TRADICION MOSQUERA (III)

(1577-1651) De Berners a Walton

Por Grizzly Muddler

La pesca con mosca no evolucionó mucho en el siglo siguiente al “Treatyse”. En ese lapso, esta obra fue reeditada dieciséis veces!
Hasta hace poco tiempo, se creía que la siguiente obra piscatoria había sido publicada en 7590.

En 1954 un conocido coleccionista estadounidense, encontró, entre las obras apiladas en el altillo de una mansión inglesa, un libro editado en 1577, cuyo título es “The Arte of Angling”. Lamentablemente, al folio le faltaban las tres primeras páginas, donde se supone figuraba el nombre del autor, yel texto no aventura su nombre.
La importancia de esta obra no estriba en llenar un hueco histórico, si no en su forma literaria. Está escrita como un diálogo entre “Viator” y “Piscator”.
Hasta este descubrimiento se creía que Walton (1593 -1683) había sido el primero en apartarse del discurso lectivo para humanizar sus conceptos asignando roles a personajes ficticios (y con los mismos nombres).
Este no es el único punto donde Walton contrae una deuda con un autor desconocido. Párrafos enteros han sido prácticamente copiados de un libro a otro.
No deberíamos ser severos con Walton.
En esa época era común esta “liberalidad literaria”. Esperen a ver lo que hizo Markham a principios de siglo XVII!.
En 1590 se publicó ” A Booke of Fishing with Hookc and Une”, un libro de Leonard Mascall, conocido horticultor y naturalista de la época. Esta obra tiene dos partes perfectamente diferenciadas.

Una, obviamente copiada de trabajos anteriores (especialmente del “Treatyse”) es titubeante, poco ágil y dura, plagada de errores; como si el autor no se hubiera sentido cómodo. La otra dedicada a la piscicultura, parece ser totalmente original y es rigurosa, fresca e interesante. Mascall puede considerarse el primer escritor preocupado por la conservación. Protesta airadamente contra los que pescan todo el año, aconsejando no molestar a los peces en época de desove.
Los esfuerzos para mantener la mosca en la superficie fructifican con el primer consejo práctico de construcción: el autor propone poner debajo de las lanas del cuerpo una base de corcho.
Curioso que la treta del kapok, el polipropileno, la espuma de poliuretano y la madera balsa se haya atisbado hace cuatro siglos.
Esta línea que se extiende a través de los años es una de las que hablábamos en el primer capítulo y que estas charlas intentan revitalizar. Ya encontraremos otras muchas.
Mascall también fue el primer escritor en describir el anzuelo doble, ilustrado en su obra.
En 1600 se publicó un libro muy interesante. Su autor, John Taverner, Inspector de Bosques del Rey Jacobo I de Inglaterra, es quizá el padre de la entomología acuática. En esa época, y aún más tarde, se creía que las moscas que aparecían inexplicablemente en los ríos se generaban mágicamente del barro o del rocío. Taverner observó correctamente el comportamiento de las ninfas o pupas subacuáticas y su relación con los insectos alados. Por alguna razón sus observaciones, contenidas en “Certaine experiments concerning fish and fruite” , no tuvieron amplia difusión posterior, y parecen ser desconocidas por figuras posteriores como Walton.
John Dennys publica su poema “Secrets of Angling” en 1613. Esa obra, considerada como una de las cumbres de la poesía piscatoria, no contiene referencias a la pesca con mosca. su interés para nosotros aparece en su segunda edición en 1920.
En ella su editor, William Lawson, adquiere, a través de sus notas y comentarios, notable estatura en nuestra historia. No se tienen datos de este misterioso personaje, pero sus anotaciones son tan originales, prácticas y amenas que apuntan a un gran pescador, versado en las rápidas corrientes de los ríos del Norte de Inglaterra, en Yorkshire.
Es una gran pena que no nos haya llegado una obra original de este ducho pescador, pues entre las acotaciones a Dennys menciona, al describir la trucha, el hecho de “lanzar” la mosca. De este modo infiere por primera vez, ubicar la mosca en un lugar predeterminado.
Ahora aparece en escena una figura humana clásica, que se evoca con una sonrisa mezcla de complicidad, cariño y comprensión: el pícaro simpático.

Para pintar a Gervase Markham de cuerpo entero basta un comentario: hemos visto que en 1613 Dennys publica su famoso poema. En el mismo año Markham publica “The English Husbandman” donde, a pesar de dar consejo sobre innumerables temas, no toca el de la pesca. Al año siguiente, el “Second English Husbandman” incluye trozos enteros del poema de Dennys, vertidos en prosa (y sin reconocer la fuente), bajo el título ” A discourse of the General Art of fishing with the angle”.
Casi es un corolario inevitable comentar que el libro de Markham era más conocido que el poema de Dennys.
Cuando juzguemos a Markham recordemos a Walton. Era una práctica bastante bien vista, o por lo menos común. Yo no tiraré la primera piedra. ¿Cómo escribiría ésto sin jJ W. Hills, E. Schewiebert, A Gingrich o R. Walker?
Lo cierto y rescatable es que Markham tenía una personalidad fascinante.
Soldado de carrera, su temprano retiro lo precipitó a la literatura. Si creen que exagero al decir precipitó, veamos. Empezó a los veinticinco años (sobre equitación) y continuó alegremente haciéndolo sobre poesía, medicina, teatro, jardinería, agricultura, veterinaria, pesca, arquería, cetrería, heráldica y táctica militar. y éstos no son todos los temas.

Es cierto que “tomaba prestado” todo lo escrito sobre cualquier tema (y casi en cualquier idioma, ya que se entendía en latín, francés, español, italiano y holandés) pero, usando una prosa fácil y elegante, producía un manual útil y ameno. se cree que importó los primeros caballos árabes a Inglaterra y escribió un poema que sirvió de modelo a otro de Tennyson.
Que lástima que nos se hayan conocido con Dame Juliana Berners!
Se supone que el folio de Markham tiene una fuerte colaboración (por lo menos) de William Lawson, ese buen pescador que editó y comentó la segunda impresión del poema de Dennys.
Lo cierto es que el “Discourse” tiene la paternidad oficial de Markham, y los pensamientos originales engarzados en el texto brillan como piedras preciosas. Fue el primero en escribir que a veces podía convenir deslizar sutilmente las moscas en la superficie. (¿Hasta que punto es una “herejía” el tironcito corriente arriba de las caddis de L. Wright propuesto hace unos pocos años?)
Adelantándose enormemente al furor actual, recomienda al atar moscas, copiar los insectos lo más fielmente posible, al extremo de aconsejar el tener un modelo natural delante.
Tomó las moscas descriptas por Mascall en 1590 (quién a su vez las había “pedido prestadas” a Dame Juliana) y describió sus componentes con mucho más rigor y exactitud. Markham o Lawson o algún otro, de ahí en adelante no hay duda de qué materiales se debían usar en esas moscas.
Felizmente ahora tenemos que hacer una pequeña escapada a España. Si bien casi toda la literatura piscatoria occidental es inglesa, hay algunas luces que brillan en otros países.

Juan de Bergara escribió en 1624 el llamado “Documento de Astorga” y su importancia radica en ser el primer folio escrito exclusivamente sobre el atado de moscas. Hasta ahora, y por algún tiempo más, tendremos esta único “manual” de atado.
Bergara da las recetas para 33 moscas, y un punto interesante es el sistema de atar las alas. En lugar de utilizar trozos unidos de plumas primarias (quills) o del pecho de las aves (pato, perdiz, etc.), arranca las barbulas o plumillas individuales y las dispone en forma semicircular sobre le cuerpo, formando una pequeña carpa sobre el mismo. Recuerdan como el “hereje” Wright ata hoy sus caddis?
El próximo autor, otra vez inglés, hace su aparición en 1651 .en ese año Thomas Barker, cocinero de Cronwell a cargo de los banquetes de Estado, decide con toda humildad (reconoce no ser letrado caballero), publicar sus instrucciones sobre el arte tan en boga.
Su libro “The arte of Angling”, aparte de ser el primero de habla inglesa donde se detalla cómo atar moscas, también rompe el fuego con la primera mención en ese idioma del reel de pesca (usado en trolling).
No sé si sería muy culto o caballero, pero decía: “Si se puede unir el anzuelo a la línea con una sola cerda, en lugar de dos o tres, subirán más peces y se tendrán más piques”.

¿Reconocen el consejo?
Ya estamos en el umbral de Cotton, Walton y Venables.
Desde 1496 a 1651 (prácticamente un siglo y medio) la pesca con mosca ha recorrido un lento camino. Todavía se pesca en forma muy parecida al principio, con grandes cañas, sin reel, gruesas líneas y tanzas de cerda. De aquí en adelante notaremos una nueva fuerza, un nuevo rigor, que nos llevará fascinados hasta el sistema de pescar con mosca seca, dentro de doscientos años.
Y después de eso nos quedan muchas cosas. Espero no se aburran, pero avíseme si me pongo pesado.
Hasta la próxima.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *