Boletín Mosquero 19

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Noticias y servicios

HEMOS PROBADO

TUBOS PORTACAÑAS D. B. Dunn
Estos tubos están hechos para llevar indemnes nuestras preciosas y frágiles cañas en las bodegas de los aviones y soportar el maltrato de changadores y demás enemigos públicos que acechan en los viajes, Están construídos con un tubo de plástico rígido (muy rígido) de paredes bien gruesas, forrados de Cordura, que es una tela de Nylon de gran resistencia, y tienen manija y correa para llevar al hombro, La tapa tiene un cierre relámpago con llave, Esta reseña se hace después de haber utilizado un tubo en más de diez viajes, muchos de ellos con más de una conexión y las cañas (y el tubo) han llegado siempre en perfectas condiciones.

Existen tubos de distintas longitudes, y su capacidad varía entre las 8 y 10 cañas de dos tramos y unas 6 cañas de tres tramos.

HOSTERIA QUILLAHUE.-
Ya habíamos estado la temporada pasada, cuando tuvimos ocasión de apreciar su buen estilo arquitectónico y la calidez de su propietarios y volvimos en febrero para la clínica de Mel Krieger. Para entonces ya había más habitaciones y el jardín lucía terminado. En cuanto al servicio, en la cancha se ven los pingos, y con tantos clientes o invitados, la hostería de Alex y Negrita Santamarina salió airosa del desafío.
La hostería está a orillas del Chimehuin, a un par de kilómetros aguas abajo de Junín, tiene amplias habitaciones y una sala de estar elegante y espaciosa. Pero lo más importante es que ha sido concebida por un pescador para atender las necesidades de los pescadores: cuarto para ponerse y sacarse los waders y botas así como amplio espacio en las habitaciones para el equipo de pesca, que como todo el mundo sabe, es cada vez más voluminoso. Además se puede contar con el asesoramiento de Alex para programar la pesca y si se desea, contratar guías, excursiones y flotadas.

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NUEVOS SOCIOS

Damos la bienvenida a las nuevas socios que se han incorporado a la AAPM en el último trimestre. Ellas son:
Ignacio de Witte
Antonio Gómez Belart
Jorge Guevara
Lía Doglioli
Alejandro Pini
Luis Lázaro Gerber
Miguel Aurelio Mutti
Antonio César López
Sebastián Catriel Nuñez
Néstor Nacir
Dereck Wilkin
William R. Phinney
Gerardo Oscar Grao
Roberto Ovidio Etkin
Pablo Tempelsman
Jorge G. Trucco
Mario Coliqueo Nuñez

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CARTA DE LECTOR

Sr. Director:
Tratando de darle un lugar en nuestra biblioteca a los autores argentinos, hemos adquirido un ejemplar del libro “Hágalo Ud… Ate sus Moscas”.
Si pudiera hablar con el autor le diría que se equivoca de título, ya que lo más apropiado sería llamarlo “El Triste Fin de una Especie”, dado que desde las primeras páginas hasta las últimas ofrece fotografías de truchas muertas. Pero lo más peligroso es que el autor no actúa solo, sino que tiene su propia banda.
LLama poderosamente la atención que de una provincia como Córdoba, que cuenta con grandes deportistas y conservacionistas nos lleguen cosas tan nefastas.
Para finalizar, el libro merece un sólo calificativo: deprimente.
Jorge Iglesias

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PINS

Pins – Nuevamente tenemos en venta los pins con el logo de la Asociación. Esta vez hemos mandado fabricar una partida importante en los Estados Unidos (valía la pena el esfuerzo). Su precio es de $10 y pueden adquirirse en Secretaría.

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Nudos II

por Jorge Calandra

Técnicas de pesca

Ya incorporados los seis nudos básicos (Boletín Mosquero Otoño ‘95), puede ser conveniente aumentar nuestro arsenal mejorando la importante unión con la mosca.

Como dijimos la última vez, los nudos ya explicados bastan para encarar al pez. En realidad, la mayoría de los pescadores transcurren su vida sin apelar a otras ligaduras. Si en algún momento deseamos estar mejor pertrechados, existen algunos nudos que mejoran el comportamieto de la mosca, ya sea en su actitud como en su accionar.

En el caso de anzuelos con ojos hacia abajo (DTE) lo hacia arriba (UTE), el Clinch Mejorado no es especialmente apto, ya que tira de la mosca hacia arriba en el primer caso o hacia abajo, en el segundo.

En este caso conviene usar el Turle Mejorado o el de George Harvey. Estos dos nudos aferran la mosca detrás del ojo, actuando sobre la mosca en la dirección de la pata (shank) del anzuelo.

TURLE MEJORADO -Algunos de nuestros consorcios memoriosos recordarán que el nudo Turle fué inventado por el Mayor W.G. Turle, vecino del Capitán Marryat (”Tradición Mosquera”, Boletín Mosquero Verano 92/93) y fué el primer nudo generado por la aparición de anzuelos con ojos.

Fig. 1 -Insertar el extremo del “tippet” a través delojo, de arriba hacia abajo si el ojo es hacia abajo (TDE), hacia arriba, si va hacia arriba (TUE). Dejar un chicote largo (más o menos 20 cm.) para atar este nudo cómodamente. Llevar la parte móvil sobre sí misma, formando un lazo.

NUDO TURLE

Fig. 1 A – Pasar la parte móvil 2 veces (en lugar de 1, ésto lo hace mejorado) dentro del lazo creado en el paso anterior.

Fig. 1 B – Sostener el lazo con una mano y, tomando la parte móvil con la otra, tirar de ella hasta que se ajuste el nudo doble del paso anteríor.

Fig. 1 C – Pasar la parte móvíl por el lazo que ha quedado (esto completa la “mejora”) y pásese el lazo por la mosca, agrandándolo sí es necesario.

Fig. 1 D – Tirar suavemente del “tippet” llevando el nudo contra el ojo hasta ajustarlo. Cortar lo que sobra. El “tippet” debe ser la prolongación de la pata del anzuelo.

HARVEY – El nudo inventado por George Harvey , conocido atador de moscas y profesor en la Universidad de Pennsylvania, tiene el mismo efecto que el Turle, aunque es un nudo un poco más fuerte, conveniente para “tippets” finos.

Fig.2 – Insertar unos 15 cm. de “tippet” por el ojo del anzuelo, en la direccíón mencionada al principio del nudo “Turle Mejorado”.

NUDO HARVEY

Fig. 2 A – Sosteniendo la parte móvil y la fija juntas, hacer un círculo con la parte móvil alrededor de la fija. Este círculo debe ser pequeño, uno muy grande dificulta el atado.

Fig. 2 B – Hacer un segundo círculo igual que el anterior, primero por delante de la parte fija y luego por detrás de la misma.

Fig. 2 C – Sostener los dos círculos, juntándolos, y pasar la parte móvil a través de ellos, de adelante hacia atrás.

Fig. 2 D -Pasar nuevamente la parte móvil por los dos círculos, igual que en el paso anterior, quedando como indica la figura 2d.

Fig. 2 E – Tirando suavemente de la parte fija, apretar el nudo haciendo pasar los dos círculos originados sobre el ojo del anzuelo, quedando detrás de él.

Fig. 2 F – Mojándolo, continuar tirando de la parte fija del “tippet” mientras se sostiene la mosca con la otra mano. Cortar el pequeño chicote y ya está.

Este nudo parece más complicado de lo que es en realidad. Se hace con dos vueltas sobre la parte fija y otras dos vueltas que abracen las dos primeras.

Los dos nudos que hemos visto evitan el efecto de los ojos hacia arriba o hacia abajo.

LAZO DUNCAN

El que vamos a ver ahora libera a la mosca de la rigidez del “tippet”. Disminuye un poco la resistencia del nylon, por lo que es especialmente apto para “tippets” de grosor mayor que Sx.

LAZO DUNCAN -Este nudo es básicamente un “clinch”, Además de unir el “tippet” con la mosca, también puede usarse para unir el “backing” al eje del carrete del “reel”.

Fig. 3 – Pasar el extremo delleader por el ojo del anzuelo y/levarlo paralelo a la parte fija. Usar unos 15 cm. para atarlo. Volver el extremo hacia atrás, formando un lazo.

Fig; 3 A – Desde el lado más cercano a la mosca, tomar cinco vueltas con la parte móvil alrededor de los dos tramos ahora fijos, pasando el extremo móvil otra vez a travéz del lazo.

Fig. 3 B – Tirar suavemente de la parte móvil para ajustar estas vueltas, siempre mojando el nudo con saliva.

Fig. 3 C – Deslizar el nudo suavemente tirando de la parte fija, hasta fomar un pequeño lazo donde la mosca se mueva libremente. Con unas pinzas, tirar del chicote de la parte móvil. Una vez ajustado, recortarlo.

El lazo que sostiene la mosca debe ser pequeño para evitar que, en caso que el pez tome violentamente, el rápido deslizamiento y abrupta parada corten el nylon por el cimbronazo.

Estos tres nudos afectan el comportamiento de la mosca. Los dos primeros al poner el “tippet” en línea con la pata del anzuelo.

El último al permitir que la mosca se mueva más libremente, deseable sobre todo al pescar con ninfas o moscas hundidas.

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Origen y desarrolla de los salmónidos en la Argentina

El Dr. Francisco P. Moreno, durante sus expediciones a la Patagonia, comprobó la pobreza íctica de esas grandes masas de agua y consideró la posibilidad de introducir en ellas peces de valor comercial, como se hacía en Europa y en los Estados Unidos donde ya existían servicios de piscicultura. Con esos propósitos en el año 1892 invitó al Dr. Fernando Lahille a visitar nuestro país, con el objeto de estudiar las condiciones ambientales de los lagos de la cordillera.

En el año 1900, el Ministro de Agricultura ordenó se hicieran estudios para planear su importación.

Fué en esa oportunidad que el gran naturalista italiano doctor Felipe Silvestre exploró el río Santa Cruz hasta sus nacientes y estudió la posibilidad de introducir el salmón del Atlántico en los ríos de la Patagonia. Por su parte, el doctor Lahille recorrió la confluencia del Limay y el Neuquén con ese propósito y una vez terminadas sus exploraciones informó que consideraba que los conocimientos adquiridos hasta entonces, eran insuficientes, sobre todo en lo concerniente a la fauna acuática, a las variaciones de temperatura anual y demás condiciones biológicas, que permitieran emprender en ese punto con proOObilidades de éxito la introducción de salmónidos.

En 1903 se contrataron los servicios de uno de los hombres más competentes en la materia y que en ese momento se hallaba al frente de la división de Piscicultura del Departamento de Comercio de Estados Unidos. el señor John w. Titcomb, con el propósito de que estudiara la posibilidad de aumentar la capacidad de producción íctica de nuestras aguas y organizara, como se había ya hecho en otros países, una oficina que se encargara del fomento de la piscicultura, ya sea difundiendo especies nativas como exóticas, de peces que pudieran tener importancia económica.

Llegado a Buenos Aires el referido técnico, se propuso visitar rapidamente distintos lugares del país para realizar los estudios que le habían sido encomendados.

Comenzó por visitar la zona de los lagos del sur, y con ese fin el 20 de octubre de 1903 se trasladó a Neuquén, empleando 19 días para llegar al lago Nahuel Huapi.

Al mismo tiempo buscó un lugar apropiado para iniciar los trabajos de piscicultura y después de mucho recorrer eligió un sitio próximo a un ojo de agua llamado manantial de Molina en la estancia El Cóndor, que producía, sin interrupción, durante todo el año 5QO litros por minuto, con una temperatura invariable entre 9° y 10° C en todas las instalaciones. Fué el agua más fría que se encontró en esos meses de verano y se la consideró como muy buena para la incubación de los primeros embriones de salmónidos que llegarían después de un viaje de 50 días, durante los cuales debían permanecer acondicionados entre hielo, en una cámara frigorífica a 4°C.

Se efectuó una pequeña construcción a fin de dejar preparadas las bateas, donde se incubarían los huevos; que llegarían meses deSpués.

En un pequeño bote el técnico norteamericano navegÓ el río Limay, estudiando sus aguas y las de sus afluentes hasta el río Neuquén, regresando a Buenos Aires el 9 de enero de 1904.

Mientras tanto, se contrató a otro t~cnico de renombre para preparar la primera remesa de huevos embrionados de salmónidos.

Esta elección recayó en Mr. E.A. Tulián, quien se encargó del cuidado de los mismos durante el largo viaje.

Posteriormente, dicho técnico fué el primer jefe de servicios de piscicultura en el país, cargo que desempeñó durante 5 años.

Esa fué la primera vez que se efectuó un envío de consideración a tan larga distancia; se adoptaron todas las precauciones necesarias y se trató de formar un lote seleccionado de las especies que la experiencia adquirida por Mr. Titcomb indujo a aconsejar como aptas, para su aclimatación en nuestras aguas de la zona de los lagos del sur.

El 19 de enero de 1904, el señor E. A. Tulián se embarcó en Nueva York con destino a nuestro país, conduciendo 7 cajones que contenían: 1.000.000 de embriones de Whitefish (Coregonus cupleaformis mitch); 102.700 de Brook trout (Salvelinus fontinalis mitch); 53.000 de Lake trout (Cristivomer namaycush walb); 50.000 de Landlocked salmon (Salmo sebago girad).

Este primer lote compuesto por cuatro especies de agua dulce, ascendía a 1.205.700 embriones; llegó a Buenos Aires por vía Southampton (Inglaterra) en razón de que los vapores que hacían el servicio Nueva York-Buenos Aires no poseían cámaras frigoríficas que pudieran contener los cajones que ocupaban un volumen de varios metros cúbicos, no quedando otra solución que transportarlos por la línea inglesa que disponía de vapores frigoríficos que llevaban nuestras carnes a Gran Bretaña y donde las cámaras eran la suficientemente espaciosas como para trabajar con comodidad en el cuidado constante que requieren los embriones durante su transporte. El 4 de marzo fueron llevados al criadero preparado cerca del lago Nahuel Huapi, habiéndose empleado en este recorrido cerca de 50 días, viaje que actualmente podría hacerse desde el punto de origen en mucho menos de 24 horas.
El éxito de esta primera tentativa superó a todo cálculo, pues sólo en un cajón de truchas hubo pérdidas.

Según se informó en la oportunidad, las pérdidas en conjunto del lote fueron alrededor de un 10% descompuesto en esta forma:

White fish …10%
Brook trout …20%
Lake trout …5%
Landlocked salmon …10%

Las 900.000 alevinos que se obtuvieron de la incubación del Whitefish fueron colocados en su totalidad en el lago Nahuel Huapi; como se obtuvo la certeza del éxito, por ese primer resultado, no se volvió a insistir en la introducción de esta especie, que en esa época se la consideró como la más conveniente para ser aclimatada en nuestros lagos patagónicos. Poco tiempo después de realizada esta siembra, algunos pobladores manifestaron haber encontrado unos peces que por la descripción que de ellos hicieron, se supuso fuera el Whitefish; pero lo cierto es que nunca se han capturado ejemplares de esta especie, lo que permite afirmar el fracaso de su introducción.

Los alevinos que se obtuvieron de la incubación de las demás especies introducidas fueron distribuidas en los lagos Nahuel Huapi, Traful, Espejo y Gutiérrez; además se guardaron en aquel vivero buenos planteles, con los cuales, tres años después, en los meses de mayo y junio de 1907, se realizó por primera vez en Sud América el desove de un lote de 270.000 huevos de truchas de arroyo que evolucionaron en perfectas condiciones.

También en 1904, se realizó una segunda importación de otras especies, cuyo desove se producía un poco más tarde. El transporte de estos embriones estuvo a cargo de Mr. Ormsby, que salió de Nueva York en los primeros días del mes de junio de ese año trayendo dos cajones que contenían:

Sleelhead trout (Salmo gairdneri) … 50.000
Rainbow trout (Trutta iridea) … 50.000

Esta partida llegó a Buenos Aires el 9 de julio.
El resultado obtenido con esa remesa fué desastroso, pues al acercarse a la costa del Brasil comenzaron a hacer eclosión gran parte de las ovas.
Al día siguiente de su arribo a Buenos Aires, Mr. Ormsby emprendió viaje
hacía el Nahuel Huapi con los embriones que llegaron en buen estado, pero debido a que la marcha se hacía lentamente a causa de los malos caminos y las grandes nevadas propias de la estación, teniendo en cuenta lo avanzado del desarrollo de estos embriones, resolvió antes de perderlos por completo, sembrarlos en la primera laguna que encontrara en el camino, que resultó la denominada La Grande, distante unas 40 leguas de Bariloche y 60 de General Roca.

Luego Mr. Ormsby continuó viaje hasta Bariloche para hacerse cargo de esa estación, reemplazando a Mr. Tulián, quien debía regresar a Buenos Aires para estudiar y planear las nuevas remesas de embriones que se habían proyectado traer al país, con las cuales se esperaba poblar aguas de otros lugares.

El referido piscicultor visitó la provincia de Córdoba y quedó decidido que parte de la nueva remesa sería destinada a un punto ubicado cerca de la localidad de Alta Gracia.

A principios de enero de 1905, se realizó el tercer envío, que llegó a Buenos Aires el 4 de febrero, al cuidado del piscicultor Mr. A. H. Mahoner, quien traía los siguientes productos:

Brook … 300.500
Lake trout ..224.000
Landlocked salmon .30.000
Quínnat salmon …100.000
Raínbow trout 92.000

A su llegada a Buenos Aires, se verificó que las ovas del Quinnat salmon se habían perdido en su totalidad, atribuyéndose ese hecho a que no habían sido refrescadas con agua con la debida frecuencia, durante el viaje. También hubo que lamentarse de considerables pérdidas en el lote de truchas “arco iris”.

Al día siguiente de su arribo se llevaron al criadero instalado provisoriamente en Alta Gracia, para su incubación, las siguientes especies:

Brook trout …126.500
Lake trout …12.000
Landlocked salmon …10.000
Quinnal salmon …5.000
Rainbow trout … .43.000

Debido a la alta temperatura del manantial que se utilizó para su incubación, que tenía cerca de 18° C, los resultados de este ensayo fueron malos, registrándose pérdidas elevadas. El resto de esa remesa fué enviado a Nahuel Huapi donde se desarrollaron en buenas condiciones, distribuyéndose luego los alevinos en los ríos de la zona.

El éxito obtenido en estos ensayos entusiasmó a las autoridades y se ordenó intensificar los trabajos. Con ese objeto, el señor Tulián se embarcó el 19 de octubre de 1905 con destino a Europa y los Estados Unidos, para preparar el envío de otra remesa de huevos de salmones y truchas.

Llegó a Inglaterra el 4 de noviembre, donde comprometió un lote de salmón del Atlántico (Salmo salar) y trucha europea (Salmo fario); continuó viaje a Nueva York donde arribó el 24 del mismo mes.

Después de visitar las mejores estaciones de piscicultura de diversos estados, a efectos de solicitar y organizar la preparación del cuarto envío de embriones que se haría a la Argentina, se embarcó de regreso en Nueva York, ello de febrero de 1906, llevando a Southampton doce cajones que contenían:

Quinnat salmon …300.000
Sockeye salmon …122.500
Silver salmon …92.500
Trucha de lago. …80.000
Trucha de arroyo. ..60.000
Sahnón de agua dulce ..30.000
Trucha arco iris. …25.000

De Southampton salió el 23 del mismo mes, habiendo cargado allí previamente embriones de las siguientes especies:

Salmón del Atlántico (Salmo salar) 25.000
Trucha europea (Salmo fario) .6.000
Las tres primeras especies del género Oncorhynchus son salmones marinos que remontan los ríos para el desove, y los demás de aguas continentales.

Esta remesa llegó a Buenos Aires el 17 de marzo con todos los huevos en excelente estado de conservación, con excepción de los de la trucha europea.

Debido a que no se pudo obtener vapor para conducir los embriones a Santa Cruz, hubo que demorar su salida hasta el 27 de marzo, fecha en que se efectuó el viaje en la corbeta Uruguay, lo que dió lugar a que algunos huevos de salmón del Atlántico y truchas de arroyo hicieran eclosión en los cajones cuando fueron desembarcados en el criadero de Santa Cruz el día 27 de abril, por el largo trayecto que fué necesario recorrer.

En esa oportunidad se informó que desde que empezó el embalaje de estos huevos en los Estados Unidos o Inglaterra, hasta que los alevinos fueron sembrados después de la reabsorción del saco umbilical, las pérdidas no excedieron del 4 al 8% en los salmones y truchas, exepto el salmón del Atlántico, la trucha europea, la arco iris y la del arroyo, cuyas pérdidas fueron considerablemente mayores.

Con respecto a los salmones de mar, del género Oncorhynchus, que por primera vez se traían al país, Mr. Tulian en un informe elevado a la superioridad manifestaba que no abrigaba duda alguna sobre el éxito que tendría la propagación de estas especies en nuestra costa patagónica, pues se había comprobado en trabajos recientemente realizados en Nueva Zelandia, que dichos salmónidos volvían a los ríos de ese país, y no habría dudas respecto del éxito de esa introducción.

Hasta el presente no se tienen noticias de haberse hallado en los ríos de la Patagonia, representantes de las especies aludidas.

El 18 de enero de 1908 se despachó desde Estados Unidos el quinto envío, para cuya preparación Mr. Tulian se había trasladado nuevamente a ese país, donde contrató al señor F. Brophy, para reemplazar a uno de los piscicultores norteamericanos que por razones de salud tuvo que abandonar el país. En esta nueva remesa se importaban algunas especies no introducidas hasta entonces y se componía, a su salida de Nueva York, vía Southampton, de la siguiente manera:

Codfish o Bacalao ..3.000.000
Salmón Quinnat …300.000
Salmón lomo azul …104.000
Salmón plateado …90.000
Trucha arroyo. …75.000
Trucha lago …75.000
Trucha arco iris …30.000
Salmón encerrado ..15.000

A su llegada a Inglaterra, la pérdida de los embriones de bacalao fué casi completa, motivo por que se desistió continuar el transporte de dicha especie, cuya aclimatación no se volvió a intentar. El 30 de enero se reembarcaron en el vapor Thames con destino a Buenos Aires, agregándose un lote de 20.000 ovas de salmones del Atlántico, quedando desde ese momento la partida a cargo del señor F. Brophy, el que una vez llegado a esta capital se trasladó a Santa Cruz donde llegó el I de marzo. Estos embriones arribaron en buenas condiciones, salvo el pequeño lote de salmón del Atlántico que se perdió en su casi totalidad y un 30% de pérdidas que arrojó el lote de truchas “arco iris”.

Una vez incubados, estos embriones se distribuyeron en las aguas de la Patagonia en la forma siguiente: la trucha de lago, el salmón encerrado y el salmón sockeye fueron sembrados en el lago Argentino y otros manantiales próximos.

Las otras especies de salmones fueron liberadas en el río Santa Cruz y tributarios, como el río Gallegos y sus afluentes. La trucha de arroyo fué sembrada en distintos tributarios de los ríos anteriormente mencionados, como ser el lago Argentino y el San Martín. La trucha “arco iris” se sembró en su totalidad en el río Santa Cruz.

Mientras tanto Mr. Tulián, que se había quedado en Inglaterra, regresó a los Estados Unidos después de recorrer durante tres meses las principales estaciones de piscicultura de Francia, Alemania y Bélgica, donde adquirió algunos elementos de piscicultura y embriones con destino a Buenos Aires y preparó una nueva remesa que constituiría el sexto envío. El referido técnico salió”,el 6 de mayo de Nueva York, con unos 300.000 embriones de truchas “cabeza de acero”, y llegando a Inglaterra agregó allí a la partida 50.000 embriones de trucha “arco iris” que había encargado pocos meses antes en su gira por Alemania.

Llegó a Buenos Aires el 7 de junio y pocos días después se trasladó al criadero instalado en la Cumbre, provincia de Córdoba.

La pérdida de huevos durante el viaje fué muy pequeña, alcanzando sólo a un 10%, siendo ésa la primera vez que se lograba transportar esta especie con tan reducidas mermas. Desgraciadamente éstas se elevaron algo durante la incubación, pero asimismo se consiguió que naciera un porcentaje numeroso de estos peces.

Al año siguiente, 1909, se introdujo la séptima remesa; para su cuidado se comisionó al señor L. Valette y fue la primera vez que estos embriones fueron conducidos sin tener necesidad de contratar personal en Estados Unidos.
El señor Valette salió de Nueva York, vía Southampton, con el siguiente cargamento:

Salmón Quinnat …..200.000 ovas
Salmón plateado ….100.000 ovas
Salmón lomo azul …100.000 ovas
Trucha de arroyo …50.000 ovas
Trucha de lago ….25.000 ovas
Trucha arco iris.. ..50.000 ovas
Salmón encemldo …15.000 ovas

La totalidad de esta partida de ovas fué destinada a la estación de piscicultura de Santa Cruz, donde se desarrollaron en el curso de los ríos Santa Cruz y Chico.

Esto último lote se introdujo bajo la dirección del señor Tulián; poco después dicho técnico renunció al cargo de jefe de la división de Piscicultura, en junio de 1909, y regresó a Estados Unidos.

El nuevo jefe de la División de Piscicultura solicita las autoridades que se contratara un nuevo técnico especializado en estos trabajos y pocos meses después se logra traer al país al piscicultor H. Kelly, a quien se le encargó el cuidado de una nueva remesa.
El señor Kelly salió de Nueva York, vía Southampton, a principios de enero y llegó a Buenos Aires el 17 de febrero de 1910, trayendo:

Salmón Quinnat …200.000
Salmón de lomo azul …100.000
Salmón plateado ….100.000
Salmón de agua dulce ….25.000
Trucha de lago ….50.000

Llegaron en excelentes condiciones y fueron nuevamente destinadas en su totalidad, al criadero de Santa Cruz.

En 1930, el doctor Tomás J. Marini reemplaza al señor Valette, que se jubila en el cargo de jefe de la oficina de Pesca y Piscicultura y en ese mismo año solicitó a sus jefes se gestionara ante el gobierno de Chile la obtención de ovas de algunas especies de salmónidos, que en esa época se constató no eran abundantes en nuestras aguas, pedidos que fueron satisfechos con toda deferencia.

En junio de ese año llegaron de Chile 4 cajas conteniendo 50.000 embriones de salmón encerrado (Salmo sebago) en buenas condiciones, sembrándose en su totalidad en la zona del parque nacional Nahuel Huapi.

Posteriormente se recibió otra remesa de 125.000 huevos de trucha “arco iris” destinada al embalse de río Tercero; pero por causas diversas hubo que lamentar grandes pérdidas, malográndose así una importante iniciativa.

Desde que llegó al país la primera remesa de 125.000 huevos, el Ministerio de Agricultura mantuvo hasta el año 1930 el vivero de Bariloche, en el rilismo lugar que había elegido con gran experiencia Mr. J. T. Titcomb.

La International Fisheries Exhibition que tuvo lugar en Londres desde
mayo a octubre de 1883, atrajo a 2.703.051 visitantes.
La población total de la ciudad en esa época era de 4.000.000, incluyendo mujeres y niños.
En 1896 apareció en los catálogos el “bote neumático Layman”, que luego cayó en desuso. Aparentemente el “belly-boat” de los catálogos no es tan moderno como creíamos. Otro caso de “novedades” que resultan tener casi un siglo…

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El alimento-presa que encontraron las truchas en al Argentina

Irene Rut Wais

Este artículo fue publicado originalmente en la revista Roll Cast de nuestra Asociación en la Primavera de 1987 (agotada desde hace años), y responde al interrogante de cómo se alimentaron las truchas recién llegadas. Su autora, Irene Rut Wais, es una destacada científica argentina especializada en Hidrobiología.

Las truchas salmonídeas, ¿encuentran realmente lo mismo para comer en los ambientes en donde han sido introducidas que en su lugar de origen? Quien alguna vez haya imitado para la confección de moscas de pesca en nuestro sur las ninfas de insectos acuáticos u otros organismos vivos, de los catálogos norteamericanos o europeos, tal vez no haya notado que muchos de ellos diferían considerablemente de los que habitan en realidad en los ambientes acuáticos argentinos. En realidad, de lo único que se dispone en general es de ese tipo de literatura extranjera para la elaboración de moscas artificiales, debido a la falta de catálogos, guías de campo y aún claves científicas para la identificación de muchas de nuestras especies del sur. El Area Andino-patagónica de la Región Neotropical en la que la Argentina está inserta, se caracteriza porque gran parte de su fauna presenta diferencias zoogeográficas marcadas con el resto del mundo, en especial con la Neártica comprendida en Norteamérica y la Paleártica sita en Europa y parte de Asia. El notable ende mismo -alto grado de evolución aislada- de los organismos vivos patagónicos, especialmente evidenciable en insectos acuáticos, por ejemplo, hace que los componentes de los ríos que constituyen el alimento de las truchas sean significativamente distintos de los EEUU o Europa.

Recordemos que los integrantes del reino animal se clasifican, de acuerdo con sus caracterícticas anatómicas principalmente, en diferentes categorías. De la más amplia a la más fina éstas son respectivamente reino, clase, orden, familia, género y especie. Existen otras, como subfamilia, y subgénero, pero no son obligatorias cuando se intenta identificar una forma animal. Muchos grupos de animales acuáticos preferidos por las truchas difieren no sólo en las especies con respecto a las de otras áreas de la Tierra, sino también es su género y aún en la familia a la cual pertenecen. A este nivel taxonómico y sistemático esto significa que su morfología puede ser considerablemente distinta.

LOS PROTAGONISTAS DE LA DIETA EN LA ARGENTINA

Los crustáceos pueden constituir un componente importante de la dieta de las truchas. Este grupo está constituido por, desde los pequeños camarones de agua dulce hasta las langostas, pasando por cangrejos de variado tipo. En nuestro país los primeros no son muy diferentes en aspecto general de los que se encuentan en los lugares de origen de las truchas en el hemisferio norte, aunque desde el punto de vista zoológico aquí no tenemos ejemplars de la familia Gammaridae, pero sí Hyallelidae. Hyallela curvispina, es muy abundante en los ambientes acuáticos sureños. Las langostas son bastante similares también, aunque aquí encontramos la familia Parastacidae en vez de Cambaridae y Astacidae del Hemisferio norte. Sin embargo, existe un grupo de crustáceos, muy abundantes en nuestros arroyos y ríos, llamados falsos cangrejos, que corresponden a la familia Aeglidae, endémica de las aguas dulces de América del Sur. Aegla Riolimayana y A. neuquensis son, efectivamente diferentes a todo cangrejo norteamericano o europeo. No se parecen a nadie (fig. 1).

Vista dorsal del ‘falso cangrejo” del gen Aegla (fam. Aeglidae) de la Patagonia.

Los insectos representan indudablemente la gran mayoría de la dieta de las truchas. Existen algunos grupos en los que todo su desarrollo transcurre en tierra firme, otros en los que los estados pre-adultos se desarrollan en el agua y sus imago en la tierra o en el aire y finalmente los que pasan enteramente su ciclo de vida en los ambientes acuáticos. Todos los grupos son potencialemente ingeribles por las truchas, aunque los estados terrestres y los aéreos que caen en el agua o pescan las truchas en vuelo constituyen el menor porcentaje en los estómagos de estos animales. Sin duda los que tienen mayor importancia como elementos de la dieta son los insectos acuáticos.

LAS NINFAS Y LARVAS QUE LAS TRUCHAS SUPIERON CONSEGUIR EN NUESTRO PAIS

Los principales grupos de insectos acuáticos que habitan en los ambientes donde fueron introducidas o proliferaron las truchas son los conocidos en la literatura e inglés como stoneflies (plecópteros), mayflies (efemerópteros), dragonflies y damselflies (odonatos), caddisflies (tricópteros), water bugs (hemípteros), beetles (coleópteros) y trueflies (dípteros).

Cada uno de estos grupos corresponde a un orden de la clase de los insectos. De los mencionados, los seis primeros sólo tienen sus estados pre-adultos (ninfas o larvas y pupas) acuáticos y en los otros dos casos la vida de las especies transcurre enteramente en el agua.

Los plecópteros constituyen el orden incluido en los insectos acuáticos que presenta las mayores diferencias a nivel morfológico en nuestras especies y las que suelen observarse en los catálogos de los autores del hemisferio norte. Aunque en ambos casos la mayoría de ellos tiene dos cercos terminales (dos colas), nuestros plecópteros son bien diferentes. De las seis familias de stoneflies sudamericanas sólo una (las pérlidas) se encuentran en EEUU o Europa aunque con especies diferentes a las argentinas. Las otras cinco habitan o bien exclusivamente en el sur de América del Sur (como las diamfipnoideas) o bien tienen una distribución más amplia que abarca la Argentina, Chile, Nueva Zelandia y Australia (eusténidas, gripopterigidas, austropérlidas y notonemúridas).

Estos nombres poco familiares colocados entre paréntesis no son más que la versión castellanizada de la nomenclatura en latín de cada una de las familias de stoneflies de nuestro país, valga la paradoja poco familiar para familias, aunque sólo se trate de un juego de palabras.

Las familias Eustheniidae y Diamphipnoidae comprenden los plecópteros más primitivos que se conocen de los de todo el planeta. Se supone que los stoneflies surgieron a lo largo de la evolución de un antecesor común cuyo prototipo era muy similar a las formas actuales de estas dos familias, en especial de la primera. Por eso se los considera verdaderos fósiles vivientes o relictos evolutivos. ¡Y tenemos el privilegio de tenerlos en nuestra fauna!

Son los plecóperos más grandes y vistosos de nuestros arroyos trucheros andino-patagónicos. Sus ninfas acuáticas pueden alcanzar los siete centímetros, o aún más, y presentan colores brillantes que van desde el naranja fuerte hasta el verde esmeralda en el torax y los primordios alares.

Ninfa (dorsal) de Neuroperla schedingi (fam. Eustheiidae) del Parque Nacional Lanín.

El abdomen suele ser pardo y sus traqueobranquias ventrales por medio de las cuales estos individuos respiran son de un blanco níveo intenso. En el caso de las eusténidas los órganos de ventilación son tubulares (fig. 2) y en las diamfipnóideas (cuatro pares en los cuatro primeros segmentos abdominales respectivamente) son en penacho (fig. 3).

Ninfa (dorsal) de Djamphipnosissp. (fam. Diamphipnoidae) de la provincia de Chubut.

Las stoneflies de la familia Gripopterygidae son más pequeñas (hasta tres centímetros) y presentan un “plumero” caudal como órgano respiratorio (fig. 4).

Ninfa (dorsal) de Senzilloides sp. nov. (fam. Gripopterygidae) de la provincia de Río Negro.

Las correspondíentes a la familia Austroperlídae, de hasta cinco centímetros, son las llamadas plecópteros de cinco colas ya que sus cercos, conjuntamente con otras tres estructuras caudales, se hallan modificados para la función respiratoria de las ninfas en el agua (fig. 5).

Ninfa (dorsal) de Klapopteryx barilochensis (fam. Austroperlidae) de la provincia de Río Negro.

Las Notonemuridae son por otro lado, las stonelies más pequeñas andinopatagónicas y en general no sobrepasan el centímetro de largo. Todas las ninfas de plecópteros, excepto las eusténidas y diamfipnóideas, poseen coloraciones pardoamarillentas en su cuerpo. Las traqueobranquias siempre son blancas.

¿Por qué la gran mayoría de los plecópteros de nuestro sur argentino son tan diferentes a los de América del Norte o Europa y más similares a los de Nueva Zelanda o Australia? De acuerdo con la Deriva Continental de Wegener, la separación entre América del Sur, Nueva Zelandia y Australia fue posterior al desmenbramiento de estas tierras de las del hemisferio norte y así nuestras stoneflies tuvieron oportunidades de mantenerse ligadas hasta etapas posteriores de la historia geológica de la Tierra. Pero a la vez una característica muy interesante de los plecópteros es que sus adultos aéreos son muy torpes voladores y es por eso que se mantienen restringidos en las inmediaciones del arroyo cuyas ninfas requieren para vivir. Si se alejaran los adultos, no podrían regresar a colocar los huevos en el agua.

Es así como han evolucionado separadamente y puede suceder que diferentes especies de una misma familia se encuentren aún en lugares relativamente próximos.

¿Y LOS DEMAS INSECTOS?

Los otros grupos de insectos no plecópteros componentes de la dieta de las truchas son, tal vez, algo más similares a los de los catálogos del hemisferio norte, aunque diferentes a nivel específico y muchas veces también genérico, si los comparamos con los plecópteros en los que el grado de ende mismo y evolución separada alcanzó su máxima expresión entre los grupos aquí considerados.

Los efemerópteros -mayflies- más comunes en los ríos y arroyos argentinos en donde suelen vivir las truchas son los de la familia Leptophlebiidae. El género Meridialliaris (fig. 6)

Ninfa (dorsal) de Meridialaris laminata (fam. Leptophlebiidae) de la provincia de Mendoza.
(particularmente M. laminata y M. diguilina, ambas especies sudamericanas)

es el más ampliamente distribuido, desde Tucumán hasta Tierra del Fuego. Los tricópteros -caddisflies- por su parte, pueden presentar una casita móvil o fija, realizada con material vegetal o mineral, aunque también los hay libres.
Entre los primeros son comunes por ejemplo en los arroyos de Neuquén, Río Negro y Chubut los limnefilidos y glossosssomátidos, aunque entre estos últimos no hay Glossossoma sp. como en los EE.UU sino Mastigoptila sp. (fig.7).

Larva de Mastigoptila sp.
A.- Vista superior. B.-vista inferior del habitáculo, donde se observa el desarrollo de la larva próximo a transformarse en pupa) (fam. Glossossomatidae) de la provincia de Neuquén.

Los de tipo libre, es decir sin habitáculo, en la Argentina están representados por Smicridea annulicornis como el más abundante. Su carnoso abdomen es un bocadillo exquisito para las truchas (fig. 8).

Los hemípteros -water bugs-, coleópteros -beetles- y los dípteros -trueflies- son los insectos más similares desde el punto de vista morfológico a los equivalentes ecológicos que se observan en las guías norteamericanas. Muchas especies son en rigor de verdad diferentes, pero desde un punto de vista práctico estos grupos no presentarían mayores diferencias para el pescador a los fines de imitación con moscas.

Larva de Smicridea annulicornis riel río Limay, vista lateral (fam. Hydropsychidae)

Larva de Paltostoma sp. de la prov. de Río Negro (ventral) (se observan las ventosas) (fam. Blepbariceridae)

Sólo habría que señalar las excepciones de Paltostoma sp. (fig.9), un díptero cuya larva provista de ventosas para no ser arrastrada por la corriente es más redondeada que las del hemisferio norte y Chilectopria grandis, un coleóptero en el que la larva redondeada es muy chata dorsoventralmente y en el que el cuerpo entero succiona haciendo vacío para mantenerse pegado a las rocas del fondo de los arroyos cuando la corriente es intensa. En las formas andinopatagónicas no existen penachos respiratorios en los primeros segmentos del vientre sino que las traqueobranquias están protegidas en la zona caudal por una suerte de tapa ventral terminal (fig. 10)

Larva de Chilectopria grandis del río Meliquina (ventral) (fam. Eubriinae).
La flecha indica la posición caudal de las tranqueobranquias.

En realidad, es mucho lo que resta conocerse en materia de insectos acuáticos en nuestro país. Mal pueden elaborarse catálogos o claves cuando muchas ninfas y larvas permanecen aún indescriptas.
Además, ignoramos cuándo son los períodos de hatch en las ninfas claves para las truchas. Las fechas de puesta y eclosión, así como de otras etapas de los ciclos de vida aún se desconocen en la mayoría de las especies de insectos.

Afortunadamente se sabe bastante más de los crustáceos, particularmente de los Aegia. La colección periódica de los insectos acuáticos en nuestros ríos y arroyos trucheros ayudaría a esclarecer muchos de los aspectos relacionados con su desarrollo y de este modo los pescadores podrían contar con mayores detalles no sólo útiles sino indispensables para sus prácticas deportivas.

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“La pesca con mosca se hace con un equipo cuyo lanzamiento es el menos efectivo de toda modalidad conocida. El señuelo, que imita un ser viviente, trabaja en un trayecto bastante reducido. Todo esto hace que observemos más la naturaleza y empecemos a quererla más”.

Jorge Donovan

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Enfermedad giratoria de los salmonidos

CONSERVACION

Los últimos números de la revista de la FFF, de Fly Rod & Reel y de Fly Fisherman dan cuenta de la aparición de una enfermedad de las truchas llamada “Whirling Disease” en el estado de Montana. Los artículos describen esta verdadera calamidad que afecta unos 80 Km. del Río Madison, diezmando un 90% de las arco iris.
La enfermedad no es nueva, ya que se conoce en Europa -de donde es originaria- y en otros estados de la Unión, pero parece que este estallido ha logrado alarmar a las autoridades y asociaciones de pescadores como FFF y Trout Unlimited, que reclaman medidas extraordinarias para evitar su difusión.


Truchas afectadas por Whirling Disease. Handbook of Trout and Salmon Disease. Roberts y Sheperd, Universidad de Stirling, 1974.

El mal afecta principalmente a los alevinos de las truchas arco iris y de arroyo, y sólo marginalmente a las demás especies, y es causado por el esporozoo parásito Myxobolus cerebralis. Ataca los cartílagos, produciendo deformaciones en la cabeza y el esqueleto (ver foto), afectando el sistema nervioso central y consecuentemente la capacidad de natación de las truchas enfermas, que nadan en círculos, como cazando su cola, (de allí su nombre: “whirling” significa girando, dando vueltas) hasta que mueren o son comidas por otras truchas. Las deformaciones en la mandíbula también les impide alimentarse. Otra manifestación de la enfermedad es un oscurecimiento de la cola. El brote no es fácilmente detectable al principio ya que afecta sobre todo a los ejemplares más jóvenes, lo que los convierte rápidamente en presa de los peces más grandes, que entonces se convierten en portadores de la enfermedad.

El contagio puede producirse también a través de un gusano tubiforme que es ingerido por los peces y tratándose de alevinos, por contacto directo con la espora, que en determinada fase de su desarrollo es nadadora. La epizootia progresa aguas abajo unos 25 km por año, y sólo unos 3 km aguas arriba. El mal es incurable, y una vez que se instala en un río no se se conoce ningún método para evitar que se propague. En ese caso la única esperanza es que se desarrollen peces resistentes a la enfermedad.

El vehículo principal de la difusión de la epizootia a nuevos sistemas acuáticos es la implantación de peces enfermos, pero es importante tener en cuenta que los pescadores también pueden ser transmisores, a través de la suela de fieltro de las botas, de los waders, moscas, cañas, reels y líneas.

Alertados por este flagelo potencial, hemos consultado a los funcionarios a cargo de la preservación de los salmónidos en la Patagonia, que nos informan que afortunadamente, no hay evidencias concretas de que el mal haya llegado a nuestro país.

Para que ésto no ocurra es necesario que todos tengamos cuidado: los argentinos que van a pescar al extranjero deben lavar bien su equipo al volver y los guías y personas que emiten permisos de pesca deben recomendar a los pescadores extranjeros (europeos y norteamericanos) que procedan de igual forma. Además, todos los pescadores debemos estar alertas y si encontramos alguna trucha pequeña que parezca tener los síntomas descriptos, sacrificarla y llevarla sin demora a las autoridades de pesca del lugar donde estemos pescando.

De esta manera, con cuidado pero sin pánico, los mosqueros podremos contribuir a preservar nuestros cursos de agua de esta grave amenaza.

“No tiene que haber mil peces en un río, déjenme encontrar uno y le sacaré mil Sueños antes de sacarlo y, si lo saco, lo dejaré ir”
James Deren

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