Tarariras mosqueando

por Pepe Perrone

Un pez poco considerado

La tararira es un pez que hasta ahora no se ha difundido tanto en el ambiente de la pesca con mosca, excepto por los que practicamos su pesca desde hace muchos años, entre los que gustosamente me incluyo. Quizás en otras latitudes la tarucha hubiera sido tenida más en cuenta, muestra de ello es que peces mucho menos deportivos como el bass en USA, son un gran negocio, generando varios miles de millones de dólares al año a proveedores de equipos y servicios. Afortunadamente, gracias a algunas Asociaciones mosqueras como la AAPM que insertaron el tema cuidado de la tararira y que luego tomaron contados medios de difusión, hoy son más los pescadores y prestadores que van percibiendo su importancia como recurso. En esta tarea de difusión, los pescadores se sorprenden cuando ven en TV lo atractivo de su pesca, mucho más cuándo se practica con equipo de mosca. Esos mismos que antes creían que las moscas estaban destinadas a las truchas, ahora toman conciencia de este pez que nos permite practicar nuestra pesca preferida cuando no podemos ir en busca de las lejanas truchas.

Características físicas

El tarango (otro de los nombres adjudicados a la tararira) no es una gran nadadora, caza a sus presas al acecho escondida entre la vegetación o tras algún accidente del fondo o costero. Su cuerpo es cilíndrico, cubierto de escamas grandes y resistentes, su esqueleto es óseo, dónde se destacan las duras placas que cubren y forman su cabeza. Sigue una columna vertebral y costillas muy robustas; entre las costillas se intercalan espinas con forma de “Y”. La cola y aletas poseen rayos bien marcados y gruesos y una forma redondeada con bastante superficie. Esta característica de la cola permite que a la hora de atacar una presa desarrolle un fuerte empuje en cortos desplazamientos. Su color varía en función del ambiente, desde un gris verdoso a un verde oscuro, casi negro, generalmente presenta manchas verticales más oscuras. Tanto influye el ambiente y el color del agua en su color porque, como caza al acecho, debe generar un camouflage adecuado, en canales con fondo de tosca presentan tonos más bien claros y en aguas transparentes se oscurecen. Su cabeza está formada por placas óseas, con ojos ubicados ligeramente hacia arriba, justo hacia dónde ataca sus presas. Tiene unas poderosas mandíbulas cubiertas de hileras aleatorias de dientes cónicos y muy filosos que sirven para atacar a sus presas de una dentellada que si no mata, atonta para luego engullir.

Hábitat

En Argentina podemos encontrarlas en toda la cuenca del Plata, en la provincia de Bs.As. y en algunos casos hasta el norte de La Pampa. Habita en arroyos, ríos y lagunas de todos tamaños y características, encontrándolas en aguas más bien tranquilas.
En las lagunas, buscan su apostadero para acechar entre la vegetación subacuática y los juncales. Este patrón nos agrega una dificultad en el momento de pescarla porque al sentirse clavada generalmente tiende a refugiarse en ella.

Alimentación

La tararira se encuentra en el tope de la cadena alimenticia en las lagunas y cerca del tope en los ríos dónde el dorado y el surubí las tienen de presa habitual. Como glotón predador se alimenta de todo lo que caiga o se mueva en su zona de influencia (peces, ranas, ratones de campo, crías de nutrias, pichones de patos, de gallaretas, pajaritos que ocasionalmente se posan sobre alguna vara de junco ,etc, etc., etc….)

Comportamiento

Después de nacer y pasar varios días cerca del nido consumiendo su saco vitelino, comienza su vida juvenil alimentándose de larvas de insectos, hasta que su tamaño le permite atacar presas mayores. Cuando alcanza la madurez sexual y llegan los primeros calores de primavera salen del estado de hibernación invernal y construyen un nido en aguas bajas y tibias, cercanas a la orilla, se aparean y depositan los huevos fecundados. El nido es celosamente custodiado hasta el nacimiento de los alevinos, momento en el cuál se reanuda el ciclo de vida.
Si bien la temporada comienza a mediados de primavera y concluye en comienzos del otoño, verifican patrones de alimentación bien definidos en función del horario. En general, los días calurosos se alimentan más por la tarde, noche y principio de la mañana, buscando sombras en la vegetación en el período diurno. En los meses más fríos de la temporada tienden a activarse más en los horarios centrales diurnos cuándo el agua se va entibiando.

La pesca

El inicio de la actividad de los pescadores de tarariras coincide con los primeros calores, cuando comienzan a formar sus nidos. En ese momento las moscas más usadas son los poppers, que generan mucho ruido y llaman la atención a nuestras amigas. Generalmente la primera reacción puede ser intentar ahuyentarlo con la cola o embistiendo con la cabeza, para luego morder violentamente el engaño. En esta misma época, si pescamos en canales debemos tener en cuenta que las tarariras se encontrarán en el fondo, por lo que una mosca de superficie será prácticamente inútil. En estos casos las moscas a usar son streamers grandes con muchos brillos y lastrados para que profundicen. En esta situación de pesca son bastante remisas a tomar, exigiéndonos alternar distintas formas de recuperación hasta dar con la efectiva.

Una escena para imaginar

Llegamos por la mañana, recién amanece, nos calzamos los waders, armamos nuestros equipos, ingresamos a la laguna atravesando el juncal que rodea la costa, tomamos distancia y empezamos a castear con un popper, pequeños tironcitos de línea y golpecitos adicionales con la puntera, al paso de nuestra mosca vemos como el gas metano de la fermentación en el fondo se libera y forma una espuma blanca en la superficie, que nos dice ¡acá estoy, hazlo de nuevo!, y hacemos otro cast pasando unos metros más allá del objetivo, nos ponemos tensos, movemos nuestro artificial y vemos estallar el agua y nuestro corazón. Afirmamos la caña y luchamos, la arrimamos, a veces sin sacarla del agua con una pinza (para no perder un dedo) sacamos el anzuelo de su boca y ella sin mas ni menos revienta el agua con su cola y se aleja para volver a su acecho. También podemos recordar aquella tararira que atacó desde abajo saltando con su boca abierta llevando nuestra mosca ; o cuando la vemos saltar atracando desde arriba, destrozándola ; o quizás cuando nuestro anzuelo disfrazado con plumas y pelos o materiales artificiales, lo hacemos pasar paralelo al juncal y vemos un torpedo que asoma el lomo dejando una estela en la superficie dirigiéndose hacia su posible alimento, haciendo sonar sus mandíbulas al atraparlo, desencadenando una lucha muy violenta aunque no muy extensa. Y por último en un cast no muy prolijo la mosca quedó colgando de un junco, esta ( la mosca) apenas rozó el agua y allí cuando creímos haber lanzado mal, mi amiga realizó un salto descomunal atrapándola y yo tratando de sacarla de un posible enredo. Todos recuerdos imborrables que nos regala este fantástico pez.

El equipo

Por lo general los que mejor se adaptan son los números del #6 al #8, con cañas de acción media a rápida, líneas de flote, preferentemente las del tipo bass bug taper que tienen el torpedo más concentrado, facilitando cargar la caña con poca línea y mover las grandes moscas con poco esfuerzo. Las WF también funcionan bien. Si queremos profundizar un poco agregamos una sección de línea sinking entre el leader y la línea (aprox 50-60 cm) o lastramos la mosca, según la profundidad deseada. El leader debe ser corto con un tippet no menor al 0,28 mm debido fundamentalmente al tamaño de las moscas; y terminando en un pequeño leader de cable de acero para evitar el corte con los filosos dientes. Las moscas tipo poppers, divers, grandes streamers, con mucho brillo, y cualquier mosca que se puedan imaginar una vez que colocan el anzuelo en la morsa funcionan.

En estas líneas describimos a este pez que genera grandes pasiones, tan grandes como la trucha, entre los más acérrimos cultores, ahora que conocemos como son, dónde viven, qué comen y cómo se pescan, sólo nos resta disfrutar de las lagunas, su entorno y los amigos en una salida de pesca de tarariras.

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