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PESCA
/
LOS
ROQUES
Pesca con
mosca en salt water
por
Luis Agrest
Pesqué truchas aquí en
mi tierra muchos años hasta que en 1987 clavé mi primer bonefish y empecé
a incursionar en la pesca con mosca en el mar.
En aquellos años me sentía un pescador con mosca solitario que relataba
historias de pesca con mucho entusiasmo a mis amigos pesca-dores en agua
dulce acerca de todo lo que la pesca en el mar ofrece. Les contaba
experien-cias, tanto buenas como malas, alentándolos a probar una nueva
dimensión de pesca con mosca que hasta entonces desconocían. Muchos
escuchaban pero muy pocos decidieron hacer la experiencia.
Daniel Colnaghi, él más interesado en mis relatos, llama un día para
decirme que Carli Monti y Danny Gaetano están decididos a ir por su
primera experiencia los bajos. Faltaba un cuarto pescador, pues lo normal
es armar grupos de un guía por cada dos pescadores, no dudé un instante,
me sumé a la partida, dando origen a una hermosa historia de pesca y
amistad.
Era mayo de 1996 y el destino fue un pequeño grupo de islas, al norte de
Caracas Venezuela: Los Roques
Este lugar esta formado por una isla principal el Gran Roque rodeado por
cientos bajos de coral y arena con fondo firme lo que constituye un lugar
ideal para la pesca vadeando bajos (flats).
Los meses previos al viaje fueron de intensos preparativos: técnicas de
cast, atado de moscas, líneas, cañas etc. todo iba siendo desmenuzado paso
a paso en charlas dónde experiencias anteriores se fundían con el fervor y
entusiasmo de los nuevos pescadores potenciándonos mutuamente.
Las conversaciones
sirvieron mucho para que el viaje saliera perfecto, como sucedió, pero
este relato no tiene como fin contar un viaje de pesca, sino contar lo que
le pasa a un pescador de truchas o agua dulce cuando pasa a pescar con
mosca al mar.
Fui vapuleado por todo tipo de preguntas, las ganas por aprender algo
nuevo era incontenible. Para el pescador en agua dulce buscar analogías
con el sistema de pesca conocido es una referencia difícil de modificar.
Los años de pesca en agua dulce incorporaron actos, convirtiéndolos en
reflejos condicionados. Lamentablemente en esta pesca existen pocos puntos
en común, se requiere su aprendizaje como en cualquier otra cosa. De ello
depende el éxito o el fracaso. Mis respuestas eran muchas pero la
experiencia, como siempre, es insustituible.
Por otra parte el vertiginoso desarrollo de técnicas y equipos últimos es
cada día más.
La gran mayoría de productos nuevos en el mercado en los últimos 20 años
giran alrededor de la pesca en el mar: cañas, reels e indumentaria,
lugares de pesca, materiales de atado, anzuelos y otros son solo una
muestra del gran desarrollo requerido por los aficionados. Cabe solo un
comentario: es necesario menor cantidad de equipo que para pescar truchas,
pero debe ser el adecuado.
El
paso de la pesca con mosca en agua dulce a la pesca en el mar, es lo que
más cuesta. De ninguna manera quiere decir que la pesca en el mar debe
reemplazar a la de agua dulce. Todo lo contrario, la combinación de ambas,
el dominio y conocimiento de sus diferentes técnicas convertirá al
pescador con mosca en un pescador más completo. Nuestra ubicación
geográfica nos permite aprovechar la veda invernal de salmónidos en
nuestro país para practicar esta pesca en el hemisferio norte teniendo el
año entero para pescar ininterrumpidamente. Una combinación perfecta.
Lamentablemente nuestro litoral marítimo no tiene las condiciones para
pescar bajos de aguas cálidas y cristalinas ni las especies de peces que
habitan este tipo de agua. Sin embargo algún día alguien descubrirá, sino
lo ha hecho hasta el momento, como pescar con mosca los peces de nuestro
mar.
La pesca con mosca en
el mar puede realizarse de varias formas. Conforme al tipo de pez que se
pretenda pescar: vadeando o desde skiff. Por los tipos de agua: en bajos,
agua medianamente profunda o muy profunda. Cada una requiere de
conocimientos, técnicas y equipos diferentes. Hay para todos los gustos.
Si bien ese relato resulta parcialmente aplicable al permit y tarpon, tomo
como base al bonefish vadeando bajos, pues es la que más me gustó por la
riqueza técnica de pesca con mosca que se requiere. Tampoco significa
restarle mérito a la pesca de los otros peces. Contrariamente lograr un
Gran Slam de tarpon-bonefish - permit es alcanzar un trofeo de alto nivel
entre los pescadores de mar.
Es necesario conocer las reglas de juego que esta clase de pesca exige
para hacerlo exitosamente, dejando de lado los reflejos trucheros.
Comenzando por el
conocimiento de las mareas, de vital importancia en el mar y prácticamente
inexistente en ríos o lagos. Sigamos con el ámbito de pesca: la
conformación de un bajo, su fondo, forma, ubicación, sus corrientes,
canales, canaletas manglares etc. Si bien el mar parece a simple vista,
una superficie uniforme, sin diferencias aparentes; lo que subyace bajo la
superficie son innumerables factores equivalentes a la lectura que el
pescador de agua dulce hace de ríos y lagos.
Continuemos por el cast, en la pesca en agua dulce, en líneas generales,
se castea a ciegas a un pez en estado casi estático, cubriendo un sector o
zona medianamente delimitada de lago o río con un casteo permanente, por
lo general con líneas de hundimiento o shooting line. El pescador puede
elegir lugar, tipo de cast, cambiar mosca con todo el tiempo que quiera
para armar su cast antes de realizarlo.
Por el contrario en el mar, todo sucede muy rápidamente, hay que ver al
pez antes de castear, estar listo en posición de espera. Cuando el pez
está a la vista del pescador y a distancia, el cast debe salir sin demora
alguna.
En el mar el pez se
mueve rápidamente de un lugar a otro en espacios enormes. Solo cuando esta
tranquilo haciendo tailing brinda, no solo un espectáculo inigualable,
sino también más tiempo para realizar el cast. Se utiliza casi siempre
líneas de flote diseñadas especialmente para la pesca en el mar.
Vale la pena detenerse en este punto. La circunstancia de tener que ver el
pez no solo se aplica para el cast. Todo lo que sucede posteriormente es
percibido visualmente por el pescador. Ya no hay lugar para la
imaginación. Se ve todo con claridad, la presentación de la mosca, la
reacción del pez, su movimiento. El pique no solo se siente sino que se lo
ve perfectamente. Si todo funciona bien el pez seguirá el movimiento de la
mosca jugando con ella hasta atraparla definitivamente, en algunos casos
hasta el puntero mismo de la caña.
El clásico error del pescador de truchas es sentir el primer toque y
clavar levantando instantáneamente la caña, como es su costumbre. Nada
peor. Le habrá sacado la mosca de la boca al pez, generando la consecuente
espantada. Lo correcto es mantener el puntero de la caña bajo, en línea
recta al pez y con la línea firme, aguantarse los toqueteos y esperar una
tensión firme del pez. En ese momento afirmar suavemente con la mano de la
línea un pequeño tirón hacia atrás, lo que comúnmente se llama clavar con
la mano, hasta que se siente firme al pescado, luego dejar salir la línea
suelta, dejando correr al pez; recién en ése momento levantar el puntero
de la caña. Seguidamente la línea entrará en conexión al reel para un
manejo con reel y caña hasta el final de la lucha.
En agua dulce casi siempre pescamos por nuestra cuenta. En el mar la
función del guía juega un rol fundamental en marcar donde está el pez
exactamente y dónde debemos castear. Es invariable para el principiante
que en su primer día de pesca castear a algo que el guía le indique y que
él no vea nada que se parezca a un pescado aunque lo tenga frente a su
nariz. En este momento es cuando se comienza con esta pesca con mosca en
bajos propiamente dicha dando comienzo a la apasionante pesca de pescado a
la vista. ¿Si lo ve el guía porque no lo puede ver el pescador? Hay
quienes asimilan esta pesca al tiro al vuelo, pero con una caña de mosca,
no sé si es tal cual, pero da una idea muy cercana de lo que se trata.
Esto se aprende rápidamente con buena vista y concentración. Al cabo de
pocos días el pescador los estará viendo y cateándoles por sí mismo.
La vista y el cast son movimientos que deben funcionar perfectamente
sincronizados: cuando se ve un pez no se le puede quitar la vista de
encima ni un milésimo de segundo, de lo contrario difícilmente pueda
volver a encontrarlo. El cast debe sincronizarse de tal manera que el tiro
salga como un movimiento reflejo automático con velocidad y precisión
colocando la mosca en el lugar exacto donde la vista indica. No se puede
pensar en otra cosa. Ya no hay tiempo para más. El cast debe ser rápido y
preciso. Estos tiempos no se asemejan para nada a un cast truchero.
Los peces de mar saben que no pueden permanecer quietos, su permanente
movimiento es lo que los defiende de ser alimento de sus mayores: quedarse
quieto en el mar significa el suicidio. En ríos o lagos estamos buscamos
solo salmónidos. En el mar, en cambio, los bajos rodeados de aguas
profundas, los canales, lagunas entre los manglares, las playas de arena
nos dan la posibilidad de pescar innumerables especies.
De ahí que si pretendemos castear a un bonefish éste deba ser rápido y
preciso pues difícilmente habrá una segunda oportunidad. En esta clase de
pesca el cast constituye un deporte en sí mismo. No hay tiempo a falsos
cast, sacar línea, acomodarla, estirarla y toda esa historia. Hay que
estar en posición de tiro y alerta permanente. Mosca en una mano y caña en
la otra. En el momento indicado, un rol que permita sacar el telecast de
la línea, un falso cast y mosca al agua. El doble haul es básico para
lograr precisión, velocidad, control de línea con viento fuerte y moscas
pesadas. En el mar el viento es casi una constante, y a veces una
pesadilla. No se requiere gran distancia, controlando con precisión un
cast de hasta 15 metros se obtendrán muy buenas capturas. La precisión del
cast si es fundamental, de lo contrario la mosca será rechazada por el pez
y lo más seguro es que lo espante. Esto requiere de mucha práctica y
concentración.
¿Qué es lo que hace a
esta pesca diferente? Varios factores, pero el principal es la percepción
visual de todos los actos del pescador y del pez.
Desde el acecho o visualización del pez hasta la lucha final todo pasa no
solo por la caña sino por la visión. Es como ver la propia película donde
apreciarás tus aciertos y serás despiadadamente humillado por tus errores.
Este relato no puede dejar de advertir al pescador de agua dulce que esta
pesca en el mar tiene un pequeño problema: es altamente adictiva.
Este grupo de pescadores que en ese momento se aventuraron en busca de una
nueva dimensión de la pesca con mosca, fue reiterando año tras año nuevos
viajes y con ello nuevas experiencias. Hoy somos más los que compartimos
esta pesca: la Peña Macabí (Bonefish en idioma Roqueño), pues se sumaron
más adictos, y se convirtieron en excelentes pescadores con mosca en el
mar. La frase tanta agua para pescar y tan solo una vida, nos abruma.
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