Boletín Mosquero 68

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Información General

Mayfly Vertical Emerger

Mosca atada por Lucas Piedrabuena

Anzuelo: Mustad 80150BR #16 a 20
Hilo: Uni 8/0
Cola: Fibras de cola de faisán
Cuerpo: Biot de pavo
Tórax: Dubbing de Antron
Hackle: Saddle microbarb, atado parachute
Ala: Antron o floating yarn

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Nuevos socios

Les damos la bienvenida a quienes se asociaron en el último trimestre:

Activos
1461 SILVA SAINZ, Mario Julián
1462 LABORDA, Juan Manuel
1463 PERALTA, Ricardo Daniel
1464 PEREIRA, Hernán Pablo
1465 ROSSI, Omar Pedro
1466 CASTAÑO, Aníbal Abel
1467 BISET, Juan
1468 MARIÑO, Alfredo Carlos
1469 LOPEZ, Juan Sebastián
1470 BALTRUKIEWICZ, Sergio Víctor
1471 SILES, Víctor Oscar
1472 VANERIO, Alfredo Luis
1473 ARNOLDI, Santiago

Adherentes
3102 GRACIANDO, Roxana
3103 DEMATTEIS, Adrián Gonzalo
3104 ROJAS, Rubén Oscar
3105 BARCELO, Marcelo Omar
3106 BARQUIN, Walter Daniel
3107 BUSTO, Marcelo Cesar
3108 ORDOÑEZ, Mario Omar
3109 ECHASSENDAGUE, Mario Alejandro

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La AAPM en AMBA

 

El día jueves 20 de noviembre dos miembros de la Comisión Directiva de la AAPM, los señores Javier Alurralde y Eduardo Bresba, respondiendo a una gentil invitación de AMBA (Asociación Mosqueros de Buenos Aires) asistieron al tradicional asado de Fin de Año y fueron calurosamente recibidos por todos los presentes a dicho evento, tanto los miembros de la Comisión Directiva como del resto de los concurrentes, pasando un muy grato momento.

 

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Renovado sitio web de la AAPM

Invitamos a nuestros asociados a visitar el nuevo sitio web de AAPM, y a participar de nuestros foros de opinión.
El nuevo sitio tiene una sección de noticias en blog, un aspecto importante de este weblog es su interactividad; las noticias son periódicamente actualizadas, posibilitando a los usuarios de la web, añadir comentarios a cada entrada, pudiéndose generar un debate alrededor de sus contenidos, además de cualquier otra información.

Además el foro de socios, tiene como intención acercar a los mismos a que aporten sus conocimientos, experiencias, vivencias, anécdotas y opiniones.
El foro, se ha dividido en cuatro foros temáticos:
Foro de Pesca, tratará sobre técnicas, lugares, métodos y compartir con todos, sus salidas y experiencias de pesca.
Foro de Atado, se ocupará sobre las técnicas de atado, materiales, pasos a seguir, y todo lo relacionado con el atado de moscas
Foro de Lanzamiento, se opinará sobre cañas, reeles, técnicas de casteo, líneas, leaders, tippets, y todo lo referente al lanzamiento.
Café Virtual, en el mismo se podrán intercambiar ideas y comentarios de interés general que no son específicos de los Foros principales y que nos interesa compartir, como armar salidas, saludar por cumpleaños, etc.
Lo invitamos a que se registre en el foro y comience a disfrutar de los contenidos que se van tratando día a día dentro del mismo.

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Agradecimiento

La AAPM agradece al socio Alejandro Kohner por su generosa donación destinada a solventar la compra de una impresora láser e insumos destinados a la secretaría de la Asociación.

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Asamblea General Ordinaria

En cumplimiento de lo dispuesto por el articulo 25º del Estatuto, el día 16 de octubre de 2008 se llevó a cabo la Asamblea General Ordinaria, en la sede social de la AAPM.
Según el Orden del Día se designaron a dos (2) asociados para firmar el Acta, Ernesto Hayes y Jorge (Tito) Iglesias.
Se puso a consideración la Memoria; Balance General; Inventario; Cuentas de Gastos y Recursos, Estado de Origen y Aplicación de Fondos e Informe del Organo de Fiscalización, por el ejercicio finalizado el 30 de Junio de 2008, siendo la misma aprobada por unanimidad
Asimismo se puso a consideración de la Asamblea una prórroga de la Moratoria y Condonación de Deudas por cuotas sociales, la que se mantendrá hasta la próxima Asamblea General Ordinaria abonándose el equivalente a una cuota anual.
Se fijó el valor de la cuota social en la suma de Pesos Veinte ($ 20,00) y se autorizó a la nueva C.D. a establecer el valor de la nueva cuota social, así como si lo considera el valor de la cuota de ingreso.
Para la consideración del punto d) de la convocatoria, la Asamblea General Ordinaria, pasó a un cuarto intermedio, hasta el día 13 de noviembre de 2008, fecha en la cual se eligieron los nuevos miembros que integraran la Comisión Directiva y el Órgano de Fiscalización, titulares y suplentes, por el término de dos años.
La nueva Comisión Directiva quedó conformada por:
Presidente: Fernando Cebada
Vicepresidente: Mario Capovía del Cet
Secretario: Andrés Alvarez
Tesorero: Héctor Urreaga
Vocales Titulares: María Laura Gamero de Morales, Eduardo Bresba, Raúl Anido
Vocales Suplentes: Lucas Piedrabuena, Santiago Bermani
Revisores de Cuentas: Humberto Dante Torelli, Fabián Martin, Alejandro Raimondo
Revisores de Cuentas Suplente: Javier Alurralde

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Cena de apertura de temporada 2008/2009

El día 6 de noviembre de 2008, se llevó a cabo la tradicional cena de apertura de temporada en la Asociación de Criadores de Caballos Pura Sangre de Carrera.
Se contó con la grata presencia de un grupo numeroso de asociados, oportunidad en la que compartieron inquietudes frente al comienzo de temporada. Como epílogo de la reunión se hizo entrega de presentes y sorteo de regalos, donación de socios y anunciantes de la Asociación. Agradecemos por este medio a Coco Funes, Buenos Aires Anglers, The Irresistible Fly Shop, Carlos Villagi, Javier Alurralde, Armando Maubre.

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Fly Expo

La ciudad de Junín de los Andes, Pcia. del Neuquén, tiene un predicamento especial en nuestra Asociación, puesto que es allí donde se encuentra el inicio de nuestra historia como futura Institución, lugar donde germinó la idea de institucionalizar ése tradicional encuentro anual entre los pescadores más famosos de la época al inicio de la temporada de pesca por contar con numerosos ríos tradicionales así como la cercanías de varios lagos dentro de un radio de 35 km a la redonda.

Por lo tanto la A.A.P.M. no podía estar ausente y ha participado activamente en la Fly Expo I 2008 que se celebró en Junín de los Andes, Pcia. del Neuquén los días 29, 30 y 31 de Octubre del corriente año. En representación de la A.A.P.M. concurrieron Javier F. Alurralde, Mario Capovía del Cet y Héctor A. Urreaga incorporándose en la zona nuestro socio vitalicio Juan Carlos Funes (alias Coco).
En su transcurso y a pedido de los organizadores de la Exposición, establecimos el Reglamento y fiscalizamos el concurso de Casting y de Precisión, que convocó a numeroso público que siguió su desarrollo, el que ha arrojado los siguientes resultados:

Distancia

Puntaje        Participante
obtenido
1º 78,85     ROA, Alejandro
2º 78,72     BABUSCI, Jordi
3º 76,95     TRISCIUZZI, Carlos
4º 76,30     SPENCE, Justin
5º 76,26     FUNES, Juan Carlos
6º 75,07     FONTANAZZA, Gabriel
7º 75,05    MORALES, Felipe
8º 73,76    ALURRALDE, Javier
9º 73,66    BISSO, Jorge
10º 73,53  JOAN, Sandro
11º 73,15 CAPOVÍA, Mario
12º 73,05 RABIA, Marcos
13º 69,77 BARRIA, Marcelo
14º 69,50 GALLARDO, Osvaldo
15º 68,30 TRISCIUZZI, Carlos A.
16º 67,72 SAJON, Juan
17º 61,30 OLSEN, Daniel
18º 60,90 FONTANAZZA, Andrés
19º 56,93 FONTANAZZA, Giselle
20º 56,83 SACCONI, Juan J.
21º 64,60 OLSEN, Cristian
22º 46,12 JARAHURTO, Leo

Precisión

Puntaje Participante
obtenido
1º 14   ROA, Alejandro
2º 17   FONTANAZZA, Gabriel
3º 17   SPENCE, Justin
4º 19   TRISCIUZZI, Carlos A.
5º 20   BABUSCI, Jordi
6º 24   MORALES, Felipe
7º 27   GALLARDO, Osvaldo
8º 29   CAPOVÍA, Mario
9º 31   OLSEN, Cristian
10º 35 FONTANAZZA, Giselle
11º 38 JARAHURTO, Leo
12º 43 TRISCIUZZI, Carlos
13º 44 FONTANAZZA, Andrés
14º 44 JOAN, Sandro
15º 53 BISSO, Jorge
16º 66 OLSEN, Daniel
17º 85 ALURRALDE, Javier

MEJOR CAST: BABUSCI, Jordi. 40,32 m

Resultado general del Torneo

Participante              Puntos   Posición
totales
ROA, Alejandro            20         1º
SPENCE, Justin              15         2º
BABUSCI, Jordi             15         3º
FONTANAZZA, Gabriel 14          4º
MORALES, Felipe            9          5º
TRISCIUZZI, Carlos         8          6º
TRISCIUZZI, Carlos A      7          7º
FUNES, Juan Carlos      6         8º
GALLARDO, Osvaldo      4         9º
CAPOVÍA, Mario             3         10º
ALURRALDE, Javier        3         11º
BISSO, Jorge                  2         12º
OLSEN, Cristian             2         13º
FONTANAZZA, Giselle   1         14º
JOAN, Sandro               1         15º

A su vez, también llevamos adelante un Concurso de Atado de Moscas, abierto a los aficionados, a cuyo efecto propusimos que el participante atara el modelo seleccionado en el acto proporcionándole todos los materiales necesarios. En dicha ocasión se inscribieron 15 asistentes al evento.
Nuestro socio, Carlos Villaggi, para dicho evento donó los premios de la empresa STREANWORKS que él representa en la República Argentina, para el 1°; 2° y 3° puestos.

El concurso se desarrolló con singular éxito habiéndose anotado diecisiete (17) participantes siendo fiscales de la prueba los Sres. Mario Capovía Del Cet y Javier F. Alurralde, y los resultados fueron los siguientes:
1. Alejandro Linares – San Carlos de Bariloche
2. Jorge Cundari – Junín de los Andes
3. Nicolás Tubi – San Martín de los Andes
La propuesta llevada a cabo resulta por demás interesante y esperamos que continúe en el futuro según lo conversado y acordado con la gente de la zona, pescadores, guías, etc.

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Tercer concurso de fotografía

“LA PESCA CON MOSCA Y SU ENTORNO”

Estimados socios:
A partir de la fecha queda abierto el 3º Concurso de Fotografía organizado por la AAPM: “La Pesca con Mosca y su entorno”

Las fotografías deberán ser en formato digital.
El contenido de las mismas podrá ser, de una situación de pesca, o un paisaje con ríos y/o lagos.
Las mismas serán evaluadas por el jurado y se designará un primero, segundo, y tercer puesto.
Se entregarán trofeos al primero, segundo, y tercero.
La foto ganadora será tapa del Boletín Mosquero.
La participación en el Concurso implica la autorización a la AAPM a utilizar las fotografías en el Boletín Mosquero, Reglamento, y Página Web.
Como única condición para participar se requiere ser Socio con la cuota al día.

Los premios serán entregados en la Cena de fin de Temporada a desarrollarse el día 7 de Mayo de 2009 en Av. Quintana 191 1º Piso Capital Federal.
Si los premiados no estuvieran presentes en la Cena de Fin de Temporada, el trofeo se enviará sin cargo a su domicilio.
La recepción de fotografías será hasta el 15 de Abril de 2009,
Las mismas deben ser enviadas a aapm@aapm.org.ar. Indicando “CONCURSO DE FOTOGRAFÍA”

Jurado: Sr. Sindo Fariña (fotógrafo profesional y mosquero)

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Conferencia de Trout Unlimited

El impacto del cambio climático en las poblaciones de peces y en la pesca

El viernes 8 de febrero tuvo lugar en la sede de nuestra Asociación una exposición de Trout Unlimited (TU) acerca de los efectos que el cambio climático está produciendo sobre las cuencas de los ríos y las poblaciones de peces que habitan en ellos.
TU es una organización no gubernamental con sede en Arlington, Virginia, Estados Unidos de América, que se ha ocupado históricamente de la preservación de los ambientes de salmónidos, asesorando y colaborando en la implementación de las políticas oficiales en los Estados Unidos.
Su accionar se ha dirigido a lograr conciencia entre cazadores y pescadores acerca de las prácticas imprescindibles para la conservación de los ambientes, y prestar apoyo a los programas oficiales de restauración por medio del trabajo de voluntarios de organizaciones ambientalistas, ya sea para la toma de datos, para la reconstrucción de costas afectadas por sobrepastoreo, o explotación maderera.
En la actualidad ha formulado un programa de acción que deberá completarse en el curso de una generación, es decir en los próximos treinta años, como legado hacia el futuro.
Sus fondos provienen de donaciones de particulares, o de recursos públicos por sus trabajos de asesoramiento o investigación en proyectos oficiales
La charla estuvo a cargo de su actual Presidente, el Sr. Charles Gauvin y fue traducida por el Sr. Fernando Vinelli ex Presidente de la AAPM.
Evidencias alarmantes del cambio climático

Once de los últimos doce años se ubican entre los de más altas temperaturas desde l850 a la fecha.
Ello se traduce en un aumento paulatino de las temperaturas globales, un retroceso en las masas de hielo en los casquetes polares y los glaciares continentales, derretimiento del permafrost, y en definitiva una menor disponibilidad de agua dulce y fría; y correlativamente una mayor cantidad de agua dulce y cálida en los sectores inferiores de las cuencas y en el agua del mar.
Ese mayor volumen de agua dulce circulando, produce a su vez alteraciones en el curso de las corrientes oceánicas pues modifica la salinidad, también un incremento de nivel que inunda áreas costeras, y efectos directos sobre el régimen de lluvias, que de su regularidad habitual pasan a concentrarse en fenómenos de gran intensidad como la mayor ocurrencia de huracanes sobre las zonas costeras.
Estas modificaciones sobre la cantidad y calidad de agua disponible afecta primordialmente las poblaciones de salmónidos, dado su dependencia de agua fría y limpia en cantidades abundantes.
La trucha fontinalis, una variedad que necesita aguas frías y muy oxigenadas, ya ha sufrido reducciones importantes en la cantidad, pues se ha visto obligada a retroceder a los sectores de mayor altura de las cuencas donde estas condiciones todavía se mantienen.
Otras variedades de truchas también se han visto afectadas, dado que los cambios en el agua han producido a su vez, modificaciones en las eclosiones de los insectos que les sirven de alimento, la eclosión se produce más temprano y es de menor duración.
Los cambios en la salinidad de las aguas en el mar, no solamente ha variado el patrón de tormentas, sino reducido el alimento disponible, que afecta el ciclo de los salmones.
En el caso de los ambientes ictícolas, los efectos generales del cambio climático, se ven agravados por la acción del hombre en su aprovechamiento económico de esos lugares con perforaciones petroleras, explotación de yacimientos minerales, tala de bosques y construcción de represas con propósito de riego o de generación de energía.
Este tipo de actividades que de por sí afectan las cuencas, ya sea contaminando el agua o directamente poniendo barreras a su curso, como el caso de las represas, adquieren proporciones de catástrofe en una condición de cambio climático.
La introducción de especies exóticas también contribuye a la alteración del medio, aumentando la competencia por el alimento disponible, como el caracolillo de Nueva Zelandia.

Propuestas de acciones a llevar a cabo

Frente a ello la postura de TU ha sido no solamente la de seguir apoyando los reclamos de distintas entidades en cuanto a la limitación de las prácticas que produzcan gases de efecto invernadero, sino la de pasar a desplegar políticas activas actuando en forma directa sobre los ecosistemas, dado que frente a la magnitud de los efectos del cambio climático, y su naturaleza posiblemente inevitable, ya no alcanza solamente con actuar sobre sus causas, sino sobre sus efectos tratando de minimizarlos.
En relación con las pesquerías los ejes fundamentales definidos por Gauvin han sido, mantener la calidad del agua y la conexión entre los distintos ambientes que conforman una cuenca ictícola.
Para ello pasó a definir una estrategia que se ilustra definiendo las tres grandes zonas de relieve que aparecen en un corte continental y abarcan, desde el nacimiento de las aguas en las alturas, a continuación las laderas de montaña y luego el curso inferior de éstas, cuando corren como ríos de llanura.
Las acciones a llevar a cabo en cada una de estas regiones se diferencian conforme el estado en que se encuentran cada una de ellas. Para las regiones de altura, en las que nacen los cursos de agua, que por sus propias características topográficas han sido poco afectados por la actividad económica, pues se trata de lugares aislados, sin caminos con pocas poblaciones instaladas, se propone preservarlos en el estado más natural posible a fin de que conserven su equilibrio, tratando de reducir el impacto de actividades extractivas como la maderera, las perforaciones petroleras o la minería, alentando para que, de llevarse a cabo se lo haga de un modo sustentable.
Para las regiones medias, que ya han recibido el impacto de la actividad económica como la ganadería, la explotación minera o la construcción de represas, la acción a llevar a implementar es mantener la conexión entre los distintos sectores de la cuenca de modo tal de no interrumpir el flujo de las aguas, asegurar el libre tránsito de los peces, para favorecer la biodiversidad, teniendo en cuanta sobre todo, en el caso de los salmónidos que se trata de peces migratorios que deben volver a sus camas de desove aguas arriba para luego continuar su desarrollo en otros lugares de la cuenca.

Para los sectores de llanura, restaurar las condiciones ambientales, evitando que la actividad económica, como el sobrepastoreo, la instalación de poblaciones o el vertido de efluentes sin tratamiento previo, degrade sus condiciones, contamine sus aguas o deteriore las orillas o sus cauces, dejando el suelo desnudo o aumentando sus sedimentos.
De estas acciones, la que más se adecuaría a la situación actual en la Argentina, sería la prevención, dado que los lugares de pesca por su ubicación geográfica o la escasez de poblaciones instaladas, no se han visto hasta el momento significativamente afectados. Un caso concreto citado por el expositor fue el río Carrileufú en cuyas orillas se puede percibir claramente los efectos del sobrepastoreo, fácilmente reversible con técnicas preventivas.
También fueron mencionados en esta evaluación, como un dato conveniente para resistir mejor las modificaciones que se producen como consecuencia del cambio climático, las variedades de salmónidos que fueron introducidos en nuestro país. Las truchas Arco Iris son provenientes de un criadero de California cuyos ejemplares poseen un franja roja y son de conocida resistencia a las altas temperaturas, y también hay truchas marrones cuya tolerancia a las temperaturas altas es mayor que en las restantes variedades

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Experiencias en un Spring Creek

Por Nicolás Schwint

La primera vez que escuché acerca de este lugar fue en el trabajo cuando Ralph, el encargado de los caballos, me dijo: “Who tol’ya’ i’ ain’ no browns roun’ here? I’ll take ya’ fishin’ an’ you’ll see; two feet long and nasty, boy. You watch the snakes, they woun’ rattle. As thick as my arm boy, as thick as my arm”. Traducido: “Quién te dijo que no hay truchas marrones cerca de acá? Te voy a llevar a pescar y vas a ver; miden dos pies de largo y son malas, pibe. Tené cuidado con las víboras, no hacen ruido (típico mito local respecto de las víboras de cascabel). Son gruesas como mi brazo pibe, gruesas como mi brazo”. Lo mire escéptico ya que me había contado acerca de cacerías de ciervos elk con arco y flecha y demás cosas bien cojonudas. Un día me mostró una foto de un ciervo con unas defensas tremendas, ahí empecé a creer en la existencia del arroyo. Nunca fuimos juntos porque no practico más el palo y a la bolsa, quedamos a mano compartiendo unas cervezas. Traté de averiguar en el trabajo pero nadie sabía nada. Pasó más de un año hasta que Andy me preguntó qué iba a hacer esa tarde y si tenía botas o polainas para víboras. Conteste que tenía botas y planeaba pescar un ratito en el arroyo que pasa por el medio del pueblo. Respondió que me iba a llevar pescar truchas marrones bien cerca, en ese momento cerró todo. Este relato es una sumatoria de momentos vividos en este oasis en el medio del desierto de Washington, un lugar donde uno se siente en una película del lejano oeste.

El bautismo: En medio de un silencio absoluto lanzo mi streamer hacia la costa de enfrente, ligeramente aguas arriba. Dos canales alimentan el pozo, el de la orilla opuesta corre con mayor velocidad, sumado a esto una pared de algas lo convierte en un escondite ideal, presiento que hay una marrón buena escondida. El streamer cae apenas pasado a propósito; no quiero que aparezca del cielo, hago un mend aguas abajo y dejo que peine la pared de algas. Después que recorre un par de metros lo saco a toda velocidad, rayando la superficie del agua con mucha ilusión. En medio del pool toma en superficie haciendo un remolino, clavo con la mano izquierda sin levantar la caña, enseguida se fondea y cabecea tozudamente. Un par de corridas y varios intentos de enredar el leader en cuanto obstáculo hasta que la veo asomar. Un premio ya que hasta ahora salí “skunked”, orinado por un zorrino como dicen acá. Cuando sale el sol estoy de vuelta en el trabajo con una sonrisa imposible de borrar.

La mañanita: Distinto pozo, día nublado, el agua es oscura de tan hondo. Pesco desde una barranquita con pasto alto que me permite esconderme y barrer todos los rincones con relativa comodidad, mi canastita plegable ayuda a no enredar la línea en el pajonal. La corriente principal entra de mi lado y corre hacia el medio del pozo, tiro y dejo hundir una imitación de sanguijuela. Siento que toca fondo y la muevo con la punta de la caña para que el marabou cobre vida. Pique bien decidido, sujeto la línea apenas un instante para clavar el anzuelo y enseguida aflojo dejando que el torpedo siga su rumbo a toda velocidad. Explota en superficie una, dos, tres veces, recorre todo el pozo haciendo un despliegue de energía y velocidad propios de una arco iris en perfecto estado. A mi amigo se le cae la cámara al agua pero me dice que no me preocupe porque es impermeable, vuelvo a respirar aliviado. Luego de asegurar mi captura con la red bucea con los waders puestos, encuentra su cámara y saca un par de fotos. Esta mañana Andy (gringo loco si los hay) pasa frío en forma, sin embargo se la banca y sigue pescando con una sonrisa de oreja a oreja. En todos los huecos pica algo, todas arco iris en perfecto estado. Sobra comida; crayfish, dragonflies, hoppers, scuds, pero especialmente todo tipo de cardúmenes de pescaditos patrullan nerviosos. Cuando las grandes están activas no les dan tregua, se los ve volar por el aire e inclusive quedar en seco en la costa. En el último hueco clavo un zapato terrible con una gray ghost al primer tiro, después de una batalla épica con equipo tres el anzuelo se suelta. Todas las que siguen me parecen chicas, y eso que algunas pasan el kilo cómodas.

Grasshoppers: Todavía es verano, el sol ya empieza a picar y las truchas están intratables, se ven olas que disparan a veinte metros nuestro sin darnos oportunidad de hacer siquiera un tirito. Después de dos horas frustrantes nos sentamos a descansar y mirar un pozo bajo con costas bien empastadas, para matar la ansiedad empiezo a roer cansinamente un sándwich de jamón y queso. Un “blooof” en el agua me rescata de limpiarme los restos de mayonesa en la ropa. Andy dice que la vio clarito y me señala el lugar, agrega: “grasshoppers Nicou”. Quiero que el asuma la presión de sacar la primera pero no hay caso, es mi turno. Acción y reacción, el hopper cae al agua y enseguida un pescado obeso se arrebata. Esta mañana pasa a ser una locura, la acción en superficie es tremenda. Aprovecho para probar todas las dinastías de engendros en base a goma eva que hay en mis cajas, hasta las más primitivas. Andy no para de gritar tipo rodeo con cada pique, el tipo siente la pesca. Sólo notamos una diferencia de pique si las moscas tienen un toque de amarillo, no es casualidad ya que todos los grasshoppers dando vueltas son del mismo color. Volvemos al auto y Corona con limón de por medio comentamos como puede cambiar todo en pocos minutos, a veces la suerte existe.

Retroceder nunca: Después de ocho horas sin un toque todo parece muerto y decidimos volver a Pullman. Como la caminata es larga frenamos a mitad camino a mirar un pozo largo y bajo patrullado siempre por truchas grandes. Lorraine va a la cabecera y yo me quedo unos 100 metros aguas abajo. Me escondo y espero mirando atento, todo tipo de forrajeros patrullan la costa de mi lado, no he espantado todo a lo bruto como siempre. Minutos después, no muchos porque mi paciencia es limitada, veo un cardumen de unas doce arco iris viniendo hacia mi posición, un par son grandes acá, en Argentina y en cualquier otro lado. Las dejo pasar y espero un poco antes de tirar cruzado hacia enfrente, dejar hundir la mosca tipo crayfish y esperar. Cuando el cardumen vuelve muevo la mosca apenas para levantar barro del fondo. Una medianita enseguida se adelanta al grupo con movimientos nerviosos, un solo tirón basta para que tome bien sólido, hasta puedo ver como mastica el engaño. La peleo bien tranquilo, tratando de no enfurecerla, evitando que explote y alerte al resto. Unos minutos más tarde todo se repite casi calcado, incluso las truchas parecen gemelas. Como ya es tarde y la codicia me invade decido cambiar de mosca para tratar de sacar una de las grandotas.

Una black ghost que cruza impávida provoca un ataque masivo, primero se van de boca dos pescados chicos que vienen en punta. Levanto la línea y vuelvo a cruzar el tiro para evitar clavarlas, en cuanto toca el agua veo que una de las buenas se abre para investigar y acelero la mosca con movimientos desparejos. El pique es contundente, a matar, espero que cierre la boca y clavo. Corre como loca, tengo que seguirla para que no corte ya que un nudo inoportuno se traba en los pasahilos impidiendo la salida de línea. Se liga un beso por lo bien que peleó, sale disparada salpicándome agua como queriendo decirme algo feo, tiene razón.

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Lochmaddy, una mosca muy ?Scotch?

Con el nombre de Lochmaddies, se identifican un grupo de moscas atadas según un estilo particular. Las Lochmaddies fueron por primera vez publicadas por el atador John Sinclair en la revista inglesa Salmon and Trout de marzo de 2007. Este peculiar nombre fue tomado de la localidad de Lochmaddy (Loch of the Dogs), región ubicada al norte de Escocia, más precisamente en la cadena de islas Hébridas (Outer Hebrides, North Uist). La región es conocida en la mitología histórica inglesa como región de piratas y asesinos, y más allá de esta nota pintoresca, también es muy conocida por los pescadores ingleses por contar con una gran cantidad de lagos y rías (los “lochs”), que hoy albergan una muy buena población de sea trouts y salmones.

Las Lochmaddies fueron diseñadas para poder pescar las especies de la zona, pero ha sido verificada su efectividad en la pesca de la trucha marrón, fontinalis, la sea trout y la arco iris. En cuanto al atado, el autor hace especial referencia al valor del tinsel holográfico y al uso de la combinación de varios colores para darle a las moscas “una sensación de profundidad” y “un aspecto tridimensional”.

Receta Original

Anzuelo #10-14: Partridge Dry Captain Hamilton YL3A. Partridge wet heavy wire YSH1. Partridge wet sproat forget YG3A.
Hilo: Marrón o negro.
Cuerpo posterior: Seis fibras de pavo real.
Para la versión sea trout se utiliza pelo de ciervo tanto para la parte posterior como para el tórax.
Cuerpo Medio: Tinsel coloreado con un rib de tinsel holográfico.
Para la versión coachman, puede utilizarse floss rojo.
Tórax: Seis fibras de pluma de pavo real.
Hackle: Debe ser frondoso sugiriéndose estas combinaciones:
• Marrón y negro atados separadamente para los patrones marrones.
• Negro y marrón para los patrones negros.
• Marrón y negro para la versión coachman.

Secuencia de atado
En la secuencia de atado se muestra una Lochmaddy tipo Royal Coachman y se utilizó:

Anzuelo: #10 Mustad 3906B.
Hilo: negro.
Cuerpo posterior: pavo real.
Cuerpo medio: floss rojo y tinsel holográfico.
Tórax: pavo real.
Hackle: marrón y luego negro

 

1./ Comenzamos sujetando el anzuelo, atando el hilo y fijamos las proporciones: tres partes iguales para las tres partes del cuerpo y una parte para el hackle y la cabeza.

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2./ Ubicamos las fibras de pluma de pavo real, y las torsionamos suavemente de manera que las fibras comiencen a crear una especie de chenille. Luego las volcamos para formar la parte posterior del cuerpo.

Nota: las Lochmaddies tienen una progresión muy particular del cuerpo. La misma pareciera simular la progresión o forma que tendría la parte posterior de un insecto (p.e. una hormiga). Este efecto se logra atando las fibras de pavo real primero por las puntas y haciendo la torsión de las mismas en forma cuidadosa.

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3./ Atamos el tinsel holográfico y comenzamos a atar el floss desde adelante de la parte media del cuerpo. De esa manera empezamos a atar de adelante hacia atrás y luego volvemos hacia adelante, cuidando de lograr un cuerpo parejo.

Nota: la técnica de doble floss lo que nos permitirá es obtener un cuerpo prolijo, con mayor volumen, y nos permitirá también cubrir completamente la pata del anzuelo.

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4./ Volcamos el tinsel a modo de rib.

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5./ Atamos el tórax utilizando las fibras de pavo real.

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6./ Comenzamos a volcar el primer hackle.
Notas:
Los hackles en este estilo de atado deben ser frondosos.
Para preparar las plumas que van a formar el hackle, seguimos el método de Eric Leiser. Es decir, primero extendemos las bárbulas de modo que queden perpendiculares al raquis y luego tomamos la pluma de los extremos y con los dedos vamos doblando las bárbulas pacientemente de manera que queden un solo lado, quedando la cara brillante hacia afuera. De esta manera lograremos un hackle más prolijo y fácil de ubicar.

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A medida que volcamos el hackle, tendremos la precaución de ejercer tensión continua sobre el mismo e ir tirando las fibras hacia atrás.

7./ Ponemos el segundo hackle, realizamos el nudo final y cementamos.

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Ambientes, Especies y Método de Pesca

El autor aconseja utilizar la mosca para la pesca de la sea trout, en grandes cuerpos de agua, ubicándola a media agua o flote, pescándola con preferencia a las horas del amanecer o al atardecer. La misma se puede pescar sola o utilizando los típicos arreglos ingleses en tandem de múltiples moscas (“rigs”). Por las referencias que se da en el artículo original, las moscas han sido testeadas con éxito por los miembros del club de pesca “North Uist Angling Club”, comprobándose la pesca de ejemplares truchas marrones y fontinalis mientras que el conocido pescador inglés Bob Church las ha experimentado para la pesca de la trucha arco iris. Personalmente la he probado este último verano en el Nahuel Huapi con línea de hundimiento y trayéndola muy lentamente para la pesca de la trucha arco iris. Por los resultados que obtuve, puedo confirmar la recomendación de utilizarla durante el crepúsculo.

Pesca en las Hébridas
http://www.fishhebrides.co.uk/

Trout and Salmon Magazine
http://www.greatmagazines.co.uk/store/displaystore.asp?sid=315

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Foto, foto, foto

Por Javier Alurralde

Quiero retomar un viejo tema ya debatido en la Asociación pero no por esto menos actual, a punto tal que es un tópico de amplio de-sarrollo en el Curso de Iniciación de Pesca con Mosca que la AAPM brinda en forma habitual durante todo el año en nuestra sede.
La cuestión radica en la captura y devolución, y en la mejor manera de manejar el pez con el fin de restituirlo a su medio sin causarle daño.
Sabemos que el exceso de tiempo fuera del agua puede causarle consecuencias indeseables y en el corto lapso (Ver Boletín Mosquero Nº 47 -Invierno de 2002- Nota de Marcos Juan Czerwinski., donde se detalla extensamente la importancia de la devolución y los cuidados a tener en cuenta para ello); un aspecto que siempre debemos tener presente con nuestras capturas.
Resulta por demás ilustrativa e interesante rescatar la nota de la Comisión Directiva de la AAPM que obra en Boletín Mosquero de Verano 96/97, página 9, la que menciona un interesante estudio combinando entre el plazo de lucha y el de devolución del pez, con una estadística de supervivencia en función de la exposición del pez al aire por 60 segundos, en condiciones de stress, en cuyo caso se arriba a tasas de mortalidad del orden del 72%, tasa que se reduce exponencialmente si el pez no es expuesto al aire innecesariamente (También en The Art and Science of Fly Fishing por Lenox Dick, pág.123 y sig.)

Las notas antes mencionadas hacen especial hincapié en no manosear innecesariamente al pez, y menos aún con manos secas, pues pierde su mucus protector y con ello se abre la puerta a indeseables infecciones, que no sólo afectan a ese pez sino que éste puede contagiar a otros.
También destacan la importancia de evitar el exceso de stress que causa una larga lucha, pues ello incide negativamente en el índice de supervivencia, y por ese motivo soy poco proclive a utilizar equipos demasiado livianos para grandes peces, una moda que creo que ha pasado ya, y espero no se repita.
Aprecio un buen pez y lo disfruto pero, salvo que resulte extremadamente bueno, intento restituirlo al medio lo más rápidamente posible evitando acudir a sistemas de medición o de peso pues, a mi modo de ver, alargan innecesariamente el tiempo de exposición al aire y la devolución, pudiendo comprometer el éxito de esta última.
Pienso que todos estos métodos son una suerte de artilugio, más o menos complejos, para saber cuánto pesaba o medía aproximadamente el pez, pero no tienen otra finalidad práctica que su disfrute por el pescador como un pequeño componente de lucimiento, el que se nutre mediante la exhibición del trofeo, aspecto que deberíamos reducir al mínimo, como dije antes, sólo cuando el pez es excepcional.
No es malo tener ego y lo tengo por cierto, mas me cuestiono hasta dónde este disfrute a través de la admiración de terceros no pone en peligro la supervivencia de otro ser, vida que nos hemos empeñado en conservar.
Seguramente, si la pieza es de cierto interés, se la somete a un tiempo extra de oxígeno puro proveniente de la atmósfera, en tanto que es habitual que se comience a posar con él para obtener una foto que perpetúe y certifique el momento.
Y el tema de la fotografía es clave a mi modesto entender, puesto que pienso que la combinación entre pez y cámara en manos inexpertas son una eficiente manera de comprometer la devolución.
No reniego de las fotos pues también me gustan y siempre es lindo atesorar un buen recuerdo, pero en tal caso obtengamos la foto de manera eficiente y sin comprometer la vida del animal.
Basta hojear muchas revistas de pesca modernas para advertir que existe un fuerte tendencia a no sacar el pez de su medio natural, que es el método ideal, pero de no ser así, si queremos sacarlo de su medio para obtener el retrato, debemos previamente preparar la fotografía con el pez en el agua, y no al revés como muchas veces ocurre.
Y sólo cuando nuestro compañero fotógrafo nos avisa que tiene listo el foco, la luz, arreglada nuestra ropa y el fondo en forma correcta, recién allí levantamos levemente al pez para obtener una sucesión de rápidas fotos en un breve plazo, e inmediatamente volverlo al agua en el menor lapso posible.
Es que resulta bastante común que, inadvertidamente por efecto de la emoción, se pierde la noción del tiempo y no es raro observar a un pescador avezado incurriendo en el involuntario error de pasearse abrazado al pez mientras su bien intencionado amigo le pide que cambie de ángulo, se saque su sombrero, tire sus anteojos, etc.
Estoy convencido de que debemos aprender a respetar la vida del pez y dejar de lado algo, un poco nada más, de nuestro ego y pensar que la restitución debe ser perfecta, o lo más aproximado a ello que resulte posible, y que para eso debemos pensar antes para obrar durante, caso contrario estaremos en peligro de pagar un precio muy elevado, un riesgo que no me parece que debamos correr.-

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La pasión por la pesca

por Enrique Quintana

Doctor, qué gusto saludarlo.

Una semana antes el abogado defensor bajaba la escalinata de los tribunales, todavía pensando en lo difícil que se estaba poniendo el caso luego de la declaración indagatoria de su cliente, a la que terminaba de asistir.
Hacía tiempo que el abogado sabía que una buena defensa requería la combinación de conocimientos y arte en la presentación de las pruebas y argumentos, y que la dosis a emplear de cada uno de ellos dependía de la razón que tuviese en sus planteos; si el derecho lo acompañaba, los conocimientos técnicos eran más importantes, y, en caso contrario, había que emplear mucho más arte en la estrategia defensiva. El caso que lo preocupaba requería de muchísimo arte.
Siguió el abogado atribulado con sus pensamientos y tratando descifrar cuál era la opinión que tenía del asunto el juez de instrucción, dato que le permitiría pergeñar una defensa más eficaz, pero al que nunca había podido acceder por la distancia que puso siempre el funcionario en las oportunidades que se encontraron con motivo del juicio, como la audiencia que acababa de finalizar, en la que predominó un clima de tensión, poco propicio para la conversación informal, que estuvo a punto de iniciar el abogado, cuando observó en el despacho del juez una fotografía suya, del juez, que lo mostraba con una hermosa trucha marrón. Siendo el abogado también pescador, tenía el tema servido en bandeja de plata, pensó en hablarle al juez sobre la pesca y devolución y hasta sermonearlo un poco porque la trucha estaba tan muerta en la realidad como en la foto, pero su cliente sudaba la gota gorda con su declaración y le pareció de mal gusto intentar el acercamiento con el juez con esa excusa y en ese momento.
Camino a su oficina, el abogado creyó que lo más conveniente sería una nueva evaluación del caso, más serena y reflexiva, cuando se acallaran en su mente lo ecos todavía resonantes de la mala impresión que había dejado la declaración de su defendido. Como tantas otras veces, pensó y se convenció, rápidamente, de que un par de días de pesca le vendrían muy bien para despejarse, cambiar de aire y reemprender su labor de manera más provechosa, a punto tal que al presentar el proyecto de la excursión en su casa, su mujer abortó toda explicación y le dijo, con suficiencia, ya entiendo, se trata de una obligación de trabajo, frase que daba por concluido el tema y a la que siguió un sabio mutis por el foro del abogado.
El abogado se instaló en la hostería, a la que concurría habitualmente cuando pescaba en Junín de los Andes, el viernes por la noche, y luego de unas horas de buen descanso, a la mañana siguiente bien temprano, disfrutaba de un suculento desayuno, cuando vio que llegaba otro pescador al comedor, lo saludó instintivamente, sin reconocer al juez, hasta que éste le dijo, doctor, qué gusto saludarlo.
Al abogado se le hacía cuento lo casual del encuentro, pero como no era un novato en estas lides, se repuso de la sorpresa inmediatamente, mostrándose cordial y sereno, disimulando el entusiasmo que le provocaba la presencia del juez en un ámbito tan propicio para sus intenciones de acercamiento; llevó la conversación por el lado de la pesca y de las características de los ríos de la región, y luego de intercambiar algunos comentarios sobre esos temas obligados dadas las circunstancias, abogado y juez se comprometieron a encontrarse después de la cena para comentar la jornada de pesca.
Ya en el río, el abogado se preguntaba si debió aprovechar la oportunidad de la charla mañanera con el juez para buscar su opinión sobre el caso, como le reclamaban sus pensamientos en ebullición ni bien reconoció al juez en la hostería, pero se conformaba barruntando que seguramente se presentaría otra oportunidad mejor que la inicial, y que no debía mostrarse apresurado ni ansioso para que el juez no pensase, equivocadamente, que existió previsión de su parte en el encuentro.
La pesca, ese día, fue un fracaso para el abogado, no podía concentrarse en los peces, que los había, bastantes y activos, pero que pasaban inadvertidos para él entre sus elucubraciones para encarar la conversación que le interesaba con el juez.
En la sobremesa acordada, juez y abogado se comentaron los respectivos éxito y fracaso con las truchas, tomaron café, whisky, y cuando el abogado elegía entre qué caso difícil que nos ha tocado y estoy preocupado por mi cliente que es un buen muchacho, para empezar la conversación que le importaba, el juez nuevamente lo sorprendió al proponerle qué le parece si pescamos juntos mañana, unos amigos me dijeron que el Malleo está muy bueno. Por supuesto doctor, yo también tengo esa información, mintió el abogado, que hubiese aceptado pescar con el juez en la misma isla de la hostería o en el arroyo Pocahullo.
Ingresaron juntos al río y no se separaron demasiado, ambos podían ver lo que hacía el otro. La primera trucha fue para el juez, reaccionando inmediatamente el abogado, qué buen pescado, doctor, pero el juez, sabiendo que no lo era, le respondió, déjese de joder che, es un pescadito, sólo está bueno para ir calentando las manos.
El abogado no demostró el impacto que le causaron las palabras del juez, el trato amistoso, por un lado, y por el otro la promesa velada de nuevas capturas, lo que le pareció por lo menos de poca modestia; sin embargo, entre sus propósitos no estaba el de contradecir al juez sino acceder a su pensamiento sobre el caso, y para esto, pescar juntos se presentaba como una oportunidad única que no podía permitirse desaprovechar.
Estas especulaciones y otras parecidas llevaron al abogado a descuidar la observación del río y los peces, los lanzamientos y la elección y presentación de la mosca, con la inevitable consecuencia de no obtener un solo pique. Estaba molesto porque, pescador al fin, no le gustaba pasar por ese trance, aunque fuera por estar abocado al que se había convertido en el tema central de su salida de pesca luego de encontrarse con el juez.
Cuando el juez sacó del agua a la segunda trucha, el abogado levantó el pulgar de la mano izquierda en evidente gesto de aprobación y reconocimiento. El juez, ocupado en la devolución, ni lo advirtió.
La próxima trucha del juez, una hermosa arco iris difícil de arrear, provocó un nuevo gesto del abogado, pero esta vez no sólo levantó el pulgar de la mano izquierda, sino que también inclinando levemente su cabeza hacia el mismo lado, la subió y bajo un par de veces, reforzando así la expresión de admiración que surgía de su boca entreabierta. Por dentro, el abogado se remitía a las partes íntimas de la madre del juez.
Esta vez el juez sí lo vio, agachó su cabeza ladeándola levemente, sonrió y abrió lentamente su brazo derecho alejándolo de su cuerpo, como si se tratase de un actor que solo en el escenario recibe, acepta y agradece el aplauso de la platea.
Fue demasiado para el abogado, decidió acercarse a la orilla para preparar el mate, y en eso estaba cuando el juez, que también volvía del río, le dijo creí que nunca me iba a convidar unos amargos.
Ahora sí, ya no quedaban dudas, éste era el momento, el juez estaba exultante por el éxito de la pesca, el tono campechano de sus palabras y el mate compartido eran el escenario ideal para una charla amistosa, el abogado no estaba dispuesto a dejarlo pasar, tomó impulso luego de acabar el primer mate, que le correspondía por cebador, y le preguntó directamente al juez, doctor, qué mosca está usando?

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Correo de lectores

Mateo Mario Barone (Tito) es un socio de la AAPM que está radicado en la ciudad de Bariloche desde hace más de quince años. Además de ser un avezado pescador y colaborador habitual de este Boletín, mantiene una preocupación constante por los temas relacionados con la conservación del recurso pesquero y la reglamentación y fiscalización de la pesca deportiva, aspectos que aborda con opinión propia y reflexiva.
La carta que transcribimos a continuación -con autorización del autor y destinatario-, si bien no fue dirigida al Boletín Mosquero, creemos que evidencia un sentimiento que es común en muchos de nuestros socios, por lo que decidimos su publicación en esta sección del Boletín.

Estimado Martín:

Hoy por la mañana estaba viendo el programa de pesca con mosca “Fly cast América” en ESPN + canal 613 de Direct TV.
En el mismo vi a Carlos y Alejandro Scheller por quienes siento tanto aprecio y agradecimiento por el trato que nos brindaron en las oportunidades en las que salimos de pesca con ellos, el mismo sentimiento de agradecimiento que siento por la esposa de Carlos y madre de Alejandro, siempre pendientes de las situaciones climáticas y conectada continuamente vía radio con quienes pecábamos en el Río, lamento no recordar su nombre señal inequívoca de que cada vez estoy más viejo.
Recuerdo todo el esfuerzo de esa familia relacionada con la pesca deportiva, que han elegido como medio de vida, sus sinceros saludos de felicidad para las fiestas de fin de año o sus llamados telefónicos para saludar cada vez que andan por el sur y las atenciones que le brindaron a mi hijo Ignacio a quien alojaron varios días y sacaron a pescar sin ninguna necesidad, por cuanto, una vez más ellos habían cumplido acabadamente con todo lo que les correspondía.
Reviví por algunas imágenes que pasaron de la vida cotidiana de Goya, la amabilidad de su gente, la vida pueblerina que hemos disfrutados más de una vez, la atención cálida y cordial recibida en los hoteles o en aquella casa en la que nos hospedamos la primera vez, muy cerca de la terminal de micros de Goya, aquella casona antigua en la que cocinaba una Sra. de unos 70 años, de una lucidez increíble y una fuerza que le permitió cocinar bastante más de lo que, a pesar de nuestros esfuerzos, pudimos comer nenes como Ignacio vos y yo. Sí, esa Sra. que se asomaba a la calle al paso del micro que llevaba de regreso a sus pescadores a los lugares de origen.
Una vez más gente relacionada con la pesca deportiva haciendo del ofrecimiento de servicios un medio de vida en la difícil y compleja Argentina.

¿Por qué no fuimos más a Goya?
En unos de las primeras imágenes de la filmación aparece lo que creo es un “pepitero de collar”, pequeño pájaro muy bonito, que identificamos en otro de nuestros viajes, esta vez con Peto, quien tenía entre sus cosas una guía para la identificación de aves de Narosky, acá nuevamente el recuerdo de esos viajes a Goya me lleva al asado que nos preparó este, bajo los árboles en un arroyo de los tantos que hemos recorrido, las discusiones tratando de establecer las diferencias entre el cardenal común y la cardenilla, la fauna exuberante y la flora indescriptible.
También recuerdo esta vez con Cristian de acompañante, la quema de pastizales que opacaban el sol y el griterío de los monos aulladores alertándose mutuamente por el estrés ante esta situación.
Cuántas cosas hemos vivido en Goya.
Me pregunto una vez más ¿Por qué no voy más a Goya?
A lo largo de la filmación un personaje apodado “Tulio” habla de la pesca con mosca, que es lo que dice no recuerdo, no puedo prestar atención porque mi cerebro trabaja sin cesar. Yo lo conozco, pero su refinado aspecto vestido de guía de pesca con mosca no me permite ubicarlo con certeza, no cuadra en mi cabeza la indumentaria de un gentleman figurín de la etiqueta de la pesca con mosca y esa cara, tal vez en otro contexto pudiera lograr la identificación completa que de paz a mis pensamientos, pero bueno ya te lo dije antes, estoy cada vez más viejo.
La filmación avanza con algunas capturas y a tantos kilómetros de distancia, en este invierno cambiante patagónico, mi mente se ubica nuevamente en los alrededores de Goya, en aquel arroyo al que nos llevó Peto, ¿te acordás?, donde después de un par de días con poca pesca teníamos la esperanza de revertir la situación,  donde encontramos un gigantesco cardumen de sábalos y por supuesto tras ellos estaban los doradillos ya en esa época, aunque no tan distante, era difícil encontrar dorados importantes. Recuerdo que era tal la cantidad de sábalos que en nuestros intentos de pescar dorados, de vez en cuando robamos algunos de la cola o de alguna aleta, que por supuesto devolvimos a su medio, también recuerdo que algunos de esos sábalos tomaron la mosca. Si, esa mosca gigante para dorados, ¿Te acordás que lo registramos en algunas fotos?
Qué días pasábamos en Goya, parece tan distante ¿Por qué no hemos vuelto más?
Recuerdo también que ese día y a través del campo, traccionada  por una camioneta roja bajaron al arroyo una poderosa Carolina Skiff con un gigantesco motor. Recuerdo los gritos para poder coordinar la bajada de semejante equipo entre los arenales del río, creo eran cuatro personas, eso sí, cuando pusieron en marcha ese motor y pasaban a toda máquina recorriendo de punta a punta el pequeño arroyo, el ruido era ensordecedor y anulaba por un instante la sensación de estar en el paraíso, es más, hacían más ruido que esos dos Pucará, de la cercana base aérea de Reconquista, que sobrevolaron el arroyo.
Lo recuerdo como si fuera hoy.
La filmación continúa, pero ya no tiene mucho sentido para mí, lo realmente importante fue su efecto disparador de recuerdos, vuelvo a ese día y me parece escuchar la incansable gritería que reinaba en esa embarcación y que duró todo el día, ¿Te acordás?, si bien pescamos algunos dorados no era ni por asomo un día de excelente pique.
Siempre a la distancia nos asaltaba la duda, ¿estarán sacando tantos dorados?
Ya al atardecer, estábamos cerca de donde intentaban sacar su embarcación, cosa ahora mucho más difícil que cuando vinieron, cómo no vamos a dar una mano.
¿Te acordás nuestras caras cuando estuvimos cerca de la embarcación?
Una Carolina de unos 6 m de eslora, 2 m de manga y casi 1 m de puntal con tres individuos de aspecto muy pero muy humilde, típicos de los suburbios pobres de Goya, que contrastaban felinescamente con la embarcación de ese Sr. atildado con muy buena presencia, que se nos presentó como “Outfitter de la zona”.
¿Te acordás que los cuatro estaban parados dentro de la lancha y que no se les veían las piernas?, ¿te acordás?, no se podía creer, llenaron una Carolina de sábalos hasta la borda.
Te acordás que atónito ante esa situación y creo que balbuceando le pregunté, ¿pero porqué?.
Yo recuerdo perfectamente la respuesta del outfitter.
“Flaco hay que pagar el combustible”
Y en este dantesco devenir de imágenes, encontré el contexto de esa cara, claro era Tulio,  imposible reconocerlo con el atuendo refinado de outfitter, si yo lo vi ese día con sus piernas hundidas hasta los huevos entre los sábalos muertos.
¿Cómo olvidarme?
Ahora recuerdo porqué no fui más a Goya.
A pesar de tan buenas personas y recuerdos, pudo más el doble discurso de sólo uno de estos mercenarios de la caza y de la pesca.
Martín, cuántos recuerdos, cuánta pena.
Un saludo y un abrazo.

Tito

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William Charles Stewart

Por Andrés Álvarez

William Charles Stewart (1833-1872) fue un abogado escocés, soltero como Skues, que como éste, dividía su tiempo entre la práctica de la profesión y la pesca deportiva.
Sus métodos de pesca se adaptan a la región sur de su país y se ven reflejados en su libro The Practical Angler, or The Art of Trout Fishing, More Particularly Applied to Clear Water editado en l857. Claro que un angler de aquel momento era bastante diferente de uno actual, y debía dedicarse, entre otras cosas, a la confección de su propio equipo, y dominar técnicas diversas como pescar con lombrices, gusanos y carnadas naturales como pececillos salados, y además con moscas.
Si bien el enfoque de su libro es evidentemente enciclopédico, dada la diversidad de temas que abarca, el objetivo del autor, expresado en el subtítulo, es describir los métodos de pesca para cuando, finalizado el deshielo y con ríos claros y aguas bajas, las condiciones se tornaban difíciles.
Los ríos de la región sur de Escocia, en la frontera con Inglaterra, donde pescaba Stewart, son de ladera de montaña, cauce de piedra, corriente pronunciada y frecuentes desniveles. Su caudal fluctúa periódicamente conforme los deshielos, que hacen que las aguas estén altas y turbias; o bajas y claras. Y de ahí el objetivo del libro, que se proponía explicar las técnicas apropiadas para aquellas condiciones en que, por la claridad del agua fuera muy difícil aproximarse a un pez sin espantarlo, asumiendo que cuando el río lleva agua y ésta se encuentra turbia, cualquiera pesca.
Precisamente la técnica que recomienda de lanzar aguas arriba, para no ser visto por los peces, es una de las razones que ha hecho a su libro notable, sobre todo teniendo en cuenta la época en que lo escribe, y que está hablando principalmente de moscas húmedas. Cuando la técnica habitual con éstas, ha sido al través y aguas abajo.

Claramente, presentar aguas arriba es una forma que surge casi naturalmente tratándose de secas, dado que la mosca siempre está a la vista del pescador. Pero la dificultad en la detección de los piques cuando pescamos húmedas o ninfas y no vemos la mosca, ha hecho que se tienda a pescarlas aguas abajo, para contar al menos, con una línea tensa que los trasmita. Tendencia que resulta muy difícil de contradecir con argumentos puramente teóricos, como el movimiento poco natural que representa una mosca desplazándose venciendo la corriente de un río.

 

Black Spider atada en palmer sobre el tercio anterior del anzuelo,

del modo propuesto por el autor.

 

 

Dun Spider

 

Estas mismas consideraciones vertía el autor, y lo hacía ciento cincuenta años atrás en la primera edición de su libro –la segunda y última fue en l858- lo que posiblemente explique por qué las moscas que describe sigan siendo eficaces aún hoy, destacando el hecho que ningún insecto tendría la capacidad de desplazarse en un río corriente arriba. Y que ninguna trucha tomaría un artificial que se comportara de esa manera.

Así dice, manifestándose extrañado, que pescadores que ponen tanta atención en los factores imitadores, como la forma, el color o el tamaño, no adviertan que un pez no habrá de tomar como un insecto algo que se comporta como ningún insecto lo hace. –pág 62-. Aquí puede ser mencionado como una regla, que cuando más refleje la artificial los movimientos de la natural en similares circunstancias, más grandes van a ser las posibilidades de éxito. Cualquiera sea la razón por la que la trucha tome la artificial, es obvio que va a ser engañada por el movimiento natural antes que por una que no lo sea. Cuál no sería su sorpresa si viera el insecto que está acostumbrada a comer cuando es arrastrado por la corriente, atravesando ésta con la fuerza y la agilidad de una nutria. –pág 54-

Stewart, si bien no podría sostenerse que es el único, sí es uno de los primeros en afirmar con vehemencia este método de presentación, adecuado a truchas pequeñas y vivaces, que salían velozmente de atrás de las piedras para tomar los insectos traídos por la corriente.
Las moscas que describe, para ser pescadas como húmedas son Spiders (arañas), sosteniendo que de ahí proviene su nombre, dado que si se parecen a algo entre los insectos, sería precisamente a una araña –pág 67- y que consistían en un cuerpo de seda de montaje y un collar de pluma blanda, soft hackle.
El cuerpo, generalmente en dos capas, ocupa las dos terceras partes anteriores de la pata del anzuelo; y el ala, de pluma blanda, montada en palmer. Esta es una diferencia de las moscas escocesas con las Spiders actuales, en las que el cuerpo ocupa toda la pata del anzuelo y la pluma se ata en collar y muy rala, sobre el ojo.
La describe en tres versiones, black, atada con una pluma pequeña de estornino macho y seda marrón; red con una pluma del hombro de gallareta y seda amarilla, y dun atada con una pluma marrón pardo o color ceniza.
El creador de estas moscas es ciertamente desconocido y parecen ser más bien, moscas típicas de esa región. Stewart mismo consigna, con relación a la Black Spider, que a él se la dio un pescador profesional llamado James Baillie, a quien cita en el prefacio de su libro como una de las figuras de la época.
Lo que Stewart buscaba lograr es la apariencia de vida, de un insecto arrastrado por la corriente. Su enfoque impresionista no hace ninguna diferencia con que fueran ninfas o adultos ahogados, ni tampoco trata de imitarlos, pues para pescar en esas aguas de rápida corriente, ni él ni la trucha tenían demasiado tiempo para examinar con detenimiento, qué es lo que estaba circulando por el agua. Esta apariencia la lograba con la silueta de un insecto que imitaba el cuerpo de la mosca, y las fibras de pluma que salían del tercio anterior del anzuelo, simulando patas emergiendo del tórax, en todas direcciones. La estrategia de pesca consistía en que la corriente por sí misma animara a la mosca dando movimiento a las fibras del collar, y dado que ésta en esas aguas pasaba con rapidez, la trucha debía tomar una decisión casi instantánea.

Soft Hackle atada con collar al modo actual.

 

Sus spiders siguen siendo muy eficaces hasta el día de hoy pescándolas en las condiciones adecuadas, caídas de agua, correderas, entre piedras y en general lugares con corriente rápida. Y resultan un modo ingenioso de resolver el problema de cómo activar el artificial imitando vida. Parece claro que un insecto alado totalmente formado, posado sobre el agua, un imago, permanece quieto; por lo que para imitarlo, basta concebir un artificial que se mantenga a flote y produzca sobre la película la impronta adecuada. Pero un insecto en sus formas subacuáticas, sí se mueve, aun cuando lo haga muy lentamente. Y este problema de cómo activar una ninfa o emergente para que parezca viva, fue una dificultad que encontraron todos los que pretendieron pescar de esa forma, y llevó a algunos a sostener, que no era posible pescar con ninfas, cuando se la discutía frente a la mosca seca, dado que no era posible conferirle tal movimiento a un artificial. El problema recién habría de ser resuelto cien años después, cuando Sawyer y Kite propician el “induced take”, una leve levantada de la ninfa ante el pez, como un modo de animar ésta simulando su ascenso.
Para conferirle esta ilusión de vida y que la mosca derivara naturalmente arrastrada por la corriente era necesario lanzar aguas arriba, también era necesario hacerlo para ocupar una posición oculta con relación al pez, pues debemos recordar que estamos hablando de un libro escrito a mediados del siglo anterior, y que el angler por más practical que fuera, solamente podía levantar la línea y volverla a posar, pero no realizar un lanzamiento.
Para el atado recomienda la utilización de una pluma blanda, cuyas bárbulas se afinaran hacia la punta, lo suficientemente flexibles como para ondular en el agua. Por ello desaconseja las de gallo por ser muy rígidas, encontrando más apropiadas las de estornino –del cuello o las que cubren al hombro– gallareta, torcaza y en general las de aves pequeñas y no aves de corral. Los anzuelos con curva “round” estimando que los Limerick no resultan apropiados pues la punta no se encuentra en línea con el tiro. Las marcas Barthett & Son y Addlington & Hutchinson lamentablemente no poseen en la actualidad una equivalencia clara; y la medida 00 podría representar actualmente un 16 en lo que a abertura se refiere, aún cuando no resulten comparables ni el largo de la pata ni el calibre del alambre.
Las Spiders escocesas, como modelos adaptados a los ríos de esa región, han permanecido casi inmodificadas a través del tiempo, y es hasta el día de hoy que algunas de ellas siguen conservando su denominación en el dialecto regional, como la Water hen “Bloa” por blue, azul.
Se trata de un patrón de atado muy antiguo, que en sus orígenes formaba parte de las moscas húmedas, en una época, a mediados del siglo anterior, cada región de Inglaterra tenía sus propias moscas.
Si bien por ese motivo no resulta posible establecer una clara línea evolutiva entre esas moscas regionales y los modelos actuales, sí parece claro que se desarrollaron de un modo diferente a ambos lados de la frontera con Escocia, dando lugar a dos líneas diferentes; los patrones escoceses que se han mantenido hasta la actualidad, y los ingleses llamados North Country Flies o North Country Spiders, moscas de la región norte de Inglaterra fronteriza con Escocia; y que se diferencian de las primeras por un cuerpo ligeramente más largo que ocupa todo el largo de la pata y la pluma que actualmente se ata en collar. Estas moscas, en la región sur de Inglaterra, debieron adaptarse a cursos de agua de llanura, con corriente más lenta y mayor cantidad de insectos, y así evolucionaron hacia modelos mucho más imitadores, para ser usados no solamente en aguas que llevaban una mayor abundancia de alimento sino también con truchas que tenían mucho más tiempo para examinarlas, transformándose en las actuales soft hackle, con un abdomen segmentado, un tórax o en ocasiones una pequeña bolilla de dubbing que evita que la pluma se adhiera al cuerpo.
En realidad esta última posibilidad es algo impensado con relación a las spider, dado que están concebidas para ser pescadas aguas arriba y en agua en movimiento que anime las bárbulas.
Ciertamente ninguno de los autores, ni quienes las usaban en sus comienzos, ni quienes luego escribieron sobre ellas, como Skues, aciertan a determinar con precisión qué imitaban. El concepto general es que reflejaban un insecto totalmente desarrollado, arrastrado por el agua. La realidad es que a mediados del siglo anterior, todavía no estaba claro si los insectos que se veían sobre el agua, salían de debajo de ella, o venían volando y se posaban. De ese modo queda en evidencia que no representaban ninfas ni emergentes.
Las observaciones posteriores sobre el ciclo de vida de los insectos, hizo que se desarrollaran patrones de atado más definidos, que guardaran mayores semejanzas con los distintos estadíos por los que aquellos transitaban hasta llegar a adultos. Y esto parece reflejarse en la propia denominación de las moscas, que no llevaban los nombres de insecto alguno, sino de los materiales con que éstas estaban confeccionadas. Partridge & Orange, Snipe & Purple, un método ciertamente arcaico, que luego cambia cuando, como consecuencia de las observaciones en entomología, comienzan a imitarse insectos concretos.
En la actualidad estas moscas se han transformado en modelos clásicos que los atadores reproducen con los materiales originales como las sedas Pearsall`s Gossamer, y su asombrosa eficacia hace que sean permanentemente redescubiertas por los autores, quienes encuentran una síntesis de diseño imaginada ciento cincuenta años atrás.

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