Corto pero correntoso

por Juan Pablo García

No sé como fué pero me encontraba allí, con una vaga, prácticamente nula, experiencia, casi sin idea de lo que era presentar una mosca, casi sin moscas, pero estaba allí, y conciente de mi inferioridad de condiciones ante ese famoso río me dispuse a dejar de lado el sueño de una trucha y dedicarme a mirar para aprender antes que tratar de hacerlo y perder.
Sin querer, eso me llevó a darme cuenta que desde la orilla también hay mucho para disfrutar, hay tiempo para mirar, charlar, comentar capturas ajenas, aunque la envidia duela, y así comencé esta relación con un río que lleva yá muchos años y se puede decir que he entrado en la etapa en que se mesclan los placeres actuales con los buenos recuerdos y de una forma tal que ya no somos capaces de distinguir que es en realidad lo que nos hace tan bien.
Sé de pescadores que nunca han ido a pescarlo dejandose llevar solamente por comentarios, entiendo eso, siempre existen varios puntos de vista desde donde partir para valorar o no a un río, yo lo hago a partir de cosas que no he encontrado en otros y lo que es más importante, no he vivido en otros, por ejemplo, la comodidad para que mi familia disfrute aunque el clima no acompañe, la cercanía a los alojamientos como para ir i venir a discreción, y de todas esas otras cosas que una villa próxima nos pude dar, amén de las espléndidas truchas que se pueden pescar aún, tan cerca de tanta gente.
Pero hay años buenos y años malos, y los años buenos alientan y los malos se sufren y crecen los miedos de esa irreversible consecuencia de la presencia del hombre y el miedo por algún lado debe escapar y yo a veces lo hago escapar escribiendo………

…….y aquí estoy otra vez como tantas noches soñé, como tantas veces me ví, sentado a tu lado, contemplándote, como aquella la primera vez y cuantas veces después.
Te he visto bajo y tranquilo, te he visto furioso y alto, te he visto de tantas formas y siempre te he visto sano, pero esta vez, río mio, siento que algo te está pasando.
Aún tienes la misma forma de hacer juguetear los reflejos y los dibujos de tus aguas son los mismos y de la misma forma, deforman mi figura tus espejos, pero algo en tí no es igual a como yo lo recuerdo.
Pero no solo he venido a visitarte, más que nada he venido en busca de lo que tú sabes, esas que guardas con tanto recelo y por tener que pactar contigo su captura, por amarlas tanto fue inevitable amarte; pero ya no son tan altos sus saltos, ni tan atrevidas sus mordidas, talvéz, igual que yo, sienten que te está pasando algo.
Claro, son muchos los años, yo tambien estoy distinto, juntos estamos cambiando, pero cuanto más claro mi pelo, más tristes estan tus aguas, y tan larga, pero tan larga es tu vida, que yo en toda la mía, no debería ser capaz de notar los cambios.
Y lo más preocupante de todo es que, tristemente, a mí me cambian los años pero a tí te cambia la gente.
Pero no pierdo la esperanza que mis hijos y mis nietos, puedan verte como yo te ví, aquella, la primera vez Y TAMBIEN HAYA SIDO POR OBRA DE LA GENTE, entonces, de esa forma se acordarán de mí cuando ya no esté y mis cenizas duerman a tus pies.

Y asi me di cuenta que estaba atrapado y aunque traté más de una vez de buscar otro lugar para la apertura de pesca, todos los años junto a mi familia me vuelvo a encontrar con todos los recuerdos escondidos detrás de cada tronco y cada piedra y repitiéndome…………..Y aquí estoy otra vez, como tantas noches soñe, como tantas veces me ví, contemplandote………………………..

Las buenas truchas entran a desobar sobre la embocadura y finalizados los amoríos se quedan más tiempo en el río alimentandose siempre y cuando se sientan cómodas y protegidas, por esto es tan importante que exista un buen caudal de agua.
Años atrás prefería un nivel escaso ya que de esa forma era más cómodo pescarlo y se podía llegar mejor a los lugares ideales aunque llegaba un momento en que solamente se obtenían piques en el veril, hoy prefiero lo contrario porque la ausencia de pescadores en el agua hace que las truchas permanezcan y sea posible pescar con éxito todos los lugares permitidos por los accidentes costeros y por el reglamento.
De todos modos una u otra cosa tiene su atractivo, pescando en el río hay que saber muy bien donde están las posibilidades de pique y lograr las presentaciones y derivas de la mejor forma para no alterar las truchas y la lucha con el pez es espectacular siempre que hay buena corriente, y pescando en donde se suele denominar el primer puesto de la rotación, que es el lugar más cercano al veril hay que lograr un buen lanzamiento para que la mosca en lo posible cruce la corriente y luego pase cerca de las truchas nadando correctamente. En este lugar muy pocas veces los piques son de suerte, la satisfacción es muy grande porque cuando salimos del agua con trucha podemos estar seguros que hicimos un buen lanzamiento, las correcciones a tiempo y en forma y logramos detectar el pique que a causa de los pequeños remolinos y la comodidad de la trucha para inspeccionar las moscas suelen ser muy suaves y fáciles de perder.
Y tambien sentarse a mirar tiene su encanto, y subir al puente para estudiar las corrientes y tomar mate y escuchar viejas anécdotas de pesca de experimentados pescadores y encontrarse con viejos amigos del lugar o mirar detenidamente a ese desconocido, o no, que está pescando muy bien.

Cada año hay alguna sorpresa, natural, (nivel del agua, tronco nuevo en la orilla, poco agua, mucha) o humana, nuevo parque, menos árboles, nuevos cercos.
Este año con la reapertura del Hotel no sabemos con qué nos podemos encontrar, la historia ha mostrado que el hombre siempre eligió la costa de un río como el mejor lugar para asentarse, y luego terminó perjudicandolo de todas las formas posibles cambiando belleza por practicidad. Espero que esta vez se invierta esa historia y podamos seguir viéndolo siempre así, claro, natural, lleno de vidas para mas vidas y correntoso siempre……………CORRENTOSO

Hay quien dice que eres demasiado corto como para merecer llamarte río, y sin embargo yo, con otros ojos, solo veo que naces río y río mueres, aunque parado en la orilla de tu nacimiento, te vea morir y parado en la orilla de tu muerte te vea nacer.
Si allí donde comienzas a moverte, es nacer, asi me gustaría haber nacido, desprendiéndome en silencio del agua tendida y más abajo en el torrente, largar el primer llanto de la vida.
Y si allí donde comienzas a frenarte, es que te mueres, perdiéndote en el lago con pequeños torbellinos negándose a su suerte, entonces, asi quiero que sea mi muerte.
Porque no es un principio, pero tampoco un final, no es quedarse, pero tampoco perderse, no es olvidar ni llorar, es solo cambiar de forma siempre que lo que venga detrás, venga respetando la horma.
Amo el ruido permanente de tus aguas, tus rocas, la cascada, el pozo de la pileta, los árboles que te adornan, las golondrinas que vienen y van, la sombra del Arrayán, y amo también cuando a veces, canta el zorzal. Creo que tienes todo lo que debe tener un río para ser río, aunque seas demasiado corto.
Por eso, yo en tus orillas busco aprender de ti, busco disfrutarte e imitarte para asi enriquecer mi vida, tanto como para que no me preocupe que tan larga deba ser, para que pueda llamarse…..vida.

Con él y en él muchos han adquirido fama y experiencia, han nacido muchos referentes y maestros pescadores, pero el río sin pescadores es igualmente río y el pescador sin río, no es nada.
Yo con ésto quiero homenajear a lo único realmente importante en lo que tanto nos apasiona y lo primero en lo que siempre debemos pensar, “EL RIO”.

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