La estrategia del caracol

Parte 1
Texto y fotos – Lucas Figueroa

Cómo preparar nuestro equipo para un buen viaje de pesca.

Sólo los que alguna vez lo intentamos, sabemos lo que es ir con una selección inadecuada de equipo cargado en la espalda. Muchos ni siquieran lo han intentado ante la frustración de no saber qué y cómo preparar para un viaje de pesca prolongado. He aquí un resumen de mi experiencia en dichas excursiones a lugares remotos sin más compañía que el silencio patagónico.

Podemos decir que en reglas generales tenemos, desde el punto de vista logístico tres tipos de pescadores amateurs y con ellos tres tipos de problemas logísticos bien definidos a la hora de irnos de excursión.
a) los que viven cerca de los ríos en los que pescan
b) los que viven lejos de los lugares de pesca y no tienen movilidad propia
c) los que viven lejos de los lugares de pesca y tienen movilidad propia

De los primeros no me voy a ocupar porque en general pueden ir y venir en el día a pescar a su lugar favorito sin tener que llevar más que su equipo de pesca y a lo sumo una vianda.
En los primeros dos capítulos nos vamos a ocupar del grupo b), o sea los que viven lejos de sus lugares de pesca y no cuentan con movilidad propia.
Estos son los que tienen más dificultades a la hora de ir a pescar, por la gran cantidad de equipo necesario y las dificultades que implica trasladarse con todo el equipo. Partimos de la premisa que viviendo lejos del lugar de pesca (por ejemplo vivir en Buenos Aires y pescar en la patagonia) van por unos cuantos dias y que no teniendo movilidad propia, su base estará muy cerca de donde pescan para no perder tiempo en el traslado. Para esto hay solo dos soluciones: ir a uno de los excelentes lodges que hay diseminados en todo el sur o armarse una carpita en la vera de nuestro río preferido. Algunos recordarán mi nota “Anclao en junín”. En ella describía las peripecias de quedarse en Junín de los Andes como base (en una hostería o en el recomendable camping de la ciudad) y como hacer para trasladarnos a los lugares de pesca. Hoy la cantidad de micros que parten a Aluminé, Tromen, Huechulaufquen y otros destinos de buena pesca se han multiplicado por decenas…. Eso lo hace un destino más que interesante para ir sin movilidad. Otro de los destinos que está en iguales condiciones es Esquel, aunque en este no tenemos la posibilidad de quedarnos pescando de la “puerta de nuestra carpa”como lo podemos hacer en Junín.

Primera elección: Como llegamos al lugar de pesca.
Es correcto pensar (de una certeza absoluta) que cuanto menos plata tengamos, más tiempo deberemos invertir en la logística y menos tiempo tendremos para pasar con la caña en la mano.
Desde ya, como dije antes esta primera nota va dirigida a los que no tienen auto, bicicleta de montaña, caballos o monopatín; ni posibilidad de conseguir, alquilar, o manguear uno.
La forma más barata para ellos es el omnibus. Si es nuestra elección y vamos a hacer un recorrido que toque varios puntos, lo ideal es averiguar en las casas de turismo de cada localidad los horarios, frecuencias y recorridos de los transportes públicos. En la Web podemos encontrar la mayoría de las empresas del sur y todas las oficinas de turismo locales.
Pero a veces, el tiempo es tirano y nos ponemos a pensar en tomarnos un avión. Si estamos en plan de gasolero/a no hay que olvidar de averiguar los precios de LADE (www.lade.com.ar), que ya está viajando al Sur nuevamente, y con destinos más que interesantes. Por ejemplo: si nos vamos a ir a la zona de Esquel, el pasaje de ida es de 140 $ versus los hasta $90 que cuesta el micro.
Si comparamos que en el micro estaremos unas 29 hs. Y en el avión sólo 6, vale la pena el esfuerzo económico. Además a través de LADE podemos darnos el gusto de viajar de San Martín de los Andes a Bariloche , Esquel, o Ushuahia y realizar uno de esos viajes bien completitos y en bastante poco tiempo, cosa que sería imposible con auto o en omnibus.
No hay que desechar como medio de transporte uno que nos sirve de medio de pesca también. Estoy hablando de las balsas y los botes de pontones. Como dueño de uno de estos últimos siempre estuve tentado a ir de Baires a Neuquén, de ahí tomarme un omnibus a Aluminé (en total 6 horas de viaje) y desde allí bajar el bote de Pontones y recorrer todo el sistema Aluminé, Collón , Limay hasta algún paraje de donde me pueda tomar alguno de los omnibus que por la ruta 237 pasan camino a Buenos Aires. En cuanto consiga socio lo hago y después les cuento.

Segunda elección: Los bártulos, que llevar y que dejar.
Hay una regla de oro del mochilero que reza más o menos así: Junta todas las cosas que consideres imprescindibles para viajar, tira la mitad, haz la mochila y sólo así estarás listo para viajar¼

Esto viene a colación de que llevaremos y en donde lo llevaremos y en cuantos paquetes irá.
Seamos extremistas al respecto. A veces nos decimos ¿pero, cuánto de más nos puede pesar esto¼? Si es una pavada! Relativizando así que 200 grs. de más por aquí, 300 grs. de más por allá o 400 más por esto o lo otro nos hace tener una mochila pesadísima. Durante los primeros viajes mis más grandes aliados para decidir que va y que se queda fueron una balanza de cocina y una planilla de excell. Esta planilla junto a la decisión de llevar lo más práctico con menos peso, era imprescindible para tomar la decision final de que va y que no. Además me servía para saber que pantalón era más pesado (un jean pesa unos 400 grs. más que un pantalón de suplex) y que era más liviano (un polar puede pesar 500 grs. menos que un pullover que abrigue lo mismo). Pesar absolutamente todo y volcarlo en la planilla nos va a dar una idea de cuanto pesará nuestra mochila y si realmente podremos cargarla. Lo ideal es llevar no más de 15 a 20 kilos¼. Algo que nunca pude lograr. Mi record fué de 22 kilos. Lo bueno es que a la semana pesaba unos 19 kilos y seguía disminuyendo. La comida consumida hacía la diferencia. En equipos sólamente mi record fueron 14 kilos, durante ese mismo viaje. Los ocho kilos de diferencia lo hacía la comida para unos 12 días. A razón de 680 grs. Por día. Es lo que se dice un extremista. Realmente es toda una experiencia llevar una sola toalla, un sólo pantalón o una sóla muda de ropa interior extra. Supongo que por eso nunca encontraba compañero de carpa¼ Con los años comenzé a ser más sensato y también a conseguir una parte importante de los alimentos en el lugar. Eso te permite viajar más liviano. Cómo regla general nunca hay que llevar comida para menos de 5 días, no sólo por si la pesca se puso buena, sino también por si nos perdemos el micro y nos tenemos que quedar dos días más a esperarlo. También es importante que en una salida diaria llevemos un poco más de comida por si nos perdemos y tenemos que pasar la noche fuera de la carpa. Pero no sólo de pan vive el hombre. En mi chaleco llevo como equipo de emergencia bien empacados y a prueba de agua: una “spacial blanket” o manta de empergencia de esas plateadas que parecen una bolsa de residuos gigante (28 grs.), dos barras de cereal o “power bar” de emergencia (200 grs.), unas dos pastillas de alcohol sólido con su respectivo encendedor y jarrito, un sobre de sopa quick, una toalla de emergencia (que no es otra cosa que un “trapo de piso” marca balerina, de esos amarillos) y dos sobrecitos calentadores para manos (40 grs.). Además de hacerme pasar una noche más confortable en caso de perderme, alguna vez me han salvado de la hipotermia luego de un chapuzón en el helado Malleo a última hora. Esperar casi desnudo mientras mi ropa se secaba (por suerte era toda de suplex y polar) dentro de la manta con los sobrecitos calienta manos y una taza de te hirviendo hicieron que la experiencia fuera contable por el boletín mosquero y que no estuviera en el periódico local. La hipotermia es uno de los peores enemigos cuando no tenemos una carpa seca o un auto donde recurrir.
Llevar en un lugar a resguardo del agua papel higiénico o mejor aún pañuelitos descartables, no sólo nos sirve para su uso estandar, síno además para poder prender un fuego en plena lluvia, un recurso muy útil para llamar la atención si sufrimos un accidente. Ojo con utilizar ese recurso sin asegurarse que el fuego no se va a expandir por todas partes. Un incendio forestal no nos va a ayudar mucho si nos quebramos una pierna. Lo mejor es hacerlo en un islote del río o en algún lugar a resguardo del viento y lejos de el material combustible: un camino en desuso, sobre un montón de piedras etc. etc. Recuerden tener mucha pero mucha agua a mano.

El Bártulo
En nuestro caso (a pata y sin un cobre) la única opción válida es la mochila de no menos de 80 litros . Siempre existe la tentación de llevar una mochilita en la mano “para las cositas que no me entraron en la mochila” y además “una caña más en un tubo extra, porque uno nunca sabe”. Es el típico error de principiante, no tener en cuenta que sólo tiene una espalda y dos manos¼. Y que para algo puede necesitar esa mano que ocupa con la “mochilita” (que en general pesa como un yunque a los pocos Kilómetros de nuestro trip). Me acuerdo en mi primer viaje de mochilero en el que cometí el error de llevar una caña de dos tramos extra, una mochilita (para el micro viste) y una encomienda con comida (que allí no iba a poder comprar). Tuve que hacer malabares para poder llevar todo (ej.: regalar la mitad de la comida porque no la podía cargar) y terminé rompiendo la caña de dos tramos; me la pisó con tubo y todo un auto cuando esperaba en la estación de servicio alguien que me alcanzara a destino¼. a propósito, ese anónimo benefactor nunca llegó.
Recuerdo haber visto una foto de nuestro querido presi (perdón Juan Pablo, tu pasado te condena) en sus años mozos con una mochila del tamaño de un departamento de tres ambientes¼. Y un carrito para arrastrarla¼.
Conclusión: lleve sólo un equipaje monovolumen y portable¼ o prepárese para quedarse anclado en un único lugar. Actualmente se venden muy buenas mochilas de entre 75 y 100 litros que (en algunos casos) vienen con un mochilín desmontable o bien se les puede desmontar la parte de arriba. Outside, Lowe Pro, Karrington son las mejores marcas del mercado en este momento. La primera es fácil de conseguir. En alguna época era avisador de este boletín, y el dueño además es un pescador con mosca , así que en algunos casos, sus mochilas se adaptan a nuestro uso mejor que las importadas. El modelo de 80 lts. De Outside, por ejemplo, viene con un práctico porta-esquíes a los costados de la misma que puede utilizarse para dos tubos de cañas de 4 tramos perfectamente.

El equipo fundamental
Recuerdo haberme encontrado alguna vez con mi amigo Hugo Nochteff por los lagos del sur y al contarle que llevaba entre equipo de pesca, waders, comida para 20 días, carpa , ropa, equipo de campamento y otros enseres un peso de aproximadamente 26 Kg, me comentara que el llevaba el mismo peso pero sólo en equipo de pesca!!!
Esto es para que nos demos cuenta cuanto peso podemos ahorrar si somos concientes de que pesca vamos a hacer, que nos gusta hacer, que moscas utilizamos, que líneas y cañas preparamos más habitualmente, que ambiente vamos a pescar, etc. etc. etc.
A mí personalmente me gusta la pesca de superficie (ninfas y secas) particularmente de río. O sea que llevando una caña 5 con un solo carrete ya cubro un 90 % de mi pesca. Pero¼ los pescadores somos muy ambiciosos es por eso que también llevo mi caña 7 con línea de flote y shooting. Aunque poco es lo que pesco con ella (sobre todo el shooting) ese 10% del tiempo puede hacer la diferencia en un día de pesca dificil o uno de desesperación en el Lago
Los waders deben ser de los livianos y nunca los de neoprene; los tipo red ball o los de Goretex son los adecuados. Muchos de los que han utilizados los de Goretex, dicen que aún en temperaturas heladas, al no condensar humedad el confort es similar a los de neoprene, que serán muy abrigados pero excesivamente voluminosos y pesados para llevar en una mochila. En el caso de los redball, el exceso de frío lo podemos salvar con un jogging de algodón o de polar. Yo prefiero este último recurso antes que los calzoncillos largos de capilene o de algodón porque me sirven de pantalones extra en momentos en que no estoy pescando y les llegó a mis otros pantalones tiempo de lavarse.
Las botas de vadeo deben ser de las más livianas y menos voluminosas; es importante también que sean de secado rápido y que puedan enrollarse para empacarlas para que ocupen muy poco espacio en la mochila. He utilizado dos tipos: Las Orvis Ligthweight y las botitas de neoprene de Waterdog. Ambas me han dado excelentes resultados. Las primeras son las más fáciles de cargar en la mochila. Las segundas son las más fáciles de poner¼ Es que ya estoy viejo y ansioso y esos 2 minutos de sacar los abrojos del día anterior y atarme las botitas me ponen impaciente¼


Las botas deben ser livianas y transportables. Lo mejor es que se puedan enrollar para ahorrar espacio y que se sequen rápido. He aquí dos versiones útiles además de las clásicas botitas de Neoprene (que aquí no se muestran). Son fáciles de conseguir en Buenos Aires.

En general como dije antes, llevo dos cañas de cuatro tramos y sólo tres líneas (una floating para la 5 y una floating y una shooting para la caña 7). Todo esto lo puedo llevar en un solo reel sin necesidad de llevar más peso extra. Debo elegir un reel liviano y de calidad, en el que quepan 50-70 mts. De backing con la línea 7 de flote. Personalmente no recomiendo los de “Cassette” que aunque son muy livianos no son de excelentes prestaciones. El Lamson 2, el System 2L 5-6, el Batenkill 5-6, son modelos más que adecuados. Si dispondemos de dinero para comparnos el “Rolls Royce” de los reels, un Abel Super 4 con un carrete Large Arbor para la línea 5 y un Carrete “2″ para la línea 7 nos alcanza para cubrir todas nuestras necesidades.

Antes de elegir las moscas y las cajas pensemos a donde vamos a ir. Ultimamente me doy cuenta que de todo mi arsenal uso solo 20 modelos de mosca máximo. Sólo llevo una pequeña billetera de corderito con unas 20 o 30 WB como único streamer y tres cajas más entre midges, secas y ninfas. Para estas últimas utilizo las cajas de polipropileno expandido (Orvis o Morrell) que son livianas e indestructibles. Las cajas de secas, son más dificiles de elegir, ya que no hay como las de compartimentos con tapitas separadas¼ y no hay ninguna de ellas que sea liviana. Las Okuma me han dado excelentes prestaciones a un precio sensiblemente inferior a sus hermanas mayores inglesas.
La ropa es en donde más debemos cuidar el peso. Dos pantalones: uno de polar y otro “convertible” que se transforme en pantalón corto; dos camisas de manga larga de supplex, una remera de manga corta de algodón, una polera underware midweight de capilene o similar,dos polar: uno tipo sweater y otro tipo cardigan, tres pares de mudas interiores , unas alpargatas o sandalias cómodas para estar en el campamento, unas zapatillas o botitas de goretex (tipo de trekking) para poder soportar los días de marcha, un short de baño, una campera de lluvia de goretex, un pañuelo para el cuello, una tohalla liviana, una gorra o sombrero y absolutamente nada más. Esto incluye lo que llevo puesto durante el viaje. Hoy tenemos una oferta muy tentadora en el mercado de ropa cómoda, liviana y económicamente viable por las prestaciones que nos brinda. Pensemos antes de comprar algo cuanto pesa y que dejaremos de nuestro actual equipo. Hoy por hoy no compro nada que no sea más liviano de lo que llevo actualmente y que no tenga las mismas o más prestaciones.

Importante también es poner atención en el equipo de campamento. En linternas e iluminación debemos ahorrar mucho peso. Una linterna chica es más que suficiente. Un candelabro (de esos que llevan una sola vela protegida del viento) para la carpa alcanza y sobra. Siempre existe la tentación de llevar un sol de noche o una linterna más potente. En realidad no tiene mucho sentido, porque las horas de poca luz que vamos a necesitarlas son muy pocas comparadas con las horas que vamos a tener que cargarlas y no darles uso. El tema de las pilas es un problema dificil. Hace unos años di con un cargador solar, el cual compre por internet (www.rei.com, buscar solar charger), con eso y cuatro pilas recargables tengo para todo el viaje sin preocuparme de desacerme de las pilas viejas (menos peso para cargar y menos culpa ecológica). El problema es que las pilas recargables duran muy poco (menos de dos horas en mi linterna) por lo que siempre llevo dos pares de pilas extra.
Una única olla y una sartén serán los únicos utensillos de cocina que deberíamos llevar. No es muy necesario llevar platos ni jarros si uno está dispuesto a comer desde la olla o a tomar de la cantimplora . Llevando una bota vasca de plástico (perdón por la herejía Alurralde) que es más fácil de llevar vacía en la mochila nos ahorramos peso y volumen. El calentador debe ser práctico y de combustible líquido (es el carburante que más fácil se consigue). Mis preferidos son los MSR international o el MKII que funciona con cualquier combustible líquido. Ahora no se puede hacer fuego en el territorio de los parques nacionales, la mayoría de los lugares en donde pesco (y celebro esa decisión), pero en caso que estemos autorizados (por ejemplo que haya fogones como en los campings agrestes) y querramos hacerlo, tengamos en cuenta que deberemos apagarlo con suficiente agua y que para cocinar sobre él vamos a necesitar una pequena parrillita. Busquen la más liviana que puedan conseguir. En general las que se usan para asar pescados son las más prácticas. Aunque no tienen patitas para ponerlas sobre el fuego, apilando unas cuantas piedras y haciendo algún malabar, alcanzan bárbaro para hervir agua para dos personas o cocinar una rica truchita de 30 cm. (que se pueden sacrificar en el malleo abajo y que alcanzan para el plato).


Cargador solar de pilas: Indispensable si uno no quiere dejar las contaminantes pilas por todos lados y para no cargar con varios paquetes extra. Sirve solo para pilas chicas.
Se consigue por internet (www.rei.com)


Para la iluminación ambiental es preferible cambiar los faroles de noche a gas o a pilas por las clásicas velas. Si es en un candelabro como el que aquí se muestra (también hay un modelo con vela más grande) tendremos la ventaja de que no se nos apague en la primera ráfaga. Se consigue en cualquier casa especializada de montañismo.


El calentador debe ser de de combustible líquido. Es el que más fácilmente se consigue en cualquier localidad, por más remota que sea esta. Además nos da una tasa de peso/comidas cocinadas excelente.
Se consigue en cualquier casa de montañismo.

Una Leatherman o navaja Suiza es fundamental para todo buen campamentero. Prefiero entre nos la última porque me ha dado siempre mejores prestaciones y es mucho más liviana. Entre los modelos a elegir, prefiero los más simples. Nunca he necesitado ni la lupa, ni ninguno de los otros adminículos de las más completas. Un par de navajas, un par de destornilladores, descorhador (elemental watson), abrelatas, y una pinzita de depilar (hay que estar coqueto vió) es lo único que realmente necesito. Hay un modelo con una pequeña tenacita que podría ser útil para apretar rebabas y algún que otro arreglo menor. Teniendo un buen forceps, suplimos su faltante.
Llegamos a la parte más fundamental de nuestro equipo. Me refiero a la carpa, la bolsas de dormir y la colchoneta. Quien no ha ido de campamento y ha visto (o ha vivido en el peor de los casos) como alguno de nuestros ocasionales compañeros tiene que terminar tempranamente su viaje porque la carpa no le resistió una lluvia cordillerana o porque su bolsa de dormir no lo deja conciliar el sueno sin congelarse?

En cuanto a lo que va a ser nuestra mansión por unos cuantos días, recomiendo fuertemente que hagamos una buena inversión. Las casas de montañismo son las que proveen las mejores carpas, las más livianas y las más resistentes a las condiciones climáticas. Entre las mejores marcas encontramos Sierra Designs, Walrus, Kelty, Northface, etc. A los que se dejaron tentar por las carpas de supermercados, no se preocupen, algún día van a tener perro para que la pueda usar de cucha… Si insisten en llevarlas al sur, prevean llevar plata para un hotel en caso que llueva o haya una tormenta de viento. Créanme, la van a necesitar.

Es fundamental que sea cómoda para nosotros y nuestros bártulos. Una cosa que nos cambia el confort en una carpa es la posibilidad de tener un espacio cubierto delante de la misma (antecarpa) que nos permita sacar los waders, chaqueta de lluvia y demás equipo en días de tormenta sin empapar el lugar donde vamos a dormir. Este es el único item de nuestro equipo en el que no soy fundamentalista en cuanto al peso. Aunque tengo una carpa muy liviana (1800 grs) para dos personas, prefiero (aunque viaje solo) llevar una un poco más pesada para tres personas (2300 grs.). Eso me permite dejar todo el equipo dentro de la carpa y además una posición más cómoda para cambiarme dentro del habitáculo.
En cuanto a la bolsa de dormir tenemos que tener en cuenta clima y la humedad a la que vamos a estar expuestos. Ello nos va a determinar el material con el que van a estar rellenadas nuestras bolsas de dormir. El duvé (pluma del pecho del ganso) es el mejor aislante y el que mejor confort por temperatura logra a menor peso. Su principal contra es que retiene mucho agua y que se seca lentamente, lo que no lo hace adecuado para llevarlo en nuestro bote de pontones.
Hay muy buenas marcas de ambos items, y como dije anteriormente conviene comprarlas en casas de montañismo.

En cuanto a las colchonetas la única opción son la de espuma sintética (foam) . Si bien las de supermercado sirven, por 5 pesos más podemos comprar una Term-a-rest que con su acanalado nos va a brindar una mejor conciliación del sueño y una excelente aislación del piso. Las inflables y las autoinflables son demasiado pesadas (aunque ocupan un poco menos de volumen) para llevarlas en la mochila. Son una excelente opción si vamos en auto. Hoy que puedo ir con mi familia y mi auto, llevo la de foam solo para las expediciones lejanas a mi campamento base, donde tengo mi colchoneta inflable preparada para el sueño reparador posterior a las largas caminatas y los días de recorrer lugares lejanos y poco visitados.

En la segunda parte de esta nota hablaremos de las vituallas que debemos llevar para poder subsistir: la comida, bien apodada “lastre”. Es justamente esa parte de la mochila la que no debe exagerarse ni mezquinarse.

Hasta la próxima.

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