forma de explotaciÓn del recurso pesquero, y como tal puede interpretarse con las herramientas de esta rama de la biología.
Empecemos por definir algunos términos. Se denomina especie al conjunto de individuos de características similares capaces de reproducirse entre sí y dar crías fértiles. Las especies se designan con dos nombres grecolatinos: por ejemplo, Salmo trutta, y un nombre Común o vulgar: en este caso “trucha marrón”, a veces éste puede referirse a un grupo de especies, como los “salmones del Pacífico”, que comprenden al Oncorhynchus nerka y Oncorhynchus kisutch entre otros.

Una población reúne a los individuos de una misma especie que habitan en una región delimitada. Las truchas arco iris del Malleo, por ejemplo, son una población; las marrones del mismo río, otra. A veces ocurre que en por un mismo ambiente existe una barrera natural o artificial que separa poblaciones de la misma especie pero con características diferentes; por ejemplo: aguas arriba y abajo de una cascada o una represa.
Se llama comunidad al conjunto de poblaciones que conviven en un mismo ambiente, estableciendo entre sí relaciones de distinto tipo: predador-presa, competencia, simbiosis, comensalismo, etcétera.

A continuación analizaremos el funcionamiento de una población de peces, con los parámetros que la definen y también la forma de emplear esta información para un manejo apropiado del recurso pesquero.
Cada individuo nace de otros semejantes, se alimenta, crece, se reproduce y finalmente muere. Esta secuencia, común a todos los componentes de la población, debe producirse con determinada frecuencia para garantizar la continuidad de la especie. Pero, como podemos observar en el gráfico, no todos los individuos que nacen logran completar el ciclo: muchos mueren sin llegar a reproducirse; incluso sin completar su desarrollo.

Sin embargo, los que logran reproducirse generan una cantidad suficiente de huevos para permitir que algunos individuos alcancen el estadio reproductivo y así asegurar la continuidad de la población. Tenemos en el gráfico (datos europeos del desove de una trucha marrón de un kilo), un ejemplo de lo que acabamos de describir.

Ciertos factores, de efectos opuestos, afectan permanentemente a todas las poblaciones. Actúan simultáneamente y mientras algunos tienden al aumento de la poblaciÓn, otros la hacen disminuir. Del balance de los mios depende, en un momento dado, la estructura y el tamaño poblacionales.
Se denomina tamaño poblacional al total de los individuos de una población, cuando lo expresamos como la suma del peso de todos.
Nuestra actividad deportiva, con otras artes de captura, es ni más ni menos que otra forma de explotación del recurso pesquero II ellos se conoce como biomasa; mientras que estructura poblacional es la forma
en que el tamaño poblacional está distribuido; por ejemplo: número de individuos de determinada edad o tamaño, a los que corresponden pesos individuales.

Se consideran factores causantes de disminución pOblacional a la pesca y la mortalidad natural y del aumento a los sobrevivientes que se alimentarán, crecerán y reproducirán integrando nuevos individuos a la población. En consecuencia, una población podrá aumentar, disminuir o mantenerse estable, pero siempre será el resultado de la interacción de estos factores opuestos que determinarán su constante renovación.
Uno de los primeros en describir a través de una herramienta matemática estos procesos fue Russell, quien en 1931 propuso: AP=G+R-M-F ó AP = (G + R) -(M + F)
“El equilibrio de la población encontrando los valores máximos de extracción, mediante la pesca deportiva sin perder el nivel de equilibrio, es el objetivo de una correcta política de administración del recurso”
Donde LlP es la variación de biomasa (tamaño poblacional) entre dos instantes; por ejemplo, biomasa al final de un período menos biomasa al principio del mismo.

o: aumento en peso de los sobrevivientes al final del período.
R: cantidad de individuos nacidos ingresados a la población en el período (reclutamiento).
M: cantidad de individuos muertos por causas naturales en el período.
F: cantidad de individuos pescados en el período.

Por lo tanto, (G + R) representan los factores de aumento, y (M + F) los de disminuciÓn, mientras que AP
nos indica el estado de la población. Cuando @ es mayor que O, la población está en crecimiento porque la biomasa final es mayor que la inicial.
Según la ecuación de Russell, los factores de aumento son mayores que los de disminución. Este es el caso, por ejemplo, de la introducción exitosa de una especie en un ambiente nuevo, como, la de los salmónidos a principios de siglo en nuestro país.

Si AP es menor que O, la población está en retroceso porque la biomasa final es menor que la inicial y priman, según la ecuación, los factores de disminución sobre los de aumento. Es lo que sucede, por ejemplo, en una población sobrepescada o cuando aumenta la mortalidad natural (contaminación, enfermedades) o cuando el crecimiento es inferior
al normal (alimentación insuficiente) o falla el reclutamiento (desastres climátiCOS, escasez de sitios apropiados de reproducción).
Nos encontramos finalmente con una población en equilibrio cuando LlP es igual a O, porque la biomasa final es igual a la inicial. En la ecuación, los factores de aumento inciden tanto como los de disminución. Este estado de equilibrio es el que se busca en una correcta política de conservación del recurso. Si además se pretende optimizar la utilización del mismo, deben hallarse los valores máximos de extracción que permitan preservar el equilibrio. En nuestro caso, la forma de extracción será la pesca deportiva.

Evidentemente, a fin de manejar adecuadamente los recursos de un ambiente, resulta imprescindible conocer estas variables, o al menos algunos indicadores de las mismas, ya que intentarlo sin considerarlas puede llevamos a resultados inciertos ya tomar decisiones arbitrarias y muy probablemente equivocadas. Deberíamos exigir de las autoridades competentes el estudio de estos temas y la difusión de los resultados obtenidos para interpretar como regulan nuestra actividad.

El esquema simplificado de la ilustración es cierto, pero la microdinámica que lo rige no es tan simple; especialmente en las aguas dulces, que son tan cambiantes.

El medio ambiente, con todos sus condicionantes, como la temperatura, oxigenación, fauna acompañante, disponibilidad de espacio y alimentos, etcétera, determina hasta que nivel de desarrollo puede llegar una población, convirtiéndose alguna de las variables citadas en el factor limitante que evita el crecimiento indefinido y hace que toda población alcance un máximo posible. Los efectos de esta limitante se expresan en alguno de los cuatro factores de la ecuación general de Russell.

Como esquema general es común para todas las poblaciones y ambientes, pero no sucede lo mismo con los factores limitantes, las observaciones efectuadas en un determinado lugar no pueden trasladarse linealmente a otros.

Finalizamos aquí nuestro primer encuentro, que espero sirva para generar nuevas inquietudes y constituya la base sobre la que continuemos conociendo nuestro recurso: los peces.

Agradezco la colaboración de Julio Gilardi para darle forma a esta nota.

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