Río Limay

por Mateo M. Barone

¿Que se puede esperar de su mala temporada?

Si bien pesqué mi primera trucha en el año 1967 y comencé  con la pesca con mosca, en forma totalmente autodidacta, en el año 1972,  no fue hasta mediados de la década del 80 que descubrí el Río Limay. No puedo explicar por qué motivos este río me atrapó de tal manera, tal vez por la transparencia de sus aguas, tal vez por su tamaño, pero a pesar de que en ese entonces vivía en Martínez, Provincia Bs. As., y venía a la zona como turista, recorriendo todo lo que podía, lo único que me resultaba un verdadero y atrapante desafío era ir desentrañándolo pozo por pozo y corredera por corredera, en una búsqueda solitaria que de a poco empecé a compartir con mi hijo Ignacio. Desde aquel entonces hasta hoy han pasado 20 años, ya llevo 13 años radicado en Bariloche y debo decir que aún hoy es inconfesable la importancia que tuvo dicha atracción, en mi decisión de dejar todo y movilizar a toda la familia en la aventura de “Hacer la Patagonia”.

De más está decir que a pesar del tiempo transcurrido este río me tiene cada día más atrapado y lo sigo descubriendo en cada salida, a punto tal que cada vez necesito más tiempo para recorrer un mismo tramo de río, además salvo vacaciones, enfermedad o algún evento realmente fuera de lo común, no pasa una semana en que no recorra alguno de sus tramos incluso durante el invierno, viendo los desoves, las corridas de las distintas especies, estudiando el río, su fauna y su entorno. Siento que todo mi crecimiento como pescador con mosca está íntimamente ligado a este río y por supuesto rápidamente accedí a escribir una reseña de lo ocurrido con la pesca en lo que va de la temporada. 

Redactar este artículo a mediados de febrero, no parece un acto muy coherente, ya que una gran mayoría de los pescadores reconocen a este río como un río excelente de fin de temporada, ¿Qué podríamos escribir y destacar sobre su mala temporada entonces?

Lo primero que se me ocurre, es tratar de eliminar este preconcepto generalizado entre los pescadores diciéndoles que el río presenta claramente tres situaciones bien diferenciadas a lo largo de la temporada de pesca y que cada una de ellas es relevante y justifica considerarlo uno de los más importantes del país para la pesca de salmónidos.

De las diferentes situaciones que presenta el río en su temporada de pesca me ocuparé de las dos primeras por corresponder al momento de redacción de la nota, quedando la última y más conocida por los pescadores en general, quizás para una próxima oportunidad.

La primera situación distintiva de este río, que se extiende prácticamente hasta mediados de diciembre, es la presencia de grandes arco iris en situación de desove tardío y post desove además de las consabidas marrones en busca de los huevos de las anteriores.

La segunda y a continuación de la primera, es una corrida de peces de ambas especies de tamaños medios que se extiende durante el verano, destacando como ya expresara que las marrones importantes están siempre presente. La duración y extensión de estos ciclos están relacionados con el nivel del agua y cualesquiera de las situaciones mejora con abundante agua. Los dos períodos son muy interesantes para los pescadores deportivos que asuman la necesidad de tener en cuenta ciertos detalles para tener chances de obtener lo mejor que este río puede dar.

Creo que en los últimos cuatro años y debido, a cambios reglamentarios y administrativos se han producido una serie de mejoras importantes que resultan difíciles de evaluar para el común de los pescadores, sobre todo cuando tienen que decidir como aprovechar, de la mejor manera posible en el mejor de los casos de una semana de pesca con costos cada vez más altos e ingresos en general deprimidos. Por tal motivo voy a tratar de ayudar en esa evaluación.

Es razonable que quienes tienen que tomar tales decisiones prefieran dirigirse a cualquier destino menos ambicioso pero seguro, que encarar un río indescifrable, lleno de agua, anchísimo, sin prácticamente ningún indicio de actividad en superficie y con exagerada cantidad de comida en su lecho concordante con la inactividad de superficie y con el estado de sus peces.

Mi formación técnica basada en el razonamiento me permite entenderlo muy claramente, pero también apelando al razonamiento quiero tratar de revertir la evaluación que la mayoría tiene de este río.

Un estudio realizado por el Centro Regional Universitario Bariloche de la Universidad del Comahue llevado adelante por el Grupo de Evaluación y Manejo de los Recursos Ícticos recurrió a la utilización, para el muestreo, de pescadores deportivos que debimos “sacrificarnos” y pescar todo el año durante tres años. Esto me permitió ver el comportamiento de la pesca desde el punto de vista de pescador deportivo durante todo el año, Sin pretender dar una opinión científica, lo que me quedó de esta participación y estrictamente relacionado con el análisis que me ocupa es que hacia fines de octubre – principios de noviembre tenemos el final de la corrida reproductiva de las arco iris y si dibujamos una curva que represente el número de capturas en función de los días del año, veremos que ésta cae vertiginosamente al final de la corrida, la cual, dependiendo del nivel de agua que tiene el río puede adelantarse o atrasarse un poco.

Acá aparece el primer cambio importante, el corrimiento del principio de la temporada al 1º de noviembre, este adelantamiento de entre una y dos semanas con respecto a la apertura tradicional aumenta enormemente la probabilidad de encontrar en el río grandes arco iris en estado excelente, con una potencia impresionante y cuya presencia se extiende más o menos en función del nivel de agua y disminuye abruptamente como ya he comentado, por lo tanto a medida que avanza noviembre la disminución de la posibilidad de encontrar estas excelentes arco iris es muy marcada y una semana puede hacer la diferencia.

Este adelantamiento es discutido y me gustaría plantear un par de razonamientos y observaciones:

 1.- La altura y cantidad de agua de este río  sólo nos permite, a principio de temporada, vadear una franja muy estrecha del borde del río que a las pocas semanas queda en seco, mientras las arco iris, instintivamente y de eso depende su supervivencia, desovan  en las camas de desove que en este momento están más adentro del río.

2.- Si bien pescamos algunos machos y hembras  maduras, lo más frecuente es capturar los machos y hembras jóvenes que no muestran signos de madurez todavía y que forman parte del grupo generalmente en función de aprendizaje y por que no, alimenticia, como es el caso de algunas marrones involucradas también dentro del grupo.

3.- Independientemente de la altura del agua,  en este río las zonas de desove son siempre las mismas.

4.- He observado que en un mismo lugar de desove, no desovan todas las truchas juntas, sino que lo van haciendo por grupos, transcurriendo una semana o dos hasta la entrada de un nuevo grupo, en este tiempo no se alcanza la eclosión y el nuevo grupo revuelve todo el fondo haciendo sus nuevas camas encima de las anteriores, por lo cual es difícil predecir el rendimiento del desove previo.

De las observaciones anteriores me resulta razonable pensar que la influencia negativa de algunos pescadores vadeando es  relativa y si ocurriera se produciría sobre desoves marginales excepcionales, de todas formas condenados al fracaso.

Estas observaciones las he hecho en este río y desconozco el comportamiento de los peces en otros ríos, por lo cual no debe extenderse el razonamiento a todos los ámbitos.

Veamos otro de los factores importantes que ha aparecido en los últimos cuatro años.

El gobierno de la Provincia de Río Negro, por decreto, ha creado la Mesa Consultiva Honoraria de Pesca  Deportiva, conformada con las Fuerzas Vivas de Bariloche, Región Sur y Bolsón y deja para su administración, lo recaudado en concepto de ventas de Permisos de Pesca en los departamentos Bariloche, Ñorquinco y Pilcaniyeu.

Esto ha revertido en forma automática la situación de casi absoluto abandono, anterior a esta administración y ahora se tiene puesto de control permanente sobre el río, camionetas, guardapescas, combustible, representación en congresos, convenio con Parques Nacionales facilitándole  combustible, cuando se requiere, para asegurar el patrullaje de su costa durante todo el año, etc.

La verdadera evaluación del resultado una vez más lo obtengo de mi observación directa y de la charla con los pobladores, porque resulta que junto con las truchas, en el invierno, los furtivos levantaban lo que fuese, algún capón, herramientas, leña, producían diversos daños, etc. y de resulta de las recorridas diurnas y nocturnas de los guardapescas acompañados por la policía no “se ve a nadie por la costa”, cuando anteriormente en un tramo de 10 km, por ejemplo, en la citada pesca de invierno, hacíamos no menos de tres llamados denunciando grupos de furtivos, con el agravante que de antemano sabíamos que nadie acudiría al reclamo.

Incluso este cuidado se observa en las compañías de Remisses que al ser requeridas por los pescadores le hacen saber de que no los transportarán si traen capturas, aclaro que hay un tramo muy importante del río bajo el régimen de pesca y devolución obligatorio, también me consta por haber hecho de intermediario la existencia de denuncias de vecinos y comerciantes contra el intento de venta ambulante de truchas. Por supuesto habrá todavía alguna trasgresión pero el cambio es notorio y alentador.

Este control además de evitar la destrucción de miles de reproductores durante el invierno ha hecho aparecer los ejemplares de ambas variedades, marrón y arco iris, que merodean los bordes y que con pesos de alrededor de 1,5 kg a 2 kg, son muy vulnerables a la pesca con lombriz.

Como conclusión, el corrimiento del inicio de la temporada, un mejor conocimiento del comportamiento de los peces de esta zona, y un cambio drástico en el cuidado del recurso, me permiten asegurarles condiciones inéditas para pescar el inicio y la temporada media en este río.

Lo ocurrido en lo que va de la temporada puede resumirse diciendo que noviembre fue excepcional, con capturas en toda su extensión, desde la Boca hasta su desembocadura en la cola de Alicura en Confluencia Traful, algunas de ellas fueron realmente importantes, pero sin excepción y tratándose en su inmensa mayoría de arco iris, todas dejaron satisfecho hasta al más exigente, en general los ejemplares más grandes son más frecuentes en el tramo superior pero en el inferior compensa la cantidad.

Destacable fue el tamaño de un gran número de percas que tomaban con decisión las moscas, aún en zonas correntosas, hábito no tan común en la especie y que producía asombro y confusión al ser tomadas como truchas al inicio de la pelea.

Algunas lluvias mantuvieron el nivel de agua durante diciembre y aseguraron que enero y febrero contarían con agua suficiente para que la declinación de la pesca no fuera abrupta.

Fue notable también la cantidad de tamaños medios obtenidos en las capturas del verano, que cada vez se hacen más comunes.

Es importante destacar un breve período en el cual se dieron innumerables capturas de marrones machos, que con su fortaleza y excelente tamaño nos dieron dura batalla, varias escaparon y así de sorpresivamente como aparecieron desaparecieron. Mientras tuvimos continuidad de capturas de estos ejemplares pescábamos día por medio hasta que se cortó, ahora sólo quedan interrogantes que permitan predecir su aparición en el futuro, de todas formas la posibilidad de capturar alguna marrón para el recuerdo está siempre presente.

Ahora bien, dicho así parecen todas rosas, pero es frecuente recibir comentarios de pescadores que han fracasado en sus intentos, aún cuando se daban todas las condiciones. Teniendo en cuenta que estamos ante un río grande y con mucha agua hay una serie de factores que no los podemos obviar, debemos entender que estamos frente a un río exigente y que no lo podremos pescar como a nosotros nos gustaría, sino que debemos pescarlo como corresponde, por tal motivo antes de encarar este desafío tendremos que practicar lanzamiento con shooting head el cual usaremos siempre del máximo hundimiento, en algunos casos debemos lanzar con vegetación cercana y en otros casos entre la vegetación y en todos los casos deberemos “tratar de ampliar nuestra habilidad para lograr tiros largos aún con moscas grandes y lastradas”.

Veamos que pasa con las moscas, en general rápidamente recibimos la información de las moscas que funcionan y básicamente el éxito o el fracaso no pasan por el tipo de mosca, ya que streamers imitando alevinos y pancoras no fallan, el tema es “¿como los hacemos bajar y a que velocidad?” para lograr que accionen donde corresponde, a mi entender “ésta es la llave del éxito”, distintas opciones de lastre ya sean leaders de hundimiento o emplomados y moscas lastradas no pueden faltar, eso si, sea lo que sea que usemos, debemos poder lanzarlo a buena distancia y en estas cosas no existe lo mejor y lo peor, debemos buscar la solución de compromiso que mejor nos caiga y alejarnos de las exageraciones.

Estoy de acuerdo con que es más lindo si no tenemos que esforzamos tanto para pescar, pero la descarga emotiva disparada por el pique de uno de estos peces, bien vale la pena.

Otro aspecto a tener presente que es muy importante es la serenidad y reacción durante la pelea, muchos ejemplares se pierden en el transcurso de la misma, lo más fácil de esta pesca es lograr el pique, el tema es lograr sacar el pez del agua, los movimientos de control para un pez en ríos chicos y en general con mosca seca o ninfas a veces se reducen sólo a levantar la caña, en cambio con estos especimenes deberemos clavar firmemente y soportar la pelea sin equivocarnos, al menor descuido tendremos una bronca que nos durará muchos años, esto es lo bueno, ya sea que los pesquemos o que se nos escapen, los peces de este río nos habrán marcado.

No puedo dejar de incluir dentro de los comentarios que hacen a este río el tema de los accesos y la presión de utilización. Es raro encontrar algún otro caso donde confluyan un ámbito multijurisdiccional, un camino pavimentado que lo recorra en toda su extensión con infinidad de accesos, donde haya varias actividades compartiendo el recurso como ser el turismo estudiantil con una frecuencia inusitada de balsas cargadas de chicos enloquecidos en una guerra interminable de agua y gritos que recorre tal vez el mejor tramo de río para la pesca, la cercanía de una ciudad como Bariloche que garantiza una presión permanente de la pesca buena y de la furtiva, además gracias al actual estado económico una ola de turistas como no se daba desde hace muchos años, completa el cuadro de situación. Sin embargo y con sólo los fondos aportados por la pesca, el ordenamiento de las distintas actividades por la correspondiente autoridad de aplicación, una clara posición de la justicia en el otorgamiento de las responsabilidades en cuanto a las habilitaciones, más la participación de las fuerzas vivas representadas por sus ONG, se ha logrado un equilibrio donde nuestro objetivo fundamental, la pesca deportiva, es la estrella y con un rendimiento de excepción.

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