Algo más sobre líneas

Por Javier Alurralde y Gregorio Dunayevich

Desde el advenimiento de las líneas de seda y hasta el momento de creación de Aftma, los pescadores de mosca penaron para lograr obtener un equipo equilibrado En aquellos tiempos era necesario infinidad de pruebas para dar con la línea que tuviera el peso adecuado para cada caña.

En efecto, cada fabricante de líneas, si bien conservaba una nomenclatura que definía la forma de la línea e indicaba su diámetro, su peso se obtenía sólo por aproximación, en tanto que variaba de fabricante en fabricante según los tejidos y compuestos que utilizaba y además, según se fabricaran en Inglaterra o en E.E.U.U.

En aquel entonces las denominaciones no eran las actuales, sino que se reconocía la forma de una línea bajo otra designación que informaba también respecto de su diámetro, y así la denominación IHI era una línea de diámetro decreciente en ambos extremos con diámetro de punta 0,55 mm., que hoy se corresponde con una linea Double Taper.

La tabla de denominaciones por diámetros era la siguiente:
Letra I H G F E D C B
D= mm 55 65 75 90 100 115 130 140

Por lo antes señalado, en aquellos tiempos la cuestión de obtener un equipo equilibrado residía en prueba y error, y podía pasar bastante tiempo, y una gran inversión, hasta dar con el anhelado equilibrio entre el peso de la línea y la potencia de la caña.
Así las cosas, finalmente, la Association of Fishing Tackle Manufacturers, más conocida por Aftma pudo dictar reglas y normas que definían a las líneas de mosca (también gracias a que las líneas de seda natural fueron, en general, sustituidas por las sintéticas), estableciendo otras denominaciones que reemplazaron a las anteriores, y así mediante unas siglas quedan definidas las formas y el peso de cada una.

En adelante las formas quedaron indicadas por las siglas:

Level= simétricas de igual diámetro en su longitud.

DT= Double Taper, diámetro decreciente en ambos extremos.

WF= Weight Forward, peso descentrado, trasladado su mayor diámetro “adelante”.

Pero también quedó normativizado el peso que cada línea debía tener, y así, en una numeración del 1 al 15 se fijó el peso que cada línea tomando en cuenta los 9 primeros metros.

Y no sólo ello, también se indicó, a grandes rasgos y por siglas, si la línea:

Flotaba= Floating simbolizada por una F.

Hundida= Sinking, simbolizada por una S.

Este sistema imperante a partir del año 1960 aproximadamente, tuvo notable éxito y por un momento pensamos que todo se encontraba solucionado, mas ello no es así pues los patrones establecidos se encuentran en plena crisis, producto de que los fabricantes de cañas comenzaron a producirlas cada vez más potentes y los de líneas rediseñaron sus torpedos, cada vez más largos, y si bien los primeros 9 metros pueden llegar a pesar lo que expresan las normas de Aftma (y en muchos casos ya no), lo cierto es que nadie lanza con el torpedo dentro de los pasahilos de la caña, circunstancia por la cual es común hoy en día, que los torpedos midan mucho más de los 9 metros que se pesan y por ende, en realidad, lanzamos con líneas mucho más pesadas que la nomenclatura de Aftma aún vigente.

Y paradójicamente lo contrario también es absurdamente cierto; creemos que por mal entendidas razones de marketing en tanto que existen fabricantes de líneas que elaboran shooting heads integrados con los shooting line, en los que la cabeza registra un largo de sólo 7 o 7, 5 metros y la recomiendan para cuatro o cinco números distintos de cañas. Pensamos que ello es erróneo pues, en primer lugar, el fabricante no avisa que con una cabeza de esa longitud va a realizar lanzamientos más cortos que con una línea de 9 mts. de torpedo o más; en segundo lugar, no es posible en la práctica que un peso fijo y determinado sea óptimo y compatible con tantos números de cañas diferentes.
Pero la política de ventas y marketing supera tales razonamientos y de tal modo fabricando una línea cubren un espectro mucho más ámplio, evitando fabricar una por cada número de caña. El ahorro de costo de fabricación parece evidente. Y de otro lado, sorprenden a muchos desprevenidos compradores quiénes se ponen contentos al principio porque una cabeza tan corta parece fácil de castear porque sale fuera rápidamente de la puntera, mas su rendimiento final es pobre. Así cuando ese fabricante dice que esa línea de determinada cantidad de grains sirve para tirar con caña 7, 8, 9 y 10, lo que está haciendo, en realidad, es ahorrarse el costo de fabricar cuatro números de líneas diferentes, suplantándola con una, y de tal modo, con tres líneas prácticamente cubre el espectro que le demandaría fabricar diez, un problema de costos que en realidad paga el consumidor inadvertido.

Para verificar el extremo procedimos a medir y pesar (por aproximación pues utilizamos un metro de tela y una balanza a resorte) una serie de líneas y shootings heads, ocasión en la que se puso de manifiesto los siguientes largos y pesos aproximados que refuerzan los argumentos expuestos:

Y es más, resulta que se fabrican de propósito shooting heads más largos a fin de que cada tirador lo corte en la medida que lo considere conveniente, y así un shooting head Airflo, hundimiento 7 para línea 7 de 10,5 mts. pesaba 280 grains

De todo lo antes relatado se constata que nos encontramos hoy muy próximos a los problemas que tenían los pescadores en 1920, cada fabricante diseña su línea de modo particular y ello arroja pesos diferentes a los estipulados, y si a ello le agregamos que los fabricantes de cañas también las han rediseñado con olvido de las normas de Aftma (pues hoy el mercado le exige que diseñe una caña que tire bien en corto pero además que sea capaz de lanzar también 25 metros perfectamente), queda en claro que no tenemos una referencia concreta de la cual partir para encontrar el equilibrio adecuado en el equipo apriorísticamente, o por lo menos, la información que nos brindan los fabricantes actualmente resulta inadecuada, debiendo ocurrir, como antaño, a la prueba y el error, al relativismo de cómo funciona cada caña para, por aproximación, adivinar que línea podría quedarle bien cuando, en realidad lo adecuado es que los fabricantes nos munan de toda la información del caso para posibilitar que, con un mínimo esfuerzo y poco gasto, las cosas funcionen correctamente, sin perjuicio de las subjetividades de cada quien en el armado de su equipo atendiendo a su modo de lanzar.

Algunos fabricantes han comenzado a brindar información adecuada, y como ejemplo traemos el caso de una serie de cañas de primera marca que acaba de salir al mercado hace pocos meses; que indica los pesos aconsejados:

Con lo cual queda bien de manifiesto lo que queremos decir. Imaginemos que en un viaje nuestro guía nos dice,”trae una diez” porque él nos va a prestar una línea, que es su favorita, que pesa 280 grains que es lo que corresponde para una diez, nos encontraremos con que una caña de esta serie no se va a cargar para nada con esa línea.

De acuerdo a lo dicho quedan dos caminos posibles, o volvemos a las normas de Aftma, siempre que nos especifiquen el diseño de la línea y el largo de la cabeza, o cambiamos radicalmente el tema de la denominación de las líneas, y en lugar de decirnos su número (que según Aftma se traduce en un peso definido), se nos informa respecto del largo del torpedo y el peso íntegro de éste (manteniendo las denominaciones que informan respecto de su forma y si se hunden o flotan, claro está), y respecto de las cañas, lo propio, en lugar de traer un número ya que los propios fabricantes han declarado obsoletos, informen respecto de la gama de peso, inferior y superior, apta para lanzar teniendo en cuenta el diseño de cada caña.

Si se nos brindara una información adecuada con las especificaciones antes mencionadas podría cada uno de nosotros, por ejemplo, comprar un shooting head de 9, 9,5 o 10,5 metros con el diámetro que nos parezca más conveniente, como su grado de hundimiento, y elegirlo por su peso, y así el fabricante puede hacerlos en una gama entre 220 y 240 grains y nosotros elegir aquel que nos parezca más adecuado, haciendo los cortes que resulten apropiados para el caso.

Pensamos que la incertidumbre actual debe cesar para bien del consumidor y debe ser responsabilidad del fabricante brindar la mejor información al comprador dejando de lado las conveniencias fundadas en temas de marketing y costos.

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