Ya pasaron
más de 20 años desde que lancé mi primera mosca
a las aguas del río Limay intentando atrapar una trucha.
En aquellos años yo residía en la ciudad de Neuquén,
y mis ganas de aprender contaron con la tremenda ventaja de pescar muchas
horas a la semana gracias a la corta distancia que separaban las orillas
del río de mi hogar.
Luego regresé a Mar del Plata y poco tiempo después estaba
dedicado en forma profesional al deporte de la pesca con mosca.
A pesar de la costumbre a los continuos viajes las distancias se hacían
notar. Preparativos, equipamiento para varios días y constante
adaptación.
Algunos años después y con algunas metas alcanzadas comencé
a mirar el mar, luego las lagunas y finalmente todo charco que pueda
albergar a un pez. Todos sitios que no estaban más allá
de una hora de mi hogar.
Las experiencias de pesca con mosca en el mar demandaron un esfuerzo
distinto, tal vez más duro.
Las prácticas en las lagunas, arroyos y canales cercanos a Mar
del Plata siempre estuvieron acompañadas del aliento y lo que
es más importante aún, de la información que me
brindaban algunos pescadores con mosca tan o más inquietos que
yo. Dicha información tenía su origen en las cada vez
más asiduas excursiones de pesca con mosca que estos pescadores
realizaban en aguas locales.
Es así que al tomar un mejor conocimiento de los ambientes y
de los hábitos de los peces adapté métodos de pesca,
los equipos y las moscas a las nuevas circunstancias.
Lo que sigue no es más que una rápida descripción
de las distintas alternativas de pesca con mosca que existen alrededor
de Mar del Plata y que algunos pescadores aprovechamos logrando de este
modo satisfacer nuestro gusto por este deporte, y a su vez descubrir
los caminos más efectivos para pescar peces a los que normalmente
no se les presenta una mosca con el fin de capturarlos.
La pesca con mosca en las aguas de mar que circundan a Mar del Plata
es mucho más efectiva si se realiza desde una embarcación.
Esto es debido a la merma que se observa desde hace muchos años
atrás en la pesca desde la costa.
Escasos minutos de navegación permiten arribar a muy buenos pesqueros
de anchoas de banco, palometas, pejerreyes, etc. Otros sitios cercanos
posibilitan la captura de meros, chanchetas, besugos, pescadillas, etc.
Es muy importe contar con un “capitán” que conozca estos buenos
puntos de pesca. En Mar del Plata los hay, el problema es que desconocen
las técnicas de la pesca con mosca y no dominan maniobras que
les permitan contrarrestar las derivas que el viento provoca en la embarcación.
No es una exageración cuando digo que dadas unas buenas condiciones
para pescar el que conspira contra el éxito es el propio “capitán”.
No uso la calificación de “guía de pesca con mosca en
el mar” pues en Mar del Plata no los hay.
Un buen guía no sólo debe saber dónde están
los peces, debe dominar las artes de pesca, saber y enseñar al
cliente qué hacer para pescarlos. Se “guía” todo el camino
que conduce a la captura de un pez, no sólo hasta donde el pez
se encuentra.
Un “capitan” dispuesto a oír a sus clientes, que deben tener
cierto dominio de la pesca con mosca, es la mejor alternativa.
Peces como las anchoas, palometas, caballas ofrecen gran resistencia
a la captura con un equipo de mosca. Además, en muchas ocasiones
hace falta lanzar líneas muy pesadas para alcanzar la profundidad
a la que se encuentran estos peces. Por ello, cuando conformamos un
equipo de pesca es preferible pecar por exceso.
Una caña #8 o superior con una acción que permita manejar
diferentes pesos de línea, un reel cargado con 150 yds. de reserva
de 30 lbs. de resistencia, líneas del tipo Depth Finder de 200,
300, 400 y 500 graims, línea intermedia o flotante para poppers
(si la ocasión lo permite), leaders cortos (yo no uso alambres
para prevenir cortes) y algunas moscas es suficiente.
Ud. puede hallar anchoas y otros peces cazando en superficie o no ver
esa actividad que suelen delatar las aves. Es provechoso pescar a la
deriva sobre peces que están cazando en superficie, mientras
que en otras ocasiones es preferible anclar.
No debe descartarse el cebado cuando no hay una actividad evidente.
La ceba debe ser parte del equipo.
Mis moscas preferidas para las anchoas y palometas son los Deceivers
y Clouser Minnows #4 a #2/0 en color blanco, blanco con amarillo o chartreuse,
amarillo y chartreuse, Zonkers blancos con cuerpo de Estaz Chenille
perlado, algunas imitaciones de camarones, Bucktails con cabezas epoxi,
etc.
Para besugos, chanchetas y meros prefiero los Clouser Minnows en #6
a #4 con pesados ojos y en colores que tengan la presencia del verde:
verde con amarillo o chartreuse, verde y blanco, etc.
Una acción tipo “jig” de ascenso y descenso de la mosca a nivel
del fondo para peces como el mero, besugo o la altura apropiada dentro
de la columna de agua para palometas o anchoas que no cazan en superficie
suele ser mortífera. Este tipo de acción no sólo
resulta muy atractiva para los peces de mar sino que además permiten
mantener la mosca en la zona de pesca durante un mayor trayecto.
La recuperación rápida de un Deceiver con las dos manos
es lo mejor cuando lanzamos sobre el área donde se desarrolla
un ataque de peces cazadores a nivel de la superficie.
La pesca embarcada en el mar es algo dura por los movimientos de la
embarcación y difícil de programar debido a los factores
climáticos. Lo mejor es estar con todo el equipo preparado y
en contacto con el “capitán” pendientes a encontrar una linda
mañana. Si así ocurre, tomar la decisión y salir
temprano, pensando en disfrutar unas 3 o 4 horas de pesca. Al medio
día los vientos cambian y todo puede ser distinto.
Algo
más liviana pero no exenta de enfrentar fuertes vientos es la
pesca del lenguado en la albufera de Mar Chiquita. Tanto el sector de
la boca, lugar que conviene evitar pescar con mosca cuando son muchos
los pescadores que la visitan, como algunos sitios sobre el canal por
el que ingresa o egresa el agua de la albufera son buenos para concretar
capturas. La pesca se puede hacer vadeando, pero en ocasiones el uso
de un bote permite aprovechar mejor el canal. El antes citado Zonker
y algunas moscas pequeñas en tonos marrones (cangrejitos) son
buenas opciones. Líneas de flote, intermedias o de hundimiento
en la albufera e intermedias y de hundimiento rápido en la boca.
Se debe tener presente que la mayoría de estos ambientes no tienen
vegetación o estructuras que sirvan de cobertura contra el viento.
Un nutrido grupo de amigos que pescan con mosca casi todas las semanas
han capturado en las escolleras pejerreyes escardones, anchoas, palometas
y varios pez sable. Ellos usan ST, leaders cortos y moscas “caseras”
de mediano o pequeño tamaño con ojos pesados.
¿Se imagina “cortar” al medio día para ir a pescar 2 o
3 horas chanchitas y dentudos con un equipo muy liviano?
La cara bronceada por el sol nos delataba.... ¿dónde estuviste?
Amigos y clientes se reían cuando relataba que junto a otros
amigos habíamos estado pescando un par de horas atrás.
Al poco tiempo ya era común para mí escuchar la voz en
el celular de un pescador que antes de acudir a atender los turnos de
la tarde en su consultorio decía.....¡está bueno!...¡puse
un engendro #4 y saqué un matungo así de grande! (por
dentudo grande) u ¡hoy estaban selectivos!... ¡sólo
tomaban “sequitas”!.
Muchos amigos comenzaron a dominar aspectos de la pesca con mosquitos
y sus emergentes pescando chanchitas y dentudos. En ocasiones sólo
se alimentan de ellos y pescarlos no resulta tan sencillo.
Canales y lagunas me dieron piques de pejerreyes, bagres y por supuesto
muchas tarariras.
Para la pesca en general uso una caña #6 semi-rápida,
línea de flote, algún sinking tip de 1,2 metros que uno
lazo a lazo con la línea flotante. El sink tip resulta práctico,
económico y más que suficiente para las profundidades
a lograr. En varias ocasiones con tarariras uso una caña #8 super
rápida para un más relajado lanzamiento de moscas muy
grandes (a veces el tamaño es la clave) o para facilitar las
clavadas.
Muchos pescadores disfrutan de la pesca de tarariras, pez de gran valor
deportivo, pero seguramente pocos tienen agendado al bagre negro.
Este pez alcanza tamaños importantes, tiene una variada dieta
y en muchas ocasiones se muestra muy agresivo cazando peces menores.
Es además muy fuerte y un gran luchador.
La selección de moscas para pescar lagunas, arroyos y canales
puede ser tan variada como la que exige una completa caja de moscas
para trucha. Ninfas, secas, emergentes, streamers, poppers, divers y
engendros.
Desde hace unos pocos años atrás mis jornadas de pesca
cada vez dedican más tiempo al que considero un pez excepcional
para la pesca con mosca, la carpa.
Su “inteligencia animal” es altamente desarrollada, sus hábitos
alimentarios exigen una caja donde secas, ninfas, emergentes, crustáceos
y otros tipos de mosca no pueden faltar. Su sensibilidad exige cautela,
camouflage, refinamiento para tentarla y poder para vencerla pues una
vez clavada su defensa es tenaz. Todos estos nuevos problemas son bienvenidos
pues yo disfruto de las pescas que exigen un mayor grado de dificultad.
¿Qué aspecto de este pez no representa un problema? Hay
muchos de ellos en casi todos los ambientes y cuando las condiciones
se ponen duras para otros ellas resisten aún más. En otras
palabras, el recurso nos ofrece en abundancia peces de alto valor deportivo.
Uno de los aspectos que contribuyen a que un pescador regrese a estos
ambientes es el conocimiento y domino que va adquiriendo. Esto hace
que no se pesque por azar sino que capturamos peces porque aprendemos
qué es lo que hay que hacer para capturarlos.
Este aprendizaje sobre los secretos de la naturaleza y cómo funciona
es lo que hace que un “amante del aire libre” regrese para vivirla.
Y a veces, sólo hace falta recorrer una escasa distancia desde
el hogar para lograrlo.
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