Las grandes dificultades económicas provocaron un atraso de ocho meses en la aparición del número 5 de la revista. Esta demora nos permite hoy volcar algunos planteos -que la masa societaria debería contestar-, tendientes a dilucidar el interés que se tiene en que nuestra entidad continúe funcionando como tal.
Durante el año 1988 se realizaron varios eventos con escasa -por no decir nula- concurrencia. Ejemplo de ello fueron los cursos de pesca con mosca gratuitos, las clínicas de casting y los concursos de lanzamiento, contrastando con el relativo éxito de quienes brindan clases de casting pagas, por más que sus alumnos terminen resultando meros revoleadores de línea, sin fundamento teórico ni comprensión de lo elemental del lanzamiento con mosca.
Una asistencia levemente mayor acompañó las charlas y conferencias. Los proyectos conservacionistas casi podría decirse que naufragaron. Pero lo más alarmante fue la pobre repercusión que obtuvo la iniciativa de reunir fondos para comprar un local destinado a sede de la Asociación. Todos estos fracasos parecen indicar que el interés de los socios es prácticamente inexistente respecto del futuro de la entidad.
Hace tiempo se publicó en nuestro boletín un decálogo puntualizando lo que resulta preciso para que un club se desenvuelva con corrección. O no lo leyeron o lo que allí se dice cayó en saco roto. La falta de apoyo hará que indefectiblemente la entidad desaparezca.
Es factible que en los próximos meses Honduras se venda. La Asociación quedará una vez más sin local y en esas condiciones su vida quedará limitada.
Pretendemos que esta página editorial sea leída, masticada y digerida. Y que antes de abril se reciba un alto porcentaje de contestaciones, sugerencias y críticas, todas las cuales serán bienvenidas. No deseamos ponderaciones.
El apoyo se demuestra en los hechos y no en las palabras. Basta de discursos. Resulta necesaria una acción positiva de los socios para seguir adelante.
No se interpreten estas líneas como una recriminación.
Simplemente queremos tomar conciencia del sentir de los socibs. Por eso éste es un editorial corto, pero -creemos- muy claro.
JORGE C. DONOVAN
