Boletín Mosquero 48

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Información General

Morena

Anzuelo: Mustad 9671 #12 a 18
Cola: Fibras de pluma de gallo negras
Abdomen: Un bajo cuerpo en forma de cono, confeccionado con hilo poly streach y recubierto por un alambre de cobre enroscado al mismo.
Torax: Dubbing negro con mucho pelo de guarda (visón, ardilla o similar)
Wing case: Conjunto de alambres de cobre de idéntico color pero más finos que el del abdomen.
Mosca atada por Mario Capovía Del Set

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SOCIOS NUEVOS

Les damos la bienvenida a los que se asociaron durante el último trimestre.

Socios Activos

1206 Orlando Oscar Saggion – julio´02
1207 Alberto Federico Arri- julio´02
1208 Daniel A. Caballo- julio´02
1209 Diego Mariscal- julio´02
1210 Ignacio Domínguez Lemoine- julio´02
1211 Joaquín Domínguez Lemoine- julio´02
1212 Juan Francisco Pujana Etchepareborda- julio´02
1213 José María Martínez Ortiz- agosto´02
1214 Diego Federico Monge Navarro- agosto´02
1215 Fernando Luis Calvi- agosto´02
1216 Alberto Enrique Fernández-agosto´02
1217 Alberto Alejandro Sassoon- agosto´02
1218 Alberto Torres Agüero- agosto´02
1219 Luis Alberto Costa- agosto´02
1220 Daniel Gustavo Nordahl-Olsen- setiembre´02
1221 Pío E. Martínez- setiembre´02
1222 Daniel Pierda- setiembre´02
1223 Carlos Alberto Chiarel- setiembre´02
1224 Justo Alcides Riveros- setiembre´02
1225 Juan Pablo Van Keulen- setiembre´02

A todos ellos les deseamos que participen de las muchas actividades de nuestra Asociación. Especialmente agradecemos a los socios adherentes, que, aún no encontrándose cerca de nuestra sede, colaboran con las actividades institucionales desde la distancia.

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La tararira va a la Universidad

Nuestra Asociación se encuentra trabajando en conjunto con investigadores del Area de Acuicultura de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Centro (www.vet.unicen.edu.ar). Este grupo está dirigido por el Lic. Fabián Grosman, autor de un novedoso libro sobre la pesca del pejerrey como recurso económico que debe manejarse con criterios de sustentación.
En ese sentido, nuestra propuesta fue comenzar un trabajo similar con la tararira, ofreciendo nuestro apoyo insitucional y económico para ello. Esto reafirma nuestro compromiso con cuidar de este pez que, como hemos mencionado en repetidas oportunidades, se encuentra totalmente desprotegido.
Ya se encuentra elaborado un plan de acción que incluye tareas de campo e investigación durante el verano y la emisión de un informe final para mediados del año 2003.
Creemos que el estudio de la especie como recurso es un comienzo necesario para convencer a pescadores, medios, operadores y dirigentes, de su valor deportivo y económico, de ese modo estaremos más cerca de una reglamentación que tienda a la protección de la tararira.
El día 10 de octubre, el Lic. Grosman asistirá a nuestra sede para dar una charla titulada: “Pejerrey – biología para pescadores” en la que, seguramente, comentará los detalles de este estudio.

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Congreso de Pesca Deportiva y Turismo

Los días 9 y 10 de agosto de 2002 se realizó, organizado por la Secretaría de Turismo y Deporte de la Nación, en el salón de conferencias de la Sociedad Rural el I Congreso de Pesca Deportiva y Turismo.
El objetivo de este congreso fue identificar el posicionamiento de la pesca deportiva como actividad turística de la Argentina. En tal sentido, se ha desarrollado una metodología de trabajo consistente en paneles y mesas redondas en las que se expuso la situación de cada una de las provincias en relación a la actividad. También se realizaron seminarios y talleres en los que se abordaron los temas de manejo, investigación, legislación y control, potencialidad turística de la pesca y situación frente a la demanda actual y potencial, promoción y búsqueda de nuevos mercados. En el panel de asociaciones de pescadores la AAPM estuvo representada por el presidente Lic. Juan Pablo Gozio quien expuso sobre las actividades de nuestra asociación especialmente en lo referido a la enseñanza, a la difusión y a la participación de la asociación en políticas de manejo del recurso. Su exposición estuvo ilustrada con una muy completa presentación en pantalla gigante con gráficos y síntesis que resultaron muy apropiadas teniendo en cuenta lo heterogéneo del auditorio. En ese panel también participaron representantes de FePyLGraBA, del Club de Caza y Pesca Nahuel Huapi y de otros clubes de la Pcia. de Buenos Aires. Fue moderado por el Dr. Ideler Tonelli ex director de Parques Nacionales y ex presidente de la Asoc. Platense de Pescadores con Mosca.
El día domingo, se llevaron a cabo los talleres y seminarios. Allí también la AAPM estuvo bien representada por el secretario Dr. Carlos Villaggi quien, previa exposición de conceptos básicos, coordinó el taller de “Legislación y Control de la Pesca Deportiva”. Estos talleres tuvieron muy buena concurrencia y la participación de los asistentes fue muy importante. Como corolario de esos talleres se elaboraron conclusiones que servirán de base a los futuros congresos que la Secretaría se comprometió a realizar.
La AAPM llevó al congreso especialmente tres temas, el control, la necesaria reglamentación de la pesca de dorados y tarariras y la solución del tema de los accesos especialmente en algunos ambientes.
Si desean consultar las conclusiones completas del Congreso, se pueden consultar en www.turismo.gov.ar.

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Reglamento Patagónico

Como todos los años se realizaron las reuniones de la Comisión Consultiva de Pesca Patagónica. El primero de los encuentros fue en la ciudad de Bariloche y el final se realizó en nuestra sede social. Como desde hace más de 10 años nuestra Asociación estuvo representada por Carlos Villaggi y Juan Pablo Gozio. Asistieron a la reunión representantes de Parques Nacionales, y de las provincias de Neuquén, Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Tierra del Fuego, provincia que finalmente se integró al convenio patagónico y por lo tanto participa del mismo reglamento. En la reunión se hizo un análisis pormenorizado de la temporada pasada, para luego pasar a tratar las propuestas de modificación al reglamento (parte general). Las más significativas, que fueron aprobadas, tienen que ver con la apertura temprana el 1° de noviembre y la finalización de la temporada de pesca el 1° de mayo. Este año, la edición del reglamento será donada por la Secretaría de Turismo de la Nación, entidad a la que felicitamos por la iniciativa, que es más valiosa tendiendo en cuenta la situación general de nuestro país.

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7ª Reunión de asociaciones

El día sábado 31 de agosto, se realizó en la sede de la Asociación Necochense de Pesca con Mosca la 7° reunión de Asociaciones de Buenos Aires.
En el marco de cordialidad y buena predisposición habitual, se repasaron los temas originados en reuniones anteriores, y se centró la charla en el Periódico Mosquero Argentino, el cuál se encuentra en etapa de elaboración. Creemos que con el paso del tiempo, con las tareas compartidas y con el agregado de nuevos miembros, esta unión va mostrando como se hace la fuerza. Adelante!

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Cocktail 28° Aniversario

Como es tradición, el jueves 25 de julio se realizó el “Cócktail Aniversario” en nuestra sede. El evento contó con la participación de muchos asociados y amigos de otras asociaciones. Por supuesto no faltaron los ingredientes habituales de cordialidad, exquisitos alimentos y el brindis final. Gracias a la colaboración de anunciantes y amigos, realizamos el, también tradicional, sorteo de premios. El Sr. Presidente dirigió unas palabras a la concurrencia, enfatizando la importancia de encontrar en nuestra asociación un ambiente para el compromiso, el esparcimiento y la amistad, en este entorno tan hostil que vive nuestra Nación.

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Asamblea General Ordinaria

En cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 25 del Estatuto, la Comisión Directiva convoca a Asamblea General Ordinaria para el día 24 de Octubre de 2002, a las 19 horas, en la sede social de la calle Lerma 452, Capital Federal, a efectos de considerar la Memoria, Balance General, Inventario, Cuenta de Gastos y Recursos e Informe del Organo de Fiscalización del ejercicio finalizado el 30 de junio de 2002 y elección de autoridades para el próximo período de dos años. Sobre el final brindaremos en un cocktail para compartir futuros proyectos. Esperamos contar con su presencia.

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Agradecimientos

En esta sección expresamos el agradecimiento que siente la Asociación a todos los que han colaborado con su tiempo, dinero o bienes. Entre los muchos que lo han hecho, mencionaremos a:
Conferencias: Fernando Beltrán (PTE. Grupo de Los Espinillos),Juan Scalise (Pte. Asoc. Uruguaya de P. M.), Rogelio Durán, Marcelo Morales, Carlos Tam, Diego Flores, José Luis Scrivano,
Comidas : Roberto Munín, Martín Rodríguez de la Torre.
Arreglos en Sede: Carlos Becerra, Eduardo Huerta
Concurso de Lanzamiento: Organización Alejandro Raimondo.
Cursos: Nicolás Cafaro, Bruno Carrera y Mario Capovia
Al Bebe Anchorena por la donación de libros y revistas
A los comerciantes y amigos que donaron elementos para sortear en el Concurso de Lanzamiento: Mario Capovia, Roberto Vercellini, Armando Maubré, Gerardo Grau.

Al socio Héctor Gugliermo por haber trabajado en la puesta a punto de la PC de la secretaría.
A todos ellos y a los muchos más que anónimamente ponen su tiempo y esfuerzo a disposición de la Asociación, y son ejemplo de entrega por la pesca con mosca y el cuidado del recurso pesquero, les decimos:

¡MUCHAS GRACIAS!

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Proyecto Arroyo Baguilt

En la Provincia del Chubut avanza a paso firme este proyecto. El mismo consiste en reformular la piscicultura allí existente para transformarla en un centro de observación, estudio y también manejo de salmónidos.

Ese ambiente es un lugar de propiedad del estado provincial, rodeado de grandes bellezas naturales como la Serranía de los Barrancos. Allí se piensa trabajar en el manejo de la pesca deportiva y al mismo tiempo levantar un pequeño complejo que sea un foco de atracción turística a los visitantes de la zona que podrán concurrir a visitarlo, observando peces, instalaciones y oportunamente recibiendo información didáctica.
El Proyecto de Arroyo Baguilt constituye un claro ejemplo de implementación de modernas políticas de manejo del recurso pesquero, relacionándose directamente con la educación y investigación.

Las autoridades provinciales han distinguido a ala AAPM, ofreciéndonos el apadrinamiento de un sector de ese ambiente, transcribimos las cartas que sintetizan la propuesta y su aceptación.

RESPUESTA

Buenos Aires 3 de septiembre de 2002

Sr. Director de Pesca Continental
de la Provincia del Chubut
Guillermo H. Barreiro
PRESENTE

De nuestra consideración:

Nos dirigimos a Ud. en respuesta a su carta del día 21 de agosto del corriente.

Hemos recibido esa carta con mucho entusiasmo. Queremos agradecerle las conceptuosas consideraciones que en ella se hacer en relación a nuestra Asociación.

También queremos decirle, sin falsos cumplidos, que nosotros reconocemos en Usted y en los otros integrantes de la Dirección de Pesca continental del Chubut a un grupo de personas que han protagonizado un rápido y sostenido avance en el manejo de la pesca deportiva en esa provincia.

Además estamos convencidos en que ese avance será sostenido en el tiempo a pesar de las enormes dificultades, especialmente económicas, que debemos enfrentar todos los sectores involucrados con la conservación y el manejo de recursos naturales.

En relación a su propuesta de participación en el proyecto de Arroyo Baguilt, nuestra respuesta es una contundente aceptación. Pero deseamos ampliar nuestro compromiso y esperamos poder coordinar juntos cuales serán las actividades y los aportes que la AAPM podrá realizar a ese proyecto en el futuro cercano.

Inicialmente queremos ofrecerle un espacio en nuestra publicación “Boletín Mosquero” para editar allí un artículo de difusión del proyecto.

La AAPM, acepta entonces el apadrinamiento que generosamente se nos hace y esperamos poder coordinar juntos las acciones futuras.

Lo saludamos muy cordialmente, haciendo extensivo este saludo al resto de sus colaboradores,

Carlos Villaggi Juan Pablo Gozio
Secretario                                          Presidente

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Salmón del Atlántico

Península Kola – Rusia

Desde hacía casi tres años tenía una invitación pendiente de mi amigo Mike Savage de ir con él a pescar salmón del Atlántico al nuevo paraíso de la pesca, península Kola en Rusia, abierto después de la caída de la Cortina de Hierro.

El programa era pescar en dos ríos distintos, una semana en cada uno. Nos decidimos por el Varzuga como primer río a pescar en la segunda semana de Junio de 2002 y el Kola para la tercera semana.

Mi ansiedad por ir a pescar por primera vez salmones fue creciendo a medida que la fecha se acercaba. No solamente el hecho de la pesca de salmones en sí me tenía sobre ascuas, sino la perspectiva de realizar un viaje tan largo y fuera de lo común por lugares donde normalmente uno difícilmente iría a hacer turismo también me llenaba de curiosidad.

La ruta que elegí fue, tal vez, la más directa y menos costosa, obviamente, pero que me llevó a recorrer mas de 20.000 kilómetros, 24 horas de vuelo netas y cinco días de viaje con pernoctes en Buenos Aires, Moscú y Murmansk ya en la península Kola, la cual queda al norte del Círculo Polar Artico, con una noche perdida de sueño ya que, entre Buenos Aires y Moscú, hay seis horas de diferencia horaria “hacia delante” en el reloj. Esto solamente de ida y sin contar las dos horas de helicóptero entre Murmansk y el campamento de Roxton Bailey Robinson en el Upper Varzuga, (Varzuga superior).

La península Kola es un apéndice de la península escandinava y está orientada en una dirección general Oeste – Este, con el mar Barents al norte y el mar Blanco al sur de la misma. Al estar ubicada prácticamente toda al norte del Círculo Polar Artico tiene unos inviernos largos y muy crudos, con temperaturas bien por debajo de los 30ºC negativos. Por lo contrario, los veranos son muy cortos y muy calurosos, con temperaturas por encima de los 30ºC positivos, lo cual produce una vegetación muy particular, con áreas boscosas de coníferas, en general cipreses y abedules. El sol aquí no se pone nunca durante el verano.

El paisaje en la península es boscoso, con muchos lagos y ríos, con vastas extensiones de tundra, muy similar a la zona central y sur de Tierra del Fuego, con una zona montañosa al oeste de la península disminuyendo las elevaciones hacia el este al igual que los bosques que se van raleando hacia el este también.

Por lo general los ríos que desembocan al norte de la península al Mar Barents son ríos de grandes salmones pero en menores cantidades y los ríos que desembocan hacia el sur, Mar Blanco, tienen mayores cantidades de salmones pero de tamaño menor.

Los principales ríos son, de oeste a este y en el sentido de las agujas del reloj: Western Litsa, Ura, Kola, Rynda, Kharlovka, Eastern Litsa, Siderovka, Varzina, Jokanga, Ponoi, Pulanga, Strelna, Varzuga y Umba. Ríos tributarios, aunque menores, también son importantes, como el Pana, Kitza, Tuloma, Pecha, Bear, y muchos otros más.

El campamento

Casi todos los campamentos de pesca en la península Kola están en zonas muy aisladas. Los pueblos más cercanos a nuestro campamento del Upper Varzuga era el Umba a unos 140 kilómetros y el Varzuga a unos 90 kilómetros, ambos pueblos sobre el mar Blanco en la desembocadura de estos ríos. En invierno es cuando se puede llegar por tierra, pero únicamente en motos de nieve en un viaje de dos días si las condiciones son buenas.

Nuestro campamento estaba ubicado en un claro del bosque, a unos seis metros sobre el nivel del río y a orillas del mismo. Relativamente nuevo ya que el anterior fue barrido por un deshielo tres temporadas atrás. Fue construido con gran esfuerzo ya que todos los elementos tuvieron que ser transportados hasta ese lugar por helicóptero.

Constaba de siete cabañas con comodidades para dos personas cada una. Una cabaña más grande era nuestro comedor y sala de estar, y había dos cabañas mas de similar tamaño, una era la cocina y el comedor para los guías y la segunda era el baño con duchas de agua caliente y todos los demás servicios. El baño era “unisex”, nos turnábamos con las damas para usarlo.

El campamento se completaba con una casa de madera, amplia, donde se alojaban los guías y el resto del staff, una cabaña para depósito y otra donde estaba el “bania”, baño sauna ruso. La electricidad era provista por un generador y el agua que tomábamos era del río o mineral en botellas.

Nos levantábamos a las ocho de la mañana y después de un desayuno muy abundante nos íbamos a pescar por todo el día. Los desayunos no eran para hacer dieta. Había huevos revueltos, jamón cocido y panceta ahumada fritos, panqueques con melaza, chorizos fritos, avena con leche, tostadas de pan casero, manteca, mermelada, jugos, café, té. Al no tener mi mate y al no estar acostumbrado a tanta comida a la mañana me las arreglaba con jugos o café y dos tostadas con mermelada.

El almuerzo era preparado en el río por el guía y consistía en un salmón asado en papel de aluminio, acompañado por algún sándwich o tortilla fría, cerveza o agua mineral, fruta de postre, té o café y alguna barrita de chocolate o alguna otra golosina. Tras una corta sobremesa seguíamos pescando toda la tarde.

Alrededor de las ocho de la noche ya nos juntábamos en el campamento y después de una ducha reparadora nos sentábamos en la cabaña comedor a esperar la cena mientras comentábamos las actividades del día y planificábamos las del día siguiente tomándonos algunos aperitivos, sobre todo unos Bloody Mary muy bien preparados por Justin MacCarthy, el manager del campamento.

Las cenas eran abundantes y sabrosas basadas en recetas inglesas. Una noche nos ofrecieron como novedad carne de oso. No todos quisieron probar. Como a mí me gustan las carnes salvajes me di el gusto con el oso. Resultó una carne muy buena, oscura y fuerte como cualquier carne salvaje.

El clima

Tuvimos un clima excelente con días de hasta 29ºC. Todos excepto uno, el jueves, que pasó un frente frío del NE el cual trajo un poco de lluvia, viento y un pronunciado descenso de la temperatura. Esta, en pocas horas, bajó de 19ºC a las diez de la mañana a 6ºC a las tres de la tarde, con una sensación térmica de 0ºC.

Los insectos algunas veces llegaron a ser una pesadilla. Los que mas abundaban eran unas mosquitas tipo “midge” que lo único que hacían era molestar y los mosquitos que eran, ellos sí, terribles, porque no se los sentía picar pero una vez terminada su fiesta dejaban unas ronchas que duraban días. En la cabaña teníamos la precaución de mantener siempre las puertas cerradas. Nunca nos molestaron de noche.

La pesca

Mientras nos tomábamos los aperitivos antes de la cena organizábamos la pesca para el día siguiente. En el grupo éramos siete pescadores, entre ellos una mujer, todos amigos entre sí. El esquema hacía que rotáramos cada dos días las parejas y los guías, pescando todos con todos, disfrutando de la compañía mutua. Todos eran expertos pescadores de salmón y conocían el río desde hacía mucho tiempo, algunos mas de diez años. También se hacía la distribución de las parejas y guías en las diferentes zonas de pesca. Esto ya era por elección o por rotación no estricta.

El río Varzuga tiene unos 250 kilómetros de extensión. La sección de río que le correspondía a nuestro campamento era de unos 18 kilómetros, de los cuales doce se encontraban río arriba del campamento y los restantes río abajo.

Normalmente el traslado a la zona de pesca se hace en botes a motor “jet boats” en los cuales van el guía y los dos pescadores. Cada bote se dirige al tope de su zona y desde allí comienzan a pescar aguas abajo todos los pozones (“pools”) de la zona asignada para la mañana y, después del almuerzo, la zona de la tarde. Esta temporada el río estaba muy bajo y era imposible el uso de estos botes. Por lo tanto hubo que caminar todos los días al “beat”, salvo dos días en que fuimos trasladados de ida en helicóptero.

En todas nuestras salidas de pesca, aún en helicóptero, nos acompañaban tres perros Huskies Siberianos. Su única misión era espantar los osos que abundaban en la zona y que nos podían “incomodar” si los perros no estaban. El problema de ésto era que además de los osos espantaban toda la fauna que había en la zona. A todos nos hubiese gustado ver también algunos ciervos de los que abundan allí.

El Salmón del Atlántico y su pesca

El Varzuga es un río en el cual se pueden sacar muchos salmones pero de menor tamaño. En nuestro campamento se contabilizaban los tamaños de los salmones según los siguientes pesos, los que estaban por debajo de las 8 libras (3,600 kilos), los que estaban entre las 8 y las 12 libras (5,400 kilos), y los que estaban por encima de este peso. Aproximadamente un sesenta por ciento de los salmones registrados estaban en la categoría de 8 a 12 libras y el resto repartido entre las categorías extremas, con mayor cantidad en la mas chica. Se han pescado en este río algunos salmones de 20 libras (9 kilos). Sacar un salmón de mas de doce libras ya es todo un mérito, no solamente por lo escasos que son sino por lo difícil que es dominarlos en este tipo de río con o sin la ayuda del guía y su copo.

El río en sí tiene un gradiente muy suave y, en general, su corriente es lenta presentando muy pocas curvas siendo éstas muy amplias. El agua es de un color té no muy fuerte y esto es debido a los túrbales que abundan en la zona pero parecen mas claras debido al tipo de fondo rocoso que tiene en toda su extensión. La temperatura del agua en el mes de Junio oscila entre los 6ºC y los 14ºC.

Es un río vadeable en toda esta zona, excepto, obviamente, en la mayoría de los pozones. Las rocas del fondo son de tamaño variado y el uso de un bastón de vadeo es muy útil ya que la corriente es fuerte aún para las piernas más fuertes, lo aprendí nadando en reiteradas oportunidades. El uso de anteojos polarizados ayuda también en el vadeo.

El ancho del río es de unos cuarenta a sesenta metros con algunos lugares mucho mas angostos, pero, es claro, la corriente allí no permite ningún tipo de vadeo produciendo al final de estas correderas profundos pozones. En ellos se encontraba la mayor concentración de salmones y era muy divertido pescarlos con las diferentes técnicas que se podían aplicar allí, siempre y cuando no lo arrastrara a uno el agua o que no se perdiera el equilibrio haciendo tiros largos desde esas rocas las que, normalmente, tenían a su alrededor hasta seis metros de profundidad.

El equipo

Si bien muchos lugares del río se los podría pescar con cañas de una mano lo recomendable son las cañas de dos manos ya que éstas permiten pescar el río en cualquier situación. En la mayoría de los pooles se pesca desde la orilla o muy cerca de la misma, vadeando el río, pero, como el río tiene al bosque casi sobre la orilla en muchos de los lugares buenos, el uso del spey casting u otras técnicas similares es muy útil y recomendable. Entonces, cañas de dos manos, entre 12 y 15 pies de largo, equipadas con reeles para líneas #8 ó #9 de flote o las de punteras intercambiables y, como mínimo, cien metros de backing para esta época del año, junio. El líder siempre es relativamente corto para lo que uno podría suponer, unos dos metros son suficientes con una resistencia de 12 a 15 libras (5,400 a 6,800 kilos) en toda su extensión.

Las moscas más recomendables son las de recetas tradicionales pero de atado moderno, como las Munro Killer, Willie Gunn, Green Highlander, Temple Dog y Stoats Tail, sobre todo atadas en tubos de plástico chicos o no muy pesados. Las más populares entre los pescadores de esta semana fueron la Ally’s Shrimp, la Gary Glitter y la Varzy Wuarzy. Para experimentar me dediqué a usar mis propias moscas del río Grande. Todas las que usé pescaron, desde la Monona hasta la Cucaracha. La mas rendidora fue la Fina, pero también la Marcos Ugly Rubber Legs y la Marcos Special Original fueron efectivas. Con la Ally’s Shrimp no tuve suerte como la tuvieron el resto de mis compañeros de pesca. Con la Gary Glitter saqué tres salmones, nada mal.

Técnicas

Cada nueva especie que se va a pescar requiere de un aprendizaje de técnicas distintas a las que uno está acostumbrado. Las del salmón no son una excepción. Es mas, no es tan simple como parece ante su similitud con el comportamiento de otras especies anádromas a las que yo estaba habituado.

Las técnicas de lanzamiento son las mismas que se usarían en cualquier río con caña de dos manos. La diferencia está en que hay que saber maniobrar o trabajar la línea mas en el agua que en el aire, ya que la presentación de la mosca en frente del pez es lo más importante en la pesca del salmón. Básicamente son dos elementos, la presentación, o sea el ángulo con el cual el pez ve la mosca, y la velocidad a la cual esta mosca se desplaza en una determinada corriente de agua con respecto a esta misma.

Hasta aquí parece todo fácil, pero hay que llegar a este punto de hacerlo tomar al salmón y, además, después nos queda clavarlo, pelearlo y sacarlo. Que son dos historias diferentes.

Los pooles más profundos, con agua corriente, son en los cuales el salmón descansa mas tiempo cuando remonta el río, ya que le proveen de mayor seguridad ante sus predadores naturales, los osos, y donde se puede oxigenar bien y más tiempo antes de sortear el siguiente obstáculo. Una vez sorteados éstos se queda en la parte de arriba, delante del “embudo” que siempre se forma antes de un salto o de algunos rápidos y antes de que el fondo del río cambie de gradiente formando esa caída. Esta zona se llama “glide” y la corriente allí es muy suave, permitiendo que el salmón se recupere también allí para luego continuar aguas arriba hasta la cola de otro pozón o “run” (corredera).

Entonces, lo complicado no es colocar la mosca en el lugar adecuado, lo complicado es que la mosca llegue a ese lugar, frente al salmón, de la manera correcta, después que la línea trabajó con todos los obstáculos puestos en el río para beneficio del pez, rocas, corrientes y contra-corrientes. Es por esto que se usa línea de flote, porque tenemos que trabajar la línea con “reach casts”, con “mendings” río arriba o río abajo según la necesidad, o hasta con algún “mend” como para que la panza de la línea pase por encima de una roca y que la mosca siga pescando en forma correcta a lo largo de la corriente que está del otro lado de esa roca.

El salmón no tiene “horarios de pique” mas o menos predecibles como las truchas anádromas. Todo lo contrario, es muy difícil saber cuándo es el momento en el que el salmón se activa. Hay que estar concentrado en cada lanzamiento que uno hace, en cada deriva de la mosca, corrigiendo permanentemente todo, la distancia de lanzamiento, la posición nuestra con respecto a la posición del pez, como para que la mosca le pase en forma correcta. No hay que estar demasiado cerca pensando que el lanzamiento corto nos facilitará la pesca, ni estar demasiado lejos pensando en no asustar al salmón pero teniendo problemas con el lanzamiento y con el manejo de la línea en el agua.

Los lanzamientos son a cuarenta y cinco grados aguas abajo cruzando la corriente. A veces, si la corriente no es muy fuerte, hay que lanzar hasta los noventa grados, como para permitir que la mosca tome un ángulo determinado al cruzar frente a la supuesta posición del salmón. En estos casos a veces hay que hacer el “mend” corriente abajo para aumentar la velocidad de esa mosca.

La pesca del salmón no es “tirar y sacar”. El hecho es que no es nada raro terminar el día sin prender un solo pez. Es muy común también prender varios y perderlos a todos. Los inexpertos perdemos mas salmones que los expertos. Mi proporción a comienzos de la semana en el Varzuga eran tres perdidos contra dos “encanastados”. Al finalizar la pesca en el Kola la proporción se revirtió y aún disminuyó notablemente para el fin de la segunda semana.

La tomada del salmón y su posterior pelea es muy distinta al resto de los salmónidos y puede variar de un salmón a otro. Usualmente toman en forma suave, pero enseguida se siente que hay algo fuerte y furioso del otro lado de la línea. En los primeros minutos es bastante fácil traerlos con el reel, ofrecen poca resistencia, es más, a veces hasta se vienen encima de uno, con lo que hay que enrollar la línea rápidamente. Pero, una vez que están cerca y, probablemente porque nos vieron, salen en sentido opuesto a la velocidad de un tren bala hasta la orilla opuesta y allí saltan. El problema se presenta cuando hay rocas en el medio del “campo de batalla” y el salmón, muy astuto, las utiliza para tratar de liberarse, aunque, lo que más aprovecha en su favor son las corrientes para “clavarse” en ellas por unos instantes para oxigenarse bien y luego salir disparado hacia otro sector del pozo con el consabido salto acrobático.

¿Qué fue lo que me terminó de convencer de que la pesca del salmón es otra historia diferente a la de mi trucha anádromo del Río Grande? Mas allá que las técnicas para pescarlo son bastante mas complicadas, no solamente para tentarlo, sino también para pelearlo y poder rendirlo, todo salmón que saqué parecía que por la lucha que daba era un salmón mucho mas grande de lo que en realidad pesaba. Me sorprendían lo livianos que eran en el momento de levantarlos para devolverlos al agua en comparación con la lucha que habían dado. Tal vez también era culpa de mi adrenalina. ¿Quién sabe?

Lo concreto es que si analizamos, sin entrar en muchos detalles, los dos peces, veremos que el salmón es mucho más estilizado, alargado, con una cola más grande que la trucha plateada. Y creo que es algo lógico, la Naturaleza lo ha hecho así ya que tiene que nadar grandes distancias en el mar, de miles de kilómetros, para luego remontar ríos del doble de longitud que el Grande, más caudalosos, con mucha más correntada que éste y con saltos y rápidos que el Grande no tiene.

Los números de la semana

Me gustan las estadísticas, pero solamente por ellas mismas, no por competencia ni para ver quién es mas y quien es menos. La pesca es diversión. Obviamente, si saco mucho o más grande me divierto mas y mi ego crece, pero también me pongo muy contento si mis amigos se divierten también, sacando mucho y grande. Hay que saber entender que muchos se “divierten” mas que nosotros y hay que aprender a compartir su alegría. El que sabe mucho que enseñe. El que sabe poco que escuche y aprenda. Gran porcentaje del éxito en la pesca es suerte. ¿Quién lo duda? La suerte es variable y le ayudamos con conocimientos y experiencia. En la pesca siempre aprendemos, siempre hay otro que sabe mas que uno. Entonces, si aprendemos divirtiéndonos todos nuestros compañeros de pesca se divierten con uno. Si nos amargamos, les arruinamos el día a ellos también.

Me gusta llevar las estadísticas de mi pesca y, si puedo contar con la información, me gusta saber también cómo va el resto de los que me acompañan. Siempre llevo elementos de escritura en mi chaleco de pesca. En el momento de soltar el pez y antes de tomar la caña nuevamente, anoto todo lo que creo que es importante en ese momento mas algunas notas cortas que me ayuden a recordar cierto hecho destacado.

Fue una semana muy buena para los estándares normales que se manejan allí y por la dificultad de pescar un río tan bajo, en el cual los salmones se asustaban por nada y no tomaban con las ganas y soltura de saber que el agua alta los protege más. Queda dicho que en el grupo éramos siete pescadores, entre ellos una mujer, gran pescadora. Elizabeth Leslie fue la tercera en cantidad de salmones. Pescó toda la semana con su hermano Phillip Bowden-Smith quien fue el “top rod” con 87 salmones. Ellos dos caminaron en la semana mas de cien kilómetros pescando. Fueron dos veces caminando al beat de arriba de todo, cuarenta y ocho kilómetros solamente en esas dos salidas!! Phillip hace cincuenta y un años que pesca salmones y hace once que pesca este río.

La segunda caña en cantidad de salmones fue mi compañero de cabaña y de varios días de pesca, Jul Honro, con cincuenta y dos salmones. Era un placer verlo pescar. Era su cuarta o quinta vez en este río y no desperdicié momento para ver lo que hacía y cómo lo hacía. Aprendí mucho de él y por muchas razones de afinidad lo considero como mi compañero de pesca con el cual me divertí mucho.

James Farrer sacó treinta y nueve salmones. Era su segunda vez en el río y es un experto pescador de salmón. Generalmente pesca en ríos de Escocia. Pesqué con él un día, el beat de “abajo”. Un beat muy difícil de pescar por la poca agua que tenían sus pooles, algunos inexistentes. Justin consiguió que un helicóptero nos llevara los seis kilómetros aguas abajo hasta “Lower Birch Island”, una isla en el medio del río con un bosque de abedules muy lindo. El guía puso a James en “Two dogs”, a la “salida” de la isla, donde se juntaban las dos corrientes, y a mí, aguas arriba de esta posición, en unos rápidos. El día era tan lindo, el solcito calentaba tan bien, los salmones estaban en otra, y la noche anterior había sido tan larga… que dejé la caña a un lado y me tiré en el pasto a dormir hasta el almuerzo. Disfruté muchísimo esta siesta a media mañana, al pié del bosque de abedules y con el ruido del río corriendo por los rápidos.

Después del almuerzo James me dio una lección de pesca, me llenó de escamas. Me invitó a que yo fuera primero en Two Dogs esta vez. Yo hice una pasada y nada. Seguí hacia abajo a un pool muy largo y profundo, “The Loch”. Lo pesqué sin éxito aún habiendo visto saltar varios salmones. James, atrás mío en el Two Dogs sacó un lindo salmón. Ya de camino de regreso al campamento paramos en otros dos pooles a pescar. Fue a unos quinientos metros debajo de la desembocadura del río Kichisara. El guía lo puso a James en una corredera y a mí en otra. James sacó dos salmones allí y yo nada. Me invitó a cambiar de lugar. Me instalé en su corredera y me dio instrucciones cómo pescarla. El resultado es el típico, él sacó dos salmones mas en mi corredera y yo nada en la de él. Ese día no saqué nada, pero me dormí una flor de siesta debajo de los abedules!

Mike Savage, Tony Paulino-Alvarez y yo sacamos veintiocho salmones cada uno habiéndonos divertido los tres parejo. Mike, el “guru de la pesca del salmón”, ha pescado tantos salmones en su vida que se divertía mas charlando con nosotros en el río que pescando.

Con lo que yo saqué no me puedo quejar en absoluto. Es más, hasta ahí fue una de las semanas de pesca mas lindas que tuve y que seguramente la voy a recordar por mucho tiempo. El lugar, el entorno del río, todo lo que significó para mí pescar por primera vez un salmón, y, sobre todo, la gran camaradería y armonía que hubo en el grupo. La atención en el campamento, los guías, el staff en general, todos bien predispuestos y con muchas ganas de que la pasáramos bien.

Todo lo bueno termina rápido y la semana se pasó sin que nos diéramos cuenta. La cena de despedida se hizo afuera, en una glorieta, sin mosquitos, con todo el staff del campamento, en la cual nos sirvieron comidas típicas rusas. Después de los discursos de agradecimiento y despedida salió el tema de la cantidad de salmones que habíamos pescado y resultó que nos faltaban solamente dos salmones para llegar a los trescientos. Mike preguntó quién se ofrecía de voluntario para sacarlos y todas las cabezas giraron hacia una persona determinada. Entre bromas y risas me levanté, me puse el wader y me fui a los Rapids, a veinte minutos del campamento y a las dos y media de la mañana ya había sacado los dos salmones que faltaban despidiéndome íntimamente con el río Varzuga.

A las pocas horas, a las ocho de la mañana, nos vino a buscar el helicóptero. En la medida que nos alejábamos del Varzuga y nos acercábamos al Kola mi mente fue derivando del análisis de unos acontecimientos muy gratamente vividos a otros que para mí eran una incógnita. Seguí mirando por la ventanilla sin poder dormirme hasta que llegamos al aeropuerto de Murmansk, ya entrada la mañana del sábado 15 de junio de 2002.

Marcos Juan Czerwinski
anglers@anglerstdf.com
www.AnglersTDF.com
Roxton Bailey Robinson Worldwide
www.rbrww.com

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Aguas interiores de Corrientes

El Paraíso Norte

Tenía entonces once ó doce años y aquella mañana luminosa pescaba sentado en la costa del arroyo. Este, conectaba las dos lagunas – la “Grande” y la “Del Paso” – a unos pocos cientos de metros del casco en el campo de mi familia, ubicado entre la zona de esteros y el Río Corriente.

La pareja de chajás anidaba cerca de la boca del arroyo, mientras un ipacaá picoteaba nervioso en la orilla de enfrente. Los iridiscentes alguaciles azul-rojo y marrones se templaban sobre las hojas de los florecidos camalotes ó se prendían de la punta del junco. Por fin, los teros yá habían parado de gritarme.

Estaba atento a la boya, al tiempo que escrutaba con mis ojos y más aún con mi imaginación, el suave discurrir de las cristalinas aguas con fondo de arena y plantas acuáticas. El arroyo, de entre cinco y seis metros de ancho y unos doscientos de largo, estaba poblado de bogas, pirañas, combativas tarariras ñatas y “amarillas” y grandes dentudos. Todos ellos me brindaban su batalla y su belleza gracias a mis engaños de spinning truchero (caña de fibra de vidrio maciza, reel Mitchell 300, más cucharitas y señuelos, todos regalos de mi padre para nuestras correrías patagónicas) y mediante la línea de boya “paternoster”.

Y entonces sucedió … Entremezclado en aquel edénico ensueño infantil de soleada mañana correntina y pesca, apareció! Sí, “el mito” se hizo presente. Cruzó delante mío a menos de dos metros de distancia nadando lentamente, majestuoso, arroyo arriba. En ese momento, todas las fotos y notas del gran Zapico Antuña, mil veces leídas y otras tantas soñadas, las de revista “Camping” y las leyendas contadas por los pescadores de la costa del Paraná, se concentraron materializándose durante aquellos segundos eternos. Era su majestad El Dorado … El Tigre del Río.

En el instante en que lo vi desaparecer, con mis manos temblando y mi corazón golpeándome fuerte salté como un resorte, recogí la línea y manoteé un spinner Mepps de la caja. Lo puse y tiré dos ó tres veces, arroyo arriba. Y finalmente .. el pique !

Sí, tan sólo una vez más pude ver a aquel mi primer dorado, brillando como el oro contra el sol y sacudiendo furiosamente sus cinco ó seis kilos en el aire. Después, la superficie rota volvió a calmarse lentamente mientras yo, sin mi dorado y sin cuchara, quedé detenido en el tiempo, suspendido, en otra realidad.

Y aquí vale recordar las palabras de Norman Maclean en su novela “A river runs through it” que algunos leímos y de la que todos vimos la película “Nada es para Siempre” cuando dice: “…El cuerpo y espíritu no sufren revelación mas repentina que la de perder un pez grande, ya que, después de todo, ha de haber una transición leve entre la vida y la muerte. Pero, con un pez grande, en determinado instante el mundo es nuclear y al siguiente ha desaparecido. Es todo. Se ha marchado. El pez se ha marchado y tú estás acabado…”

Hoy, a más de treinta años de aquel día, la imagen de un dorado surcando las aguas transparentes de alguno de tantos rincones escondidos en el interior de Corrientes, el violento ataque a la mosca y la furia explotando sobre el agua, siguen produciendo en mí una emoción intensa, mágica.

Esteros correntinos
La provincia de Corrientes tiene una superficie de 88.200 km2. La mitad Norte de la provincia encierra la subregión de los Esteros Correntinos, parte de la región conocida como Llanura Platense. Su superficie abarca millones de hectáreas y los principales esteros son: del Iberá, Maloyas, del Santa Lucía y del Batel.

Estos, joyas naturales de extrema fragilidad son complejos ecosistemas; los últimos humedales no contaminados del planeta y aún en su mayoría no demasiado agredidos por el hombre. A pesar de ello, el furtivismo se hace sentir con el comercio ilegal de pieles, lo cual es una enfermedad crónica desde siempre.

El sistema Iberá (”aguas brillantes” en guaraní ) fue declarado en 1983, Reserva Natural Provincial. Tiene una superficie de 13.000 km2, más del 14% del total de Corrientes. El ciervo de pantano, el aguará guazú (lobo de crin) el lobito de río y el yacaré overo, fueron nombradas especies protegidas, prohibiendo su caza y comercialización de todo tipo. Por supuesto, fuera del área central de la Reserva en Carlos Pellegrini, esto quedó más en los papeles que en la realidad. No se castiga a los acopiadores y comerciantes de cueros y animales salvajes, que actúan en las ciudades de la provincia.

Los esteros correntinos se forman en áreas deprimidas, con base de sedimento arenoso y arcilloso. Verdaderos médanos que cubren el Norte de Corrientes, fijos por la vegetación a través de milenios, que en su parte alta muchas veces forman el típico monte natural y en su depresión los depósitos de agua. Juncales y gramíneas rodean los esteros. En las lagunas, los extensos camalotales, repollos de agua y plantas sumergidas. Una gran biodiversidad de insectos, reptiles, mamíferos, aves (hay más de 300 especies registradas), peces, reina en toda ésta región.

Los esteros dependen de las lluvias para su existencia y en muchos casos se intercomunican a causa de las intensas precipitaciones pluviales, muy comunes en la zona. Con los cambios climáticos a nivel mundial, sumado a la lamentable construcción de la represa Yacyretá y sus consecuencias presentes (y futuras), esto se incrementó.

Aguas cristalinas, dorados y mucho más
Para quienes pescamos con mosca, lo salvaje del ambiente, la variedad de especies entre las que reina el dorado (y en mucho menor medida el surubí) y la cristalinidad de las aguas, hacen de los esteros un escenario de sueño. Aunque muchas veces es imprevisiblemente cambiante y difícil de descifrar para quien no conoce bien sus mecanismos naturales. Frecuentes e intensas aunque cortas tormentas eléctricas nos hacen abandonar la pesca a veces y buscar refugio rápidamente.

La mayor parte de su extensión es imposible de recorrer y es una excitante aventura llegar a los pesqueros, aunque lo accesible a pié y embarcaciones diversas, da para todo. Lograrlo sin demasiado disturbio y consecuente alerta para los dorados – especialmente los grandes -es otra cuestión también. Estos por cierto, demuestran ser extremadamente astutos y ariscos ante el menor ruido ajeno al hábitat, como el bote a motor.

En lo que se refiere a la pesca a pié, los largos, atentos vadeos buscando dorados acechando en los bañados, playados y lagunas bajas, sobre todo cuando las intensas lluvias inundan las áreas normalmente secas ó con escasa profundidad, me brindaron muchas veces excelentes jornadas. Es sorprendente la adaptabilidad del dorado, que muchos creen que solo se encuentra en la corriente o en aguas abiertas. Su actitud aquí es la de sigiloso acechante, escudriñando entre las plantas. Y no me refiero solamente a dorados chicos. Los “veteranos” del estero saben que las aguas bajas son un hervidero de presas de todo tipo. Confites como chanchitas, cascarudos, pequeñas tarariras, sábalos, morenitas y también ranas, culebras, cangrejos, y desprevenidos pájaros, ofrecen un variado menú al supremo cazador. Los surubíes también exploran a veces éstos puntos, para asolearse temprano en algún arenal, durante los días fríos.

Hay que cuidarse de las rayas (con aguijonazo de pesadilla) vadeando despacio y deslizando los pies, y a veces nos encontramos con la mirada curiosa de alguna curiyú ó yacaré. No olvidarse la cámara fotográfica en éstas excursiones !

Si ampliamos nuestro horizonte en cuanto a probar y disfrutar a lo grande con las otras especies que abundan, tendremos la chance de castearles también a los sábalos. Elk Caddis y Humpies, pequeñas Bead Head Woolly Bugger y ninfas como Hare’s Ear en tamaño grande demuestran ser de su preferencia, aunque a veces también les son indiferentes, destruyéndonos los nervios. Para éstos extremadamente asustadizos y aceptablemente peleadores peces, es muy importanrte evitar ruidos, no dejar que nos vean y depositar la mosca a no menos de un metro de distancia de ellos. Luego ir moviéndola muy lentamente. Tuve oportunidad de ver impresionantes sábalos de hasta doce kilos en lugares recónditos de los esteros, aunque el peso frecuente va de dos a cinco kilos.

En éstas áreas bajas y pegadas a las costas de ríos y arroyos, también es normal encontrar agrupamientos de tarariras. Las “ñatas” o “de cañada”, de color negro unas o claro verdoso otras, son terriblemente agresivas y peleadoras. Poppers emplumados de colores verde ó rojo-blanco son los más productivos e incluso grandes Madam X de cuerpo de ciervo o foam y Tarántulas, (todas con weed-guard ) son las más efectivas. Las otras especies de Hoplias, son las mismas que encontramos en la zona bonaerense, de coloración azulada o marrón-amarillenta. Estas son más grandes y siempre está la posibilidad de toparse con una aspirante a yacaré, de cuatro, cinco e incluso más kilos.

Bogas, Pirañas ó Palometas Moras y Amarillas y Cabeza-Amarga ó San Antonio (Crenicichla) que es nuestro Bass litoraleño, primo menor del Peacock Bass, toman con entusiasmo las moscas.

Para las Bogas, Bead Heads Woolly Worms y Yug-Bugs en tamaño #8 y10 dan muy buenos resultados, además de pequeños streamers como Matukas, Marabou Muddlers, Clouser y Muddler Minnows que son muy productivos para los otros dos. Al ver lo que nos queda de la mosca luego de tentar una Piraña, nos concentramos mejor en los demás.

En cuanto a la boga, que las hay desde 500 gramos a gordas Piavas de más de cinco kilos, es una fantástica experiencia capturarlas con un equipo de mosca. Verdaderos “bonefish” del estero, emprenden centelleantes corridas que muchas veces terminan con un corte en las plantas.

El Cabeza Amarga pesa normalmente entre 500 gramos y 1 kilo aunque explorando en snorkeling he visto mayores, que calculo en alrededor de tres. Son muy voraces en el ataque y muy territoriales.

El surubí, en las aguas interiores pesa entre cinco y quince kilos normalmente pero excepcionalmente puede alcanzar pesos muy superiores. No es abundante pero se lo localiza en diversos puntos bien específicos. Generalmente los he pescado paseando la mosca cerca del fondo en los ríos, canales y arroyos donde se los ubica previamente. También me han picado a media agua, sobre todo en época de desove que es cuando se dispersan y mueven más, saliendo de sus escondidos ámbitos interiores a aguas más abiertas. Este ataca decidido, moscas tipo Bunnies largas con y sin cabeza muddler u ojos pesados, atadas con Magnum Rabbit Strip, preferentemente en color marrón ó verde oscuro. Para lograr un bocado bien voluminoso y tentador para el Surubí pero que a la vez sea liviano y no una tortura para castear, ato una mosca enteramente con plumas. Utilizo las Cock Schlapen ó Rooster Tails. Cola tipo Lefty’s Deceiver, hackle en palmer directamente sobre el hilo al cual aseguro con rib de alambre fino ó kevlar y finalizo con collar. De no conseguir éstas plumas, se ata sobre a la vara anzuelo una extensión posterior de monofilamento de 60/80 libras y de unos cinco centímetros fuera del mismo, donde se atan plumas Saddle del tipo para agua salada. Este “Extended Deceiver” logra un movimiento ondulante extremadamente atrayente.

En éstas aventuras, sobre todo en las lagunas, nuestro querido belly-boat “patagónico” es un magnífico elemento que para quien se anime, no debe olvidar de llevar a los esteros. Permite un acercamiento óptimo y es sorprendente ver cómo, al igual que con las truchas, aquí los peces no se asustan demasiado por nuestra presencia.

Río, arroyos, canales, pequeñas y grandes lagunas y bañados esconden un campo de acción incomparable para nuestras moscas en los meses de calor cuando los peses están con su metabolismo a full y muy agresivos. Todo, desde mojarrones y dentudos con una caña #3, hasta los coloridos dorados de lomo negro de los esteros, nos regalan la gran diversión

La experimentación, que ya de por sí es parte intrínseca de nuestra pasión mosquera, encuentra en las aguas del interior correntino el “laboratorio ideal” donde muchas veces lo mejor es borrar de nuestra mente algunos conceptos aprendidos ( y que pienso, a veces son sostenidos y repetidos sin sustento real ) para no fracasar. Estos podrán ser válidos para otros ambientes con las mismas ó similares especies pero que aquí son mejor no sostener a rajatabla.

Ver repetidos coletazos de los dorados en superficie y cambiar desesperadamente de streamer sin éxito, me llevó a descubrir finalmente que en ese momento se estaban dando un banquete de emergentes de alguacil, superabundantes en el estero. De allí a comenzar a pescar a Salminus con ninfas Marabou Dragon cuando comen éste insecto, fue sólo un paso.

Experimentar con grandes moscas secas con patas de goma, “patinadas” en la planchada superficie al atardecer que resultaron mortales, o con grandes Ratones (más bien carpinchitos) de pelo de ciervo, fue otro hallazgo. A veces a éstas horas o en las mañanas, se nos da la oportunidad de “sight fishing” ó “pescar a la vista” como en los flats, ya sea desde una embarcación ó a pié. Nada mejor que una línea WFF para bonefish o tarpon o una cabeza shooting de superficie y algo gordo y flotante en éstas inolvidables ocasiones. Pone los pelos de punta ver a veces el ataque fallido en el instante en que la mosca está por acuatizar, clavamos en falso por instinto y el dorado, siguiendo ferozmente a la mosca repite su arremetida una fracción de segundo después,. Decididamente estresante !

También he descartado hace años a las tradicionalmente “muy atractivas” brillantes moscas de dorado al verlos seguirlas sin tomarlas en varias oportunidades, por otras oscuras. Esto me llevó del fracaso al éxito rotundo en muchos casos. Las aguas totalmente claras permiten un gran campo visual al dorado y considero innecesario demasiado “flash”. Sobre todo en días luminosos, con luz penetrante, produce el efecto contrario al deseado. En aguas oscuras o turbias como en el Paraná generalmente nó nos enteramos “del que no pica” y seguimos casteando moscas improductivas muchas veces, convencidos de que no están. Pero en los esteros tenemos la maravillosa oportunidad de ver el comportamiento del pez bajo el agua y sus reacciones ante nuestro engaño y la acción que le imprimimos. Durante la última luz también he pescado muy bien con moscas atadas con cabeza y/ o collar rojo y cuerpo blanco.

También es bueno saber que sí se puede pescar dorados de más de diez kilos con ciertos pequeños streamers “tamaño trucha” atados en anzuelos #1 y 2. De esa manera tengo la opción de utilizar cañas rápidas para línea #6 en lugar de las cansadoras o al menos nó tan cómodas (a lo largo de la jornada) #8 a la que generalmente me obligan muchos de los grandes y abultados streamers, especialmente los de cabeza Muddler o con ojos de plomo. Con éstas más reducidas moscas se logra también una infalible clavada en el interior de la boca y no en las destructivas mandíbulas. Esto gracias a que a las chicas las engullen sin morder como lo hacen a velocidad del rayo al atacar un cardumen de pequeñas mojarras. O cual aspiradoras con los insectos emergentes, camarones y otras presas pequeñas.

Una de las premisas que me impongo para probar si una mosca resulta super-efectiva, es tratar de hacer atacar a los indiferentes dorados en un mediodía de verano, el peor momento para tentarlos, cuando somnolientos bajo el “embalsado” ó “tapialera” o a la sombra de la barranca del río se muestran inactivos. A ésta hora generalmente lo máximo que se logra es un “picotazo” irritado a la mosca, que no es suficiente para clavarlo. Si la traga decidido, la cuento en mi equipo.

En cuanto a las moscas, a todas les agrego previamente shock-tippet, para cualquier especie, generalmente el de multifibras de cable cubierto con plástico, aunque también he probado fluorocarbono, como se utiliza para el tarpon.

En el primer caso y para el dorado el Sevenstrands Wire de Sevalon en color negro de 12 y 18 lbs o el Surflon Microsupreme de 13 o 20 lbs. Es fundamental utilizar cable sin brillo para el dorado ya que lo hacen rechazar. De no conseguir oscuro y para salir del paso, se puede pintar en negro o marrón con un marcador permanent. Se puede unir a la mosca con el simple nudo en figura de ocho o mejor aún tomarse el tiempo para formar el loop en el ojo del anzuelo, llevar varias vueltas (6/7) sobre el mismo cable y sellar con la parte baja de la llama del encendedor. Lo mismo en el otro extremo para unir loop to loop con el leader y cambiar rápido la mosca.

A las moscas para Tararira, Cabeza Amarga y a varias de Dorado, les agrego weed-guard de fluorocarbono, (Seaguar, Climax o P-Line CFX Fluorocarbon leader) que al mismo tiempo aprovecho para hacer la extensión del shock-tippet. Todo con la misma sección y evito el nudo al anzuelo.

Al ver al que el dorado muchas veces duda ante “eso que viene unido atrás de la mosca” comencé a experimentar con 80 y 100 lbs en fluorocarbono. El resultado es excelente gracias a la casi invisibilidad de este material bajo el agua, pero no tan seguro al corte como el cable, con el cual pesqué dorados de los grandes sin necesidad de utilizar más de 12 libras con moscas chicas y cuidando de no recibir el tremendo pique, a tracción directa en la línea.

Los anzuelos que siempre utilizo, altamente recomendables para dorado luego de probar muchos, son el TMC 8089 #2 y #6 y el Owner Aki #2/0 y 3/0 o el 5370 en 2/0.

Siguiendo con el dorado, los leaders de 7 a 9 pies más shock-tippet en las líneas de flote y de 3 a 4 pies más shock-tippet para las de hundimiento ya sean full-sinking, sinking-tip o shooting head. Todas de hundimiento bien rápido. Los armo simples, con dos o tres secciones de monofilamento Máxima de 40 y 25 lbs o 40, 25 y 20 lbs.

Trabajando para la protección
Como cité anteriormente, éste conjunto de maravillosos ambientes naturales necesitan de nuestro esfuerzo y trabajo para su protección y conservación. Y en especial, de todo pescador de mosca que tenga el privilegio de conocerlos.

La riqueza en especies y la particularidad de ésta región de Argentina, es comparable a sólo contadísimas de nuestro planeta y la mayoría ignora eso totalmente. Alaska con sus osos y salmones? , Africa con el Okavango-Zambezi y su tigerfish? Amazonas y el Peacock Bass? Sí, sin duda, nuestro litoral también, lo que aún queda de su original mundo salvaje y el dorado están a la altura de los de ese “ranking”. Basta recorrerlo para admirarse. Ni qué decir de los pescadores extranjeros que visitan estas maravillas. De ellos he escuchado las más admiradas frases respecto al dorado, su belleza, calidad como pez deportivo y su hábitat. Y son quienes más nos piden cuidar todo esto.

Para dar un solo ejemplo, quienes hemos podido pescar en el magnífico Río Corriente décadas atrás y vemos lo que queda de él hoy día en la mayor parte de su curso, se nos hace un nudo en la garganta. Grandes pacúes, surubíes de cuarenta kilos y más también y abundancia de dorados, entre los cuales los grandes de diez o más eran moneda corriente, hoy ya no existen.

La ignorancia y la prepotencia no se hace cargo ni acepta medidas de preservación. Sólo hablan y reclaman “derechos” sobre las aguas. Así las saquearon y así quedaron las mismas, con esos “derechos”. Y una vez terminada su obra van por mas. Pero … y los deberes ? Qué estilo tan conocido en nuestra querida Argentina! Acaso no es “ser patriota” también, teniendo amor por el suelo donde se nació, respetando su naturaleza ?

Este saqueo ha prácticamente vaciado el Río Corriente, el Batel, el Santa Lucía, el Aguapey, el Miriñay, etc.en extensos sectores de sus recorridos.

Para su recuperación, la cual es posible, hace falta es una estricta reglamentación, vigilancia y sanciones (paralelamente la educación ) ya que sus aguas 1) En su mayoría no están contaminadas, salvo por algunas pocas (no por eso menos nocivas) áreas de plantación y arroceras que vierten pesticidas. 2) sus especies son autóctonas y no se necesita mantener artificialmente sus poblaciones mediante siembra. 3) La cadena alimentaria no está rota y los ambientes de desove no se encuentran dañados. Es decir, el ecosistema está aún sano y con dicho control, se recuperaría en unos años. Estamos a tiempo aún.

Quienes venimos luchando desde hace rato en la difusión de la protección, la captura y devolución y la pesca con mosca hemos logrado un primer paso. Tambaleante pero primer paso al fin.: que – en resumen – la Dirección de Fauna, Flora y Ecología por fin hayan hecho eco de una parte de nuestras propuestas y han decretado por Disposición N° 102 del mes de octubre de 2000, la prohibición de pesca extractiva en todas sus modalidades en el arroyo Isoró, Río Miriñay y en el tramo del Rio Corrientes que va del Paso Lucero hasta sus nacientes. En dichas secciones solamente está permitida la pesca con devolución obligatoria mediante (únicamente) equipos de mosca y/o spinning con anzuelo sin rebaba.

Es de esperar también, que como hemos propuesto y presentado, establezcan la protección al resto de los ambientes y se lleve a la práctica mediante personal destinado por las autoridades provinciales.

Juan José Serra
17/06/2002

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El juego de las Bocas

Todo o nada. Frustraciones extremas o alegrías potenciadas al máximo. Sentimientos y sensaciones enfrentados irremediablemente como en la alegoría del Yin y el Yan.
¿Que símbolo más autentico del costado indómito de la trucha patagonica que las “Bocas”? Cuantos pescadores presos del delirante sueño del trofeo de su vida, se abandonaron al embrujo de sus aguas y su fiebre.
Hablar de ellas desde una óptica puramente técnica sería traicionar su esencia. Es por ello que me permití rescatar un viejo cuento que se remonta a mi alocada vida de estudiante en Bariloche. Cruza de realidad y ficción, el “juego de las bocas” es una postal de un tiempo irrepetible donde la inocencia era tan amplia como la estepa y un paquete de arroz y una carpa, bastaba para pescar cualquier punto de la cordillera.

Te odio y te amo. Te odio porque en tu impiedad soles tajearme con mis propias debilidades y te amo porque me arrancas las emociones más salvajes. No sos la chica sumisa y fiel con la que siempre puedo contar. Mas bien encajas en ese prototipo de meretríz fría y calculadora de la cual uno se enamora irremediablemente y que de puro cobarde nunca se atreve admitir. La que aunque lo niegue hasta morderme los labios nunca me puedo sacar de la mente.
Otra vez solo. Son las 7 p.m. y a paso tendido achico el kilometro y medio que me separa de la “Boca” del Limay. Ninguno de mis amigos con auto me hizo la gauchada de acercarme o acompañarme, pero no por ello iba a ceder ante el desafío. Sofocado por un manto de transpiración pienso en el tortuoso viaje de vuelta, en la hora de espera del micro, en las agujas punzantes de una helada que ya se insinúa;… en mi wader reparado infinidad de veces y que suele fallarme en el momento mas inoportuno. ¿Valdrá la pena semejante esfuerzo? Hasta el final del día nunca nadie podrá saberlo.
Por fin llego, miro de reojo hacia el Nahuel Huapi y descubro con sorpresa que la costa luce desierta. Cruzo el puente sobre la 237, acabo con los interminables metros que me separan de la barda, desarmo la mochila y me entrego a la ardua fajina de montarme las pilchas de pescador. El viento del este, sin llegar a embravecer el lago, lo risa suavemente. Con esos aires cruzados, que un diestro ponga una línea con posibilidades de pique no será tarea fácil.
El siseo de las hojas de los álamos teñidos de ocre parece decirme a gritos que ya es tiempo de marrones. Doy vuelta por la Piedra de Baruzzi y entro a la barda bien por la punta. Esta fácil por lo bajo de sus aguas y porque tras dos meses de vadeos ininterrumpidos, la roca se libró de esas algas verdes y resbaladizas. Sin embargo el simple hecho de cruzar un vistazo al bravo chupón me nubla de vértigo. Vadeo con el agua al pecho, cosa de disponer de un par de pasos ante un tropiezo. Pueda ser que esa simple precaución sea otro de los pequeños detalles que aun me mantienen con vida.
Una vez parado en el que creo es el mejor punto de pesca, flexiono levemente mis rodillas para resistir el embate de una corriente que insistentemente intenta arrojarme la tumultuosa garganta del Limay. Extiendo el amnesia, un poco rebelde al contacto con el agua fría y me dispongo a realizar el primer tiro. Me hallo en la “Gran Boca”, la meca patagonica de la pesca de streamers aguas arriba y en silencio doy gracias de disfrutar este raro elixir en completo estado de soledad. ¿Acaso será una muestra sutil del intrínseco egoísmo que pudre el alma de cada mosquero?
La adrenalina fluye por mis venas como en un animal que acaban de mandar al matadero. Tiro corto y nada. Alargo mis casts apuntando a los cerros bajos de enfrente sin mejores resultados. El viento puelche tiende a cruzarme la línea y mis primeros lances de distancia plena culminan pésimos. Reviso el líder; sus dos metros treinta son el convite ideal para los fatídicos nudos de viento.
Presentación, precisión y distancia todo junto.
Porque seré tan torpe resultándome todo tan difícil!!!
Las luces de Bariloche ya encendidas salen de su modorra como un puñado de brazas atizadas por la brisa. El cerro Catedral con sus puntas marfileñas enrojecidas semeja las fauces de un dragón dispuesto a fagocitarse cada una de las cosas que fueron ese día. El sol desaparece definitivamente, quedando apenas esa luminosidad espectral que anuncia la aparición de los trofeos más ansiados.
El paisaje me sume en un estado de ensoñación tal, que tengo el primer pique y lo pierdo. En mi bronca desparramo un manojo de palabrotas irreproducibles. Habrá sido la trucha más grande de mi vida!! Estoy en la boca y eso nadie nunca lo sabrá. Desoyendo esa inquietante voz interior trato de seguir casteando.
El viento de abajo cesa y los tiros empiezan a salirme tal como deseo. Después de cuadricular el chupón por enésima vez con cero respuestas, me invade la fétida desesperación de los últimos cinco minutos. Otra vez de vuelta a casa con las manos vacías, mascullando el sabor amargo de una chance mal aprovechada. Antes la muerte…….
Pongo mi mente en blanco y preparo el mejor back cast del que soy capaz. Una vez que la línea se extiende bien alta, llevo mi mano izquierda lo mas cerca del primer pasahilo y en medio de un shoot violentísimo, paro la caña a las once en punto. El shooting se cierra hasta el limite del colapso, depositando a lo lejos una Tarántula Marabu Muddler con la dulzura de una caricia. Su destino, una pequeña parcela ubicada 5 metros delante del perfecto colchón de agua que antecede a la barda, resulta el receptáculo de una trucha que a la distancia parece de dimensiones épicas.
La línea deriva unos metros y una sombra obscura lomea cerca del punto donde creo que navega mi mosca. Un cuarto de segundo después mi vieja caña para línea 6 se arquea con violencia, dejando escapar amnesia a velocidades supersónicas.
El salto de una enorme trucha marrón impregna mis retinas con un profundo contraluz que permanecerá nítido e imborrable hasta el responso. Sus curvas de ojiva nuclear y el ganchudo maxilar rozando la llana deformidad, la magnifican a niveles de un coloso. Inmerso en un acto que me parece infinitamente ajeno, el pistoletazo seco del impacto contra la superficie y el agudo chirrido del reel me devuelven a la realidad. Si corre hacia el chupón se acabo todo; incluida la trucha, la línea, el amnesia y quien sabe si también unos cuantos metros de backing.
Pongo la máxima tensión que me permite el equipo y la puntera de la caña se arquea hasta casi tocar el agua. Dos cabezazos violentos me recuerdan el calibre de mi adversario. La trucha hace un amague de encarar aguas arriba y la superficie estalla nuevamente. Después de varios rodeos inconclusos se clava con obstinada tozudez en el medio de la garganta del río. El riesgo es máximo. Accionando la caña a pleno, pero lentamente, intento por todos los medios que inicie un éxodo corriente arriba. Una plegaria de deseos reprimidos repiquetea en mi mente como un disco rallado.
Un soplo de alivio me serena; tras cinco minutos de una lucha completamente estática mi marrón remonta el Nahuel como si se tratara de una roca que milagrosamente ha cobrado vida. Pienso en mi cámara de fotos situada en el bolsillo trasero del chaleco y en la triunfante postal que sellará en la inmortalidad el instante sublime en que logre vararla. En la mitad de su lenta corrida siento un leve roce sobre una superficie rugosa. Un chasquido ahogado por el murmullo del agua me sacude como una daga removiéndose en lo más profundo de mi carne.
Absorto y con la mayor mueca de idiota que me permite el rostro, recojo la línea y contemplo el terminal mellado que flota en el aire, aunque solo lo mínimo requerido para entender lo sucedido y emprender con todo lo que me rodea a fuerza de patadas y puñetazos salvajes. En el medio de las convulsiones de un llanto seco, que duele mas que el rodar de miles de lagrimas, doy media vuelta hacia la costa. Mi bronca es tal que me la tomo contra cualquier objeto inanimado a mi alcance, con una saña solo equiparable a mi impotencia. En una escena que un observador imparcial vería cantada, me desparramo entre las piedras bolas de la orilla como si hubiera recibido la coz de un mancarrón desbocado. La caña se salvó de milagro, pero el dolor de media humanidad magullada y el agua de abril filtrándose en el wader terminan por pacificarme.

El cielo nocturno se cubre de estrellas y ahora si se hermanan con mis lagrimas.

Desde la óptica de un simple pescador podría tratarse de la más acongojante de las tragedias medievales. Por el contrario, ante el milenario fluir de los ríos no a sido ha sido mas que otro grano de arena en el interminable reloj del “Juego de las Bocas”. La pesca siempre da revancha, pero en esta amarga hociqueada no queda otra que pegar la vuelta y sanar las heridas en casa.
Hasta regresar e intentarlo. De nuevo. De nuevo. De nuevo….

Diego Flores

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Escuela Municipal de Caleta Olivia

Creada por Ordenanza H.C.D. Nº 3298/2001 y declarada de interes y provincial en Río Gallegos Bajo el NC 014/2002.

Esta escuela tiene como objetivos la enseñanza de la pesca deportiva cuida por sobre toda las cosas los recursos naturales.

La Escuela Municipal de Pesca con Mosca está dirigida a jóvenes de ambos sexos de uniones vecinales y del llamado Proyecto “ Crecer en Comunidad”.

Se forma en Caleta Alivia el Club de Mosqueros de la zona norte de Santa Cruz, que tiene por objetivo la practica y difusión de esta modalidad de pesca.

Escuela Municipal Infantil de Pesca con Mosca- Supervisión de Deportes y Recreación – Municipalidad de Caleta Alivia
Lavalle 657- Caleta Alivia – Pcia. de Santa Cruz –te.: 0297-4851444 (teléfono de la municipalidad.
Particular de Eduardo Polanco –Tel.: 0297-485-3490

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Atado: Correntoso Asesina

Por Mario Capovía Del Cet

Uno de los más bonitos streamers que comercializó Don Pepe Delgado en la década de los ochenta, la Correntoso Asesina se la suele ver sólo en las cajas de moscas de pescadores de vieja data.
Lamentablemente no hubo forma de averiguar dato alguno sobre su historia, como para darle más contenido a esta nota. Si alguien tiene conocimiento sobre su origen, le ruego me lo haga llegar a aapm@aapm.org.ar para así poder registrarlo y tal vez complementar esta nota en otro boletín.

Secuencia de Atado


1. Fijar el tinsel chato cerca del ojo de anzuelo.

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2. Conformar el cuerpo de la mosca enroscando el tinsel sobre la pata del anzuelo, hacia atrás primero y luego hacia delante, volviendo al lugar donde habíamos comenzado. Fijarlo y cortar el remanente.

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3. Comenzar a construir el ala, atando el primer mechón de pelo de cola de ciervo amarillo.

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4. Atar sobre el anterior otro mechón similar de pelo de cola de ciervo blanco.

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5. Atar a cada lado una pluma de gallina o gallo rojas, conformando los cachetes.

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6. Atar sobre el ala el topping de 6 ó 7 fibras de pluma de cola de pavo real.

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7. Atar el collar de pelo de cuerpo de ciervo natural y un mechón más para conformar la cabeza de la mosca.

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8. Darle forma a la cabeza muddler cortándola con tijera u hoja de afeitar, con ángulo en la parte superior y al ras en su base.

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