Tube flies II

Continuación – Capítulo II

Por Javier Alurralde

1.- En ocasión de elaborar la nota anterior había mencionado que el nacimiento de estas moscas se encontraba relatado en el libro de Bates que allí he citado, en el que se describen los acontecimientos y los nombres de sus creadores; no obstante, recientemente arribó a mis manos un libro de William F. Blades (Fishing Flies and Fly Tying) publicado en 1951 y reimpreso en 1962, donde éste describe a las tube fly indicando que los indios norteamericanos las usaban desde antaño para pescar bonefish, e incluso indica el proceso de atado utilizando los viejos tanques de birome metálicos forrando su interior con cable plástico para elaborar los cuerpos y así evitar que el filo metálico corte el nylon.

Resulta curioso señalar que idéntico planteo se encuentra volcado en la obra de Thomas Clegg “Modern Tube Fly Making”(1965), sin que ninguno de estos autores aporten prueba concreta alguna, y vale destacar que la primera publicación que menciona las tube fly data de 1932 en The Angler and the Thread Line por parte del escritor inglés Alexander Wanless, quien menciona que la idea es originaria de Gran Bretaña, y data aproximadamente de 1930. (Fuente “Fly Tube Two-Evolution” de Mark Mandel and Bob Kenly-Frank Amato-2007 donde el tema se trata en extenso)

Traigo a colación estas líneas con el objeto de confrontar lo expuesto con la opinión predominante de su invención que en la nota anterior hemos citado, y exteriorizar que siempre hay nuevos puntos de vista y ningún capítulo de la historia de las moscas ni de su conocimiento debe considerarse definitivamente cerrado.

2.- Efectuada esta digresión, retomamos el objeto de la nota que consiste en volcar puntos de vista prácticos que nos ayuden en nuestros inicios en la construcción de las tube fly.
Ya desarrollado brevemente las ventajas que predican sus defensores y las diferentes clases de tubos (en realidad podría decirse “el chasis” elegido sobre el cual se ha de montar la mosca), pasamos al punto inicial que marca un severo interrogante para quien se inicia, y que consiste en desentrañar en cómo fijar el tubo de modo eficiente a la morsa.

Inicialmente hemos de dejar de lado las morsas especialmente adaptadas para ello por cuanto importa la adquisición de cabezales específicos o morsas que tengan la doble utilidad (la de Marc Petitjean por ejemplo), y en principio nos ceñimos a sistemas elementales mediante los cuales se puede utilizar la morsa tradicional (que ya poseemos) para atar tube fly.

También dejamos provisional e intencionalmente de lado la utilización de los tubos de bronce, cobre o aluminio, pero hacemos constar que en los dos primeros casos destacados atadores utilizan sin dificultad alguna las mismas morsas tradicionales o clásicas, tomando directamente el tubo en su pinza, mas en el caso de tratarse de tubos de aluminio ello debe realizarse con especial cuidado para no doblarlo ni aplastarlo en el proceso.

Entonces, nos volcamos al tratamiento de como fijar los tubos plásticos a nuestra morsa tradicional, impidiendo que giren sobre si mismos puesto que ello imposibilita su atado en forma eficiente, ya sea por cuanto tal giro deshace las vueltas de hilo o por cuento éste nunca queda firme y con la tensión que corresponde, llegando al grado de que los materiales se desprenden del tubo.

2.1.- Preparación preliminar: para evitar que el hilo de atado se desenrolle y torne la mosca inservible, en forma preliminar a su atado debe prepararse el tubo a utilizar; inicialmente debe quemarse levemente el extremo del frente del tubo plástico y ejerciendo leve presión sobre el extremo recalentado debemos formar una pequeña deformación o protuberancia en su frente, que servirá a modo de contención del hilo de atado de la cabeza al momento de su finalización.

También suele realizarse idéntico procedimiento para su parte posterior, mas si un segmento posterior del tubo debe quedar libre de hilo y materiales para colocar el hook holder no le veo una necesidad insalvable, salvo que diseñemos la mosca para que tenga doble movimiento, es decir en sentido horizontal por la tracción del pescador y también sobre si misma, puesto que la mosca al pasarse por el tipett y atarse éste al anzuelo, la mosca queda suelta haciendo tope en el nudo del anzuelo (es corriente en estos casos que se le ponga un bead head adelante y atrás, o por lo menos atrás).

Sólo en este último caso en que la mosca se ata para que quede suelta vale la pena también formar tal protuberancia atrás, pues son válidas idénticas razones a las expresadas en párrafos anteriores evitando que la mosca con el pique pueda desarmarse.
Tampoco aconsejo quemar el tubo plástico inicialmente si vamos a colocarle un conehead, puesto que tomamos uno del tamaño y peso que consideramos necesario y procedemos a agrandar el agujero pasándole una mecha con un taladro y así obtener idéntico diámetro al tubo que vamos a utilizar. Al finalizar el atado de la mosca debemos dejar adelante un tramo de tubo plástico sin utilizar, y luego de hacer el nudo final y pegar, insertamos el conehead preparado especialmente y lo deslizamos hasta que haga tope con el nudo de la cabeza; por delante todavía tendremos un segmento de tubo sin utilizar; es en esta ocasión que con un encendedor cuidadosamente le damos calor, provocando que el tubo se consuma (lo hace rápidamente), antes de llegar al conehead. formando una protuberancia que hará que el peso quede fijo y firme sobre la cabeza de la mosca, quedando perfecta y finalizada.

Lamento los comentarios y desvíos pero resultan inevitables, sólo se formulan para que los lectores añadan nuevos puntos de vista y los usen, a la larga seguramente han de encontrar mejores caminos y espero que tengan la generosidad de hacerlo saber.

2.2- La fijación del tubo: Esto, por lo menos en mi caso y en mi inicio estando acostumbrado al agarre de las morsas tradicionales, me sumergió en la perplejidad, no entendía bien porqué ciertos productos que había adquirido no funcionaban todo lo bien que yo pensaba que debían y sólo más tarde comprendí que necesitaban un pequeño proceso deadaptación.
No obstante, hay sistemas simples que me sacaron de más de un apuro y que funcionaron perfectamente, circunstancia por la cual prefiero transitar aquí un camino que nos lleve de lo simple a los más complejo, ya que estos últimos no siempre son imprescindibles.

2..2.1. El Clip de la Oficina (Foto 1): Una tarde en que quería atar una tube fly me encontré sin el adaptador y por supuesto no encontraba como iniciar la tarea; en la búsqueda de los materiales que tenía más a mano encontré un grueso clip de oficina y al enderezarlo (como seguramente Uds. notarán en caso de ocurrir al sistema) su superficie quedó plagada de ondulaciones. Bienvenidas ellas, no las quiten. Inserten un extremo del alambre del clip en su morsa de modo tal que quede visible y para ser utilizado como punto de atraque o compresión el segmento ondulado, teniendo presente para ello el largo del tubo que deseen usar (aconsejado para tubos cortos o medios únicamente). Inserten el tubo plástico hasta llegar a las protuberancias y allí comprimiéndolo, háganlo girar gradualmente insertándolo hasta el punto de atraque del alambre con la morsa. Una vez logrado ello Uds. notaran que el tubo plástico se encuentra firme y que su tendencia a girar es mínima, aún con una regular compresión del hilo pues no es fácil que gire sobre sí mismo. Si bien este sistema casero les permite atar la mosca tiene el problema que, en general, el alambre utilizado para la fabricación de los clips es demasiado blando, circunstancia por la cual deberán compensar la tracción que ejercen con el hilo sosteniendo el tubo con la otra mano para no doblar exageradamente el alambre en el proceso de atado.

2.2.2. El Alambre de Acero (Foto 2): Éste también es un sistema práctico y se basa en igual principio que el anterior, pero ahora utilizamos un alambre de acero, como aquellos que utilizan los dentistas, lo más grueso posible, y lo doblamos en una “u” muy cerrada. Notaran que quedan dos extremos del mismo lado y es el inferior aquél que se coloca en la morsa. En el otro extremo que forma una “u” muy cerrada se inserta el tubo, el que se gira y se ejerce presión para ingresarlo. El extremo libre del alambre irá cediendo, pero siempre ejerciendo una presión progresiva quedando en definitiva firme y atrapado el tubo, procediéndose luego a dar inicio al atado.

2.2.3. El shank de un anzuelo: En este caso el procedimiento es ubicar un anzuelo de shank extra largo; con un buen alicate cortamos el arpón y el ojo y le dejamos sólo el gap. Nos quedamos con la parte recta y parte del gap (segmento utilizado para agarrar el instrumento a la morsa tradicional), y sobre el final del shank, donde concluye la parte recta del anzuelo, montamos un cono de hilo de atado en lenta progresión en degrade, menor hacia donde debería estar el ojo del anzuelo que hemos quitado y por donde haremos ingresar el tubo, y mayor hacia el gap. Hecho ello aseguramos la progresión de hilo con un nudo y luego lo aseguramos con una capa de epoxi y dejamos secar. El principio es el mismo que lo anterior, se ingresa el tubo y se lo desliza hacia el gap hasta arribar a la progresión de hilo; allí lo hacemos girar bajo presión hasta que traba firmemente.

Este sistema también se puede manufacturar en forma casera con agujas gruesas o incluso modificando las de crochet a nuestro paladar.

Hay que tener sumo cuidado con todos estos sistemas que indicamos redondeando bien las puntas y filos, puesto que en caso contrario es muy común tener accidentes indeseables y hasta peligrosos; los cortes que se realicen con alicates deben ser cuidadosamente pulidos y redondeados, y en lo posible trabajar colocando en las puntas alguna bolita de foam o goma fabricada al efecto.

2.2.4. Si somos un poco más sofisticados podemos elaborar, tal vez adquirir, una aguja especial que se encuentra formada por dos conos sucesivos, graduales y de diferentes tamaños en la misma pieza o eje, que se conoce con el nombre de European Tube Fly Nedle o también como Falkenberg tapered fly needle, diseñada especialmente para ser utilizada con adaptadores, más no veo ningún obstáculo en fabricarla para ser asegurada directamente en la moras quitándole la indeseable y peligrosa punta que los fabricantes insisten en colocar.

2.2.5. Puede acontecer que el lector quiera utilizar otros medios para asegurar el tubo y tenga habilidades manuales, en tal caso le informo que he visto, pero nunca utilizado, un sistema que consiste en un alambre que hace de eje con un tope firme (una bola de plástico) que se instala en el extremo contrario al que va a quedar fijado en la morsa. Del otro lado existen dos topes móviles, plásticos también, y en el medio un resorte para que haga presión. Se hace compresión y el tubo supuestamente queda firme. En mi opinión le agregaría algún trozo de foam pegados a los topes para evitar que el tubo gire sobre sí mismo.

2.2.6. La industria y el comercio nos han provisto de aparatos especiales o adaptadores que nos permiten utilizar nuestra morsas comunes para atar tube fly (Fotos 3 y 4). Muchas marcas de morsas han desarrollados modelos muy similares, en general con tres medidas de ejes que se fijan al adaptador mediante un sistema simple de tornillos y el adaptador como si fuera un anzuelo a la morsa, siendo lo más conocido, entre otras HMH; Eumer; etc.. Estos sistemas de fijación trabajan por compresión en los extremos y no por expansión interna del tubo como se ha relatado en los casos anteriores, circunstancia por la cual pueden trabajar con todo tipo de tubos, ya se trate de metálicos o plásticos. El problema es que no anclan los tubos metálicos todo lo sólido que se pretende y con presión giran sobre sí mismo. Tal circunstancia obliga a algunos agregados, como por ejemplo colocar vueltas de hilo en el eje para que el tubo pueda fijarse mejor; o poner vueltas de hilo haciendo tope y allí ajustar firmemente el tubo; o colocar gomas y pegarlas en los topes para evitar que el tubo gire; en fin, a gusto del consumidor.

2.2.7. Lo cierto es que ahora hay cabezales donde los tubos se insertan y que funcionan como un mandril de un taladro, no lo he utilizado pero seguramente estos han de funcionar eficientemente, y si bien creo que la mejor solución en casos de tubos metálicos duros es colocarlos directamente en la morsa, cabe recalcar que aquí lo único válido es el gusto del usuario y aquello que le brinde placer en utilizar.

3.- Variaciones sobre el mismo tema: Ya fijada la pieza a utilizar existen innúmeras variaciones que podemos llegar a elaborar, destacando que al utilizar un chasis plástico la tendencia es de alta flotación, que constituye la queja más común del pescador de streamers.

Pero esto puede compensarse muy fácilmente, no sólo fijándole uno o más coneheads como hemos visto en puntos anteriores, sino que ello también se logra simplemente llevando una cajita con bead heads de diferente tamaño; es cosa de pasarlos por el tippet y volver a atar el anzuelo, logrando el peso que nos parece necesario y la profundidad que deseamos.

Pero también podemos lograr otros efectos, podemos atar otro tube fly sin anzuelo por delante aumentando dramáticamente el tamaño de la mosca que estamos utilizando, o fabricarnos unos mini tubes con cabeza muddler que ponemos o quitamos a nuestro paladar convirtiendo así la forma de nuestra mosca, o logrando una mayor flotación o mayores vibraciones (Foto 5); agregar rattlers; e incluso mini tubes con ojos, que ponemos o quitamos según nos parezca; podemos modificar el anzuelo poniendo uno más grande o pesado, o adoptar la tesis contraria, más liviano; etc.

No dejemos de lado la posibilidad de montar alguna mosca seca importante en tubos plásticos, pues justamente esta tendencia a flotar en el caso es benéfica, con el agregado de que podemos hacer una perforación lateral para pasar por allí el tipett y así lograr un perfecto skating de la mosca, una acción muy preciada en ciertas circunstancias.

Como se ve es un nuevo mundo por descubrir aún, donde el pescador transita el río con pocas cajas, en una los anzuelos, en otra las moscas, y de otro lado, las mini tubes con rattle; cabezas muddlers; ojos; bead heads; etc., y va armando el producto que desea utilizar o le parece conveniente, combinando sus variaciones casi al infinito.

Tal vez el juego de estas posibilidad sea una de las partes más interesantes de pescar con mosca y de allí que quise transmitirles y alentarlos a que prueben otro punto de vista.

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