Editorial 23

Hostería Chimehuín 

Las condiciones climáticas de esta temporada fueron singulares: al invierno más nevador de los últimos cuarenta años siguió una de las sequías más largas que se recuerda. Sin lluvias, la nieve acumulada se fue derritiendo a lo largo de la temporada de forma pareja, con lagos y ríos bajos y sin turbiedad. La pesca en general fue buena, y en algunos lugares, excepcional. Esta es la impresión de casi todos los pescadores, y es válida para todos los ambientes patagónicos. Como dato preocupante cabe recordar los incendios de bosques, que tendrán consecuencias negativas para el ecosistema en que se desarrollan las truchas. Si bien la sequedad extraordinaria puede explicar la magnitud del fenómeno, sin duda hubo incendios causados por el hombre y carencias evidentes por parte de los organismos públicos responsables de su prevención y combate.

El Reglamento General de Pesca lleva ya siete temporadas en vigor y se ha ido perfeccionando año a año. En nuestra opinión se trata de un instrumento que beneficia notablemente a los pescadores, ya que ocntiene reglas comunes para toda la Patagonia y permite pescar con un solo permiso en todas las jurisdicciones continentales. En esto estamos más avanzados que otros países federales como Estados Unidos y Canadá. Respecto de su contenido, creemos que ya se ha llegado a un nivel aceptable de requerimientos conservacionistas, y que, como decimos más abajo, ahora el desafío es hacerlos cumplir. Sólo cuando podamos exhibir algún progreso será oportuno revisar el texto del reglamento general. En cambio, los anexos de cada jurisdicción deberían uniformarse, respentado la diversidad de sus contenidos locales, para facilitar su interpretación.

El aspecto francamente negarivo ha sido que nunca se hizo más patente la ausencia de controles, ni se observaron tantos incumplimientos al Reglamente. La única excepción es la Provincia de Chubut, que ha implementado un mecanismo de control serio y eficaz. Es encomiable el esfuerzo de esa Provincia, que en apenas tres años ha logrado revertir una situación calamitosa. En las demás jurisdicciones, es evidente que las autoridades no destinan al control del recurso ni siquiera una fracción de las importantes sumas que recaudan por la venta de permisos de pesca. Esto es alarmante y haremos llegar nuestra protesta más enérgica a los responsables de este estado de cosas.

La Comisión Directiva