Boletín Mosquero 70

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Información General

Pequeña Stonefly

Mosca atada por Humberto Torelli

Anzuelo: Mustad 94840 #18
Hilo: Waxed Blue dun 70
Cuerpo: dubbing gris
Wing case: rafia marrón
Cola y patas: biot de pavo

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Nuevos Socios

Activos
1498 VAZQUEZ, José
1499 FRUGONE, Sergio Javier
1500 CABRAL, Luis Esteban
1501 VILLAR, Daniel
1502 SCHWINT, Nicolás
1503 ROSSI, Daniel
1504 MAHARRAONI, José Luis
1505 LAMBRUSCHINI, Juan Roberto
1506 CHAPADO, Néstor Daniel
1507 POMPILIO, Augusto Juan
1508 PENAS, Hugo Ángel
1509 MATRICHUK, Mauro
1510 ASENDO, Hernán
1511 GIACOMO, Diego
1512 CARRIQUIRI, Alfredo
1513 JACOBO DILLON, María Agustina
1514 JACOBO DILLON, María Lucia
1515 ORBAN, Alejandro
1516 CAMPO, Gonzalo
1517 CENTURIÓN, Daniel Haroldo
1518 SIGRIST, Marcelo
1519 JACHADURIAN, Sergio Pedro
1520 DASSO, María Victoria
1521 SANZ, Luis Alberto
1522 TRAPÉ, Edgardo
1523 ROSSI, Bruno
1524 LEDESMA, Daniel Gustavo
1525 OTERO, Cristian
1526 GUERRIERI, Héctor
1527 BEATTY, Joseph
1528 CALICCHIO, Hernán
1529 DE PALMA, Nicolás
1530 GIROUD, Santiago
1531 SANTEUSANIO, Carlos Alberto
1532 KURSZ, Luis

Cadetes
2044 POMPILIO, Patricio
2045 MANUELLANOS, Juan Ignacio

Adherentes
3116 FLORIANO, Federico

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La AAPM en la 18º Feria Internacional de Caza, Pesca, Tiro Deportivo, Cuchillería, Coleccionismo y Outdoors.

Entre los días 1 y 9 de agosto se llevó a cabo la Feria Internacional de Caza, Pesca, Tiro Deportivo, Cuchillería, Coleccionismo y Outdoors, en el Pabellón 6 del Centro Costa Salguero y como ya es habitual la AAPM fue una de las entidades auspiciantes del evento.

Nuestro stand fue visitado por un gran número de concurrentes, las demostraciones de atado de moscas, los videos de pesca y los suvenires fueron parte de la atracción.
El stand estaba ubicado frente a la pileta de casteo, dónde pudimos hacer demostraciones de lanzamiento para completar la sensación de pescar con mosca a los numerosos interesados que se acercaron.
El resultado fue altamente positivo, esperamos repetir la experiencia en próximas ferias.

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COCTEL 35 ANIVERSARIO

En un clima de cordial camaradería, el día 23 de julio se realizó en nuestra sede la celebración del 35 aniversario de la AAPM.
Respondieron un número importante de asociados a la convocatoria, disfrutando de una grata velada en un clima de entusiasmo y alegría.
Durante la celebración se contó con una exposición de la obra de Héctor “Toti” Palmer y una muestra de moscas realistas de Marcelo Malventano.
Expresamos nuestro agradecimiento a todos los asistentes al cóctel y especialmente a los amigos y comerciantes que hicieron las donaciones de los productos sorteados entre los concurrentes.

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CURSO INTEGRAL DE PESCA CON MOSCA

Se encuentra en pleno desarrollo con un notorio número de participantes, el 2do ciclo del Curso Integral de Pesca con Mosca, que consta de 3 etapas, y un post finalización de Curso
Organiza por etapas, el curso es integral, no se toma por módulos, es un curso completo.

Primera etapa
Iniciación a la Pesca con Mosca: Teórico de 5 sesiones desarrolladas los días miércoles en nuestra sede.

Segunda etapa
Lanzamiento: Práctico de 5 sesiones desarrolladas en el nuevo circuito KDT, los días sábados.
Estas primeras dos etapas están interrelacionadas.

Post Finalización
Salida de Pesca: organizada por los alumnos del Curso y coordinada por la AAPM

Tercera etapa:
Atado de Moscas: Teórico con Práctica desarrolladas los días sábados en nuestra sede.

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CONCURSO ABIERTO DE ATADO DE MOSCAS 2009

Les recordamos que tienen tiempo hasta el día 12 de noviembre de 2009 para presentar las moscas del Concurso Abierto de Atado de Moscas.
Dicho concurso anual, está abierto a todos los profesionales y aficionados de nuestro país, sean o no socios de nuestra institución, destacando que la inscripción es libre y gratuita.
Dentro del mes siguiente a la finalización del término para presentar las moscas, se expondrán todas las moscas presentadas y el jurado anunciará los ganadores.
Para mayor información consultar nuestra web: www.aapm.org.ar

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Nueva Zelandia

por Antonio Lynch

Un viaje comenzado a planear hace algo más de 1 año, buscando un destino con buena fama y de pesca de truchas, en ríos muy técnicos, donde se pesca exclusivamente upstream, solo con líneas de flote, con ninfas y/o secas.
Sabíamos que sería muy exigente, para pescadores avanzados, por la exigencia que demanda en castear y por concentración en indicadores de pique, presentación de los tiros, hasta con dropers, de ninfas lastradas. También exigente en cuanto a estado físico, ya que se camina mucho, y sobre piedras redondas y grandes en orillas y vadeando.

El viaje Buenos Aires – Auckland, muy bueno, directo sin escalas por AA, 14:30 hs de vuelo de ida y 11:30 hs de vuelta, volvemos a favor del viento y de la rotación de la tierra.
Pisando Auckland uno se siente instantáneamente confortable, se percibe el orden y seguridad sin estar pensando en ello.
Mañana siguiente partimos hacia la ciudad de Nelson, en el norte de la isla Sur, sobre un mar lindísimo con praderas y montañas saliendo ya desde la costa. Los poblados son muy lindos, con unas rutas impecables que los atraviesan. El verde es impactante, se combina muy bien entre el verde de bosques y praderas de raygrass y tréboles rojos con ovejas y vacas, ciervos inclusive en campos alambrados especialmente, lo salvaje y lo manejado.

Se ven ríos por todos lados, cada tantos km aparece uno que viene de otro valle, y así sucesivamente. Ríos de buen ancho y caudalosos, muy transparentes.
Owen River Lodge: da sobre el río del mismo nombre, dentro de un valle con una vegetación espectacular, muy cómodo, muy lindo y muy bien atendido. La comida 10 puntos! Los cuartos amplios y muy confortables!
La Pesca: salimos a las 8 de la mañana después de un buen desayuno, 2 pescadores por guía, agarramos la ruta, a ríos entre media hora a una hora de distancia del lodge. Pescamos en la zona por 4 días, en 4 ríos distintos uno mejor que el otro. Caminamos siempre río arriba, los guías adelante señalándonos de arriba de las barrancas o rocas donde estaban las marrones. Casi siempre utilizamos ninfas atadas tipo droper o sea 2 ninfas, la primera lastrada con bead head, la segunda mas liviana ya que la llevaba abajo la primera. Casi siempre ninfas de mayflies, aunque a veces también de cadies! Por supuesto con indicadores de pique, ya que no hay otra forma de detectarlo, juntando línea rápidamente por la velocidad de la corriente y levantando la caña en cuanto se veía un movimiento en el indicador! Siempre muy veloz, ya que si no se perdían los piques. Una vez que tomaban las peleas eran muy vigorosas, por la energía de las truchas y del río!! Siempre se agarraban con redes y los tippets utilizados en general eran de 4X. Las moscas de tamaño 14, 16 o más chicas! Después del primer día conociendo solo lo que habíamos hecho nosotros 2 con nuestro guía, pensamos, si el resto habría caminado tanto y entre piedras como nosotros, y así fue, creo que a pesar de lo que comimos esos días nadie subió un gramo! Good exercise!
A la vuelta se podía optar por ducha y copetín o como bien hicimos David y yo un buen Jacuzzi mirando las montañas con cerveza neozelandesa!!! Insuperable!!!!

Después de esos 4 días en la isla sur volvimos a Nelson a tomar el avión doméstico a Taupo, donde nos instalaríamos en el Tongariro Lodge, el más afamado de la isla Norte, con instalaciones de primer nivel, y con un restaurante muy gourmet! Muy bien recibidos, nos dieron un cuarto individual a cada uno!
Por supuesto bar y copetín antes de exquisitos menús! La comida siempre a las 19:30 de la noche como es costumbre!
Pescamos el Río Tongariro, a diferencia de la isla sur, aquí además de marrones se ven arcoíris, que dan un poco más de actividad a los pescadores. Utilizamos más secas que en la isla sur, ya que tomaban muy bien, también a pez visto. Se usa mucho moscas secas grandes atractoras, algo semejante a imitación de cigarras, que se escuchan en todo el río!
Hemos levantado muchas arcoíris y algunas marrones muy lindas y fuertes. En esta isla mi compañero de pesca fue Roy Scott, con quien he disfrutado tanto como con David en la pesca de la otra isla.
Con Roy hicimos un programita extra, que fue tomarnos un helicóptero para pescar en ríos inaccesibles de alguna otra forma. Estuvimos en un río de ensueño, con pools de agua transparentes, que parecía peceras, donde nos dedicamos también con ninfas y secas a sacar truchas, no era fácil, pero Roy tuvo unos lindos piques, peleas (sobre todo de una marrón muy importante, y capturas de un par de lindísimas arcoíris, y yo saque mi mejor arcoíris de la isla norte. Obviamente esto esta documentado. Pescamos río arriba hasta llegar al lugar donde nos buscaría el helicóptero a las 18 hs. Y donde había un pool con unos submarinos cazando secas, increíbles. En ese pool, un buen tiro con atractor hizo que la trucha sacara la boca, la tomara y peleara hasta salir en la foto!

El último día fuimos al río Wahakapapa a una hora del lodge, más o menos. También lindísimo, con unas marrones alucinantes. Ese día pescamos muy bien, yo saque una muy linda marrón, que peleó ferozmente en las aguas blancas del río. Roy prendió primero una arcoíris en un rápido que la tuvo que seguir corriendo río abajo, a los tropezones, pero con total éxito. La nota del fin de la jornada la dieron los lomos y cabezas de las marrones del otro lado del río comiendo una eclosión de mayflies que había comenzado. Había que llegar con un cast de más de 25 mts y tratar de hacer el mend más amplio posible para que la mosca flote naturalmente unos metros. Roy logró su Brown al rato de tirarles. Cuando el sacó, me toco el turno y prendí la mía. Fue realmente esas tardes y esa pesca que no se dan muy seguidas y de las que no se olvidan!!

Los sacrificados viajeros

Salimos del Tongariro lodge, fuimos al Millenium Hotel en Taupo, con vista sobre el lago y con un restaurante soberbio en cuanto a selección de platos, hasta la mañana siguiente donde tomamos nuevamente el avión para volver a Auckland!
En Auckland nos acomodamos en el Heritage Hotel, muy bien, cerca del puerto donde íbamos a almorzar y comer, además de recorrer la zona, salir a navegar en un velero de la American Cup, visitar la isla Waheke con sus playas y viñedos.
NZ: Un lujo! Donde se aprendió mucho en cuanto a pesca. A veces, con sudor y lagrimas!

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Mi primer viaje al Caribe

Por Coco Funes

Quiero agradecer a los que me entusiasmaron con la idea y luego me aconsejaron con pequeños detalles, los que a la hora de pescar se agigantaron; a los amigos que colaboraron con regalos, accesorios, moscas y a los que generosamente me ofrecieron todas sus posesiones, pues entiendo que de alguna manera ellos sentían que no solo que ayudaban, sino que participaban en él, de alguna manera; y así fue pues los llevaba en este mi primer viaje de pesca al Caribe.
También rescato a mi compañero de pesca, quien me aconsejo y organizo el viaje, el que seguramente debe haber regresado para internarse en algún psiquiátrico debido a mi ansiedad.
Pues entonces va mi agradecimiento para aquellos que participaron en mi viaje Goyo Dunayevich, Gonzalo Galán, Juan Dell Oro, Daniel Riesgo, Tito Barone, Javier Alurralde y tantos otros.

Como es natural comencé a viajar y pescar mucho antes de la fecha de partida, seguramente por la natural ansiedad, más también había que conseguir las moscas; el tippet; las cañas, reels y demás accesorios.
Tenía planeado un viaje de vacaciones durante el transcurso del mes de Mayo en familia a Méjico D.F., y luego, en la ultima semana y ya en Cancún, se acoplaba mi compañero para incursionar 4 días de pesca en Isla Blanca y luego pasar a disfrutar de 2 días más en Cozumel.

Pero todo ello fracasó debido a la gripe que azotaba México, lo que obligó a postergar el viaje hasta el 12 de Junio, una fecha que si bien no es mala para pescar sucede que el tiempo comienza a desmejorar, y parecía el principio de la temporada de huracanes, muchas nubes lo que dificulta el avistaje de los peces, más por suerte no paso a mayores.
Al final de tantas postergaciones finalmente el día esperado, partimos de Ezeiza haciendo escala en Panamá, y luego de allí a Cancún donde nos examinaron para ver si no viajábamos con fiebre, arribando entrada la noche y luego taxi y al hotel preparándome mentalmente para el día siguiente, nervioso y evaluando los consejos recibidos; no pude con el genio y ni bien llegue comencé a preparar las cosas para el día siguiente, no quería olvidarme nada.

Al amanecer ya estaba en pie, y a las 6 AM en punto arribo nuestro guía, Humberto, un hombre curtido por el sol, unos cincuenta y tantos, flaco pero fibroso, luego de un corto saludo y las presentaciones habituales y la sigilosa y mutua evaluación previa entre guía y pescador -teníamos por delante 4 días de convivencia-, partimos.
Nos desplazábamos en camioneta unos 40 minutos hasta llegar a Isla Blanca, un corto muelle donde nos aguardaba nuestra embarcación… un bote a motor de unos 6 metros, amplio con una buena proa sin obstáculos para lanzar.
De inmediato armamos nuestra caña 8 y también la 10 para pequeños tarpones, y como sucede casi siempre, el guía tras examinar nuestra caja de mosca frunce el ceño y nos entrega alguna atada por él, pues no se entusiasmó con ninguna de aquellas que mostramos.
Por las dudas en el viaje le había dicho que de pescar en el mar no sabia nada, que esta era mi primera vez, así que él debía hacer un esfuerzo para sacar adelante esta situación.

Es que soy un viejo pescador de truchas y si bien mis amigos me habían llenado de consejos y anécdotas, entusiasmándome para ir, no le había dado demasiada importancia a varias de las cosas que luego me ocurrieron, por ejemplo que el estilo de los guías es diferente a aquél que estamos acostumbrados aquí, la ayuda no arribaba como yo quería pues la información venia en grageas homeopáticas, un lento goteo que no era lo que esperaba.

Más con el devenir de los días las cosas mejoraron bastante, pero la primera impresión fue que las mosca no servían, que los leaders no eran lo más indicado, que el casting era deficiente y que pescábamos peor….cosa que de alguna manera era cierta, un aspecto que a mi parecer el guía debía tratar de solucionar.
Como pescador de trucha puedo decir que la pesca de mar es diferente, y si bien en nuestro Sur el agua es clara en el Caribe lo es mas; también es cierto que el pez se mueve rápida y constantemente y por tanto hay que ser muy rápido para castear e intuir su desplazamiento errático que hace que muchos de nuestros lances caigan en un lugar equivocado, o peor aún, lo espantan…
Hay que acostumbrarse a anticipar absolutamente todo, a castear más rápidamente y de manera diferente, pues como es muy clara el agua nuestro casting no debe ser con la caña en alto, sino con la caña baja y paralela a la superficie del agua.
Un aspecto capital en que nuestra mosca debe depositarse haciendo el menor ruido posible, está terminantemente prohibido aporrear el agua con ella… por último, tener presente el viento arrachado de mediana intensidad con orientación cambiante todo el día con moscas lastradas y leaders (en el caso de la pesca de Bones) de 12 pies o más bastante descompensados.

Por sugerencia del guía en Cozumel atamos a la línea 2 pies de unas 40 libras y el resto de 12 libras sin ningún tipo de nudo… lanzar este leaders, con viento, en 1 o 2 falsos lances y paralelo al agua fue en principio complicado, si bien con ellos la mosca caía al agua bastante más delicadamente que con los cónicos tradicionales…
Los lugares de pesca son en general manglares con excepciones donde lo hacemos sobre playas o desde algún banco de arena.
La pesca tanto en Isla Blanca como en Cozumel no fue abundante, en general unos 4 peces por día y perdiendo unas 15 posibilidades de pesca por falsas clavadas, sobre todo en el caso de los tarpones que tienen su boca muy huesuda.

Más tuve la suerte de encontrarme con 3 grupos de Permit comiendo sobre una playa de arena y en aguas muy claras… todo un espectáculo!!!, sus aletas asomando en superficie, el lance, la tomada y posterior pelea, maravilloso…. en ese caso perdí varios ya que cuando toman nuestros cangrejitos los aprietan con tanta fuerza que giran el anzuelo sobre su eje perdiendo la posibilidad, pero de todos modos pude clavar 2 que hicieron lo que quisieron desplazándose en sus corridas arriba de los 60 metros…. uno de ellos al darme ese espectáculo se cobra rompiendo la caña.

En cuanto a tarpones el de mas relevancia fue uno que no saque (como siempre ja..); fuimos a una zona de manglares con abundante vegetación, muchos canales que unían a diferentes lagunas interiores entre si; y fue allí donde al ingresar en una de esas lagunas veo a un costado, a no mas de 18 metros, un canal que ingresa e inmediatamente asoma un grupo de 4 tarpones uno de ellos bastante grande (12 kilos); el guía acomoda el bote y me dice que lance delante de ellos pero que no pase la línea, solo el leader, y allá va mi mosca en un tiro que en principio fue desastroso pues aterrizó bastante más abierto de lo que debía, y con tan mala suerte que la mosca paso un pequeño montículo de pasto que asomaba sobre el agua…. el guía refunfuño por lo bajo por no decir que saludo a mi parentela, pero encomendándome a Tata Dios la traigo muy despacio y la mosca cruza los pastos sin engancharse ni traer nada enganchado…. mi corazón golpeaba mi pecho de una manera infernal…es allí donde el guía me dice por lo bajo!!!!! pégale un tirón largo a la mosca para que la vean y luego tráela con tirones cortos……mi cabeza explotaba pero obedezco… le imprimo un largo tirón y es entonces que el tarpon mas grande gira 90 grados y se dirige a ella, en su desplazamiento muy en superficie el agua se desplaza como si viniera un torpedo en mi dirección a toda maquina….. el guía me grita clava!!!!!! y mi mano izquierda le da un tremendo tirón a la mosca y siento que esta se detiene en seco!!!!! clavo de nuevo con la mano y otra vez!!!!!…. el tarpon ni mosquea pero siente los tremendos sacudones en su boca y es así que  gira 180 grados y sale amigo!!!!! a una velocidad como yo no había visto jamás salir a un pez!!!!!!!!!… sostengo la línea con mi mano enguantada todo lo que puedo hasta que ingresa al carrete y este es accionado mientras sostengo la caña N° 10 ya levantada…todo el equipo estaba regulado como para algo así….. ingresa por un canal entre manglares como a 50 kilómetros a la hora llevándose a su paso todos los palos y ramas que encuentra… el ruido es alucinante y luego nada… me corto.

Quedo temblando descolocado y por un instante maravillosamente feliz…eso es un pez me dije…, es lo que quiero!!!!!, así que cuando pueda voy por mas y cuando digo mas es porque quiero mas grandes.
Salvando el primer día de incomprensión con los guías, que luego mejoraron en su cordialidad (debe ser que se dieron por vencidos) todo fue maravilloso, México no esta caro, los precios son muy parecidos a los nuestros, así que les aconsejo ir ya que es una nueva experiencia que califico de imperdible.

El equipo que lleve fueron dos cañas Redington 8 y 10 y dos reels Vosseler para las mismas con líneas para mar de flote Airflo y una intermedia de Scientific Anglers que no use. Leaders y tipet Sufix de Fluoro Carbón que son excelentes. Las moscas típicas como cangrejitos, camaroncitos y para los tarpones unos streamers de pluma no muy grandes en colores negros, rojos y blancos.

Lleve sombrero con protección de nuca, cogotera de ciclista para proteger el cuello y nariz del sol, un par de anteojos color ámbar y debería haber llevado unos amarillos para obtener mayor contraste, por que tuvimos días con bastante nubes.
Repelente para mosquitos no debe faltar, como así tampoco crema solar factor 50, crema de cacao para los labios y guantes para el sol y también de cuero para clavar sin que te corten la piel de los dedos.

Unos de los guías ya que fueron dos los que nos guiaron en Isla Blanca, trabaja también en Holbox lugar de pesca de tarpones grandes y cuando digo grandes me refiero a mas de 30 kilos, bueno en el transcurso de las horas convividas arriba de la embarcación me contó de increíbles accidentes pescando estos gigantes… por ejemplo que a un pescador se le enredo la línea en un dedo del pie y el pez de un tirón le corto el dedo, a consecuencia de esto no dejan pescar descalzo… en otra ocasión un tarpon toma la mosca y sale a mil con ella… la línea que normalmente tenemos suelta sobre la cubierta es traccionada con tanta velocidad que se hamaca de un lado para el otro y en el caso que les cuento engancha el brazo de alguna manera arrojando al pescador al agua… es por eso que los guías llevan un pequeño cuchillo como elemento de seguridad.
Hasta la próxima.

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Sardina

por Gregorio Dunayevich

Este pattern me dio un resultado sorprendente pescando dorados. Proviene de la pesca en agua salada, y se ata en variados colores y tamaños.
Mi amigo Bob Grayson quedó también gratamente sorprendido. El viene una o dos veces por año desde la Florida, a pescar dorados a Goya, en compañía del guía Carlos Scheller. En los últimos cuatro viajes de Bob, pude emparejar sus dotes excepcionales de pescador con mosca gracias a la sardina.
El uso del weedless es muy recomendable para Salminus Maxillosus, ya que el dorado toma con gran fiereza, situación muy conocida por quienes pescan con señuelos, ya que rompen cuerpos, triples, llaveros y paletas. Así, disminuimos los enganches en lugares indeseados. No tengo mayor pérdida de piques desde que lo uso y tengo menos dolores de cabeza con camalotes y otras plantas.

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Materiales:

Anzuelo Eagle Claw 254 SS 3/0
Invisible thread.
Alambre de acero de 0,3 mm
Kanekalon blanco y azul
Flashabou perlado y azul
Krystal Flash verde y negro
Peacock herl
Cyanocrilato.
Plastic eyes 7,5 mm
Epoxi transparente
Todos los materiales expuestos aquí son optativos, solo doy una opción, mientras que la idea central es imitar un pececito con los sucesivos mechones.

Secuencia de atado

1 Este paso puede posponerse para el final del atado, antes de dar la última mano de epoxi. Simplemente consiste en doblar un extremo del alambre de acero para colocar el weedless, y afirmarlo fuertemente al anzuelo.

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2 Atar un primer mechón de kanekalón blanco, al que previamente incorporamos- mezclándolo- unas hebras de flashabou perlado o transparente.

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3 Incorporamos un segundo mechón del mismo material. O mejor dicho, de combinación de materiales. El flashabou brinda interesantes reflejos del color circundante, en este caso, el blanco.

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4 Ahora seguimos con el mismo tema, pero por debajo del anzuelo. Es importante que vayamos agregando material ya sea por arriba o por abajo del shank, para ir dando una forma chata a la sardina.

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5 Nos vamos desplazando hacia delante, ahora con kanekalón azul, previamente mezclado con flashabou azul.

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6 Vamos ahora a un primer mechón de peacock herl, mezclado con kristal flash verde.

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7 Un último mechón blanco por debajo, ya llegando cerca del ojo del anzuelo.

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8 El segundo y último mechón de peacock herl, esta vez mezclado con kristal flash negro.

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9 Vista general de lo hecho hasta el momento.

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10 Cortamos con tijera en forma diagonal, previo peinado con peine antiestático.

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11 Pegamos los ojos plásticos, a los que previamente quitamos el vástago. Podemos pegarlos con epoxi o con cyanocrilato.

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12 Cubrimos la cabeza con epoxi transparente. Cuidamos de no quitar gap del anzuelo con epoxi. Doblamos el alambre para proteger la punta del anzuelo.

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La avispa sierra o gusano del sauce

por Javier Alurralde y Jorge Michelini

La pesca en el Río Malleo nos sorprende en cada visita recibiéndonos de modo diferente y regresamos con las nuevas experiencias adquiridas, nunca ingresamos al mismo río dos veces, con cada incursión surgen nuevas incógnitas a develar.
Este verano de caudal escaso para la época discurría muy lento, más que en otras oportunidades. Su oxigenación no era la mejor pues a lo largo del día, con el paulatino aumento de la temperatura, el agua disminuía su capacidad de retención de oxigeno, elemento vital para la actividad de los peces.
Por ello, las truchas se aquietaban conforme pasaban las horas y algunas se instalaban en sitios de aguas más rápidas para descansar, seguramente por su mayor oxigenación, oportunidad en que una ninfa bien lastrada dio buenos ejemplares en sitios que normalmente hubiéramos pasado por alto.
Pero llamaba la atención que en algunos lugares del río, que en nada se correspondían con los antes descriptos, había claros síntomas de actividad, casi imperceptibles las truchas se movían detrás de los sauces en pools muy tranquilos.

Cuando nos acercamos a observar constatamos que las truchas se concentraban en buen número detrás de determinados sauces comiendo constantemente, sin pausa, formadas en perfecto orden y enfiladas hacia la corriente, las más grandes por delante y las pequeñas atrás, tratando estas de tanto en tanto de entrometerse, oportunidad en la que recibían sus buenos correctivos por los mayores para colocarlas en su lugar. Los hábitos de mayorazgo y territorialidad resuelven por la regla del más fuerte cualquier disputa por la pertenencia del alimento.
Estas truchas estaban comiendo el conocido gusano verde que caían al agua cuando las ráfagas de viento sacudían las ramas del sauce, una fuente de alimento que las truchas no desaprovechaban.
Los gusanos flotaban por un tramo sin romper la tensión superficial, y luego de un trecho, se hundían lentamente siendo tomados por las truchas tanto sobre la superficie como por debajo de ella, en toda la columna de agua durante su descenso.
En cambio aquellos que ya reposaban en el fondo, ahogados, fueron despreciados, no observamos ninguna trucha removiendo el fondo para tomarlos.

De regreso y producto de la curiosidad hemos intentado conocer algo más de nuestro gusano, cuncuna o falsa oruga del sauce, que es en realidad una plaga dañina llamada Avispa Sierra, con una amplia dispersión en la Argentina, atacando tanto a los sauces como álamos y que su nombre científico es Nematus oligospilus Foerster (= N. desantisi Smith), y que pertenece al Orden Himenoptera.

Más allá del incierto momento de la aparición del sauce mimbre (salix), propio de la cuenca paranaense en los humedales patagónicos, es un hecho avasallador su progresivo avance natural por la rivera misma de los cursos de agua que frecuentamos en nuestras incursiones de pesca. Así lo denota el simple cotejo del desarrollo actual, con las fotografías anteriores de los pesqueros preferidos.
Asimismo a principios de los años 80 empezó a registrase en el valle inferior del río Chubut este insecto particularmente agresor de sauces y álamos, catalogado como especie nueva. Su irrupción fue tan invasiva que se extendió de forma masiva y en pocos años hasta la provincia de Buenos Aires por un lado y hacia el norte y Chile por el otro.
En los ríos Malleo, Alumine y Collón Cura, presenta este fenómeno marcada intensidad, disminuyendo hacia el Limay medio, donde hasta ahora no altera de manera notoria los hábitos alimenticios de las truchas.

Interesa al pescador en los ríos patagónicos su estado larval en la forestación ribereña, por constituir una importante fuente de alimento para las truchas, pues es tal su abundancia que gratifica en rendimiento su escaso tamaño y también la avispa adulta que aún siendo insecto terrestre puede alcanzar el agua.

Los sauces (Salix) resultan su predilección, más excepcionalmente se los ha visto comiendo hojas de álamo, cuando no hay disponibilidad de sauces.
Durante el transcurso de la temporada anual producen varias generaciones o ciclos dependiendo de los lugares, cuanto más aptos sean más generaciones o ciclos anuales habrá. Por ejemplo en Mendoza hay entre 3-4 generaciones por año: en la zona del Delta 6-7 y en Tucumán 4-5.
El período embrionario, luego de que la avispa coloca sus huevos en la hoja, se prolonga aproximadamente 7 días, en que vemos las larvas neonatas y una vez que cobran fuerza se dirigen al borde de la hoja, donde se sujetan con fuerza comienzan a comer. El estado larval dura 15-18 días. Luego teje un capullo sobre tronco, ramas o malezas, al principio translúcido, y donde al cabo de dos o tres días ocurre la transformación en pupa libre. A los 4-6 días emergen las hembras, que se reproducen parte no genéticamente. Los capullos formados en mayo se forman en la base del tronco o bajo la superficie del suelo, permitiendo de este modo tolerar las inclemencias invernales. Al llegar la primavera, de esos capullos emergen las nuevas hembras.
Es decir que en sus diferentes etapas podemos sintetizarla a tenor del siguiente cuadro y características:

Huevo: verde brillante recién depositado, oval o reniforme, tamaño: 1,5 a 2 mm de longitud. Él es transparente a incoloro, el color que se observa es el del embrión, el que a los 2 ó 3 días de depositado se torna pardusco.

Larva: 1er. estadio. Recién nacida es color amarillo pálido y su longitud es de 2 mm; posteriormente comienza a oscurecerse, mide 3/4 mm y adquiere la cabeza un color caramelo y el cuerpo verde transparente. Un par de ojos negros. Muda varias veces de tegumento incrementando su tamaño y asemejándose progresivamente en su coloración a la larva madura.

Larva Madura: tamaño 16/18 mm. Cabeza clara, la sutura epicraneal y las parafrontales de color negro, delimitando estas últimas un área color caramelo Ojos negros, en la parte superior de cada una de éstos nace una mancha alargada color marrón o caramelo. Cuerpo verde pálido con una fina línea lateral blanca. Patas torácicas amarillas.

Pupa: tamaño 7/8 mm. Libre con podotecas, pterotecas y antenas bien visibles. Ojos oscuros bien destacados, dentro de un capullo sedoso de sección semicircular, verde al principio y castaño al final del estado.

Hembra: Los aspectos más sobresalientes que facilitan su identificación son: tamaño: entre 5,7 a 8,1 mm de largo, con el cuerpo de color verdoso en su mayor parte. Cabeza verde amarillenta, mandíbulas largas y agudas de color castaño rojizo en la punta; las antenas son ligeramente menores que la longitud del cuerpo, de color castaño oscuro en el dorso y con tonalidad rojiza en la parte ventral, con nueve segmentos. Tórax desprovisto de pelos, brillante, amarillo verdoso, el dorso de color castaño claro. Alas transparentes y brillantes; patas verde amarillentas. Abdomen verde en su porción anterior, el resto amarillo, en especial los tres últimos segmentos.

En el inicio del ciclo anual la oviposición da comienzo en la primavera, siguiendo el ritmo de la brotación del sauce. En tal oportunidad la avispa inserta los huevos levantando la cutícula de la hoja; en una semana aproximadamente nacen las larvas que comienzan a alimentarse en el lugar del nacimiento, y más tarde, cuando crecen, se ubican en la posición que los pescadores conocemos, en el borde de la hoja continuando su alimentación.
Tras un período de tres semanas aproximadamente las larvas se empupan, tejiendo su capullo, Señalamos que las larvas hibernan cuando el período anual favorable concluye, dirigiéndose en la ocasión hacia el suelo para enterrarse durante el invierno.
Puede suceder que en una determinada zona se presente el insecto en varios estadios de desarrollo en el mismo momento, y por tanto podemos ver y pescar tanto con al adulto como imitando a la larva.
Es importante señalar que las zonas infestadas están localizadas y puede apreciarse a simple vista, pues hay sectores con sauces en buen estado y otros donde claramente se aprecia el daño que éstos insectos están causando a la planta, que queda prácticamente sin hojas. Hasta el fin del verano el árbol una vez desvastado por el insecto rebrota con nueva fuerza.
Personalmente hemos observado al menos en dos temporadas el avance progresivo de la plaga, siempre siguiendo el curso del río.

La trucha se alimenta de ésta especie en sus estadios más vulnerables tomando tanto la larva como al adulto, su escasa fuerza de sustentación reside, como oruga que es, en una serie de patas muy cortas. Los constantes vientos patagónicos dan la conjunción justa para su constante caída al agua, donde es bien apetecida por las truchas que se guarecen a la sombra del propio árbol en los mansos pozos ribereños.
Alimento abundante, aguas frescas y protegidas, es la formula que explica esta conmoción que la aparición del gusano trae aparejada en las zonas de pesca, hasta el punto de desinteresarse por su alimentación habitual.

La actividad de las truchas puede advertirse de inmediato, ya sea con parsimoniosas subidas o aún con los clásicos bulos de las tomadas por debajo de la superficie. Su estrategia consiste en permanecer expectante hasta que el insecto cae al agua y entonces se desplaza lo necesario para alcanzarlo y englutirlo sin más. No tiene prisa, pues el insecto no puede nadar ni hay corriente fuerte que lo desplace.
Los distintos patrones de atado han brindado variados modelos de imitación, todos ellos eficientes a la hora de pescar. Sin embargo es útil procurar junto con los modelos flotantes, otros de distinto hundimiento. Pues según las condiciones del momento, puede ocurrir que sean tomados como seca o como ninfa. En este último caso los indicadores de pique, resultan recomendables para estar advertidos de la sutil tomada y clavar en tiempo justo.
El adulto puede imitarse perfectamente (así lo hemos visto pescar a nuestro amigo Eduardo Atozqui) con una Humpy en tamaño Nº18, panza amarilla, más considero que cualquier mosca que flote pegada al agua con forma, tamaño y la coloración adecuada puede sustituirla perfectamente (por ejemplo Irresistible amarilla; Yelow Grayback; tal vez una Griffith Gnat en amarillo etc.), pensamos que en realidad la formula del éxito está en imitar las circunstancias, es decir, estar preparado para lanzar previo esperar la ráfaga, y producida ésta, tras un instante, arrojar nuestra imitación al sector adecuado donde observamos antes los signos de actividad.
Es una pesca de paciencia, oportunismo y presentación la que hemos visto que brinda buenos resultados, la recomendamos para aquellos que disfrutan de la mosca seca, no es necesario grandes cast sino que sean precisos para alcanzar el sitio correcto y que la mosca navegue correctamente como el natural.
Más la generalidad de los pescadores optan preferentemente por la imitación de la larva, y aquí el asunto tiene otras derivaciones pues respecto de los modelos la inventiva del atador es infinita.
A modo genérico podemos indicar que las imitaciones buscan un lograr efectos distintos, y así hay imitaciones de gusano flotante, en general realizadas en foam ya sea atadas de modo recto pero también los hay con curvas sobre el anzuelo.
También existen modelos de gusanos que se hunden, generalmente confeccionadas con chenille o ultrachenille, y una variación de éstos, si se quiere un poco más exquisita, que busca lograr que la imitación flote por un corto trecho y recién luego se hunda, atadas con un poco de foam o neoprene para que lo sostenga sobre la superficie, sin olvidar la búsqueda de tal efecto mediante las clásicas pastas flotamoscas, que andan bastante bien por cierto pero que generalmente dejan una indeseable aureola en la superficie del agua.

La característica común en todas las imitaciones del gusano consiste en que se atan en color verde flúor intenso, el color del insecto.
No es un detalle menor la elección del anzuelo según el efecto buscado y que en el párrafo anterior hemos descripto, pues éste deberá ser preferentemente muy livianos si se pretende que la larva trabaje en flotación sobre el menisco de agua y sin romper la tensión superficial, y podrá ser un poco más pesado si se lo confecciona para que se hunda, más es indeseable un anzuelo demasiado grueso pues recordemos que la actitud del gusano cuando cae al agua es flotar; debido a ello preferimos atar siempre en un anzuelo liviano de buen gap, en tanto que la variación de que se hunda o flote se impone con la elección de los materiales de atado pues no debe olvidarse que el momento de vulnerabilidad del insecto imitado se configura cuando éste cae al agua y flota un trecho, o se hunde lentamente en la columna de agua.
Hemos visto muy lindos modelos atados de diferente manera pero una vez en el agua no todos lucen tan bien si son mirados desde abajo, pues la forma no es nítida, se distorsiona un tanto y se nota el anzuelo, o quedan desdibujados por la superposición de objetos (anzuelo y vestido) quedando con una silueta o forma antinatural, a nuestro modo de ver, pues es distinta la silueta que pensamos posee el gusano en el agua.
Esto se aprecia si colocamos una mosca en un vaso de agua transparente y miramos la imitación desde abajo, allí se observa que, en general, la forma carece de una clara definición haciendo difusa su silueta circunstancia por la cual su contorno poco tiene que ver con un gusano flotante.
Otra característica relevante al momento de la imitación es la forma, pues es frecuente observar que posiblemente por una especie de shock térmico, el gusano se curva al tocar el agua.
Un interesante cambio de opiniones y múltiples modelos obran en la pagina web de la Asociación Argentina de Pesca con Mosca en el Foro de Atado, y vale la pena ingresar en él para ver las fotos enviadas, allí tendrán una mejor idea de las diferentes versiones, opiniones y modelos
Por lo tanto para el año venidero hemos de probar un nuevo modelo atando el chenille por debajo del anzuelo y una pequeña bolita de foam por arriba para que mantenga el sistema a flote; quizás funcione, o tal vez no, pero de eso se trata, de buscar el mejor modo de convencer a la trucha o, caso contrario, de pasar nuestro invierno en el cuarto de atado sumido en un nuevo diseño que mejore aquél que fracasó el año anterior, y que seguramente va resultar un éxito… una esperanza que muere y renace cada año. Tal vez algún día…

Algunos ejemplos de atado


Atado por Humberto Torelli


Atado por Humberto Torelli


Atado por Javier Alurralde


Atado por Mario Capovía


Atado por Javier Alurralde

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El Collón Cura

por Jorge Svencionis

Coordenadas Geográficas – GPS

1 – Entrada Alternativa
( S 39º 48’ 364” – W 70º 52’ 340”)

2 – Unión Malleo y Aluminé
( S 39º 49’ 915” – W 70º 52’ 282”)

3 – Unión Alumine y Catan Lil
( S 39º 53’ 393” – W 70º 50’ 332”)

4 – Máscara de Piedra
( S 39º 55’ 700” – W 70º 50’ 461”)

5 – Puente La Rinconada
( S 39º 49’ 798” – W 70º 50’ 071”)

6 – Lugar de Almuerzo
( S 40º 02’ 234” – W 70º 49’ 857”)

7 – Unión Chimehuín y Collón Cura
( S 40º 03’ 761” – W 70º 48’ 907”)

8 – Farallón Rocoso
( S 40º 05’ 828” – W 70º 46’ 873”)

9 – Salida Alternativa
( S 40º 06’ 086” – W 70º 45’ 164”)

10 – Paraje Balsa Vieja
( S 40º 06’ 970” – W 70º 44’ 852”)

El río Collón Cura es la continuación natural del río Aluminé y adquiere su nombre a partir de la confluencia del Aluminé con el pequeño río Catan Lil. En varias páginas web, relatos y también en artículos publicados en revistas especializadas se indica erróneamente que se forma de la unión del Chimehuín con el Aluminé y en otros casos que nace a partir de la confluencia del Aluminé con el Malleo. La cartografía oficial (Carta Nº 3972-36 del Instituto Geográfico Militar) es bien clara al respecto y ubica su nacimiento en el punto indicado.
Su nombre proviene de la lengua mapuche y significa “Máscara de Piedra” en referencia a una enorme roca que se encuentra en el cauce del río y que, según donde se la mire, aparenta la cara de un indio.
Desde su nacimiento en la desembocadura del río Catan Lil y hasta el comienzo del lago formado por la represa de Piedra del Aguila, donde vuelca sus aguas, tiene una longitud aproximada de 65 Kilómetros.
Si bien no es tan famoso como el Chimehuín o el Malleo, ni sus paisajes tan bellos como los del Traful o el Rivadavia, es un río que por lo rendidor, vale la pena pescar.
El Collón tiene un cauce ancho y es de fácil vadeo. Posee una variada anatomía donde se mezclan correderas, pozones profundos, grandes piedras en el lecho, suaves correntadas, pequeños canales y juntas de agua y donde además una gran parte de sus costas están cubiertas de sauces cuyas ramas y sombras sirven de refugio a muy buenos ejemplares de truchas arco iris y marrones.
Si bien existen una limitada cantidad de accesos públicos, donde caminando aguas arriba o abajo de los mismos puede practicarse el vadeo, la mejor manera de sacar provecho de este río es mediante una flotada.
La misma puede realizarse en compañía de un guía, aunque también puede flotarse en forma particular (de contar con las embarcaciones adecuadas) pues no presenta mayores riesgos al no haber obstáculos que obstruyan el cauce principal, como a veces los tiene el Chimehuín. Generalmente las flotadas guiadas de un día comienzan alrededor de las 9:00 horas y culminan cerca de las 20:00 horas.

Floto el Collón desde 1998 (con guía) y en forma particular desde hace cuatro temporadas y nunca me ha defraudado. Generalmente lo hago en los meses de enero y marzo, siendo este último mi mes preferido ya que merma la intensidad del calor y al bajar las aguas, se marcan muy bien las correntadas, correderas y pozones. El inconveniente es que en ocasiones, y con aguas muy bajas aparecen algas filamentosas recubriendo las piedras cercanas a las orillas que provocan más de un resbalón y además se adhieren a nuestras moscas y líderes dificultando la pesca. También se observa una mayor cantidad de pescadores, la mayoría de ellos extranjeros.
La cantidad de peces que un pescador “promedio” puede aspirar a capturar durante una flotada de un día es de alrededor de 15 piezas estando las mismas comprendidas entre los 500 g y los 1200 g de peso, la mayor parte de la variedad arco iris, aunque también es posible capturar algún ejemplar de trucha marrón mayor a los 2 kilos de peso.
Un pescador experimentado podrá capturar más de 30 piezas en una jornada de pesca. Todos los ejemplares son muy combativos y ofrecen una dura resistencia sin importar el tamaño de los mismos.
Este río alberga también una importante cantidad de percas, algunas de las cuales superan los 2 kilos de peso que pueden ser confundidas con una trucha marrón de muy buen porte durante los primeros instantes de la lucha.
Hacia el fin de la temporada, el Collón Cura nos puede regalar grandes ejemplares de trucha marrón migratoria las cuales remontan el mismo con fines reproductivos desde el lago que forma la represa de Piedra del Aguila. Si bien nunca lo he pescado en esa fecha, he visto fotos con truchas de más de 4 Kg.

Es importante mencionar que pesar de ser un río bastante concurrido, la calidad de la pesca no ha mermado con el transcurso de los años. Puedo asegurar que el tamaño promedio de las capturas se ha incrementado gradualmente gracias a que se ha respetado en gran medida la “Captura y Devolución” que indica el reglamento y a que los controles de Guarda Fauna son algo más frecuentes.

El Clima

Las temperaturas en enero varían mucho durante el transcurso del día. Comenzaremos a pescar alrededor de las 9.00 horas con alrededor de 15ºC para llegar a superar los 30ºC después del mediodía. Las temperaturas bajarán a cerca de los 25ºC cuando lleguemos al final del recorrido. A mediados de marzo las temperaturas indicadas bajarán entre 5ºC y 10ºC en promedio. En general, los días con viento y lluvia son muy ocasionales, especialmente en enero, aunque pueden levantarse algunas ráfagas fuertes pasado el mediodía para luego disminuir en intensidad una vez entrada la tarde. En pocas ocasiones lo he flotado con mucho viento, generalmente proveniente del cuadrante SO.
Debido a que la temperatura ambiente en enero es elevada, recomiendo el uso de wadders livianos y respirables, los cuales también pueden usarse en marzo con ropa algo más gruesa debajo de los mismos si las inclemencias del clima así lo requieren.

Equipos y Moscas

Para pescar bien el Collón y aprovechar cada sector del mismo es necesario contar en la balsa con al menos tres equipos distintos. Uno con una línea de hundimiento tipo Teeny 130 o Río DC 150 para streamers (Wooly Bugger, Morín o Matuka) en anzuelos del 6 al 8 preferentemente lastradas y con algo de brillo, otro con una línea WF de flote con indicador de pique y ninfas en tandem en anzuelos 10 al 14 y el restante con otra línea WF de flote con una mosca seca del tipo “atractora” (Madame X o Chernobyl Ant) en anzuelos del 8 al 12). En esta última podemos alternar con imitación de “Gusanito del Sauce” que resulta muy eficaz si colocamos los lanzamientos debajo de los sauces durante el mes de enero.
Las cañas a utilizar son del número 4 al 6 de 9 pies, siendo mi preferida la número 5 de acción rápida, ya que según mi experiencia es la que más se adapta a este río aún en días ventosos. Utilizo líderes cónicos de 7.5 pies para la línea de hundimiento y de 9.0 pies para ninfas y secas. El grosor del tippet siempre de acuerdo al tamaño de la mosca, aunque en la mayoría de los casos no es necesario bajar de un 3X.
Si debemos optar por pescar con un solo equipo, me inclino por el primero (línea de hundimiento y streamers) que es con el que más capturas y mejores ejemplares he obtenido.

Técnicas

La cantidad de refugios naturales (árboles, troncos y grandes piedras) que se encuentran en sus costas y en su cauce permiten pescarlo “a la pasada” arrojando la mosca bien cerca de los mismos y regulando la velocidad del bote para controlar la deriva, (manteniendo la velocidad de la corriente en el caso de pescar con ninfas y secas o frenando el bote cuando se pesca con línea de hundimiento y streamers).

No obstante, bajar del bote para pescar correderas y correntadas paga sus dividendos y a la larga resulta la técnica más productiva. Deberemos en ese caso relevar cada corredera y si no hay respuestas durante un corto lapso, continuar hacia la siguiente y repetir el procedimiento. Si el pique abunda, podremos extender nuestra estadía en la misma hasta que hayamos cubierto bien el lugar.
Vale también frenar la balsa y detenerse en sectores con grandes piedras sumergidas dejando profundizar la mosca ya que en esos lugares acechan muy buenos ejemplares.
Es importante mencionar que la mejor pesca durante el mes de enero la he realizado por la tarde a partir de las 15:00 horas, siendo entonces factible duplicar el número de las capturas obtenidas en la mañana. En marzo la pesca es más pareja a lo largo del día a menos que la temperatura ambiente sea muy elevada, en cuyo caso la pesca se activa también por la tarde.
Los tramos que podemos flotar son: 1) El que va desde la confluencia del Aluminé con el Malleo hasta el puente de La Rinconada (incluye 8 Km del río Aluminé) 2) El que va desde el Puente de La Rinconada hasta el paraje denominado Balsa Vieja y 3) El que va desde el paraje Balsa Vieja al Lago.

1 – Tramo Río Malleo / La Rinconada

Desde Junín de los Andes se accede al mismo tomando la Ruta provincial 23 en dirección a la localidad de Aluminé y luego de 15 Km de camino asfaltado y apenas cruzado el puente sobre el río Malleo, se dobla a la derecha por un camino de tierra de regular estado que nos lleva a la confluencia con el río Aluminé tras 18 Km de marcha (previo pago de un módico “derecho de tranquera” cobrado por los integrantes de la comunidad mapuche que habita en la zona).
Si bien sus 24 Km pueden flotarse en un solo día, aunque casi exclusivamente “a la pasada”, para pescarlo en forma minuciosa se requieren de dos días de navegación (con campamento nocturno), especialmente si se comienza la flotada un par de kilómetros aguas arriba de la unión del Aluminé con el Malleo.
Por este motivo, y por lo limitado de sus accesos recibe menor presión de pesca, aumentando la posibilidad de dar con algunas marrones por encima del promedio.
Las distancias parciales a recorrer son: Río Malleo / Río Catan Lil = 8 Km y Río Catan Lil / La Rinconada = 16 Km.
En este tramo y unos 5 Km aguas abajo de la confluencia con el río Catan Lil encontraremos la famosa “Piedra” que mencionara anteriormente. Después de la “Piedra” nos encontraremos con una buena cantidad de correderas y correntadas siendo a mi juicio la mejor parte de este recorrido. La sombra que los sauces proyectan sobre la margen derecha del río una vez entrada la tarde nos permitirán emplear con altas posibilidades de éxito el equipo armado con línea de flote y mosca “atractora”.

2 – Tramo La Rinconada / Balsa Vieja

Desde Junín de los Andes se accede al mismo tomando la RN 234 y tras 33 Km de camino asfaltado se arriba al puente mencionado. Para llegar al paraje Balsa Vieja se debe cruzar el puente que cruza el Collón Cura y recorrer aproximadamente 20 Km más por la RN 40 en dirección hacia Piedra del Aguila siempre con camino pavimentado.
Por la comodidad de su acceso y por poder cubrir sus 16 Km en una sola jornada, es el trayecto más vendido por los guías locales, siendo frecuente cruzarse con cuatro o cinco balsas durante el recorrido, a las que les podremos sumar algunas más en el tramo inferior que vienen de flotar el Chimehuín.
Pese a que la presión de pesca es mucho mayor a la del tramo superior no he observado gran diferencia tanto en la calidad como en la cantidad de capturas.
Las distancias parciales a recorrer son: La Rinconada / Río Chimehuín = 7.50 Km y Río Chimehuín / Balsa Vieja = 8.50 Km.
Durante las primeras horas de la tarde alcanzaremos la desembocadura de su principal afluente, el río Chimehuín, que funde sus aguas con las del Collón. Si disponemos de tiempo podemos estacionar la balsa y remontar a pie unos cientos de metros por las costas del río Chimehuín para pescar allí muy buenos lugares.
Sobre el Collón y 150 metros aguas arriba de esa confluencia hay un sector con grandes piedras semi-sumergidas el cual rinde muy bien si se frena la balsa y se lo pesca lentamente.
Si navegamos otros 5.50 Km encontraremos un impresionante farallón. Allí el Collón dobla 90 grados a la izquierda para encarar el tramo final de la flotada. El lugar es a mi gusto el más bonito de todo el recorrido y a su vez presenta una serie de correderas y pozones profundos que son muy productivos.

El trayecto que sigue aguas abajo del farallón y hasta la salida es uno de los más rendidores ya que son pocas las balsas que se detienen a pescarlo minuciosamente pues los guías y pescadores a esa altura vienen bastante cansados o atrasados y quieren llegar pronto al lugar de salida.
Si se realiza una flotada particular, es importante verificar con anterioridad si el acceso llamado Balsa Vieja se encuentra abierto (Durante las temporadas 2007 y 2008 el mismo se encontraba cerrado). La salida se efectuaba entonces unos 1500 m aguas arriba (la ruta pasa junto al río y hay una bajada unos 100 metros antes de llegar a una curva pronunciada hacia la izquierda). El lugar no es muy agradable pues el fondo es barroso y las botas se entierran en el fango al intentar sacar el bote del agua. En la temporada 2008/2009 se ha abierto nuevamente el acceso Balsa Vieja y está muy bien señalizado.

3 – Tramo Balsa Vieja / Embalse

El tramo inferior del río que continúa a Balsa Vieja y llega hasta la unión con el lago, de aproximadamente 33 Km de longitud, hoy no tiene accesos públicos (existían un par de ellos varios años atrás). Los mismos fueron cerrados unilateralmente por los propietarios de los campos sin mediar acción alguna por parte de las autoridades provinciales.
Recorrer este trayecto requiere de al menos dos días de navegación con acampe en zona de islas. Este tramo es a la fecha el más rendidor, ya que por tratarse de un extenso recorrido y no tener accesos públicos tiene muy poca presión de pesca pues es casi exclusivamente flotado por un par de Lodges de la zona.
La fisonomía de este recorrido es muy similar a la segunda mitad del tramo que comienza en La Rinconada, aunque correderas, correntadas y pozones se suceden con mayor frecuencia, aumentando así las posibilidades de pesca.
A partir del paralelo 40º 15’ 00”, lugar que alcanzaremos durante el segundo día de flotada, el río se hace mucho más lento dificultando la tarea del remero, sobre todo con viento en contra. Esta es otra de las razones por lo cual este circuito no es muy frecuentado. La salida se realiza a partir del paralelo 40º 19’ 00” en los pocos lugares donde la RN 40 se acerca a las aguas del embalse.
Si su tiempo libre lo lleva por Junín de los Andes, hacer unos lances en el noble Collón Cura es algo que no deben pasar por alto. La pesca estará garantizada.

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Patagonia, Santa Cruz y un lago inolvidable

por Enrique Gómez

En un lago de difícil acceso, bello y brutal como el paisaje que lo contiene, pescamos las truchas mas grandes de nuestras vidas.
La pesca tributa tanto para la vida, que relatar unas capturas mas o menos buenas, es como faltarle el respeto a tantas vivencias y momentos extraordinarios. Quien me interprete, compartirá conmigo, o descubrirá en su momento, la felicidad que ofrece la naturaleza en una relación plena, quizás la mas completa, en la vida de los pescadores.

La entrada a la Patagonia
La vista perdida sobre el asfalto impecable de la ruta que traza una línea sobre la planicie de colores pasteles, marrones y amarillos, apenas alterados por algún que otro caldén – guardianes del último verde o soldados de avanzada que se perderán en el desierto – me parece mas descriptivo para describir la entrada a la Patagonia.
Patagonia gigantesca con límites de ríos y desiertos que se marcan en su sequedad.
Imposible recorrerla sin sentir el sufrimiento de quienes la viven, y mucho más, imaginar a quienes creen que la domaron.

¿Dónde empieza?
¿Cuál es mas Patagonia, la que va pegada al mar o la que muestra el resultado de los movimientos telúricos que formaron las eras del planeta, o la belleza fría de la cordillera?
¿Hay una Patagonia o son varias?
¿La belleza que muestra en milenarios bosques con ríos de aguas azules es mas hermosa que la agresividad austera del desierto?
¿Que es Patagonia mas allá del nombre inventado por el hombre?
Patagonia es lo que representa en el alma de cada uno que la recorre, en las intenciones de aquel que sufre o la disfruta, en la realidad que impone con su crudeza y en lo que trasmite con silencios, con aullidos del viento, con distancias y soledades, con animales salvajes que conviven en ella y que comparten con el viajero las matas en la que se ocultan las maras y los ratones. Es el cóndor girando aburrido su vuelo planetario en un cielo nuboso aprovechándose del viento que lo eligió para mecerlo.
A medida que la camioneta avanza, las ciudades, como lunares que el hombre le impuso, surgen pujantes y explotadoras. Se ve el resultado de lo que ella ofrece incondicionalmente y por supuesto se muestra orgullosa, soberana, aunque parezca perdedora ante la invasión de semáforos, asfaltos, carteles, camiones interminables y autos nuevos. Su naturaleza desborda a todos los esfuerzos del hombre con su ambición y pequeñez.

Los que la habitan se muestran orgullosos al sentirse parte de tamaña geografía.
Entre el azul del mar, enloquecido y generoso, y el paisaje pajizo con bardas y cerros chatos, aparecen Comodoro Rivadavia, Caleta Olivia, San Julián y ya entrando al continente, entre guanacos y ñandúes, cercanos y huidizos, Gobernador Gregores. Des-pués de reventar una goma en el camino, entendemos porque en un pueblo tan pequeño hay tres gomerías en cuatro manzanas.

El paisaje nos consume
Unas luces se acercaron al alambrado. Una Toyota nos señaló el camino hacia la construcción principal de la Estancia Pecho Blanco. Llegamos al Río Chico que nos acompañó, paralelo al camino que nos trajo desde Gregores, y lo cruzamos.
El río de unos treinta metros de ancho amedrentaba por su caudal, opaco y gris, alimentado por lluvias recientes. Julio cuando vio que el vehículo de adelante se metía sin dudar, simplemente siguió la marcha como arrastrado por la decisión.
Tomamos unos mates, traspasamos nuestros bolsos y comenzamos un increíble camino, sin huella, de veintiocho kilómetros. La huella se perdía entre piedras sueltas y salientes. Apenas se la distinguía por la dureza del piso. Caminando al lado de la camioneta hubiésemos hecho, por trechos, la misma velocidad de recorrido.
Piedras desplazadas y apiladas a los costados, mostraban el perfil del camino invisible. Todo el plano que alcanzaba nuestra vista era chato con matas y coirones que parecían surgir entre piedras arrojadas arbitrariamente por algún Dios en un ataque de furia. Colinas negras aparecían, las alcanzábamos y desaparecían en barrancas aún mas accidentadas.

El lago se hizo realidad
Hasta aquí, el lago era para nosotros solo una mancha celeste en un mapa agotado de tanto mirarlo. Era sensaciones de vida futura, escenario imaginado solo con glorias y placeres pescando, era la sede de fotos de amigos sonrientes mostrando truchas extraordinarias. La realidad estaba apagando lo imaginado con una cuota de sorpresa y temor.
Como una continuidad del cielo apareció allá abajo el Lago Strobel con toda su grandiosidad. Parecía que estábamos mirando el cráter de un volcán que nos mostraba, en lugar de su profundidad amenazante, una superficie azul delineada por pequeñas bahías, playas oscuras y montículos de rocas negras algunas, y con rocas blancas otros. Al llegar, se descubre desde la meseta, una depresión inmensa que va suavizándose hasta llegar al lago. Como no lo había sido el camino hasta allí, bajar de la meseta al llano tampoco fue fácil. Una barranca elaborada para bajar la camioneta caía en una picada de treinta cinco grados que terminaba en una curva de dos maniobras y se metía en una barranca mas corta de igual peligrosidad. La camioneta en baja y la experiencia hicieron de esos dos obstáculos un trámite, pero de este recorrido, esta bajada a la depresión del lago, es lo mas exigente para el vehículo.
Llegamos. El viento, incomodo compañero de nuestros días, se aplacaba allí por el plantado estratégico de las edificaciones.

Estamos pescando
Nos cambiamos, y a pesar del viento y la lluvia, fuimos a unas bahías donde los colores del lago marcaban el veril. El lugar es agradable. Playas de arena oscura se dejan marcar por el agua del lago, que se agita o no, en el lugar de acuerdo al viento. En este caso lo teníamos de espalda. Por detrás de la playa el terreno es benigno, no muestra demasiadas matas o arbustos y se nota su ascenso cada vez más complejo hacia la meseta. Estas bahías eran suaves. El veril estaba apenas a diez metros de las playas. Decidimos pescar con streamers, líneas de fondo, líderes cortos y finales 0 X o mas. Cañas para línea 8 y reeles que admitían esas líneas y un buen backing. Pescamos dos horas ese día y Julio se volvió amargado por que tuvo una Arco Iris que le atragantó el almuerzo. Yo no estaba para fotografiarlo, ni para ser testigo de esa primer captura y antes que me diera cuenta, se le fue. Sus lamentos eran porque la había visto saltar dos veces y la tuvo a metros de lograrla.
Sin dudas, en ese momento, era la trucha más grande que había tenido, en su vida, en la punta de su caña.
Castear no era fácil a pesar del viento de espalda. Tenía un leve sesgo hacia la izquierda y estaba tremendo en su fuerza, lo que imposibilitaba el “back cast”. Cargaba mi caña con la mosca sobre la cabeza o apenas detrás. Luego, cuando lograba terminar el lance equilibradamente la mosca alcanzaba, más o menos, los veinticinco metros que tiro normalmente.
Tardamos mucho en decidir ir a pescar a la tarde. El tiempo estaba lluvioso y el viento había aumentado. Julio desistió y yo quise llegar al lago desde la casa, pero el desconocimiento del terreno y su rudeza me hicieron volver.
Había llegado hasta la orilla, luego de bajar con la incomoda ropa de pescador. Ya no estaba en las cómodas bahías en la que había pescado en la mañana. El viento, por el sitio al que alcancé, estaba totalmente lateral e incomodaba mis lances. Quise llegar a una posición mas cómoda detrás de unas rocas que se introducían al lago y en el traslado, trabé el pie entre unas piedras y casi me caigo con riesgo a romperme la pierna. Me asusté y volví, pensando que con diez años menos jamás se me hubiese ocurrido hacerlo, y el miedo que sentí no se habría cruzado por mi cabeza. El Strobel me había descubierto las limitaciones de la edad.

A la noche llegaron nuevos compañeros, Luis Cortez, Martín Pacheco y su guía Martín Arizmendi. Venían de sufrir el Gallegos con pocas capturas. Luis ya conocía el lago, por haber estado el año pasado, por lo que solo dio buenas noticias y predijo buena pesca para el otro día. Así fue.

La mejor jornada
Todos juntos fuimos a pescar a las Bahías y una tras otra salieron las Arco Iris soñadas. Todos sacamos entre cuatro y cinco truchas cada uno. Eran más grandes que las que nunca había sacado.
Los compañeros que nos tocaron fueron excepcionales. Luis, un pescador de aquellos que no pierde por nada su concentración y Martín, con menos técnica, un tesonero luchador que solo saldría del agua con una trucha o el brazo dislocado.
Una buena cena y una mejor sobremesa culminaron la jornada.
Al día siguiente nos separamos. Ellos fueron a un pedrero que estaba en frente de las bahías y nosotros volvimos al mismo lugar porque era más cómodo y menos arriesgado. No logramos sacar lo mismo que a la mañana pero por supuesto lo que salió del agua fue igual o mejor. Ellos al volver dieron noticias de que el agua en el lugar se veían mas transparentes que frente a las bahías, de mejores tamaños las capturas y había dificultad para el lanzamiento de la mosca. Había complejidad al traerlas por las piedras dispersas en el lecho anterior al veril del lago. El ocasional sitio para lanzar o para culminar las capturas era realmente incomodo y necesitaba de equipos poderosos, astucia y concentración.
En cantidad no pescaron mucho más que nosotros, pero la calidad de las truchas que nos mostraron había mejorado nuestras capturas.

Las luces y sombras del final
Ese día, el último para nosotros, estuvo frío, muy frío y ventoso. Las nubes, plomizas al norte e iluminadas en su extensión hacia el sur, se extendían como un gran manto de congoja. El lago, de un azul furioso alternaba con pequeñas olas blancas que salpicaban una levisima bruma que se esfumaba a cada segundo. Al atardecer, a pesar de ese acongojado cielo dominador, en la costa este, rocosa y acantilada, el sol extrañamente lo iluminaba. Como si sus rayos penetraran paralelo al suelo demostrando que ni ese ambiente hosco y grandioso podía con su poder infinito. Alumbraba el frente del lago como una pincelada amarilla que atentaba a la visión general del cuadro azul y gris que nos envolvía.
Julio llama. La caña arqueada y el cuerpo atento ante una trucha peleando en el veril. Quizás la última de nuestro viaje. Dejé mi caña y mientras me acercaba para sacarle algunas fotos, un grupo de avutardas y una bandada de chorlitos levantaron vuelo nerviosos por mi desplazamiento. En el final de la planicie detrás de las bahías, justo donde comenzaba a alzarse el terreno y las matas se cerraban, un zorro gris cruzaba, lentamente con pasos cortitos, sin prestarnos atención. La línea de luz en la costa enfrentada era cada vez más fina y pálida, y las nubes, aplastadas por la noche, se sumaban al cosmos de Julio y su trucha. Cuando gatillé la máquina sabía que nunca podría lograr contener todo lo que veía y sentía en ese momento. Lo único que quedaría sería la concentración de julio en su faena, el lago y el cielo gris, todo lo demás me lo llevaría conmigo y sería parte de la poesía de lo que escribiera. Al fin salió una hermosa Arco Iris, y nuestra última jornada terminó graficada en la foto de Julio sonriendo con ella que aprovechaba en su blancura la última luminosidad del día y el postrer momento de un viaje que nunca podremos olvidar.

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