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Cómo
enloquecer
a un fly caster
por Javier Alurralde y Gregorio
Dunayevich
En
esta nota introducimos un tema que seguramente ha de resultar de interés
a los amantes del lanzamiento de la línea de mosca. Fundamentalmente
trata del balance que debería existir entre la potencia de las
cañas y los pesos de las líneas, destacando lo poco que
contribuyen los fabricantes con sus deficientes especificaciones técnicas
en la actualidad, señalando también la existencia de notas
provenientes del exterior que a nuestro juicio han resultado poco confiables.
A modo de ejemplo destacamos que poco tiempo atrás estábamos
practicando lanzamiento en el KDT de Palermo, y tuvimos la suerte de
poder probar una nueva caña, de 9 pies de largo para línea
8 (se trataba del último modelo de Redington, desarrollada y
fabricada en Nueva Zelanda, antes de que la empresa se vendiera, cambiándose
sus capitales accionarios), una NanoQuartz, Extra Fast, y habíamos
leído una cantidad de artículos con diferentes comentarios
respecto de la caña del caso, entre ellos el de la página
web “Tackle Tour”, espacio destinado a la prueba de equipos, específicamente:
http://www.tackletour.com/reviewredntiq.html, la que describe las pruebas
realizadas por Jack Ip “JIP”, donde menciona haber utilizado una línea
de 300 grains, y no sólo recomienda este peso para la caña
del caso, sino también “líneas de 300 a 500 grains”.
Tras los primeros lanzamientos con 300 grains era notorio que la caña
no funcionaba como se esperaba, y a medida que le agregábamos
más peso su comportamiento empeoraba proporcionalmente. Ya desorientados,
decidimos cambiar la línea disminuyendo el peso a lanzar, incluso
comenzando por una línea de peso más bajo que el indicado
por Redington para la caña según la correspondencia de
valores de AFTMA. Comenzamos con una línea de 200 grains de peso
y el cambio fue radical, logrando un equilibrio razonable del equipo
en el orden de los 210 grains, aproximadamente.
Todo lo dicho viene a cuento en tanto constituye un lugar común
que, ante la pregunta “¿que shooting
pongo?”, el interlocutor del caso, con su mejor intención, tras
preguntar de que número de caña se trata aconseje de inmediato
lanzarla con un shooting uno o dos números más elevados
que aquel que marca el fabricante de la caña, sin reparar en
algunos detalles.
Vale señalar que tal consejo encuentra respaldo en la Guia de
Uso de Shooting Tapers contenido en el Catálogo de Scientific
Anglers, empresa que recomienda experimentar con uno o dos números
de pesos superior al de la caña, atendiendo que las líneas
se comportan de modo diferente al shooting taper.
No obstante, consideramos que hoy no resulta posible emitir tal juicio
sin antes tener en cuenta un sinnúmero de circunstancias, de
las que adelantamos algunas como ejemplos prácticos:
En efecto, si tomamos un shooting Airflo, para línea 7, hundimiento
7, que tiene 10,5 mts. de extensión, su peso es de 280 grains,
es decir, el peso de una línea 10, tres números superior
de aquel que corresponde a una línea número 7.
Lo propio pasa con el shooting de Lee Wulff, que medido tiene un largo
promedio de 10 mts. aproximadamente, y que marcado en su caja para línea
8 debería pesar 210 grains, más en realidad pesa 270 grains,
es decir que también su peso se acomoda al standard de una línea
10.
Y de la lectura de la caja de la Teeny 200, que medida sólo en
su parte de hundimiento arrojó 7,40 mts. de largo, se constata
que pesa 230 grains, y sin embargo viene recomendada para lanzar cañas
de 5 a 9; su peso se corresponde adecuadamente a una caña # 9,
y su pequeña longitud resultará una dificultad para tiros
largos.
En cambio, el shooting de Scientific Anglers, para hundimiento IV es
el que más se aproxima a las reglas de AFTMA. Es decir, que en
línea 8 pesa alrededor de 210 grains.
Lo expuesto grafica la dificultad que existe para mensurar el verdadero
peso de la línea que estamos lanzando, y así conocer el
que se corresponde con el número con que el fabricante ha marcado
la caña, pues fácilmente acontece que de atenernos únicamente
al número indicado en la caja que contiene la línea, lancemos
con nuestra caña número 7 el peso de una línea
número 10, y lo más grave, sin siquiera saberlo. Y si
ligeramente aceptamos lo antes dicho, y la armamos con dos números
más, como se suele aconsejar, estaríamos usando una caña
7 con una línea 12!!!!
Si bien es cierto que algunos fabricantes venden los shootings más
largos que los 9,1 mts. standard, con la advertencia de que lo vayamos
cortando hasta lograr obtener el peso que consideramos adecuado a la
caña, si adquiriéramos un shooting taper de Airflo, para
línea 7, hundimiento 7, para obtener 185 grains de peso aproximadamente,
tendremos que llevar su largo a 7,00 mts. (cortando casi 3,5 mts. de
su original), y todos sabemos que con tan escasa longitud de shooting
el lanzamiento no se desarrolla correctamente, ya que una caña
de nueve pies forma un correcto loop en un shooting de nueve metros
de largo, por lo menos.
De tal modo, los fabricantes de líneas se han apartado tan completamente
de los pesos regulados por AFTMA que se han perdido los parámetros
de medición que antes existían, pues no es lo mismo un
shooting # 7 de Scientific Anglers, que uno de la misma numeración
marca Airflo. Son totalmente distintos entre sí, tanto por su
largo como por su peso (siempre estamos comparando pesos similares).
A modo de ejemplo, destacamos que el primero tiene 9 metros y pesa 185
grains y el segundo tiene 10,50 metros y pesa 280 grains.
A tal complicación, sin entrar en el tema de los diferentes diseños
o formas de las líneas disponibles en el mercado, le debemos
agregar otro factor muchas veces no tenido en cuenta, el que se refiere
tanto al diseño de la caña como a los materiales utilizados
para su construcción, lo que le confiere a cada cual una acción
diferente, en tanto existen cañas que denominamos progresivas,
más tolerantes a ciertos excesos, como las de un diseño
más moderno o actual, de acción de punta (fast o extra
fast), las que se caracterizan por un butt (tramos inferiores) rígidos
y una punta (tip) relativamente blanda respecto de los primeros, las
que a nuestro criterio lanzan bien cuando la punta o tip de la caña
se encuentra en condiciones de curvarse adecuadamente y descargarse
para formar el loop.
Estas últimas son cañas que no se adaptan al tirador,
sino que por el contrario, el caster debe adaptarse a las exigencias
de la caña, ya que éstas requieren un pequeño arco
de lanzamiento, un preciso momento de arranque al comenzar el lanzamiento
hacia adelante con una abrupta parada en el forward cast, quebrando
la muñeca lo menos posible, de allí que la parte importante
de la caña, con la que se ejecuta el lanzamiento es el tip, lo
que requiere considerable concentración por parte del lanzador.
De tal modo, en caso de sobrecargar de peso a estas cañas extra
fast, se corre el riesgo de que la puntera trabaje vencida, entregando
la falsa sensación de que hay que agregarle más peso,
y por consiguiente aumentamos el número de línea a lanzar,
causando un efecto inverso al buscado, pues cuanto más peso le
ponemos, la caña no mejora sino que tiende a tirar peor. Es que
al agregarle mayor peso anulamos el efecto buscado por el fabricante
de la caña, quien ha realizado múltiples pruebas antes
de arribar al proyecto definitivo, y la ha diseñado para que
su puntera o tip trabaje para formar un pequeño loop bajo determinadas
condiciones (léase un peso determinado), aspecto que queda anulado
al sobrecargarla por cuanto con ello obtenemos una caña mas corta
(el tip queda anulado) y lanzamos sólo con el butt, que es extremadamente
rígido, por lo que no responde ni se dobla con ningún
peso (salvo una plomada de 250 gramos).
Por lo antes dicho, con relación a estas últimas, pensamos
que resultan intolerantes a los excesos de peso; por el contrario, una
caña progresiva potente no sólo perdona más los
errores del tirador, sino que es menos exigente y tiende a soportar
mejor los excesos de peso que se le impongan, dentro de lo razonable,
aún cuando también en ellas un exceso de peso ha de traducirse
en un acortamiento de la caña al aumentar su curvatura en el
acto del lanzamiento, y a su vez, una enorme dificultad en obtener un
loop cerrado con sus consecuencias en la distancia de lanzado. La ventaja
de la extra fast es que transmite mejor la energía y en manos
de un tirador muy ducho aumenta el largo del lanzamiento, con un mínimo
de arco de lanzamiento efectivo, ésta es su ventaja más
considerable.
Volviendo al tema inicial, no es sólo cuestión de agregarle
más peso del que corresponde al que tiene marcado la caña,
ya que a veces hay que disminuirlo, como en el caso que hemos citado;
es decir hay que probar con pesos superiores e incluso inferiores a
los recomendados por el fabricante, y ver donde el tirador, según
su estilo aunado al diseño de la caña, logra su mejor
equilibrio y rendimiento. Lamentablemente al perder el común
denominador de pesos, hay que tomarse el trabajo de hacerlo con la ayuda
de una balanza de precisión que nos oriente por el más
adecuado, y conocer con certeza el que le corresponde a aquella línea
que tenemos en nuestras manos, y así buscar el óptimo,
ya sea para la pesca o para el lanzamiento, dos materias diferentes
entre sí a nuestro modesto entender.
Así, consideramos que las cañas de última generación,
extra duras, extra fast, son excelentes para practicar lanzamiento porque
nos exigen perfeccionar el timing al máximo, pero cuando vamos
de pesca por varios días debemos tener en nuestros planes optar
por una caña más amable.
Va de suyo que el elemento fundamental es el lanzador, un buen caster
siempre ha de hacer maravillas con casi cualquier caña que le
proporcionemos, aún cuando se encuentre con cierto desbalance.
Es el caster y su biomecánica los que definen un buen tiro, mas
un adecuado equilibrio entre los elementos ciertamente ayuda a que las
cosas resulten un poco más fáciles.
En relación con todas estas ideas, consideramos que no tiene
mucho sentido establecer un número de caña para un torneo
de lanzamiento de distancia, pues en cambio lo que debería determinarse
con toda precisión es el peso máximo a lanzar, el largo
máximo de la caña y del shooting a utilizar durante el
mismo, como el diámetro del running line exclusivamente. Pensamos
esto no sólo porque la vara puede estar marcada con una denominación
errónea ya sea accidentalmente o no, sino también porque
no tenemos manera de comprobarlo en el momento del certamen, sin dejar
de señalar que una caña que tira una línea 11 con
solvencia difícilmente podemos categorizarla como una número
8.
Por último, gracias al advenimiento de las nuevas balanzas para
pesar líneas, es sencillo controlar su peso y no sólo
su largo, previo a su utilización en el día de la competencia.
La balanza tiene la ventaja también de permitir calibrar el peso
de un shooting cuando recibe unos grains extras como resultado de agregar
algunos pies de leaders de hundimiento como los de tungsteno o los de
cable de acero.
Con lo expuesto esperamos abrir un debate que nos enriquezca a todos
y los esperamos en Palermo para seguir experimentando.
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