Copando truchas

por Marcos Czerwinski

Vale, tal vez, este juego de palabras para llamar la atención sobre un elemento del que disponen la mayoría de los pescadores y no lo usan: el copo.

Hoy han proliferado los programas en televisión sobre pesca de truchas y otras especies en nuestro país. También han aumentado las notas o artículos sobre la pesca con mosca en diversos medios gráficos. Hasta en las publicidades se ven mosqueros practicando su deporte. Pero, en casi ninguno de los casos, salvo muy raras excepciones, se ven pescadores usando un copo para recoger la trucha del agua.

En todos los medios especializados ahora se está hablando o escribiendo sobre la captura y devolución y sobre los beneficios de esta práctica. Además de las explicaciones de cómo se debe manipular una trucha para soltarla adecuadamente como para que tenga posibilidades de sobrevivir.

Hace muchos años atrás, en realidad no tantos, las fotos de truchas que se mostraban en estos medios eran de cadáveres de truchas, algo totalmente contradictorio con el incipiente movimiento de la captura y devolución de todas las piezas cobradas.

Cada vez son menos los medios que publican ese tipo de fotos pero hay todavía algo para mejorar. Todos hablamos de cómo pelear una trucha después de clavarla con nuestra mosca y de cómo soltarla. Pero pocos son los que tienen particular cuidado al manipular una trucha desde que ésta se entrega, hasta que le sacamos la foto y la devolvemos al agua como todos sabemos hacer.

Y hay quienes hasta le faltan el respeto a esa trucha por la forma en que la tratan. Muchos de ellos lastimándola innecesariamente y, tal vez, sin darse cuenta. No importa el tamaño de las truchas, sean grandes monstruos del Río Grande o truchitas de menos de medio kilo, todas sufren por igual. Lo que hay que recordar es que, si practicamos la captura y devolución, hay que poner el mismo cuidado para tratarla durante el manipuleo, previo a la foto y a su posterior puesta en su medio.

Muchas veces vemos en los ríos o en la televisión a un pescador quien, obviamente buscando la trucha grande, clava una truchita de un tamaño menor que no es de su agrado. ¿Que hace con esa truchita? Pues la trae como si el reel fuese un malacate con multiplicación 5:1 y cuanto más rápido mejor, trayéndola haciendo algo parecido al esquí acuático, desgarrándole la boca en la maniobra, seguramente. Una vez que la tiene al alcance de la mano, la toma y de un tirón le saca la mosca de la boca y, permítanme la expresión, la revolea sobre su hombro hacia atrás. ¡Horrendo!

Esas truchitas de un tamaño que apenas entran en nuestra mano y que siempre se nos prenden hasta en los anzuelos más grandes y cuando menos las queremos, son las más fáciles de soltar. Primero no hay que traerlas rebotando en la superficie del agua, sino tratándolas en forma delicada como lo que son, truchitas delicadas… que alguna vez van a ser el monstruo que queremos pescar hoy.

Una vez que están al alcance de nuestra mano pasamos la caña a la mano menos útil, la otra la mojamos en el agua y bajando por el leader tomamos la pata del anzuelo con la truchita dentro del agua. Giramos el anzuelo de tal manera que la pata del mismo quede paralela al cuerpo y apuntando con el ojo hacia la cola. En este momento levantamos levemente de la superficie del agua a la trucha de tal manera que esté vertical y, créanlo o no, la truchita se zafa sola, cayendo al agua desde muy poca altura, digamos veinte centímetros.

Con este procedimiento evitamos que esta truchita, primero, se desgarre la boca mientras la recogemos con el reel o trayendo la línea rápidamente con la mano; segundo, evitamos que se le desgarre la boca cuando le sacamos el anzuelo; y, tercero, evitamos que se le desgarren los órganos internos por tenerla en posición vertical mucho tiempo o por arrojarla con fuerza al aire para que caiga donde pueda en el río o lago.

Este procedimiento también es válido para las truchas un poco más grandes. Si el peso de esta trucha excede la posibilidad de levantarla con la pata del anzuelo, le quitaremos la mosca entonces, dentro del agua tratando de tocarla lo menos posible y siempre enfrentándola a la corriente en un río o tratando de que no le entre agua por las agallas en un lago. Una vez que la trucha fue liberada del anzuelo y no está agotada, se irá nadando rápidamente dando un coletazo salpicándonos la cara.

Las truchas de mayor tamaño y otras especies deportivas, con algunas excepciones, se manipulan en forma distinta aunque persiguiendo los mismos fines, dañarla lo menos posible y no faltarle el respeto.

Existe un elemento dentro del arsenal de accesorios a disposición del pescador con mosca al que éste no está acostumbrado y que por alguna razón oculta y desconocida, se niega a usar. Se trata del copo. Es de uso muy común en prácticamente todo el mundo y para la mayoría de las especies deportivas de agua dulce, tanto en la pesca al vadeo o embarcado.

En nuestro país son casi exclusivamente los guías profesionales de pesca, aunque no todos lamentablemente, y algunos pocos pescadores quienes utilizan este elemento. En los medios masivos de comunicación es muy raro ver a alguien utilizando un copo para retirar un pez del agua, tal vez por la premura de sacar la foto o determinada toma. Pero el uso del copo bajo ningún punto de vista demora esta maniobra ya que, cualquier pescador, profesional o no, demora menos en sacar al pez con el copo que sin él.

Descripción de los copos de pesca

Los copos que nos presenta el mercado son de muchas formas, tamaños, marcas. Construidos de madera o de metal, con redes de malla fina de nylon suave o con malla gruesa que parecen trasmallos y que generalmente lastiman a las truchas. Hay copos para vender y copos aptos para usar. Hay copos con mangos cortos para el vadeo y con mangos mas largos para los que pescan embarcados en tubos flotadores. Y los hay de mangos mas largos todavía para los que pescan de botes, pontones o balsas.  Los hay también con red chica, tanto en profundidad como en diámetro y los hay mas grandes. Hay copos para truchas chicas y hay copos para truchas o salmones de peso considerable y que, algunos de ellos, hasta traen una balanza bastante precisa incorporada a su mango. Los copos de madera, por lo general, son mas prácticos ya que si se nos caen de las manos al agua, flotan. Además no hacen ruido al caminar o castear y no pesan prácticamente nada.

Hay muchos modelos de copos de donde elegir, tanto nacionales como importados. Particularmente uso para las truchas chicas uno de madera, muy lindo, nacional, regalo de un amigo que los fabrica, con un enganche con imán y lo llevo colgado del chaleco en la espalda donde no me molesta. Para truchas medianas uno similar pero mas grande. Y para el río Grande en Tierra del Fuego usamos uno importado, metálico, con mango extensible, con red de malla fina y suave, muy amplia y que tiene una balanza incorporada en el mango. Este copo es muy popular en Rusia en la pesca del salmón del Atlántico en la península Kola.

Utilización del copo

Todos sabemos que a los salmónidos hay que cansarlos lo menos posible para que puedan sobrevivir a la acción y estrés de ser sacados de su medio. Siempre que traemos con el reel una trucha de tamaño mediano, por mas que tengamos el leader prácticamente dentro de la caña, siempre cuesta tomar la trucha con la mano. Esto lo obliga al pescador a hacer maniobras, las cuales, vistas desde una distancia, parecen el baile de una persona atacada por avispas. Vemos a una persona con la caña bien levantada, tan arqueada que parece que se rompe en cualquier momento, como muchas veces sucede en esta situación,  girándola por sobre su cabeza siguiendo a la trucha que no se quiere entregar y que nada desesperada alrededor de esa figura quien con la mano libre, extendiendo su brazo en toda su longitud, pretende tomar la  esquiva trucha.

En este caso el copo es la mejor ayuda que puede tener el pescador. El copo le permite alcanzar la trucha a mayor distancia de su cuerpo, evitando contorsiones muchas veces grotescas del pescador y ganarle unos minutos al cansancio de la trucha. Tampoco exige tanto la caña y el leader ya que, al poner la trucha en el copo a mayor distancia, ésta no está tan asustada por la presencia cercana del pescador y se mueve mucho más tranquila. Además, el pescador se evita mojar el brazo hasta casi el hombro, muchas veces, por querer tomar la trucha con la mano.

El modo de uso del copo es muy simple. Primero hay que mojarlo, para que la red se empape bien y no lastime con sus hilos secos a la trucha. Luego, cuando tenemos la trucha al alcance del copo lo que se puede hacer es mantener firme el mismo copo, con el brazo extendido y llevar con la caña la trucha al copo que ya la está esperando por debajo de la superficie, o, el procedimiento inverso, llevar el copo a la trucha. No son maniobras fáciles para los que utilizan este accesorio por primera vez. Pero, si lograron aprender el ‘downup’ de Mel Krieger en los primeros pasos del lanzamiento, esta maniobra de ‘copar’ la trucha les va a resultar muchísimo mas simple.

Este procedimiento es válido tanto para el pescador que pesca al vadeo como para aquél que está embarcado y no tiene la ayuda de un guía de pesca o de un amigo.

En el caso de salir con un guía o amigos y necesitemos la ayuda de ellos para copar ese pez, el guía tomará el copo y se colocará aguas abajo del pescador, en el mismo andarivel de la trucha en el río, con el copo en el agua apuntando a la trucha. Es responsabilidad del pescador llevar esa trucha aguas abajo e introducirla dentro del copo. El guía lo único que hace es levantar el copo cuando la trucha se está introduciendo en él. El guía debe tener  mucho cuidado de presentar correctamente el copo a la trucha ya que si no es así, ésta apoya su cuerpo en el marco del mismo y toma ese apoyo para su último salto, generalmente, a la libertad.

Lo mismo se aplica para los que pescan embarcados con ayuda. Lo importante aquí, de copar las truchas con ayuda, es que esta ayuda debe permanecer con el copo quieto y no tratar de maniobrar con el mismo para embocar la trucha en él. Esta maniobra la realiza únicamente el pescador, quien es el que determinará cuál es el momento justo para introducir su trucha en el copo. Si esta ayuda es un guía profesional, éste se limitará a  asesorar. El que tiene la última palabra es el pescador, a menos que éste sea novato y necesite algo mas que asesoramiento por parte del guía.

Manipulación de las truchas

Una vez con la trucha en el copo, podemos proceder de diferentes maneras. Si la trucha es chica y no queremos perder tiempo con fotos, colocamos la caña debajo de la axila, y tomamos la trucha con la malla del copo, de tal manera que nos quede expuesta la cabeza de la misma para poder quitarle el anzuelo con la pinza o con los dedos y poder retirarle la mosca. Si es posible esta maniobra la haremos con la trucha y el copo dentro del agua. El copo no se hunde y no lo perderemos y la trucha se liberará sin ningún problema. Siempre, antes de comenzar con esta maniobra pero una vez que la trucha está dentro del copo, sacaremos unos metros de línea del reel para que la punta de la caña no se arquee y no se rompa.

Si la trucha es tan grande que no podemos maniobrar con el copo con una sola mano y, además, le queremos sacar una foto, deberemos salir del agua si no estamos embarcados y realizar la suelta de la trucha en la orilla. Deberemos tratar de manipularla no en la parte seca de la orilla, sino en unos diez centímetros de agua o, en última instancia, en algún sector con césped y si éste está húmedo, mejor. Las piedras o rocas de la orilla están generalmente a mayor temperatura que el agua, algunas hasta están muy calientes. No creo que a la trucha le haga bien que la frían viva en las piedras.

Cuando las truchas son realmente grandes y necesitamos la ayuda de alguien, el procedimiento es el mismo que el anterior. Nos deberemos acercar a la orilla y, dentro del agua en alguna parte muy poco profunda, realizaremos la maniobra de la suelta.

Si estamos pescando sin ayuda cerca, nunca arrastrar la trucha sobre la playa de arena o piedras para poder manipularla. Siempre podremos tomarla de la cola o con las dos manos cerca de la orilla en poca agua para poder quitarle la mosca de la boca. Generalmente la trucha va a estar acostada sobre alguno de sus costados y no se escapará en tan poca agua.

Nunca levantar la trucha grande de la cola de tal manera que ésta permanezca en forma vertical con la cabeza hacia abajo. Esto produce desgarramientos en los delicados órganos internos de la misma.

Si queremos pesar cualquier trucha lo mas cómodo para nosotros y sano para la trucha, es pesarla mientras está dentro del copo. Colgaremos el copo de la balanza y la trucha no será dañada. Si queremos medirla o sacarle escamas para su estudio posterior lo haremos también mientras la trucha está dentro del copo en poca agua. Ella se mantendrá quieta allí lo suficiente como para darnos tiempo para realizar estas mediciones. No olvidarse de tener todos los elementos necesarios para ello dentro del chaleco y no en la camioneta a quinientos metros.

Conclusión

La pesca es un deporte lindísimo, creo que no hay quien lo dude, pero debemos respetar ciertas normas de buen gusto y criterio. Alguien más sabio que yo dijo alguna vez que respetamos al pez por el tipo de mosca que le ofrecemos, y yo con humildad le agregaría también, ‘por la forma en que la tratamos’.  El uso del copo nos ayuda a preservar la integridad del pez y nos simplifica la maniobra de su suelta.

Si bien la pesca es una actividad solitaria, usualmente salimos en grupos de amigos a practicarla. Todos debemos ser solidarios con los pescadores vecinos, aún perdiendo nuestro propio tiempo de pesca, y ofrecer nuestra ayuda para que ellos puedan soltar su trucha con elegancia y respeto a la misma. Hoy no sabemos cuándo vamos a necesitar nosotros de esa ayuda… por lo menos para que nos saquen una foto con un pescado descomunal. ¡El mismo que soltamos hace unos años con la ayuda del copo, siendo un bebé todavía!

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