Boletín Mosquero 41

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Dinosaurios con mosca

por J. P. Gozio

El día muere en un cuadro con la pincelada del Mejor de los Pintores. El agua, enmarcada por una hilera de afilados juncos, refleja como un ahumado espejo el rojizo horizonte. Se combina con un borde aterciopelado de color verde delicadamente provisto por la vegetación acuática fundida al juncal. La alta temperatura del día se rinde ante una fresca brisa con olores naturales, haciendo aún más confortable el ambiente. La calma más absoluta sólo es perturbada por el chapoteo distante de aves acuáticas y su danza prenupcial.

El cristal se rompe aleatoriamente con violentos borbollones producto de la actividad milenaria de cazar para comer de las especies carnívoras. La naturaleza en su plenitud se me revela y me encuentro en ese momento mágico empuñando mi caña de mosca. Nada puede ser mejor. Es el momento perfecto. La belleza de la naturaleza en su más cruda expresión combinada con la sutileza del estilo de pesca más refinado. Despierto del ensueño ejerciendo la tensión final sobre el nudo para atar mi mosca. Es mi favorita, sin dudas no fallará.
Tanta dedicación y esmero días atrás en la mesa de atado la crearon, y hoy, en mis manos, tratará de cobrar vida. Ajusto los anteojos, bajo la visera del sombrero, cierro el puño sobre el suave corcho, disfrutando de su áspera sensibilidad, suelto la mosca y hago un roll para empezar a extender la línea. El blanco estaba marcado desde hacía unos minutos. Como un centro para dardos, se había abierto un círculo en el agua, delatando la presencia de la presa y fijando en mis retinas el lugar preciso para ubicar la mosca. Y aquí estaba, con la línea en el aire y apuntando con la concentración de un tirador olímpico. A diferencia de un dardo mi mosca no tendría que acertar en el impacto sino en su recorrido. Sabía que el tiro debía pasar unos centímetros la posición marcada. Y mágicamente así sucede. La línea se extiende, la acompaña el leader y finalmente la mosca que impacta bruscamente en el agua con un chasquido, apenas a un puño de la hilera de juncos. Cuando la fugaz turbulencia se disipa, comienzo a recuperar la línea conteniendo la respiración inconscientemente. La mosca hace su trabajo y cobra vida bajo el agua. Dos tirones y la superficie lisa del agua es surcada por una aleta. Como un submarino emergiendo se acerca velozmente y se detiene cerca de la mosca. Observa. Toma medidas. Compara lo que la evolución le ha enseñado durante millones de años con esa imitación artificial. Todo en una pizca de segundo y frente a mis ojos. Soy testigo en ese instante del juego ancestral entre la inteligencia del hombre y el instinto del animal que quiere como presa. Afortunadamente el engaño funciona. Por alguna razón misteriosa, ese conjunto de pelos y plumas se convierte en un pequeño pez, atractivo para el predador. Doy un tirón corto pero violento y la furia se desata. Ante la sensación de pérdida del preciado alimento el predador se lanza ferozmente sobre el impostor. El agua estalla en cristales rotos y la mosca desaparece en las fauces dentadas que se cierran con fuerza impidiendo toda escapatoria. Del otro lado de la línea, me encuentro yo, el predador de orden superior que con un movimiento de la punta de la caña clavo mi garra significada artificialmente por el anzuelo. El engaño estaba consumado, ahora quedaba una lucha violenta por la supervivencia. El embaucado no es ágil, pero es fuerte. De pronto, con el orgullo herido, salta contra la pared de juncos golpeándola con fuerza, atravesándola. En el salto refleja por completo los colores del atardecer agregando un toque de belleza a la escena. Vuelve al agua por acción de la gravedad, dejando algunos juncos rotos. Enojada por la ineficacia del golpe para liberarse, corre unos metros hacia la zona profunda del claro. Con algo de tensión en la línea pretendo moverla, pero en una reacción sorpresiva decide elevarse nuevamente, esta vez más alto y con más violencia. La veo explotar en el aire y salpicar a su alrededor en contorsiones frenéticas. Se erige en todo su esplendor un pez antediluviano de fuerte mandíbula y aspecto amenazante. Sacude su cabeza violentamente mientras puedo ver la mosca en forma borrosa salir completamente de sus fauces. La línea se afloja… Ella gana. A la primera sensación de enojo sucedió la del regocijo. Miré el entorno, miré la mosca algo maltrecha y me alegré. Como se alegra uno cuando juega a algo con un amigo y él gana. Mi compañera estaría disfrutando de su triunfo, fijando en su memoria a esa mosca impostora que por última vez la había engañado, de eso estaría segura.

Había sido otro mágico encuentro estival con un dinosaurio llamado tararira.

Los inicios de la pesca con mosca, en el mundo y en nuestro país, han tenido un común denominador: los salmónidos. Probablemente sean los peces más atractivos para capturarse bajo esta modalidad. Esto se debe, entre otras cosas, a su belleza, la de su entorno y a la dificultad que reviste su pesca, la que requiere el conocimiento de complejos sistemas de alimentación y un entendimiento adecuado de su comportamiento.

Han pasado los años y el pescador con mosca diversificó sus posibilidades orientándose hacia especies alternativas para la modalidad. Así se empezaron a pescar en Europa y Estados Unidos: el lucio (pike), el bass, el walleye, bluegill (la chanchita del norte) y otros peces de agua dulce. Estas pruebas también condujeron a los pescadores hacia las aguas saladas, encontrando bonefish, tarpon, redfish, permit y algunos túnidos, por nombrar los más conocidos.

La pesca con mosca perdió su identificación inicial con los salmónidos y se convirtió en una disciplina apta para capturar un abanico importante de peces deportivos. En nuestro país se pesca el dorado, el chafalote, la tararira, pejerrey, dientudo, mojarrita y tantos otros aún no investigados profundamente. Por ello, esta nota está dedicada a la tararira, una especie de alto valor deportivo y abundante en diversos ríos, arroyos, lagunas y charcos.

El pez

Creo que el estudio del pez que vamos a intentar pescar nos da una ventaja invaluable antes de elegir la técnica de pesca. Por eso, empecemos revisando cómo es una tararira. Tarea para la cual pedí ayuda a José Mestre, a quien agradezco su importante aporte.

Según el libro “Los peces argentinos de agua dulce” (Ringuelet 1967) las tarariras son “Characiformes ictiófagos de cuerpo poco comprimido, subcilíndrico, con cabeza fuerte y ósea, de boca grande provista de dientes caniniformes cónicos. No posee aleta adiposa y la aleta caudal presenta un perfil redondeado. Se trata de un grupo presuntamente antiguo, quizás el más arcaico de los characiformes vivientes…” En este sentido cabe destacar que casi todos nuestros peces de la Cuenca del Plata son Characiformes, dorado, sábalo, boga, mojarra, pacú, etc. No lo son los amigos bigotudos con cuero ni el pejerrey, entre otros.
Analizando la contextura corporal y las aletas de la tararira descubrimos rápidamente que es un pez de natación relativamente lenta. Con aletas redondeadas y cuerpo poco hidrodinámico, se trata de un pez “diseñado” para vivir en ambientes de aguas quietas, realizar cortos pero potentes desplazamientos, cazar al acecho (por la falta de velocidad) y camuflarse fácilmente. En contraposición pensemos en un dorado, de gran colorido, con posibilidades de desarrollar altas velocidades en su natación a través de su cuerpo estilizado y aletas anguladas. El dorado no necesita esconderse, simplemente se lanza como flecha sobre sus presas. Recuerden también la forma de un atún, similar a un torpedo, con una cola angulada y fina, y aletas casi imperceptibles, que le permiten alcanzar altísimas velocidades.
En nuestro país se conocen dos géneros con una especie cada uno: Hoplias y Hopleythrinus. En ambos casos “hoplon” viene del griego armadura, haciendo referencia a la contextura ósea de su fuerte cabeza.
La Hopleythrinus Unitaeniatus no es más ni menos que la llamada tararira ñata que habitualmente se usa como carnada para dorado o surubí en el Paraná superior. Curiosamente es una especie adaptada para la respiración aérea, lo que contribuye a su ya alta resistencia a las condiciones ambientales variables. Las diferencias respecto de la Hoplias son casi imperceptibles para el pescador, salvo una: su tamaño. La ñata raramente supera los 30 centímetros. Su pesca no es susceptible de ser realizada en forma deportiva ya que generalmente su aparición es ocasional.
Su hermana mayor, la Hoplias Malabaricus Malabaricus (simplemente tararira, tarucha o tarango para nosotros) es mucho más conocida para nosotros los pescadores. De características físicas similares, su tamaño puede alcanzar hasta 70 centímetros, llegando a pesar 9 o más kilos, dependiendo del ambiente en el que se la encuentre. Su área de distribución es asombrosamente extensa, encontrándose ejemplares de Hoplias en las cuencas de ríos argentinos como el Bermejo, Dulce, Pilcomayo, Paraná, de la Plata, Uruguay, Salado (Pcia de Buenos Aires) y en países de latinoamérica como Venezuela, Colombia, Brasil, Perú, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Su amplia distribución permite al pescador encontrarla cerca de su lugar de residencia y disfrutar de su pesca sin realizar largos viajes.
Llegado a este punto del escrito seguiremos refiriéndonos a las Hoplias y dejaremos de lado a sus hermanitas ñatas.

Ciclo de vida

La tararira es un pez de aguas cálidas. Es por ello que en la mayoría de los ambientes de nuestro país se la pesca en forma estacional entre septiembre y abril, variando en función de las condiciones climáticas de los meses extremos. En las lagunas, arroyos y pequeños ríos se da un proceso como el descripto a continuación.

Durante los meses fríos del invierno vive en estado de letargo, generalmente busca aguas profundas (cuyas variaciones de temperatura no sean tan extremas como en las zonas bajas) y se desplaza por el fondo. Cuando se encuentra aletargada, realiza movimientos muy lentos y no se alimenta. En esta época se captura casualmente en líneas de pejerrey, tratándose principalmente de ejemplares pequeños, los primeros en activarse ante un leve aumento de temperatura. También es pescada comercialmente con los dañinos trasmallos, contradiciendo un un mito muchas veces escuchado: que la tararira se entierra en el fondo durante el invierno.

Para el comienzo de la primavera (septiembre y octubre), la temperatura del agua va aumentando y su comportamiento se activa. Se desplaza a las aguas más bajas (20 a 30 cms), que son las primeras en calentarse. Retoma su actividad alimenticia y se prepara para el desove. Fabrica un nido, cavando un hoyo de unos 15 cms de profundidad por 30 cms de diámetro. Luego comienza el desove y permanece en el nido moviendo suavemente la cola, generando corriente de agua sobre las ovas, para evitar el estancamiento de agua sobre el nido. También realiza una estricta vigilancia de sus crías, comportándose en forma muy agresiva frente a algún intruso. Mientras desova no responde a ningún arte de pesca, pero los momentos anteriores y posteriores son excelentes para pescarla. Antes porque se alimenta para reponer energías perdidas en el invierno y después porque está cuidando el nido. En esta época la pesca puede realizarse durante todo el día, mejorando desde el mediodía, cuando el agua recupera la temperatura perdida durante la noche.

En pleno verano, con la temperatura que sigue subiendo las taruchas se dispersan hacia aguas más profundas, haciendo más difícil encontrar zonas con alta concentración de peces como durante el desove. En este momento los momentos más efectivos para pescarlas son amanecer y atardecer, en ese orden, y serán más efectivas las pruebas con moscas de media agua.

El final de la temporada se extiende hasta el otoño (fines de abril según el año), hasta que el frío del final del otoño la aleja de nuestras moscas y la aletarga hasta la próxima primavera.

El invierno es sin duda el momento del año más triste para todos los amantes de la pesca de esta especie y dónde más que nunca se aplica la lamentablemente famosa frase: “Hay que pasar el invierno…”

Alimentación

Como dijimos, la tararira se alimenta al acecho. En general se esconde entre vegetación acuática, adecuando su coloración al entorno. En cuanto alguna víctima descuidada pasa lo suficientemente cerca es atacada con voracidad impar por la Hoplias. Aunque dijimos que se trata de un pez ictiófago (se alimenta de otros peces), esto no quiere decir que descarte otros manjares del aire o la tierra. Entre sus alimentos más comunes encontraremos pequeños peces (pejerreyes, dientudos, chanchitas, sabalitos, etc.), y también ranas, pichones de pájaros, ratas, alguaciles (dragon flies), y toda otra forma de vida que cometa la imprudencia de pasar cerca.
No podemos decir que los ataques a nuestras moscas se producen siempre con motivos alimenticios. Muchas veces los ataques se producen por la irritación causada por nuestra mosca invadiendo su territorio.
También diremos que la tararira no es un pez selectivo a la hora de tomar moscas. Por eso diseñaremos nuestras moscas tendiendo más a generar una acción ruidosa y atractiva que a imitar perfectamente la silueta de alguno de sus alimentos preferidos.

El equipo

Si tuviéramos que elegir el equipo de mosca para tarariras en función de su combatividad, probablemente nos arreglaríamos perfectamente con un equipo #6, o quizás menos. Sin embargo con nuestras amigas se plantean, al menos, dos problemas insalvables con un equipo liviano. El primero es que la mayoría de las moscas que usamos son grandes y casi imposibles de lanzar con esos equipos. El segundo es que, en general, las encontramos en áreas de abundante vegetación acuática sumergida, obligándonos a “apurar” la captura evitando el enredo en las plantas, cosa que da por terminada la pelea por pérdida del pez o por agotamiento de éste atrapado por las plantas.

Por lo expuesto mi preferencia es usar un equipo #8, caña de 8 1/2 pies o de 9 pies (ideal para la laguna sería aún menos de 8 pies), de acción intermedia. Este equipo puede variar si las condiciones de pesca son diferentes. Por ejemplo, en un arroyo, sin vegetación y pescando pequeños streamers de media agua, puede usarse una caña #6.

Esta pesca debe ser la que menos depende del reel, siendo el elemento de menor importancia de todo el equipo. Cualquiera que pueda almacenar la línea se adaptará perfectamente. La tararira no hace largas corridas, siendo innecesario un reel con freno perfecto.
La línea puede ser una Weight Forward floating, aunque existen algunas líneas modernas con diseños específicamente adecuados para el lanzamiento de las grandes moscas de bass (originarias de las de tararira) como lo son las líneas Bass Bug Tapers. Un shooting de flote con running line puede funcionar bien también, aunque no son necesarias grandes distancias. Un tiro de no más de 15 metros cubrirá todas las posibilidades de pesca.

El leader debe ser fuerte y corto para permitir “dar vuelta” grandes moscas en el cast. Un largo de 1.4 metros es suficiente y las proporciones que prefiero son las siguientes:
El leader de acero se construye formando un loop, retorciéndolo y fundiendo, con un encendedor, la cobertura plástica en la zona entrelazada. El otro extremo puede dejarse libre para atar la mosca, o lo que prefiero, con el mismo procedimiento del loop, agregar un mosquetón pequeño que permite un cambio de mosca rápido.

Las moscas

Para los atadores, ésta es la parte más divertida o creativa del equipo. En la pesca de tarariras esa creatividad no tiene límites y nos permite usar los colores y brillos más atrevidos, que ni siquiera nos atreveríamos a imaginar en la pesca de truchas.

Podemos distinguir dos tipos de moscas para tarariras: las de superficie y las de media agua. Entre las primeras encontramos los Poppers, Divers, imitaciones de ranas, ratones, etc. En el caso de los dos primeros (Poppers y Divers) su forma está prevista para que traccionados con tirones secos produzcan chasquidos en la superficie del agua.

También encontraremos moscas de media agua como Deceivers, streamers de marabou, Rabbits, Double Bunny, Hi Ti, Blondes y toda otra imitación de pequeños peces. En este caso la acción se da recuperando la mosca replicando el movimiento de un pez herido o huyendo. En muchos casos será efectiva tirar con moscas lastradas para trabajarlas “raspando” el fondo, especialmente en aguas frías.

Dada la usual cantidad de vegetación de los ambientes donde vive la tararira, es aconsejable colocar anti-enganche o weedless a nuestras moscas.

Accesorios (indispensables)

Pinza: Debido a la fuerte y dentada mandíbula de la tararira, es recomendable retirar el anzuelo con un pinza de punta larga y resistente (no recomiendo las hemostáticas utilizadas para las moscas de trucha).
Sombrero, anteojos, camisa manga larga y pantalla solar: la exposición solar de todo el día es perjudicial para la piel. Estos accesorios nos protegen también del moscazo ocasional.
Repelente de insectos: los lugares dónde encontramos tarariras son también propicios para la procreación de los molestos mosquitos o jejenes, un buen repelente nos permitirá disfrutar de la pesca sin distracciones.

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Cuando lo habitual no funciona

Existen sitios y circunstancias que vuelven estériles las técnicas de uso general. Para estas oportunidades fuera de libreto, el autor propone alternativas singulares. Por ejemplo, pescar secas aguas abajo.
Desde el momento en que la pesca con mosca fue aceptada como una forma de pesca, sus cultores han ido elaborando ciertas reglas de juego, dentro de las cuales se sienten cómodos. Estas reglas – o mejor, técnicas de pesca – funcionan adecuadamente en forma general, debido a esto los pescadores se sientes a gusto con ellas y no se preocupan demasiado por modificarlas. Si algo resulta, ¿para qué cambiarlo? Actualmente, noto con agrado que los nuevos pescadores no están dispuestos a limitar sus horizontes con reglas demasiado estrictas o tradicionales. Siempre es necesario reajustar las tácticas para adaptarlas a cada momento y lugar. Creo que guiarse únicamente por normas fijas es la forma más segura de cercenar las enormes posibilidades que depara la pesca con mosca.
Hablemos un poco de los STREAMERS Y BUCKTAILS. Desde su advenimiento, consi-deramos correcto usar este tipo de moscas recorriendo el río aguas abajo, trazando, semicírculos en la corriente y moviendo la mosca a través de ella. No hay duda de que sacaremos truchas de esta manera; pero en cada río hay lugares que, por variadas razones, tornan inútil esta técnica tan tradicional.
Hacia el final de una temporada de pesca normal, las aguas bajan considerablemente. Las fuertes corrientes se aplacan y muchos POOLS se tornan pequeños lagos de espejadas superficies. No nos engañemos, las truchas siguen allí; pero mucho más cautelosas. En estos casos, un STREAMER tenso en la corriente puede no ser tan real como para tentarlas. Cambiar por una mosca seca y lanzar aguas arriba no siempre es la respuesta al acertijo, ya que las truchas a lo mejor no se interesan por una mosca flotante. ¿Por qué, entonces no tirar un STREAMER aguas arriba, como si fuera una seca?
Todo el mundo pesca ninfas aguas arriba; es un tema que ya hemos tratado. Yo uso aguas arriba todo tipo de mosca. La mejor marrón del Malleo saltó violentamente sobre una HONEY BLONDE que lancé río arriba y derivó con la corriente, sin otro movimiento de mi parte. ¿La habrá confundido con un alevino muerto? No lo sé; pero esta forma de usar las BLONDES me ha salvado más de un día.
Con MUDDLER MINNOWS y MARABOU MUDDLERS lastradas, los resultados de esta variante son espectaculares. Mi favorita es un MARABOU verde oliva, un poco lastrada de tamaño mediano. El lanzamiento es aguas arriba o ligeramente en diagonal usando el REACH CAST (ver ROLL CAST 3). Para mantener tensión en la línea, a veces es necesario recoger muy rápido. Pero cuidado con mover la mosca. Esta tiene que derivar lo mas cerca del fondo posible. Créame, no falla.
Este tipo de MUDDLERS de pluma blanda, moviéndose cerca del fondo, puede semejar la codiciada pancora. Estas, al nadar, pliegan patas y pinzas, y se impulsan con rápidos movimiento de la cola, que normalmente no vemos por estar pegada al vientre del cangrejo. Al moverse, las patas forman un ondulante conjunto, muy bien doblado por las suaves plumas marabou.
Otra mosca increíble aguas arriba es la MUDDLER MINNOW. Resulta tan versátil que se parece a casi todo: un alevino, un insecto grande, una ninfa, o simplemente algo indefinidamente tentador. Si es lastrada, mejor. De lo contrario, flota.
Pescar con estas moscas aguas arriba puede resultar extraño. Sin embargo, dele una oportunidad cuando todo falle y se sorprenderá con los resultados.
El lanzamiento imprescindible es el REACH CAST. Si no le sale, la mejor forma de dominarlo es concurrir a las clínica que periódicamente organiza la Asociación, donde un instructor calificado lo guiará hasta logralo.

Volver a leer las aguas

Antes de seguir con otro tema, me gustaría extenderme sobre algunos puntos que me parecen de mucha importancia y son dejados con frecuencia de lado.
El advenimiento de las cañas y líneas modernas permite a los pescadores lanzamientos muy largos. ¿Y a quien no le gusta lanzar una milla? Lo malo es que a causa de esto se está perdiendo uno de los sentidos más valiosos para todo pescador: la habilidad de acechar y acercarse a una trucha, previamente vista, antes de hacer cualquier tipo de lanzamiento.
No hay forma más segura de arruinar un POOL que cubrirlo al azar con lances, sin elegir sitios claves o localizar los peces del lugar. Ver los peces asegura una elección mucho más precisa de la estrategia que tendremos que usar para sacarlos.
Cuando es imposible ver las truchas, siempre es posible elegir lugares precisos dónde estarán las mejores, y concentrar el esfuerzo en esos sectores. Los pescadores viejos miraban mucho más. Sus cañas no lanzaban lo que las actuales, se acercaban al límite de ser descubiertos y gracias a esto conocían sus ríos intensamente. Los mejores autores – Marinaro por dar un ejem-plo- dan prueba de todo esto en sus magnificas obras, que ningún pescador debería desconocer.
Los magros resultados con aguas bajas, demuestran que sólo pocos entienden lo que les comunica el río. La mayoría se dedica solamente a lanzar moscas sin ton ni son.
Pero volvamos a las moscas, me gusta pescar secas al revés: río abajo. Pescar moscas secas aguas arriba tiene una fuerte tradición de más de 100 años, y durante todo este periodo los cambios han sido mínimos.
Esta forma de pesca no se origina por un capricho de los pioneros, sino que proviene de razones muy naturales, los pescadores de los CHALKSTREAM se acercaban a las truchas desde orillas altas, características de esos cauces, lo que nos hace pesnsar que les resultaba más sencillo aproximarse por detrás y tirar río arriba. Descubrieron asimismo que una mosca sin hacer DRAG pescaba más, y la mejor forma de atenuar el DRAG era el tiro aguas arriba.
Si antes dije algo en contra de las cañas mo-dernas, fue sólo porque acostumbran al pescador a tirar largo. Esas mismas cañas son las que hoy en día hacen sencillo presentar una mosca seca río abajo, sin que haga DRAG. Aprovechemos entonces esta magnifica posibilidad de subir y bajar un río pescando secas.
La vegetación ribereña crea lugares imposibles para un acercamiento convencional. Fuertes corrientes, ramas bajas, una orilla profunda para vadear o demasiada distancia, son obstáculos irresolubles para un lance aguas arriba. El tiro río abajo es la solución ideal en estos casos. Sólo tenemos que dominar algunos lanzamientos especiales, con los cuales colocaremos la mosca con tal gracia que la trucha no podrá resistirse. Cuando la mosca le llega naturalmente a la trucha, no tiene importancia si fue lanzada desde arriba o abajo.
La diferencia que tiene pescar moscas secas río abajo, es que no recogemos línea, sino que la saltamos a la corriente.
Hay varias razones que nos indican utilizar las secas aguas abajo. La primera resulta obtener una presentación más perfecta; engañaremos mejor si la trucha ve primero a la mosca y no al leader. También existen circunstancias especiales. Por ejemplo, cuando la única manera de colocar la mosca sea deslizándola río abajo.
En los POOLS chatos, el simple reflejo del leader es sufiente para poner en fuga las truchas. Para aquellos que no dominen las curvas, resulta más fácil pescar río abajo. Los fanáticos del Malleo encontrarán que es la Meca para pescar secas de esta forma. Las grandes buscan la seguridad de las ramas bajas, demasiado bajas para poder colocar la mosca tirando hacia arriba. Aquí, saber hacer derivar la mosca al revés constituye garantía de éxito con las gordas.
Este noviembre, caminaba Malleo arriba con Julio Nocito, tras una ida venerable con secas y ninfas. Volvíamos al coche por la orilla, cuando me sorprendió la silueta de una arcoiris grande, muy grande. No nos vio al agacharnos aguas arriba. Si trataba de ir río abajo para lanzar de la manera típica, seguramente nos vería pasar, por lo que decidí mantener la posición y tirar desde allí. Comía en un remansito delante de un tronco hundido. El remolino del remanso concentraba los insectos y la trucha tomaba ventaja de esto. El tiro salió bien, con la suficiente línea floja para que una HUMPY pequeña flotara hacia la trucha. EL RISE me impresionó por lo decidido. Con toda tranqui-lidad abrió la boca, dejando que entrara la mosca, tensé la línea y la calma se convirtió en la explosiva realidad de una trucha grande en un TIPPET 6X. No cortó. Se abrió el anzuelo de forma extraña; creo que lo restregó contra el fondo. Fue un lindo final para un día glorioso.
Lanzando secas

Para pescar aguas abajo con secar se usan principalmente el REACH CAST, el S CAST y el PARACHUTE CAST.
EL S CAST o WIGGLE CAST es una modificación de un tiro recto normal. Una vez que el lanzamiento se halle casi completamente extendido hacia delante, hay que mover la punta de la caña rápidamente en un plano ho-rizontal (ver esquemas).
El movimiento de la caña producirá en la línea una serie de eses, más cortas o más amplias, estas curvas retardan el estiramiento de la línea en el agua y evitan el DRAG de la mosca.
En el esquema 1, ilustra una variante del S CAST: el MEND en el aire. Para lograrlo movemos una sola vez la caña hacia un lado. Si el movimento lo realizamos ni bien terminamos el envión de la caña para tirar la línea hacia aldente, el MEND se produce cerca de la mosca (dibujo B ). En cambio, si esperamos a que la línea se extienda y entonces movemos la caña, el MEND sale cerca del pescador (Dibujo A). Los dibujos (C) y (D) corresponden al S CAST normal. En el (C) el pescador hace vibrar la caña varias veces a los lados, lo mismo que en el (D), donde lo hace con mayor amplitud, logrando curvas más pronunciadas en el agua.
El MEND en el aire se realiza hacia la derecha o izquierda, según sea necesario. Las flechas de los gráficos corresponden a la dirección de la corriente en que es útil cada tiro. Como se ve claramente, estos tiros no sólo sirven río abajo, sino en casi cualquier situación.
En el esquema 2, he tratado una situación muy común: las truchas se hallan bajo un sauce de follaje demasiado bajo. El pescador (A) utiliza un S CAST y el (B), ubicado de forma dife-rente, realiza un amplio MEND en el aire, porque la corriente esta en el centro del cauce.
El MEND en el aire es mejor que el MEND en el agua, ya que no corremos el riesgo de mover y hundir la mosca al efectuarlo.

Marcelo Morales
Nota publicada en Roll Cast, otoño 1988

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Manso, no tan tranquilo

Pocos ríos se prestan tanto a confusión como es el caso del Manso. Esto no es casualidad, ya que abarca un extenso territorio, definiendo muchas posibilidades de pescarlo en sus diferentes tramos. Por ello, primero trataremos de ubicarnos geográficamente con relación al río y sus diferentes secciones. El río Manso se encuentra al sur de la ciudad de Bariloche, nace en los glaciares del cerro Tronador, sirve de conexión a 5 lagos dentro del territorio Argentino, y forma la famosa cascada de los Alerces. En su extensión tiene numerosos rápidos y saltos de agua, incluyendo en su cauce 2 pequeñas lagunas ideales para pescar con flotadores personales. Es un río de la cuenca del Pacífico ya que cruza la Cordillera de los Andes hacia Chile por un verde y frondoso valle. Una vez en el país hermano, se conecta con el lago Tagua Tagua para luego dirigir sus aguas hacia el Océano Pacífico. En la sección que corresponde a la Argentina se lo divide en 3 diferentes tramos: superior, medio e inferior, y lo curioso es que, pese a ser el mismo río, en cada tramo las truchas se comportan de manera diferente.

La primera parte del río comprende desde su nacimiento en el Tronador hasta la desembocadura en el lago Mascardi, y es denominada Manso superior. Esta es la única sección que no se pesca debido a que, por el origen glaciario del río, arrastra sedimentos que enturbian las aguas dejándolas de un color lechoso. Si bien hay experiencias de pescas realizadas allí, no es la mejor opción. Gracias a que el Manso desemboca primero en el Lago Mascardi, éste actúa como un filtro natural depositándose en su fondo los sedimentos arrastrados por el río. De esta manera cuando el Manso retoma su recorrido en la otra punta del lago lo hace totalmente limpio y transparente, característica que lo acompañará durante el resto de su recorrido. Esta claridad muchas veces nos jugará en contra a la hora de presentar correctamente la mosca.

El Manso medio abarca desde el lago Mascardi hasta el lago Steffen. Esta es la sección más accidentada del río ya que posee un importante desnivel y es donde comienzan a aparecer los lagos encadenados. Al Mascardi le sigue el lago los Moscos, la laguna de la Medialuna, el lago Hess, el Roca y, pocos kilómetros aguas abajo de éste, encontramos esa belleza imperdible que es la cascada de los Alerces, a la que sigue la laguna de la Triple Cascada y por último el lago Steffen. En toda esta zona hay muy buenos peces residentes como también muchas truchas en tránsito entre un lago y otro. Los pozones están habitados por excelentes marrones y son lugares ideales para pescar con streamers sobre todo al anochecer. Al final de los mismos, en condiciones de baja visibilidad, no hay que ser dema-siado gentil en el grosor del tippet ya que la cantidad de troncos con la que cuenta el río no lo permite. Gracias a todos los lagos y lagunas que conecta hay bocas y desembocaduras al por mayor y para todos los gustos. Las hay de aguas lentas y profundas como el caso de la boca del Mascardi, o de buena corriente como la desembocadura del manso en el lago Hess. Para los amantes de los flotadores personales, las 2 lagunas de ésta sección son una oportunidad imperdible para tentar a las gordas fontinalis que las habitan. Ninfas de dragonflies y secas grandes tipo Bombers son moscas que no pueden faltar en estos casos. Para los que decidan intentar con las mañosas marrones del río, la Muddler Minnow se lleva todos los laureles.

La sección conocida como Manso Inferior abarca desde la boca en el lago Steffen hasta el límite con Chile. Salvo los últimos 10 kilómetros antes de la frontera, el resto del río se caracteriza por tener poco desnivel, por ello sus aguas son bastante tranquilas. Esta es la sección soñada para los amantes de los equipos livianos, cañas 2, 3 y 4 equipadas con secas y ninfas están en la gloria. La pesca es muy sutil y es normal en algunos lugares ver cómo las truchas vienen hacia nuestra ninfa y la toman antes de sentir el pique. Por más que los peces no sean tamaño récord, el disfrutar de este espectáculo satisface al pescador más exigente, se los aseguro. Moscas como las pupas de caddis, Hare´s Ear y Soft Hackles son infaltables en estos casos. Tampoco se deben descartar streamers chicos ya que han dado varios batacazos. Las secas más rendidoras son la Humpy, Adams, y Elk Hair Caddis.
Por suerte o desgracia, dependiendo del punto de vista personal de cada pescador, el Manso es inaccesible por tierra en muchos lugares. Las balsas inflables son una alternativa muy buena en estos casos. Antes de embarcarse por cuenta propia siempre será conveniente consultar con los lugareños el estado del río en términos de altura del agua, dificultad y ubicación de los rápidos que todas las secciones de este río tienen, en mayor o menor medida.

Más allá de la pesca, el paisaje es uno de los más lindos de nuestro sur, parece sacado de un libro de cuentos. Para los que no cuentan con balsas ni con la posibilidad de contratar un guía les recomiendo que consigan, en Parques Nacionales, mapas de la región dónde están marcados todos los caminos y accesos posibles. Siempre que caminen en esta zona traten de tomar puntos de referencia y no se alejen demasiado del río, ya que la vegetación es muy espesa y no es nada difícil perder el rumbo.

Espero que disfruten y cuiden del Manso y todo lo que es capaz de brindar este río, me despido hasta la próxima.

Oscar Dono

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Recuerdo

Querido mosquero:
Muy a mi pesar te escribo para darte la mala noticia del sorpresivo fallecimiento de nuestro Amigo Allan. Si, en Junín de los Andes y debido a su corazón una mañana lo encontraron sin vida. El martes previo dijo a un vecino:-”Este domingo me muero”. Y así fue……….muy propio de él…¿no?.-Fue libre hasta para morir. Unos dos meses atrás comenzó a “despedirse” -como corresponde a un caballero escocés al que le dolía ya caminar colocándose debajo de su umbral para saludar por ultima vez- y sin mencionarlo, claro -al amigo que pasase.-
Tiene que haber sido difícil para un corazón sutil y de niño como el suyo actuar “según manda la raza” sumando a la “enseñanza” que provoca la guerra de “no amar para no sufrir” lo cual le fue imposible pero que supo encubrir en forma de irónica agresión; en verdad cuando agredía amaba. Creo que debido a esos horrendos años en Birmania viviendo en el limi-te – o más allá del límite? – se debatió en él una lucha constante y tremenda entre su gran amor a la Vida (”porque…si no sos un romántico… qué diablo sos???) y lo inconscientemente buscado de morir para dejar ya de sufrir el momento y el que vendrá. Prefirió enfrentar esto cada día y así lo conocimos en medio de realidades interiores que solo lo florido expresaban. Un corazón así no soporta ya el más leve peso; el fingir…, el complir convencionalismos…, la moralina irracional… ya no le pertenecen, se ha purificado de la manera más real y dolorosa de su pesada carga cultural y tan solo quiere vivir; expri-mida hasta la ultima gota ama la Vida por la Vida misma.-
Conocimos muchos de nosotros – en una región donde la libertad no abunda- que una vida autentica era posible y aprendimos a apreciarlo todo: el preparar una comida, los ojos de una mujer, una nube que se desmenuza., el devolver una trucha….
En la severa calidad de su tarea, – herencia de su abuelo- estaba su amor propio; mucho más que moscas para vender ató y nos enseño a atar moscas para pescar. Supimos valorar, “perder el tiempo” viendo como un chico se asombra al mostrársele una ninfa debajo de una piedra-. Cada elemento de la Naturaleza era deslumbrante para él.
También nos enseño a reírnos de nosotros mismos y de los demás no como destinatarios de algo cruel, malvado sino a contemplarnos a todos como actores de una obra cuyo fin ultimo es la risa, es decir la compresión, la compasión máxima.-
El hombre que tantas veces volvió de la muerte nos hizo saber que el miedo mata al que vive, al hacedor; que nada es tan grave, dramático, que la diferencia entre un condenado y un hombre libre es que éste puede reírse cuando algo le sale mal emancipándose para intentarlo de nuevo.-
Guardar?….guardar qué??.-
Todo dió a manos llenas y a quien quisiese. Y para a quien pudiese atravesar y tolerar la coraza de este “cardo de las altas tierras” – precios necesarios para poder descubrirlo – mucha era la recompensa: culto, agreste, profundo, mundano, respetuoso e irreductible, estoico y dionisiaco, altivo pero no altanero, mordaz, agridulce, polifacético, sincero hasta lo doloroso pero útil, chispeante, ,melómano, pescómano, incondicionado mas allá de lo “conveniente”, valiente, amigo……..

A medida que una lágrima va me es incontenible también una sonrisa que asciende, un recuerdo querido, un sentimiento que me hace feliz, humano……porque……como más o menos dijo R. W. Emerson: -Cuando una persona es amada significa que ha podido obtener lo mejor”.-
Lo amamos quizá también porque cada hombre tiene el secreto deseo de ser el mismo y él era él-
He vuelto a pescar el sur sin Allan y sin embargo lo he sentido reírse a carcajadas-” a cataracajadas mejor dicho- cuando una piedra hacia resbalarme, en el color de sus amados bosques, en el fuego, en el derivar del agua. He sentido que río abajo o al amanecer esperando o de regreso junto al camino el compañero pescador siempre está, siempre estará.-

Un abrazo,
Enrique. G. Gherardi

Allan Fraser
Allan nació en Inverness, Escocia y a los 7 años comenzó a atar y pescar junto a su abuelo para quien -”una trucha es una trucha pero un salmón es un pescado”. Heredero de la tradición más eximia en el atado de moscas fue maestro cabal y desinteresado de varias generaciones de mosqueros argentinos.-
Durante la II Guerra fue capitán de infantería, “chindit” voluntario del coronel Wingate en Birmania: comandos que en la selva y en territorio enemigo destruían su logística.- De regreso a G. Bretaña se graduó en Oxford como Ingeniero Forestal. Contrajo matrimonio y tuvo tres hijos. Enviado por el gobierno británico tuvo a su cargo el manejo de bosques en Liberia donde conoció a Eva Koessler -una de las primeras 5 azafatas del país – quien fue su segunda esposa y cuyo amor lo trajo al país. Vivió en Bs. As., San Martín y Junin de los Andes trabajando en empresas forestales y siendo asesor de Parques Nacionales según acuerdo con el gobierno ingles hasta que dijo: ¿ Si no pesco……..AHORA……..cuando lo haré???
Falleció físicamente en Junin de los Andes el 5 de marzo de 1991.-

“………..por las noches su mesa de atado estaba iluminada por una débil luz mortecina pero sobre ella sus moscas brillaban – como sus ojos – con la energía del alma y de las verdaderas obras de arte….”
William Leitch

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Lastrado de moscas

Representación del comportamiento de una Wooly Bugger lastrada con una cabeza de metal torneado (Bead Head)

Representación del comportamiento de la misma mosca lastrada en forma pareja a lo largo del cuerpo

Que es lastrar una mosca?
Es simplemente otorgarle mayor peso a través de elementos que se le incorporan durante su confección. El objetivo es que la mosca se hunda rápidamente, en zonas de ríos con co-rrientes muy violentas o con grandes pozones, y en veriles de lagos muy profundos, donde el pescador supone o ha visto que hay peces. Si bien en la actualidad hay una gran variedad de líneas de hundimiento, el lastre en las moscas es, en algunas situaciones, un aliado indispen-sable.

Lastrar o no lastrar
Como en cualquier tema a tratar, existen al menos dos posturas; una a favor y otra, obviamente en contra.
La objeción general al uso de lastre en las moscas se acentúa en el caso de las ninfas. Muchos afirman que pierden naturalidad durante su desplazamiento en el agua, y eso es cierto. Utilizando una ninfa lastrada en deriva (o sea sin tracción), en una corriente suave, esta se hunde bruscamente, quedando como colgada” no comportándose como el insecto natural que traslada suspendido.

Comentarios al margen
Si bien no es el tema que nos ocupa, diremos que, pescando con una línea de flote, para compensar la carencia de peso en la mosca no lastrada y alcanzar profundidades deseadas, es recomendable lastrar el leader de manera que la mosca, derive con mayor naturalidad. Para esto los elementos más utilizados son: el plomo blando (soft lead), que es una especie de masi-lla con partículas de plomo que se amasa sobre el nylon quedando así adherida a éste (conviene revisar el leader cada tanto pues suele desprenderse con relativa facilidad); las clásicas municiones de plomo (hay que tener cuidado al apretarlas pues puede lastimarse el nylon: plomitos pasantes en caso de usar leaders con nudos, los que quedan trabados en estos; tiritas de plomo enroscadas en distintos tamaños a lo largo del leader, y además los modernos leaders trenzados de hundimiento (se cambia sólo el tippet), líquidos para hundir la línea etc. etc… (investigue: seguro que hay más).
Lo antedicho, por una cuestión de lógica tiene sus adeptos, pero cierto es que el uso de lastre en las moscas es muy común y en el caso de las ninfas, a pesar de que éstas no se comportan como las reales, es muy efectivo.
El mercado pone al alcance del pescador/atador, un sinnúmero de elementos de variadas formas para lograr dicho objetivo, los que intentaremos describir a continuación.

Anzuelos como lastre
Si observamos los anzuelos diseñados para moscas secas, veremos que por una necesidad de que éstas floten, el alambre es muy fino. Por el contrario, los anzuelos para moscas húmedas tienen alambres más gruesos, lo que permite que la mosca se hunda con mayor facilidad. Podemos decir entonces en este caso, que el anzuelo es el lastre. Conviene analizar de cada marca que nuestros comercios nos ofrecen, sus modelos de anzuelos para ninfas, larvas y streamers, lo cual facilitará nuestra elección en caso de precisar más peso en la mosca.
Una situación muy graciosa se repite en el caso de moscas de dorado, pues muchos pescadores descartan algunos anzuelos “porque son muy pesados”; entonces compran o le piden al atador que le consiga “tal marca y modelo” pues según ellos acaban de descubrir, son los más livianos, y, luego de especificarle el largo deseado, materiales y color, se contradicen agregando:”las quiero bien lastradas”.

Alambre de plomo
(lead wire)
Es el lastre más utilizado. Se fabrica en distintos diámetros lo que permite adaptarlo a cualquier tamaño de anzuelo.
Simplemente se enrolla a la pata del anzuelo o se ata a lo largo del mismo, en una o más secciones. Además se pueden utilizar los alambres de estaño que se venden para soldar.
Alambre de cobre
(Cooper wire)
Se utiliza como un lastre ligero en las moscas, por lo general como ribbing de streamers y ninfas.

Plomo plano autoadhesivo
Denominado “Lead Tape” es utilizado para dar peso y forma a los cuerpos de las moscas. Las formas son de huso o de pescadito como en el caso de la denominada “Zonker”

Ojos
De cadena (Bead chain)
Son las conocidas cadenas de bolitas que comúnmente sujetan los tapones de nuestros lavatorios y piletas.
Se utilizan como ojos en las moscas y a su vez le confieren peso y brillo. Cuando los tapones de su casa o de sus familiares queden sueltos, vera que se consiguen en diversas medidas, cromadas, doradas, de acero inoxidable para su uso en agua salada, bronce, etc.

De plomo (Lead eyes)
Fundidos en moldes, tienen la misma utilidad que los anteriores, pero le otorgan más peso a la mosca.
Torneados (Brass eyes)
Fabricados en distintos metales, cuyos colores más comunes son el dorado, cobre, plateado y negro, e igual que los anteriores vienen en va-riadas medidas: algunos son prepintados, otros con ojitos autoadhesivos en colores fluo y holograficos. No son tan pesados como los de plomo pero sus fabricantes los recomiendan por su brillo y porque no contaminan.

Cabezas
Redonda torneada (Bead head)
Son bolitas de metal perforadas que se enhebran en el anzuelo siendo utilizadas ma-yormente como cabeza de la mosca. En medidas pequeñas suele dificultarse su colocación, pues se traban en la rebaba o en la curva del anzuelo, por lo que conviene utilizar anzuelos con rebaba pequeña (acc point, micro barb, mini barb, etc.), o aplastarla/o en algunos casos, abrir con una pinza de punta redonda la curva del anzuelo, devolviéndole luego su forma ori-ginal. Se fabrican bajo distintas denominaciones “Cyclop eyes” “Bead head”, “Metal Beads”, “Bead eyes”, etc.

Cónica torneada
(Cone head)
De iguales características, colores y uso que las cabezas redondas torneadas, pero su forma es cónica.
Cuenta de vidrio
(Glass beads)
Es la conocida por nosotros como “Mostacilla”. Estas se consiguen en distintas medidas, opacas, brillantes, transparentes, tornasoladas, con rayitas, etc. A veces es muy dificultoso su enhebrado sobre el anzuelo pues no son de tamaño uniforme y además se suelen partir. Se utilizan en general en ninfas y larvas (abdomen) y soft hackle (cabeza) logrando más peso y además brillos y transparencias muy atractivas.

FORMAS DE LASTRAR
Al utilizar lastre en la mosca deberá Ud. plantearse que conducta desea que ésta tenga durante su trayecto en el agua. No se trata sólo de que se hunda más, sino a qué velocidad pretende Ud. que lo haga, en cuyo caso el lastre deberá dosificarse de acuerdo a sus necesidades.
Además, la mosca se comportará de distintas formas, de acuerdo a dónde está ubicado. En algunas imitaciones de pupas de caddis el lastre se ubica en la parte posterior del anzuelo para que está tenga un desplazamiento en la corrien-te, adoptando una posición vertical como la del insecto nadando hacia la superficie; si se trata de un streamer o bucktail y no se desean movimientos erráticos, el lastre suele colocarse a lo largo del anzuelo; en el caso de las moscas con cabeza de pelo de ciervo (muddler), las cuales tienden a flotar, conviene lastrar cerca de ésta para evitar esa tendencia.
Si se desea que la mosca cabecee (jigging) deberá utilizar las cabezas redondas o cónicas y ojos torneados, ojos de plomo y de cadena, las que se atan junto al ojo del anzuelo; cuanto más pesadas sean estas más enérgico será el movimiento de cabeceo que podrá imprimirle a la mosca. Los ojos metálicos pueden ubicarse en la mosca para que actúe con la punta hacia arriba a efectos de minimizar la posibilidad de enganches y disimular, con el ala, la curva del anzuelo.

Consideraciones

Es importante tener en cuenta que más allá de las ventajas que el lastre pueda brindarnos en efectividad, cuanto mayor sea su peso, más dificultará el lanzamiento, tornándolo de-sagradable. Es posible que durante una jornada de pesca la mosca impacte en la caña (lo que nos hace intuír que gran parte de las inexplicables roturas pueden deberse a esto) y lo que es más grave, en algún lugar de nuestra anatomía (especialmente los días de viento) y en estos casos, si está lastrada, el golpe se magnifica; no solo puede doler mucho, sino que además se nos puede clavar el anzuelo, arruinándolos la jornada.
No significa que Ud. deba utilizar una armadura como parte de su equipo, pero si tener en cuenta que, como “defensa personal”, debe mejorar sus técnicas de lanzamiento y además aplastar la rebaba de su anzuelo. De esta forma podrá minimizar el riesgo y lastimar menos a los peces.

Mario Capovía Del Cet

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Charlas en la AAPM

Marcelo Morales durante su charla “Pesca desde balsas y belly boats

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Oscar Dono disertando sobre el tema “Pesca en el Río Manso”

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Norberto Feldman durante su charla “Lesiones más frecuentes en la pesca”

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Cena de incio de temporada

Con la asistencia de una cantidad importante de asociados se celebró nuestra tradicional cena de apertura de temporada en la Asociación de Criadores de Caballos Pura Sangre. Con la habitual excitación por el inminente inicio de la temporada de pesca y augurando buenos momentos en la práctica de nuestro deporte, se desarrolló la cena, culminando, como es tradición, con un sorteo.
En esta oportunidad, los socios Gerardo Grau y Esteban Etchepare donaron una flotada de tres días en el río Caleufu para dos personas. Cabe mencionar que lo recaudado será destinado a aumentar los títulos de nuestra biblioteca y videoteca.
Algo para destacar fue la presencia de las esposas de numerosos asociados, quienes eligieron esta cena para compartir un momento agradable y en familia. Esto nos alegra sobremanera y esperamos que esta tendencia continúe.

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Concurso de Moscas 2000 - Resultados

Magnífica fue la participación de nuestro concurso del año 98, donde se recibieron más de 70 moscas incluidas las de atadores de distintas provincias de nuestro país. Tal vez la razón de este éxito se debió al premio que habíamos instituido: una morsa rotativa de fabricación nacional.
Un retraso en la fecha de edición de nuestro boletín y la ausencia de un premio similar, parece haber causado una falta de interés aún en los atadores que durante muchos años han intervenido en este evento.
Cabe mencionar que para el atador amateur, el competir en estos concursos es muy importante pues le exige un mayor grado de concentración y puntillosidad en la construcción de sus moscas.
Pasamos entonces a detallar el resultado de nuestro concurso:

MOSCAS SECAS
Skating Spider
1º Puesto: Eduardo E. Huerta
2º Puesto: Desierto
3º Puesto : Desierto

Yellow Stimullator
1º Puesto: Javier Alurralde
2º Puesto:Eduardo E. Huerta
3º Puesto: Desierto

STREAMERS
1º Puesto:Ballou Special
2º Puesto:Javier Alurralde
3º Puesto: Eduardo E, Huerta
Desierto

Matona
1º Puesto: Javier Alurralde
2º Puesto: Eduardo E, Huerta
3º Puesto: Desierto

Lefty Deceiver
1º Puesto: Desierto
2º Puesto: Desierto
3º Puesto: Desierto

NINFAS
Mossback
1º Puesto: Desierto
2º Puesto: Desierto
3º Puesto: Desierto

Tellico
1º Puesto: Eduardo E. Huerta
2º Puesto: Desierto
3º Puesto: Desierto

CATEGORIA LIBRE:

Imitación de Pancora
1º Puesto: Sebastián Rodriguez de La Torre
2º Puesto: Oscar A. Ciale
3º Puesto: Eduardo E. Huerta

Agradecemos a aquellos participantes que nos han hecho llegar su material, y los esperamos a todos en el 2001.

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Correo del lector

Señores de la Comisión Directiva:
Como es de conocimiento de los asociados, el tema de la flotada de los ríos ha causado una profunda controversia entre los socios.
En este contexto, he tenido últimamente algunas sensaciones que me preocupan. Estas tienen que ver con el manejo del problema y se centran en la actitud de la Comisión saliente al iniciarse el tema, lo que parece ser la motivación subyacente y la emisión del último Boletín Mosquero correspondiente a la Primavera 2000.
Para ilustrar mis comentarios, me referiré en parte a dos cartas que envié a la Comisión el 25 de Setiembre y el 23 de Octubre y a mi reacción a hechos posteriores.
Actitud de la Comisión saliente
Yo siempre pensé que la Asociación no era partícipe del concepto de la pesca en flotación (asistida o en deriva).
Cuando no se opuso a prácticas establecidas en algunos cuerpos de agua, supuse que lo hacía por razones estratégicas, para no debilitar objetivos más importantes.
Todos sabemos que si a la pesca caminando le agregamos la pesca embarcada, se pesca mucho más. Aún flotando ríos eso es cierto. Se llega a lugares que, por dificultades de acceso o lanzamiento, eran inaccesibles. También todos conocemos la importancia de los “santuarios” en la conservación de la fauna.
Perecería que, de golpe (por lo menos así me parece), la Asociación hubiera cambiado el objetivo de Calidad de la Experiencia por el de Cantidad de Piezas Enganchadas.
Además, y no es poco, hay una cantidad de asociados que no están de acuerdo con esa filosofía. Al apoyar esta medida públicamente, la Comisión saliente ha elegido representar a un grupo, en detrimento del otro. Creo que esto no hace bien a la salud a largo plazo de la Asociación.
La motivación subyacente
Por su mención constante, me parece que el tema tiene mucho que ver con el de los accesos a los pesqueros. Yo creo que la preocupación de los asociados es sumamente válida, pero si la idea es solucionar el problema a través de flotar en temporada los ríos, creo que se está abriendo la proverbial caja de Pandora.
No sea que por satisfacer a algunos pescadores de mosca bien intencionados, se esté haciendo el “caldo gordo” a un más pequeño aún grupo de operadores comerciales.
No olviden que hace poco la industria turística bregaba por la pesca sin temporada, la extensión del trolling y se oponía a la pesca y devolución.
Me parece que la mayoría de los “enfrentamientos” por problemas de acceso se han tramitado a nivel personal. ¿No sería el momento en que la Asociación, institucionalmente, intente un diálogo con los dueños de los accesos para lograr una solución equitativa? Sé que esto suena ingenuo y bastante lírico, pero me parece que como vamos no nos está yendo bien.
Emisión del último Boletín Mosquero
El 6 de Noviembre me entregaron en casa el número Primavera de 2000, que debería haberse publicado alrededor del 21 de Setiembre.
Comprendo (aunque no comparto) las razones que puedan haber motivado la demora, pero precisamente por ellas me cuesta entender porqué la Comisión saliente lo emite después de haber finalizado su mandato. Creo que esta acción le genera a la nueva Comisión una situación injustamente equívoca. No sé si us-tedes comparten -total o parcialmente- la posición de la saliente en el tema que estamos tratando, pero parecería que los fuerza -a poco de asumir y cualquiera fuera su posición- a comentar el tema.
Lamento la extensión de esta carta, pero me siento obligado a ella por mi actitud para la Asociación.
Sé que me disculparán los que conocen mi trayectoria desde que se fundó la Asociación, oponiéndome a la preponderancia de grupos, de cualquier orientación que fueren.
La fuerza de la Asociación reside en presentar un frente unido ante problemas externos, evitando enarbolar estandartes que nos dividan.
Jorge Calandra

Respuesta:
Estimado Jorge,
Esta Comisión Directiva tiene conocimiento y lamenta los inconvenientes surgidos por la toma de posición institucional con relación a la flotada en ríos patagónicos.
Somos conscientes que la voluntad social no es unánime en el tema y creemos que toda comunicación institucional a favor de una u otra opinión generará división entre los asociados. Esto se agrava porque nos aleja una vez más de aquellos objetivos que son compartidos.
Históricamente nuestra Asociación ha sido una entidad heterogénea, dónde conviven distintas formas de pensar en diversos aspectos, pero se unen detrás de nuestros principales objetivos estatutarios: difundir la pesca con mosca y colaborar con el cuidado del medio ambiente.
Por lo expuesto, nos place comentarle que esta Comisión Directiva no se expresará en forma institucional en aquellos temas de dudosa voluntad social y cuya relación con los objetivos mencionados no sea clara y directa.
Uno de esos temas es el de la flotada de los ríos.
Apreciamos sus comentarios y lo saludamos cordialmente.

Comisión Directiva

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Noticias y Servicios

Nuevos socios

Nuestra Asociación da la bienvenida a los socios que se han incorporado en el trimestre:
Miguel Angel Giani
José Luis Oiaz
Fernando Gallal
Julio Rocca Rivarola (H)
Roberto Willians
Marcelo Guido López
Ariel Barroso
Alfredo Tropea

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Asamblea Ordinaria – Nuevas Autoridades

El día 16/11 se celebró, en la sede, la Asamblea Anual Ordinaria de nuestra Asociación. Conforme la orden del día, la Comisión Directiva puso a consideración de los asociados la Memoria y Balance de la institución para el período anual finalizado el 30 de junio de 2000. A continuación, se procedió a la elección de autoridades, quedando conformada la nueva Comisión Directiva y el Órgano de Fiscalización, del siguiente modo:
Presidente: Juan Pablo Gozio
Vicepresidente: Mario Capovia Del Cel
Secretario: Carlos Villaggi
Tesorero: Alejandro G. Kohner

Vocales Titulares:
Roberto Vercellini
Eduardo Huerta
Alejandro Raimondo
Vocales Suplentes: Mario Pinto Roberto Munin
Revisores de Cuentas:
Alejandro Chacra Larrory
Edgardo Fernandez Edgardo Vieytes

Revisor de Cuentas Suplente: Matias Suplís
La Comisión Directiva entrante agradece a quienes la conformaron precedentemente por los esfuerzos en su gestión, esperando contar con su usual colaboración con la Asociación.

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Cursos y Actividades en sede.

Recordamos a los socios, que como es habitual, durante el verano la Asociación no dictará cursos.
Sin embargo, quienes quieran seguir perfeccionando su técnica, podrán hacerlo a través de las actividades previstas para nuestra sede en estos meses estivales, las que se mantendrán, y concurriendo a los habituales domingos de práctica de casting en el KDT.

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