Una experiencia con caddis

Por Javier Alurralde

A mediados del mes de Enero decidimos pescar el Río Malleo arriba; llaves de tranquera por medio y tras arribar a Tres Picos, nos instalamos precariamente a la sombra de un ñire y partimos inmediatamente a pescar. Mi amigo eligió un gran pozón de corriente pareja con grandes sauces; en tanto yo me trasladé unos 200 metros río arriba, donde se forma una veloz corredera con barranca que el río va comiendo y modificando año en año. Luego de observar que ninguna trucha daba señales de actividad en el lugar, decidí poner una mosca seca de atracción (Royal Wulff), la que lancé prolijamente sobre todo el borde de la barranca, una vez tras otra, sin resultado alguno. Tras el fracaso, y considerando que sólo habia visto la aleta dorsal de una o dos truchas en los pequeños remansos (pockets) que dejaba la corriente tras los terrones de tierra que caen al río por la erosión del agua, decidí variar la técnica radicalmente, coloqué una ninfa de jabalí negro levemente lastrada, me coloqué nuevamente en la entrada de agua del pozo, y paso tras paso fuí batiendo el agua colocando la ninfa a escasos centímetros de la barranca que enfrentaba, con idéntico resultado negativo.

Francamente estaba desconcertado pues había fracasado tanto como mosca seca como con ninfa, sin observar casi movimiento de peces en el lugar.

Al levantar la vista, pude observar a mi compañero que se había ubicado en la corredera previa a su pozo y que a los gritos me hizo saber que le estaban tomando pupas de caddis.

Como a esa altura de las circunstancias estaba dispuesto a probar lo que fuere, abrí mi caja y luego de revolver pude constatar que pupas de caddis no tenía ninguna, sólo poseía dos larvas de tal insecto que jamás había intentado lanzar al agua.

Con resignación y poca fe até una de ellas, y con paso cansino ingresé nuevamente por la cabeza del pozo y realicé mi décimo lance río arriba, haciendo sucesivas correcciones de línea (mend) con el objeto de que la larva profundice e ingrese al pozo con alguna profundidad, y otra vez sin resultado alguno.

En el segundo o tercer lanzamiento tuve un toque e inmediatamente clave, lo que produjo el corte del tippet al instante; no soportó el enganche contra los terrones de tierra que abundaban en la orilla de en- frente y la fuerza de la corriente.

Resignado ya a una jornada de fracaso, y en tanto ataba mi última larva de caddis, concluí que debía alejar mi mosca un tanto de la orilla y que de ninguna manera con un tippet tan fino podía clavar, había que limitarse a elevar la caña casi sin otra acción.

Nuevamente en el agua, dirigí el lanzamiento para que la larva pasara rozando un terrón de tierra tras el cual claramente se observaba un remanso, calculé el tiro y tras una leve deriva sin mover la larva, al pasar la mosca por el remanso inmediatamente tuve mi primer pique; tras una breve lucha pude extraer una linda arco iris de aproximadamente 800 grs.

Luego de su devolución, y ya con ánimo renovado, efectué mi siguiente lanzamiento directamente al siguiente remanso, y en el primer intento la línea se frenó bruscamente. Suavemente levanté la caña tratando de zafar del enganche mi única mosca con pique, más luego de tensar percibí un cabezazo; no era un enganche sino una buena trucha que se obstinaba en quedarse en su lugar habitual; luego de algunos vanos intentos decidí que la mejor manera de moverla era traccionándola desde río abajo, lo que me dió buen resultado pues la saqué del remanso a la correntada obligándola a nadar. Pero no había manera de arrimarla a mi costa, la traía un metro, volvía a sacarme igual distancia. Intenté nuevamente la tracción desde río abajo, y si bien alcancé a arrimarla, inmediatamente una larga corrida me sacó la línea y backing frenando recién en la cola del pozo, poco antes de un sauce que volcaba sus ramas al río.

Asustado por el eventual enganche, decidí no bajar más y pelear desde el lugar, y suavemente la fuí traccionando con la caña baja hasta muy cerca, en ese momento pude verla claramente, y constatar que se trataba de una arco iris del doble de tamaño que la anterior, pero tras intentar la maniobra de arrime para vararla en la costa volvió a correr hasta instalarse nuevamente en el centro de la correntada y haciendo barrilete se dejó llevar por la corriente río abajo.

Bajé la caña buscando modificar el ángulo de tracción y la forzé en la medida de lo posible, obligando al pez a nadar, pero tras unos breves instantes de puja y una corta carrera la línea se aflojó completamente y
perdí el pez. Mi desazón no fué tanta cuando pude comprobar que no había cortado el tippet, sino que zafó el anzuelo.

Tras las maldiciones de práctica ingresé al pool y realicé otros intentos, pero en vano pues ya nada se movía; atendiendo la hora me pareció prudente levantar e ir a la sombra tras mi almuerzo.

En tanto caminaba reflexionaba que era evidente que si hubiera comenzado con esa mosca habría tenido una jornada de más éxito, lo que se vió corroborado con el resultado de mi amigo, el que río abajo había obtenido una buena cantidad de piezas en aguas bajas, con “strike indicator” y pupas de caddis.

Más tarde, y en tanto degustaba un pan con mayonesa y pollo y unos tragos de vino blanco frío, pensaba cuáles podían ser las causas del fracaso de unas y del éxito de la larva de caddie, pues no había visto movimiento de los peces que pudiera hacer suponer una migración de larvas dejándose llevar por la corriente (drift), ni había eclosión de insectos (hatch), por lo cual concluí que simplemente se debió a que pasó frente a los ojos de la trucha una mosca que imita adecuadamente, por su forma, una larva que se encuentra habituada a comer. Ya en Buenos Aires continué la investigación, y corroboré que la cantidad de Tricópteros (caddis) en nuestros ríos resulta superior a las Mayflies y Stoneflies, circunstancia que reforzaba la tesis que lo importante, en el caso, había sido imitar la forma de una ingesta habitual del pez.

A partir de la experiencia relatada, sumada a la modesta investigación realizada, he arribado a las siguientes conclusiones que quiero compartir:

-En primer lugar, si no existe movimiento de peces en el río, en el futuro he de comenzar pescando con una caddis, ya sea larva o pupa, en lugar de elegir una mosca seca atractora.

-En segundo lugar, no voy a despreciar en adelante las aguas bajas, sobre todo si tienen vegetación en el fondo.

-En tercer lugar, voy a intentar aprender la técnica de pesca con ” strike indicator “.

Este año estoy atando ninfas de caddis en todas sus formas, ya sea larvas, pupas o emergentes, y le aconsejo que haga la prueba con ellas (Ver Boletín de la A.A.P.M. Otoño 92, pág.12 y sig.)

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